La última novela del gran
novelista ruso Fyodor Dostoevsky es
quizás la más ambiciosa que alguna vez escribió, y está cargada de toda la
energía y pasión de las últimas palabras de un hombre.
Comenzó a aparecer en
formato de “miniserie literaria” en 1879
y hoy es generalmente considerada una de las mejores novelas de la historia
universal.
En lo personal representó un nuevo
desafío: hasta entonces la novela más larga que había leído había sido “IT” (de
Stephen King), que
ya comenté en el blog anteriormente. “Los
hermanos Karamazov” no solo supera las 1000 páginas, ¡sino que está cercana
a las 2000!
La trama se desarrolla en torno al
asesinato de quizás uno de los personajes más deplorables jamás creados, Fyodor Karamazov el padre de los tres
hermanos Karamazov. En las primeras páginas el narrador ya anuncia su muerte y
a partir de allí nos lleva hacia el pasado para indicarnos exactamente que
llevó hasta tal punto.
De alguna forma, la historia le
sirvió al autor para plasmar su filosofía de vida y tocar las Grandes Preguntas sobre la existencia: ¿Por qué los
humanos tenemos que sufrir? ¿Estamos atados por leyes morales que nos limitan?¿Tenemos
verdaderamente libre albedrío? ¿Existe Dios? ¿Cuál es la verdadera naturaleza
del hombre? Y, quizás la más importante, ¿podemos alcanzar realmente la
felicidad?
► Dostoevsky originalmente había planeado que “Los hermanos Karamazov” fuera la primera parte de un proyecto de dos
gigantescas novelas (para esa altura ya era mundialmente famoso por “Crimen y castigo”) pero el tiempo con él
fue tirano y nunca pudo concretar el proyecto.
Su tumultuosa vida le dio a sus
opiniones una suerte de autoridad que resonaba con la Rusia de 1870. Ya de joven se opuso activamente
a la esclavitud y abrazó el socialismo. Fue sentenciado a prisión en Siberia
(por 1850) y a su regreso sus ideas
radicales se ocultaron en su literatura. Sus pensamientos socialistas y
religiosos siempre influyeron fuertemente sus obras.
En este post voy a comentar las
cuestiones que me resultaron más interesantes de la novela, aunque cada una de
ellas me serviría para hacer un post entero. La obra es realmente descomunal en
cuanto a contenido y temáticas que abarca. Si quieren leerla (¡les va a llevar
un tiempito!) está disponible en PDF
en muchos lugares en Internet.
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#SpoilerAlert: se revelan algunos detalles fundamentales de
la trama. Si no leyeron la novela y piensan hacerlo, pueden llegar a
acordarse de mi madre cuando comente algunos giros inesperados de la historia. ¡Están avisados!
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La estructura
de “Los hermanos Karamazov”
Aunque “Los hermanos Karamazov” es un fiel exponente del género realista, y
también de la novela psicológica, funciona más bien como una novela de ideas
(ya voy a explicar por qué). Está compuesta por doce libros, cada uno subdivido en capítulos, y un epílogo de tres partes que “cierra”
la historia.
La obra está compuesta por una
amplísima variedad de técnicas literarias que llevaron a muchos críticos del
momento a considerarla muy “descuidada”.
El ejemplo más mencionado es el peculiar narrador omnisciente. Aunque en
general se mantiene neutro a las acciones y pensamientos de los protagonistas,
en más de una ocasión se autoproclama “escritor” y termina por hacer juicios de valor sobre lo que está narrando.
Otro detalle, para mí uno de los
más fascinantes, es el tratamiento que el autor hace sobre el lenguaje. Cada
personaje tiene una manera muy distintiva de hablar, y esto termina diciendo
mucho de la personalidad de cada uno.
Entonces, ¿de
qué va la historia?
“Los hermanos Karamazov” es usualmente considerada una de las
novelas más complejas del mundo. El
libro puede leerse en dos niveles. En la capa más superficial se narra la
historia de un parricidio en el que todos los hijos del hombre asesinado
comparten ciertos niveles de complicidad (aunque el asesino real es uno solo).
En una capa un poco más profunda tenemos el drama espiritual de la obra y los
conflictos morales que involucra.
Pero tomemos solo la línea argumental principal. La
novela comienza con el narrador anunciado la trágica muerte de Fyodor Karamazov, y luego define paso a
paso los elementos de la tragedia: sus hijos y su relación con él.
Es interesante como cada hijo representa a un individuo colectivo del pueblo
ruso, así como también una postura ideológica determinada. (De hecho, cada
protagonista de “Los hermanos Karamazov”
representa una idea, un ideal particular, un objeto de la sociedad que
el autor explora). Fyodor, el padre,
es un ser vulgar y monstruoso que ha tenido a sus hijos con diferentes mujeres,
es irresponsable, abusador, embustero, sin amor hacia nadie y absolutamente
odiable.
Cada hijo es tan diametralmente
opuesto del otro como uno podría llegarse a imaginar. Dmitri, el hijo mayor, es pesimista, representa al ejército (él
mismo es militar) y es el principal antagonista de Fyodor debido a una disputa
por dinero.
Para empeorar las cosas: ambos están enamorados de la misma mujer. Ouch. Dmitri, aunque no pueda admitirlo,
es el más parecido al padre en cuanto a su atracción hacia el sexo opuesto,
pero a su vez es el más emocional de los tres. Con esto me refiero a que se guía casi exclusivamente por sus
instintos naturales, en lugar de hacer uso del raciocinio.
El que le sigue es Iván, el intelectual, frío y escéptico.
Desde pequeño desarrolló una propensión hacia el estudio y es un hijo
orgulloso, siempre consciente de que pudo aprender a expensas de los gastos de
alguien más. Una de sus arcos argumentales principales incluye un polémico
artículo que escribió proponiendo que la iglesia se haga cargo de la corte
judicial.
En contraste con los otros dos
hermanos, Alyosha (que representa al
colectivo de la “Iglesia”) no tiene ni el orgullo de Iván (el intelectual) ni
la ferocidad de Dmitri (el militar). Más bien es un ser sencillo y capaz de
amar a toda la humanidad por igual, siempre buscando el lado más positivo de
las personas. Es muy creyente y nunca juzga a los demás. Sin embargo, no por
eso es un inocentón. Su conflicto es más bien consigo mismo, para lograr
comprender sus propias creencias, vencer a la tentación de la carne y encontrar
la mejor manera de llevar la religión hacia la vida práctica.
Dostoevsky hace uso de las
características de los tres hijos Karamazov para introducir una de sus
temáticas más importantes: el conflicto
entre la fe y la descreencia. En este sentido, Alyosha e Iván representan
los dos polos opuestos de la aceptación, y a lo largo de la historia los vemos
muy alejados uno de otro. Poco a poco van logrando unirse y encontrar puntos en
común. Alyosha es perceptivo de los problemas de Iván, aunque él termina
igualmente sucumbiendo a la desolación y la locura. (Las escenas sobre el final
donde Iván sueña y hasta dialoga con el Diablo son tremendas).
Ah, ¿mencioné
que Iván está enamorado de una mujer que solo tiene ojos para Dmitri? ¿Y que su
locura es también acarreada por la culpa moral de odiar intensamente a su
padre? (¡Conflicto, señores!)
Por su lado, Dmitri
progresivamente pasa de un punto neutro a convertirse en una persona de fe, en
parte gracias a la íntima amistad que traba con su hermano Alyosha.
¿Fue uno de ellos quién asesino al padre? Hasta las últimas páginas (o hasta el final de este post) el
interrogante queda latente porque todos tienen verdaderos motivos para hacerlo,
inclusive también otros personajes fuera del círculo familiar que fueron
afectados por las maldades de Fyodor.
La verdad es que cuesta muchísimo engancharse con la novela
porque Dostoevsky está muy interesado en la psicología de las acciones y,
especialmente en la naturaleza de las contradicciones. Para poder avanzar en la
narración de los eventos siente que tiene que contarnos todo lo que ese
personaje sentía, veía y experimentaba en ese momento. Esto se vuelve tedioso
en muchas oportunidades donde yo solo quería seguir avanzando con el conflicto.
La literatura rusa tiene esa
particularidad y hay que saber llevarla para poder disfrutarla.
La introducción de Zosima (un personaje fundamental en la
historia) concluye el primer libro y funciona como un dispositivo argumental:
el templo de Zosima, del cual forma parte Alyosha es el lugar donde se dispara
el conflicto: Fyodor y sus tres hijos se reúnen por primera vez luego de muchos
años para intentar enmendar su relación y tomar acciones para el futuro.
La influencia
de “Los hermanos Karamazov”
Varios filósofos existencialistas
y escritores de renombre fueron influidos por la aparición de esta novela. Sigmund Freud, por ejemplo, quedó tan
fascinado con la temática edípica que rodea a la obra que escribió el ensayo “Dostoyevski
y el parricidio” en 1928. Allí
analiza la neurosis del autor y cómo ésta influyó en su escritura.
Freud llegó a afirmar que Dostoyevski secretamente deseaba la muerte
de su padre (que tiene muchas similitudes con el Fyodor de la novela) y que
sus frecuentes ataques de epilepsia fueron la forma en la que el cuerpo
externalizó el sentimiento. De hecho, en la novela hay un personaje tan esencial
como cautivante (Smerdiakov) que se
rumorea es también hijo de Fyodor y que también, como el autor, sufre ataques
de epilepsia.
Metiéndonos de lleno en terreno de spoilers, Smerdiakov es
contratado como sirviente para Fyodor y no es casual que sea él quien conspira
para asesinarlo y culpar a Dmitri.
Franz Kafka, por su lado, se interesó
por los temas más existenciales de la novela y se sintió un “pariente de sangre”
con Dostoyevski debido a que él mismo luchó contra una enfermedad que terminó
por dominarlo (la tuberculosis). La conflictiva relación con los padres de
ambos autores es otro gran punto en común, ¿no?
“El gran inquisidor”:
un momento clave en la novela
Una de las particularidades (y
también de las grandes complicaciones) al leer la obra es que el autor se ve en
la necesidad de profundizar en la psicología de todos y cada uno de los
personajes, aunque su relevancia para la historia principal sea mínima.
En el
sexto libro, por nombre un ejemplo, la narrativa se dedica casi exclusivamente
a la biografía del stárets Zosima y
su relación con un hombre que conoció mucho tiempo atrás, aunque esto no tiene
relación con el conflicto en sí.
La mayoría de las veces uno siente
que está “perdiendo el tiempo” con los arcos secundarios, orígenes de los
diversos personajes y pequeñas historias que podrían formar parte de una novela
dentro de la misma novela... pero con “El
gran inquisidor” no es el caso.
“El gran inquisidor” es un capítulo dentro de la novela que hace referencia a una historia que Iván le cuenta a su hermano
Alyosha. Durante el siglo 16 en España, y en el punto más alto de la Santa
Inquisición, alguien con un parecido a Jesucristo se anunció en las calles.
Luego de realizar algunos milagros, los guardias lo capturan y lo encarcelan.
Esa noche, Cristo recibe la visita
del Gran Inquisidor, quien le explica que debido a que Él rechazara las tres
grandes tentaciones, puso una intolerable carga de libertad sobre los hombres,
más de la que ellos pueden aguantar. Luego de un monólogo que da mucha tela
para cortar, el Gran Inquisidor admite
estar del lado del demonio y libera a Cristo, indicándole que no tiene
permitido nunca volver a pisar la tierra.
El relato impresionó a los
críticos del momento y tiene que ser entendido dentro de la ideología de Dostoevsky, su religiosidad (ortodoxa
rusa) y la crítica que hace de la cultura occidental. Se torna aún más
importante porque es narrado por Iván, personaje racionalista y ateísta,
y porque el autor más tarde presenta el capítulo de El monje Ruso (que representa lo totalmente opuesto a esta
historia). Hay mucho para comentar sobre “El gran inquisidor”, pero tomaría
otro post entero. Si quieren, pueden leerlo como relato independiente:
► Leer “El gran inquisidor” (fragmento de “Los hermanos Karamazov”)
=> LEER
ONLINE
Las temáticas
que explora “Los hermanos Karamazov”
“Los hermanos Karamazov” es, primeramente, una extendida reflexión sobre la religión, específicamente la Ortodoxa
Rusa, no solo como guía de la moralidad individual, sino también como fuerza
para movilizar la historia del hombre. El
fragmento del “Gran Inquisidor” es uno de los argumentos más poderosos que
tiene contra el escepticismo. A su vez, en la novela se salvan convenientemente
aquellas personas que creen y profesan la religión (Alyosha y Dmitri) y los escépticos
descienden hacia la perdición (Iván).
La novela, a su vez, desafía la
idea de que si somos totalmente libres (libres de pensamiento, libres de
acciones) no podemos comportarnos como sociedad: nos volvemos, como Fyodor,
arrogantes, garcas, oportunistas, incapaces de amar. El sufrimiento y la culpa
también están en el plano central. La idea de la justicia se pone en tela de
juicio (a fin de cuentas, Dmitri es culpado por un asesinato que no cometió, y
el verdadero criminal sale airoso... aunque eventualmente se suicida) y se cuestiona la posibilidad de obtener
verdadera justicia terrenal bajo las condiciones en las que vivimos.
Y ni hablar de la familia como “valor”.
La noción de familia que muestra Dostoevsky
es absolutamente deprimente. Presenta a un clan seriamente disfuncional que
parece ir en contra de todas las nociones de familia que uno debería tener. Al
diablo con los lazos de amor y cariño. Fyodor está lejos de ser una figura
paternal y los mismos hijos tienen “algo” que ver con su muerte, aunque no sean
los verdaderos asesinos. La novela repetidamente pone en evidencia las formas
en las que los Karamazov representan la turbulenta sociedad en la que vivía el
autor.
¿Qué demonios
sucede en el final?
Dados los sensacionales eventos
que suceden en la novela (¡asesinato, robos, escándalos!) el final parece bastante anticlimático.
En el epílogo, Dostoevsky
nos transporta al funeral de Ilyusha.
(Lo loco es que para ese momento yo ni recordaba quién era y tuve que volver a
revisarlo). Resulta que es el joven hijo del capitán Snegiryov, quien fue humillado por Dmitri en la taverna del
pueblo. Doscientas hojas antes nos habíamos enterado que Ilyusha cayó enfermo y
tuvo un encuentro con Alyosha.
Bueno, en el final muere, y
estamos en el funeral.
Mientras tanto, la novela dejó muchísimas tramas sin resolver: ¿Dmitri va a escapar del
exilio y emigrar a América con Grushenka?
¿Iván va a recobrarse de su demencia y casarse con Katerina? ¿Alyosha va a volver al monasterio para cubrir la
posición del fallecido Zosima o
casarse con Lise, a quien ama?
Algunos afirman que las repuestas
están “escondidas” en la escena del funeral. Uno puede llegar a pensar que la
muerte de Ilyusha va a ser la semilla que genere bondad en los sobrevivientes,
aunque también pudo haber quedado inconcluso a propósito (Dostoevsky planeaba hacer una continuación de la historia, una
segunda parte, que siguiera con la historia de los tres hermanos).
El epílogo, en realidad, funciona
como una suerte de redención para los personajes. Por ejemplo, Katerina, quien solo tenía ojos para
Dmitri, logra finalmente perdonarlo por sus acciones y se compromete a ayudar a
Iván a recuperarse. Alyosha, por su
lado, brinda palabras de aliento a los niños en el funeral, quizás insinuando
que comprendió la importancia de volver al templo.
Paradójicamente, luego de tanto
sufrimiento la novela acaba con optimismo y esperanza en medio de un desgarrador
funeral. Alyosha emerge completamente como el profesor natural, capaz de
continuar el legado de fe y amor de su maestro. La frase final de la novela
parece insignificante pero es todo lo contrario: todos los niños del funeral
cantan: “¡Viva, Karamazov!”. El uso del apellido de la familia hasta
entonces había sido utilizado para definir la mala sangre de Fyodor Karamazov,
todo lo malo de él. Ahora finalmente el legado ha cambiado, el apellido ha sido
redimido. Es una nueva época para el
clan Karamazov.
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