Esto fue lo que pasó. Me disponía a hacer algo
productivo en una mañana de domingo cuando me dije: “vamos a ver un ratito de Room
237, a ver qué tal está”. 15 minutos después seguía hipnotizado por el
delirio de un documental que alterna entre el suspenso, lo esotérico, la
filosofía y las teorías
conspirativas. 45 minutos más tarde decidí rendirme y puse la pava al fuego,
dispuesto a acompañar el documental con unos buenos mates. Aquella visión tan
excéntrica de la obra maestra de Stanley
Kubrick (“El
Resplandor”, 1980) me había hechizado por completo.
Umberto Eco hablaba
de que un texto está
plagado de espacios en blanco, de intersticios que hay que rellenar. Lo
mismo podría aplicarse al cine: una película se emite siempre para que alguien
la actualice, la complete. Lo que el
director pretende no siempre es lo que el espectador concibe.
Toda película
quiere dejar al espectador la iniciativa interpretativa. Nuestro bagaje
cultural individual y las experiencias vividas definen una forma muy particular de entender el séptimo arte.
► En “Room 237”, la genial labor del director fue ilustrar las
interpretaciones directamente como montajes, con las secuencias en que se
basan. Ese hecho –sumado al gran acierto de no mostrar nunca las caras de los
autores– cautiva y maravilla. Hay
muchas ideas interesantes como la presencia del número 42 (relacionado
con la kabbalah), la ventana
imposible, la relación con los
laberintos y el minotauro o las interpretaciones sobre Danny a lo largo de
la historia. Claro… ¡hay también otras teorías que están completamente tomadas
de los pelos!
Son muchas las películas que miro para luego
preguntarme: ¿qué me quiso decir? No
me refiero a los mensajes
ocultos de los Illuminati o las supuestas referencias al 9/11. Hablo de un
nivel más conceptual. La Idea detrás de
la Idea. El Cine detrás del Cine. “Sexto Sentido” es un gran ejemplo.
Cada vez que la veo encuentro nuevos significados. Shyamalan, sin entrar en
detalles de su curiosa y trágica historia como cineasta, presenta una historia
que es mucho más que un “thriller de
fantasmas”.
Es sobre comunicar
los miedos, sobre las consecuencias de tener adultos que “no escuchan”. Nos
enseña que los niños tienen MUCHO para
decir y reflexiona sobre el horror de no poder ayudar a un hijo a superar
sus temores.
Aunque no lo crean, “Sexto Sentido” tiene más tela para cortar que Matrix y Evangelion
combinabas. Una escena que me encanta es cuando Haley Joel sube las escaleras
para buscar el globo rojo. Esa escalera representa una ascensión a otra realidad
también. A partir de esa anagnórisis, Haley Joel reconoce qué es lo que le
piden los fantasmas, comienza a “abrazar
su destino”, de alguna forma. ¿Notaron, por ejemplo, que la historia tiene
lugar en Halloween? Shyamalan le da una importancia a todo: las sombras como conexión con los muertos,
los espejos y vidrios (Bruce Willis
ve muchas cosas “a través” de un vidrio). Si vuelven a verla, presten atención
a las puertas y ventanas, como funcionan como entradas simbólicas a otras
dimensiones. El significado de una puerta cerrada es clave durante toda la
historia.
Shyamalan
prestaba atención a los detalles, en la época en la que sabía hacer una
película. Tomemos los colores. En “El
Protegido” es el violeta de Samuel
Jackson, en “La Aldea” el
amarillo. En “Sexto sentido” el
rojo tiene un simbolismo clave. Una segunda mirada nos permite darnos
cuenta del rol que juega en la trama. La carpa que se había armado Haley Joel
era roja,
también las puertas de la iglesia, velas, el sweater de la madre de Haley Joel
al final de la película. El color rojo representa la
conexión con ese mundo de los muertos… recuerdo también que la esposa de Bruce Willis usaba mucha ropa roja.
Este tipo de películas que generan delirios y debates son interesantes porque podemos
encontrar un nuevo sentido con cada mirada. Cada nuevo espectador llena los
espacios dejados en blanco por el creador.
En Donnie
Darko se afirma que el mundo va a
terminar en 28 días, 6 horas, 42 minutos y 12 segundos. Sumando todos los
dígitos encontramos el número 88. La película sucede en 1988 y hay muchas
menciones a ese número. Recordemos que 88 mph era la velocidad que necesitaba el
DeLorean para viajar en el tiempo. ¡Y ni hablar de las alegorías con Dios y el
cristianismo!
Cada vez que releo “Casa tomada”, un
cuento que Cortázar soñó, me doy cuenta de la gran capacidad del hombre
para crear
historias conceptuales, universales, existenciales con la que cualquier ser
humano logra identificarse.
¿...Qué tan
profundo llega el agujero de conejo?
¿...Qué tanto podemos adentrarnos
en una creación para develar sus más íntimos significados?
Disney
también tiene la culpa de que siempre vuelva
a ver sus películas con otro tono, analizando la Idea detrás de la Idea. “La Bella y la Bestia” es una de las
películas más simbólicas que alguna vez produjo. Llena de colores y accesorios
que representan siempre algo más grande. La historia de “La Sirenita” podría ser una poderosa metáfora para la “sagrada
femineidad”.
¿Y qué me dicen sobre ”El Rey León”? ¿Es una
metáfora universal de la lucha entre el bien y el mal, una alegoría del régimen
nazi, una parábola endulzada con fines didácticos?
Me pregunto si será posible tragarse
la pastilla roja para ver “la Verdad”
detrás de cada cinta, de cada libro, de
cada historia. Me gusta acercarme a la realidad con un signo de pregunta.
Me gusta pensar que con cada pequeña cosa que vemos a través de una pantalla,
aprendemos, evolucionamos, reflexionamos y nos replanteamos nuestra propia
forma de percibir el mundo.
Así, ver cine es siempre mucho más placentero.
►
LA PROPUESTA: ¿Qué películas los
dejaron pensando en sus interpretaciones y significados? ¿Cuál vuelven siempre
a ver y le encuentran otra forma de entenderla? ¡Dejen sus comentarios!