Esta película era una de las pocas que me faltaban para completar el álbum
cinematográfico del gran David Fincher. Sabía que El curioso caso de
Benjamin Button era una muy buena historia. No me imaginé que iba a llegar
a conmoverme tanto.
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Una cuenta pendiente
La obra de David Fincher de 2008 está basada (muy libremente, por cierto) en un relato corto de F. Scott Fitzgerald, un tipo que escribía cuentos y novelas para mantener sus gustos por el alcohol y las fiestas. El texto original lo leí hace unos 10 años y tuvo una breve reseña en el blog allá por 2014.
Me venía posponiendo esta película desde hace un montón. Durante un viaje en auto a Buenos Aires con mi viejo -donde charlamos sobre todo, incluido el cine- surgió el tema de Benjamin Button y finalmente decidí que era tiempo de darle una chance. Me daba un toque de paja porque… 167 min. Pero la terminé encarando y se me hizo súper llevadera.
Por supuesto, estamos hablando de Fincher, que rara vez decepciona. Lo
que logró con esta producción es una experiencia muy inquietante, conmovedora y
fascinante.
El romance no es lo primero que me viene a la mente junto al nombre de David Fincher. Su trabajo se caracteriza más a menudo por ser oscuro, ingeniosamente retorcido e incluso despiadado. Sin embargo, con Benjamin Button demostró que tiene una sensibilidad especial para este tipo de historias.
Sí, El curioso caso de Benjamin Button tiene un ritmo lento,
especialmente para los estándares cinematográficos actuales, aunque ciertamente
es una historia única y está muy bien filmada, interpretada y dirigida. Por
otro lado: para mí no tiene ni un solo momento aburrido.
Crecer al revés
Vayamos por parte. El argumento inicia en una sala de hospital. Mientras el huracán Katrina se dirige hacia la ciudad de Nueva Orleans, la ex bailarina profesional Daisy Fuller (Cate Blanchett) está en su lecho de muerte. Daisy le pide a su hija Caroline (Julia Ormond) que le lea las memorias de un hombre que conoció hace mucho tiempo: un tal Benjamin Button (Brad Pitt).
A partir de este momento, nuestro carismático protagonista se hace cargo de la narración de su inusual historia de vida. En 1918, en vísperas de que Estados Unidos celebre el fin de la Primera Guerra Mundial, nace un bebé del rico empresario Thomas Button y su esposa.
El problema con el infante es que nace siendo un bebé con la fisiología y todas las dolencias de un anciano encogido y su madre, habiendo perdido demasiada sangre, muere durante el parto.
Su agonizante y afligido padre abandona al bebé en las escaleras de un asilo de ancianos cercano, donde es descubierto por Queenie, una trabajadora afroamericana de buen corazón que decide criar al niño como si fuera suyo. Allí, se descubre que Benjamin está creciendo al revés, volviéndose cada vez más joven conforme pasan los años.
A medida que “crece”, Benjamin se vuelve físicamente más vigoroso y, al final de su vida, parece un bebé, aunque también padece demencia y ya no puede hablar. Sin embargo, hay un punto medio en el que su apariencia coincide más o menos con su edad real y está, por primera vez, en consonancia con el mundo que le rodea.
El relato abarca toda la vida Benjamin Button, siguiendo el viaje del protagonista desde su nacimiento hasta su muerte, y examinando todos los diferentes caminos que podría haber tomado en el medio, si bien se concentra principalmente en su relación intermitente con su verdadero amor Daisy.
De esta manera, El curioso caso de Benjamin Button se enmarca
dentro de ese género de películas muy de nicho donde vemos toda la cronología
de un personaje, como ocurría con Citizen Kane (1941), Forrest
Gump (1994) o la hermosa Big Fish (2003).
Dos amantes desventurados
Benjamin conoce a Daisy por primera vez cuando era una enérgica niña de 7 años que visitaba a su abuela en el asilo de ancianos. A pesar de que sus caminos se cruzan muchas veces, solo se involucran románticamente más adelante en la vida, cuando la edad física de Benjamin finalmente iguala su edad real.
De todos estos ejemplos anteriormente mencionados, El curioso caso Benjamin Button es la producción más épica, especialmente considerando su escala y duración.
Se extiende por casi 3 horas, abarca unos 100 años de historia, tuvo un presupuesto de alrededor de 150 millones de dólares, tiene escenas de batalla y lugares exóticos, un elenco enorme y fue nominada a 13 premios Oscar, ganando 3 de ellos. Como dije, épica. A esto debemos sumarle una partitura adecuadamente épica y maravillosa de Alexandre Desplat.
Sorprendentemente, el CGI se utiliza con moderación y mucho éxito. Se usan principalmente maquillaje y efectos prostéticos para envejecer y rejuvenecer a varios miembros del elenco a medida que los eventos de la película tienen lugar durante una escala de tiempo tan grande. Por ejemplo, Cate Blanchett interpreta a Daisy desde que tiene entre 20 y 80 años, y Brad Pitt como Benjamin hace lo mismo, pero a la inversa.
Hace rato que Pitt no es sólo una cara (muy) bonita. El tipo realmente te hace sentir y simpatizar con su personaje. Es el dueño de la película y forma un gran equipo con Fincher, con quien ya había trabajado en El club de la pelea (1999).
Para el reparto secundario, Cate Blanchett interpreta con mucha sutileza al interés amoroso. Su historia con Benjamin los convierte en amantes algo desventurados. Sería un pecado no mencionar a Tilda Swinton, quien tiene un rol secundario pero fundamental.
Uno de los mejores aspectos de El curioso caso de Benjamin Button es el guion de Eric Roth, que es súper sólido. No encontré diálogos clichés y está lleno de momentos de alegría, éxtasis, tristeza y comprensión. Muchas de las conversaciones son muy citables, así como el eslogan: "Nos definen las oportunidades, incluso las que perdemos".
Me encantaron los múltiples simbolismos sobre el tiempo que se manejan y la sutileza del realismo mágico trabajado (Gabriel García Márquez habría estado orgulloso). Un simbolismo interesante, por ejemplo, es el del colibrí que representa el tiempo retrocediendo, ya que es el único pájaro en la naturaleza que puede volar hacia atrás.
El colibrí es, al mismo tiempo, un emblema de la esperanza de que Benjamin y Daisy vuelvan a estar juntos en la eternidad (cuando ella ve un colibrí en los momentos finales antes de morir).
Y hablando muy brevemente del final: sí, es absolutamente deprimente, aunque quizás podría verse como
un final más agridulce cuando Benjamin muere sano y salvo en los brazos de
Daisy. Benjamin muere siendo un bebé con
demencia grave y no recuerda nada de su vida. Después de eso, la propia Daisy
muere y el huracán Katrina se acerca rápidamente a Nueva Orleans… y todos
sabemos cómo termina eso.
Palabras finales
El curioso caso de Benjamin Button es la visión más optimista (aunque aún devastadora) de Fincher sobre la influencia que el tiempo puede tener en el amor. Realmente la destaco entre una de las historias de amor más épicas y conmovedoras que haya visto.
Benjamin y Daisy se vuelven cada vez más conscientes del valor de cada minuto que pasan juntos, y si al principio eso les causa pánico y crea distancia entre ellos, eventualmente los termina por acercar, incluso si tienen que terminar su relación no como amantes, sino como dos personas que simplemente continúan estando presentes el uno para el otro, en todo momento.
Ésta es una película hermosa, trágica y tan original como uno podría pedir. La sentí muy atemporal y, con suerte, envejecerá bien como el buen vino (no pun intended).
Lo que hace que nuestras vidas sean memorables son los momentos que
parece que nunca captamos lo suficiente antes de dejarlos ir. La vida en sí
misma es realmente muy, muy curiosa y Benjamin Button no es menos maravilloso.
«Algunos
nacen para sentarse junto a un río. A algunos les cae un rayo. Algunos tienen
oído para la música. Algunos son artistas, otros nada. Hay quienes entienden de
botones o sabes de Shakespeare. Algunas mujeres son madres. Y otras… bailan.»
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Que linda nota. También tengo pendiente esta película, así que, también puede ser un buen momento para verla.
ResponderEliminarSaludos
¡Gracias por pasarte! Qué lástima que no dejaste un nombre (aunque sea inventado... algo así como JoseLuis735 o DarthVaderRules).
EliminarSaludos.