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jueves, 26 de septiembre de 2013

Una mirada hacia la “Inteligencia Emocional”


“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.
Pero enfadarse con la persona adecuada,
en el grado exacto, en el momento oportuno...
con el propósito justo y el modo correcto.
Eso, ciertamente, no es tan sencillo”

(“Ética a Nicómaco”, Aristóteles)

Siempre me pareció sensata esta frase de nuestro estagirita preferido. Es muy fácil sentir, pero es complicado sentir en la medida correcta… y poder canalizar ese sentimiento hacia algo positivo. De eso mismo habla Daniel Goleman en su célebre best-seller de 1995: “La Inteligencia Emocional”. En realidad, el término fue acuñado por Salovey 5 años antes, pero no fue hasta esta publicación que el concepto tuvo un impacto social espectacular.

Sí… ya sé que les hablé de que no banco demasiado los libros de auto-ayuda. Pero esto es algo distinto, y una temática ciertamente fascinante. Para entrar en tema, pensemos en esta idea:

“Un hombre pierde su trabajo, según él, injustamente. Al día siguiente aparece en la oficina con un arma y amenaza a su antiguo jefe para que le devuelva su puesto. A unos pocos metros, María –quién nunca sacó una nota menor a 9 durante la Universidad– se encuentra teniendo problemas en su vida profesional: no logra tener el éxito que esperaba tener. Su jefe le ha dicho que tiene problemas para el trabajo en grupo, es ansiosa y le faltan “habilidades interpersonales”. En otro lugar y momento, un hombre está a una hora de dar la presentación más importante de su vida. Está nervioso, y también de muy mal humor; por la mañana le responde mal y a los gritos a su familia que únicamente trata de brindar apoyo.”



Hace mucho que tengo ganas de hablar de este tema apasionante. Son las emociones las que guían las acciones de cada uno de estos personajes. En la vida real no es demasiado diferente. Nuestras emociones nos movilizan constantemente, ya sea para bien o para mal. De esto habla la teoría de la “Inteligencia Emocional”, una relativamente nueva pero que está empezando a dar de qué hablar.


Hoy ya se entiende que la inteligencia no es solo saber resolver problemas matemáticos, sino que va mucho más allá de eso.

Fue el psicólogo Howard Gardner quien apareció con el concepto de las “inteligencias múltiples”, advirtiendo que hay 7 (para algunos 8) distintos tipos de inteligencias, y que cada uno subyace de distintas formas y en ocasiones determinadas. Así, por ejemplo, existe lo que sería la inteligencia “lógico-matemática” que implica, dicho a grosso modo, saber resolver problemas de tipo numéricos/exactos/matemáticos, etc… pero también existe una inteligencia espacial, una artística y demás.

Esta idea de las “inteligencias múltiples” le da una especie de flexibilidad al tema. El problema es que aún en muchos lugares se cree que la inteligencia es algo demasiado rígido y relacionado con lo científico, con lo exacto, con los números… (de ahí surgen también los IQ – tests de “inteligencia”, que intentan medirla y darle un valor numérico; algo que está empezando a cambiar en la mayoría de las empresas).

La teoría de Gardner afirma que cada uno nace con distintos niveles de cada una de estas 7 u 8 inteligencias pero que a su vez pueden (y de hecho deben) desarrollarse. Una de ellas, según el autor, es la inteligencia interpersonal que tiene que ver con la relación con otros, el trabajo en grupo, el liderazgo, la gestión y la administración, etc.

Como una “rama” de dicha inteligencia aparece la “inteligencia emocional” del psicólogo Daniel Goleman.


Lo de Goleman es interesante porque abrió toda una nueva rama de estudio. En su libro sostiene que son las emociones las que nos guían como personas, tanto individual como colectivamente. Conocerlas (y actuar al respecto) resulta de vital importancia para la vida en sociedad. 

Ser “emocionalmente inteligente” representaría, a grandes rasgos, manejar estos 5 requerimientos:

      1.       Reconocer tus propias emociones.
2.       Poder actuar de acuerdo a las emociones reconocidas.
3.       Reconocer las emociones del otro.
4.       Poder actuar de acuerdo a las emociones del otro.
5.       Poder actuar teniendo en cuenta las emociones propias y las del otro (una especie de equilibrio, teniendo en cuenta que toda causa produce un efecto)

El libro de Goleman se divide en varios capítulos que van desde entender cómo funciona neurológicamente el cerebro (en relación a las emociones) hasta cómo podemos aplicar, en la práctica, los métodos del psicólogo. Esto no es “chachará” subjetivista: todo está basado en estudios de campo, investigaciones e historias fascinantes. Además de ser muy didáctico, Goleman tiene una habilidad fabulosa para engancharte con los casos de estudio que él manejó.


La inteligencia emocional puede ser fomentada y fortalecida en todos nosotros, y la falta de la misma puede influir en el intelecto o arruinar una carrera (inclusive, hasta arruinar una vida). Somos esclavos de nuestras emociones, y quizás no debería ser tan así.

“Muchas veces ese equilibrio en la forma de actuar era lo que los mantenía balanceados;
a fin de cuentas, el humano viaja siempre en un carruaje tirado por dos riendas:
la razón y la emoción.
Ambas deben tirar parejo para que el carruaje no vuelque.”

(Luciano Sívori, “Un verano para recordar”)

Hoy ya existen más de 30 obras publicadas por distintos seguidores de Goleman respecto al tema. Se trata de toda una nueva rama de estudio de la psicología –y en particular de la inteligencia– que está teniendo muchas repercusiones positivas en todo el mundo.

La tercera parte (“Inteligencia emocional aplicada”) fue, para mí, la más jugosa. Tiene un marcado carácter práctico y hace hincapié en tres distintos aspectos de la vida cotidiana y la influencia de la inteligencia emocional en cada una de ellos. De esa forma, examina cómo estas capacidades pueden ayudarnos a cuidar o a destruir nuestras relaciones más preciadas (trato de pareja, mundo laboral, salud, etc.)

No es mi estilo, no es la literatura que me maravilla o me hace delirar (no es Poe, no es Watchmen, no es una trepidante historia de suspenso) pero Goleman se las ingenia para mostrar una cuestión fascinante con una intensidad poco común en este tipo de obras. Recomendado para aquellos interesados en el tema y que quieran tener información de primera mano.


“La habilidad de hacer una pausa y no actuar por el primer impulso se ha vuelto aprendizaje crucial en la vida diaria” 

(―Daniel Goleman, “La Inteligencia Emocional”)

viernes, 20 de septiembre de 2013

“El mago de OZ”: cuando el cine supera a la literatura

Cuando se estrenó en 1939 (hace 78 años), las adaptaciones literarias en el cine no eran tan comunes como hoy. Mucho menos convertidas en musicales. 

Por si vivís adentro de un raviol, te cuento de qué se trata la historia.

Judy Garland es Dorothy, una pequeña con una imaginación vívida que ingresa en el fantástico mundo de Oz, donde encuentra maravillosos amigos y derrota a una temible bruja. No importa que el conflicto disparador nunca se resuelva (el hecho de que la vecina quería matar al pequeño perro Toto por haberla mordido), poco molesta que en realidad la Bruja Malvada no sea tan malvada (a fin de cuentas, ¡le mataron a la hermana!). 

Por supuesto, tampoco nos preocupa que Oz haya resultado ser un terrible chanta que poco tiene de mago.

El Mago de Oz es un clásico emblemático que captura a la perfección la magia de los cuentos de hadas. Una historia de esas que, al pasar los años, sigue cosechando fans con cada nueva generación.

El libro original (The Wonderful Wizard of Oz, 1900) de L. Frank Baum se ha convertido en la fuente de una de las películas más apreciadas por el mundo entero. ¿A quién le importa que el autor haya escrito 16 secuelas? Solo queremos seguir recorriendo el maravilloso camino de ladrillos amarillos que nos presenta la primera entrega en forma de musical. 

***

La mística de la película

Una de las formas que tiene una obra de convertirse en atemporal es rodearla de misterios, de una mística especial. Eso que hace que se siga debatiendo por décadas.

Amamos las leyendas, y El mago de Oz está plagada de ellas. Desde la incesante rotación de directores, hasta la supuesta escena donde se puede ver a un enano colgado (teóricamente, habiéndose suicidado en el set)… pasando por el hecho de que en aquella época los efectos especiales eran peligrosos y pusieron en peligro la vida de El Hombre Hojalata (su tinta plateada generaba reacciones alérgicas) o la Bruja Malvada, que casi se prende fuego porque su máscara verdosa tenía pigmentos de cobre. 

Adoramos las historias sobre los enanos que se sumaron a la cinta en un intento de escapar del régimen fascista europeo. 

¿Será cierto que el pelo del Leon Cobarde era pelo de león de verdad? ¿Qué me dicen de Pink Floyd y su “Dark Side of the Rainbow”? ¿O que el piso de arriba de la filmación –donde se grabada la música– se rompía y pianos caían lastimando a los actores? Todos estos elementos convirtieron a la cinta en algo muchísimo más grande de lo que ya era.


El colorido mundo de Oz

Volví a ver recientemente la película, y sigo sorprendiéndome cuando Dorothy llega al mundo de Oz. El pasaje de esos colores sepia –agrios, apagados– al multicolor paisaje más allá del arcoíris es un momento impagable que siempre me genera un choque fuerte.

La entrada de Dorothy a esta tierra sigue siendo uno de los momentos más recordables de la historia del cine. “Toto, tengo la impresión de que ya no estamos en Kansas”. Hace más de 70 años que salió esta película, y su belleza estética es mejor que la mayoría de las producciones actuales.


La superproducción del ´39

Aunque no lo crean, para 1939 esta ERA realmente una superproducción, con grandes actores, excelentes números musicales, muchísimos extras, y efectos especiales “innovadores” para la época. También fue una de las producciones más complicadas, tuvo miles de problemas para concretarse (de nuevo, entra la “mística” en escena).

¡Las nuevas tecnologías de colores, las ingeniosas formas de mostrar elementos volando (incluso brujas y monos), las increíbles ambientaciones! Eventualmente fue Victor Fleming quien se encargó de la excelente dirección. Un director que también presentó, casi simultáneamente, Lo que el viento se llevó, ganadora de un Oscar y emblema del cine norteamericano.

¡La música… la música!

El soundtrack musical de esta cinta es simplemente hermoso, y ha sido fuente de inspiración para diferentes covers a lo largo de todo el mundo. "Over the Rainbow" se convirtió en su tema de cabecera (quizás, el tema musical más importante de la historia cinematográfica), pero hay muchas más canciones memorables.

Cada personaje tiene su momento gracias a los números musicales de la película: "We're Off to See the Wizard", "If I Only Had a Brain", "If I Were King of the Forest" (una parodia desopilante sobre los reyes, y una importante crítica social).


El simbolismo de los personajes adorados

Al final del día, lo mejor de la película son sus personajes tan queribles. Cada uno le aporta su granito de arena a la obra y representa un mensaje que se quiere transmitir. El Espantapájaros es divertidísimo (siempre fue mi preferido) y le agrega los mejores momentos de comicidad a la historia. De chico, el autor (L. Frank Baum) soñaba que espantapájaros lo perseguían, y estos sueños recurrentes inspiraron al personaje.



El caso de la Malvada Bruja es histórico. Pocos villanos han sido tan perturbadores, aunque pensándolo bien ella no era tan mala (solo tenía muy mala prensa). Margaret Hamilton es muy escalofriante durante la historia. Durante el rodaje casi muere intoxicada por el maquillaje y su vestido se prendió fuego debido a un efecto especial defectuoso.

Los distintos niveles de interpretación

Cuando uno lo piensa realmente, El Mago de Oz tiene situaciones realmente extrañas. Partamos primero por la premisa de que alguien quiera los zapatos de una muerta.

Otro momento especialmente “raro” es la escena de los monos volando a capturar a Dorothy: el cielo se pone oscuro, la música se vuelve tétrica, y la risa malvada de la bruja generan un espeluznante momento de terror dentro de una cinta infantil.

¿Y qué era lo que sucedía verdaderamente en el palacio Esmeralda? ¿Por qué hay árboles malvados? ¿Adónde lleva el camino de ladrillos rojos? ¿Por qué Oz quería a la bruja malvada muerta? Muchas cuestiones quedan abiertas para seguir creando nuestras propias teorías.


Esto genera múltiples niveles de interpretación. La obra es sencilla, pero está plagada de signos que uno puede analizar eternamente, metáforas interesantes sobre los sueños, los anhelos, el destino.

***

Palabras finales


El Mago de Oz es una obra del cine que superó cada una de las barreras posibles, volviéndose más importante que los libros en sí. Magníficamente atemporal… tan simple, tan honesta… y sin embargo profunda en mensajes sobre el amor y el descubrimiento de uno mismo.

***

  Si el post gustó, háganmelo saber en sus comentarios. ¿Qué piensan del Mago de Oz? ¿Qué obras infantiles las siguen disfrutando de adultos ¡Espero sus comentarios en el blog o en mi página! ¡Saludos!

lunes, 16 de septiembre de 2013

Watchmen: la deconstrucción de los superhéroes.


Los comics son literatura. Vengan de a uno. Por lo menos este es mucha más literatura que los best-seller que hoy veo en vidriera. La célebre obra maestra de Alan Moore, Watchmen esa miniserie de 12  capítulos sobre una realidad alternativa donde vigilantes de incógnito han transformando al mundo contemporáneo– es muchas cosas al mismo tiempo. Es un policial negro. Una oscura historia de superhéroes. Es ciencia ficción. Es ciber-punk.  Es una fuerte crítica socio-política. Es la primera gran deconstrucción de superhéroes (para algunos, la obra que disparó dicho estilo).


***

lunes, 9 de septiembre de 2013

Magnum opus, o cómo definir una “obra maestra”


Una pregunta sencilla y, sin embargo, deliciosamente compleja. Hoy tengo ganas de reflexionar sobre eso. Capaz porque terminé de leer “Watchmen”, una novela gráfica que me voló la cabeza. Quizás porque en una vida anterior me gustaría haber sido Edgar Allan Poe. Tal vez porque, metido en el sub-mundo de “los que intentan pegarla con la literatura” me doy cuenta de que el talento y la genialidad no alcanzan, hay que sumar una buena cuota de suerte o de “espacio y tiempo adecuados”.

Comencemos, como usualmente se hace, por plantear la tesis. ¿Cuándo una obra es considerada “buena”? Creo –y podrán, por supuesto, debatírmelo a muerte– que se da cuando el artista que la crea consigue exactamente lo que buscaba

=> Si un libro se concibe para vender sin generar demasiadas reflexiones profundas ESTÁ BIEN. Está bien querer crear una obra comercial, y triunfar en ello. 

Ahora: ¿cuándo nos vemos ante una obra maestra? Supongo que tiene que ver con obtener  –generalmente de forma inconsciente– mucho más que lo que se pretendía, o alcanzar muchos más niveles de lectura que los que parece tener a primera vista. Por otro lado, la obra maestra se enriquece con el tiempo, llegando a ser “emblemática” o lo que se conoce como un clásico.

La obra maestra es aquella que resiste la vil erosión del tiempo, encarna temáticas eternas (inmortales), redefine o afianza géneros y no le importan las modas, tendencias o cambios de gustos.

Generalmente, son categorías con la menor cantidad de subjetividad posible. Han sido percibidas como obras decisivas por una gran parte de la sociedad. En cuestiones de cine, por ejemplo: te puede gustar o no Matrix, pero es impensable concebir que no es una película que –dentro de su género–  cruzó una barrera, rompió un umbral. Revolucionó la estética del cine, los efectos visuales, y la forma de tratar la ciencia ficción. Lo mismo hay que decir de “Saw” (El juego del miedo), redescubriendo el género del terror/suspenso. Una película que considero representativa de una nueva forma de hacer cine de terror. Por supuesto, lo mismo ha sucedido en su momento con Alien, Titanic, Batman: Dark Knight, el Padrino, Volver al Futuro.

La “obra maestra” encierra lo permanente frente a lo efímero. No se disipa con facilidad, y genera múltiples estudios. Entendemos que existe una obra maestra cuando muchos intentan copiarla, imitarla, parodiarla, reproducirla, elogiarla. 

Es lo mismo que sucede con el líder de un grupo. En general no se lo denomina como tal, pero todos lo siguen sin preguntarse el por qué. Se confina lo absoluto frente a lo relativo. Ejerce una suerte de magnetismo sobre los hombres a través de las décadas y cada generación desea tomarla para sí. Fascina (maravilla) por su inagotable capacidad de perturbar, de cautivar, de hacernos reflexionar. 

Representa esa sólida unión entre el presente y el pasado.

Aclaro que estoy intentando canalizar la idea desde el cine y la literatura. Me gusta pensar que se puede definir la obra maestra como la que abre otros caminos, engendra nuevas concepciones temáticas, estéticas y técnicas. 

=> Así lo fue Rayuela. Así fueron “El Gran Gatsby” y “El guardián entre el centeno” para la cultura literaria norteamericana (y por extensión, la cultura mundial). Existió ese gran maestro llamado Edgar Allan Poe, y muchos siglos antes Homero. Por más que me aburra la literatura rusa, existieron Dostoievski y León Tolstoi (Anna Karenina). 

En el medio, un visionario escribió sobre Don Quijote, otro "Las aventuras de Hucleberry Finn" y más tarde Oscar Wilde –ese fantástico escritor irlandés– mezcló varios estilos (gótico, simbólico, postimpresionista, etc.) en El retrato de Dorian Gray.

También son obras maestras aquellas premisas que reviven géneros muertos: la novela de aventuras (Alejandro DumasEl conde de Montecristo). Por más que sea poco digerible para el público general, no podemos quitarle mérito al precursor del realismo mágico (García Márquez: “El coronel no tiene quien le escriba”, “Cien Años de Soledad”). 

Tres son los fundadores inequívocos de la novela de ciencia ficción distópica, con obras fascinantes como Un Mundo Feliz (Aldous Huxley), Fahrenheit 451 (Ray Bradbury) y 1984 (George Orwell). Historias premonitorias, escudos de la literatura, distintivas críticas sociales.

¿Qué es un clásico? Al final del día, es aquella obra que sobrevive al paso del tiempo, que pregunta al mismo tiempo que contesta, y que tiene la habilidad  –casi mágica– de leernos a nosotros mismos.


Si tuviera que llevarme un solo libro a una isla desierta,
preferiría ahogarme en el naufragio”. (Eduardo Mendoza)


Como siempre: si el post les gustó, comenten y compartan. ¿Qué obras del cine y la literatura consideran “obras maestras” y por qué? ¡Espero sus comentarios en el blog o en mi página! ¡Saludos!


miércoles, 4 de septiembre de 2013

Lista TOP FIVE: libros más perturbadoramente extraños


Hay libros para todo. Para enfrentar barreras emocionales y personales, para enamorarse, para pensar, reflexionar y hasta para entretener la mente (o quizás, también, para ejercitarla). Hay libros larguísimos, breves, micros. Y así como hay de todo, hay para todos. También existen libros incomprensibles, delirantes, surreales al extremo. Son libros raros que han fascinado al hombre desde su gestión, rompiendo un candado que abre mil interrogantes e infinitas posibilidades. Hablamos de libros raros, rarísimos; hoy les voy a contar los que me resultan más llamativos.

5. “La Divina Comedia” (Dante Alighieri)

Mundialmente considerada el poema emblemático de la cultura literaria italiana, es también una de las obras más complejas de la literatura universal. La alegórica visión de la vida después de la muerte, el viaje simbólico de Dante, la crítica social implicada… No por nada el discutido novelista Dan Brown adoptó esta obra para “desenmascarar sus más grandes misterios” en su nueva novela Inferno (que tiene críticas bajísimas, de hecho… pero no deja de ser un best-seller).

Desde que se concibió en 1314, ha llamado la atención de artistas de todos los rincones del mundo para interpretar sus pasajes y darles un nuevo significado. William Blake (a quien se lo creía un genio loco) y otros escritores románticos del siglo XIX se inspiraron en las enigmáticas palabras. Más tarde, C.S Lewis, James Joyce y Beckett también harían uso de esta obra.

Por supuesto, se necesita un glosario para entender todas las criaturas mitológicas, personajes bíblicos y mitos griegos que se incluyen intertextualmente dentro de la obra.


4. “República” (de Platón)

La república de Platón es interesantísima porque debate muchísimas cosas diferentes en un mismo libro. Básicamente es un conjunto de las ideas filosóficas de Platón, y cómo él mismo concibe la “ciudad ideal”. Está escrita en forma de diálogo entre varios personajes (Sócrates, su maestro, entre otros) y cada capítulo explora distintas facetas del arte y la sociedad.


Platón reflexiona sobre las partes del alma del hombre, mientras que en el libro III aconseja “expulsar a sus poetas” de la ciudad ideal, y el VII comienza con la conocida exposición del “mito de la caverna” que ha inspirado obras como Matrix. Allí, Platón analiza su teoría sobre la existencia de dos mundos: el mundo sensible (conocido a través de los sentidos) y el inteligible, que se alcanza únicamente a través de la razón.

La alegoría de la caverna expresa como podemos engañarnos a nosotros mismos y es representada,  bajo distintas formas, en obras como “Un mundo feliz”, “La invención de Morel” (de Bioy Casares) o incluso varias películas (The Truman Show, Inception, etc.)

3. “El libro de las Revelaciones” (Apocalipsis, de la Biblia)

El último libro del Nuevo Testamento es extrañísimo. Las “revelaciones” están plagadas de simbolismo. Algunas se entienden fácilmente, otras no tanto, y otras son simplemente paradójicas. ¿Podemos tomar al Apocalipsis de forma literal? Probablemente no. Muchos lo encuentran confuso y hasta aterrador.

El autor se identifica a sí mismo como “Juan” (John) y los textos se balancean entre los géneros epistolar, apocalíptico y profético. Célebremente conocido como una “profecía del fin del mundo”, los debates sobre qué entendemos de este texto siguen siempre populares.

En efecto, la historia oscura y extravagante ha llevado a una gran variedad de interpretaciones distintas. Básicamente es la clásica historia entre el bien y el mal, Dios y Satán. Sin embargo los simbolismos y las escenas bizarras abundan, complicando la trama. Durante la misma, 7 sellos se abren, 4 jinetes del Apocalipsis llegan y muchos mensajes ocultos parecen refugiarse entre líneas.

2. “El sueño de Polífilo” (Francesco Colonna)

Su nombre original es Hypnerotomachia Poliphili  y fue escrito en 1467 por un tal Francesco Colonna. Según se ha dicho, se trata de «uno de los libros más curiosos y enigmáticos salidos de unas prensas» y «está, todavía hoy, envuelto en misterios». Es un poema alegórico (como la Divina Comedia) pero con un entramado quimérico que evoca conocimientos epigráficos, litúrgicos, arqueológicos, etc. Varios críticos lo calificaron ilegible debido al extraño latín con el que fue escrito mezclado con italiano.

El libro es un viaje que tiene como protagonista a Poliphilo, quien se ha dormido pensando en su amada Polia (literalmente: “muchas cosas”) y es transportado a un bosque salvaje donde se pierde y se encuentra con criaturas fantásticas y estructuras extrañas. 

=> Libros como “El Club Dumas” (de Arturo Pérez- Reverte y la novela de misterio “El enigma del Cuatro” han utilizado sus elementos crípticos para convertir al Sueño de Polífilo en la trama central. <=

1. El libro perdido de Aristóteles

¿Qué mejor libro “extraño” que uno que nunca, quizás, existió?

Es un hecho conocido que de Aristóteles solo conocemos un porcentaje mínimo de su obra. La supuesta “desaparición” de la segunda parte de su “Poética” es uno de los grandes misterios del filósofo. Ciertas teorías suponen Aristóteles sí escribió sobre la comedia y otros aspectos de la primera parte de Poética apenas menciona. Para muchos, Aristóteles, analista implacable y exhaustivo, no podía dejar de analizar estos aspectos de la realidad literaria solo por considerarlos "feos" o "indignos de ser representados". Por ello durante siglos, especialmente durante la Edad Media, se supuso la existencia de algunos libros perdidos de la Poética de Aristóteles.


Umberto Eco (“El nombre de la rosa”, 1980) propone una hipótesis interesante (aunque, probablemente, falsa): el segundo libro “habría sido destruido progresivamente por la Iglesia en un intento de detener la influencia de las comedias en la sociedad.” Otras teorías ofrecen la idea de que haya existido, pero no haya sido tan popular como otros textos de lógica, ciencia, política y retórica. De esa forma, su reproducción se habría discontinuado por falta de interés.


 ¿Qué opinan de estos libros “raros”? ¿Cuáles son los más raros con los que se han topado? ¡Espero sus comentarios en el blog o en mi página¡SALUDOS!
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