No, no es un nuevo combo de Mc Donald’s si no uno de los más usados (y
más conocidos) recursos argumentales
del cine y la literatura. El Macguffin
se define como un objeto que dirige la historia hacia adelante y es de vital importancia tanto para el héroe como para el villano, incluso si las especificidades del mismo se mantienen en las sombras.
Un mapa del tesoro –como podría
ser el del clásico de Robert Louis Stevenson
o el de las películas de Jon Turtletaub
protagonizadas por Nicholas Cage –
representa uno de los primeros Macguffins en la literatura y cine. Los protagonistas van en busca de algo, un mítico tesoro, pero lo importante es el viaje y no el destino. El elemento que
distingue al Macguffin de otros tipos de excusas argumentales es que es intercambiable. Desde el punto de
vista de la audiencia, el Macguffin no es lo esencial de la historia narrada,
podría ser cualquier otra cosa. Son
elementos motivacionales, brindan un propósito a la trama y un objetivo
concreto.
Miles de thrillers, aventuras y
relatos de misterio incluyen este tipo de elementos, particularmente los
trabajos de Alfred Hitchcock (quien
acuñó el término por primera vez y le dio un primer marco teórico formal).
Pensemos, por ejemplo, en los diamantes robados de “Reservoir Dogs” (Quentin
Tarantino). Se los menciona, y son el motivo que genera todo el conflicto
de la historia, pero nunca se los muestra ni se descubre su destino final.
... Algo similar sucede en “Pulp Fiction” con el maletín de Marcellus Wallace (brilla de forma resplandeciente, y es cargado durante toda la cinta… aunque llegamos a conocer su interior).
... Algo similar sucede en “Pulp Fiction” con el maletín de Marcellus Wallace (brilla de forma resplandeciente, y es cargado durante toda la cinta… aunque llegamos a conocer su interior).
Las películas de Indiana Jones se nutren constantemente
de estas técnicas narrativas: el Arca de la Alianza, el Santo Grial, la
Calavera de Cristal. En Stephen King,
la Torre Oscura es un Macguffin en sí
mismo, dentro de la famosa saga fantástica. En las historias de gánsters y
mafiosos (como en mi futura segunda novela) solemos contar con diamantes o collares robados que cumplen
esta importante función dentro de la historia.
Ocasionalmente, los Macguffins pueden ser también personajes dentro de la historia. El robot R2-D2 representa uno de ellos en la célebre saga de George Lucas, debido a que muchos protagonistas se pasan gran parte de la primera película buscándolo. Similarmente, la búsqueda del soldado Ryan propulsa mucha de la acción en esta cinta bélica, convirtiendo al personaje en una suerte de elemento impulsor.
=> Un error muy común es considerar al Anillo (en la saga épica de Tolkien) como un Macguffin, cuando esto no es cierto. Su capacidad para corromper hasta al más fuerte genera constantemente giros argumentales, y lo convierte en un personaje independiente (y con todo derecho). Boromir muere debido a él, y no habría sido posible destruirlo sin la intervención de Gollum. Lo que SÍ se comporta como Macguffin es la travesía para destruir ese “Anillo Único”, pero no el objeto en esencia. <=
En las comedias, el malentendido o
la confusión son elementos “Macguffin” que generan situaciones hilarantes,
generalmente desopilantes. Los Simpson, por otro lado, siempre comienzan sus capítulos con ideas o elementos que nada tienen
que ver la temática central, pero que sirven para dispararla.
En la literatura, un caso típico
(y siempre citado) es “Casa Tomada”
(de Cortázar). Los hermanos
protagonistas viven plácidamente encerrados entre las paredes de su inmenso
hogar. Su tranquilidad se ve perturbada por extraños ruidos –apenas
perceptibles– que los obligan a clausurar un sector tras otro de la mansión.
Finalmente, esta entidad extraña los
termina dejando en la calle, sin embargo nunca entendemos bien qué es lo
que los dejo en plena calle. Lo
importante pasa por otro lado.
Este es un tema fundamental: los Macguffin
proveen una forma interesante de mantener la expectativa del lector /
espectador, pero los escritores tienen que tener cuidado. Si le dedicamos
demasiado tiempo, terminan por
convertirse en el centro de la trama (en lugar del principal objeto
motivador). Jon Turtletaub (director
de “National Treasure”, “Mi encuentro
conmigo” y otros grandes títulos) lo explica perfectamente: cuando uno
encuentra el “tesoro” (o cualquiera sea el Macguffin empleado), algo más debe haber cobrado importancia.
Ya sean relaciones, lazos de amistad, descubrimientos, reconocimientos, pérdidas,
etc. El viaje siempre debe ser más importante que el “gran descubrimiento” y afectar de forma mucho más significativa a
los protagonistas.
Excelente estudio y relación del tema en otras películas. Enhorabuena por el artículo. Saludos.
ResponderEliminarGracias! La idea es ir haciendo mensualmente estos posts de distintas técnicas narrativas que vimos mil veces en libros y cine y no llegamos a percibir como "estrategias argumentativas". Un abrazo!
EliminarMuy bueno tu blog, Luciano. Muy útil, lleno de información. Ya soy hincha. Te mando esta colaboración sobre el recurso del mcguffin. Está en las primeras páginas del último libro de Enrique Vila Matas.
ResponderEliminarhttp://www.enriquevilamatas.com/obra/l_kasselnoinvitaAvance.html
¡Hola! Gracias por pasar y por el aguante, me agendo el link para revisarlo en estos días.
EliminarUn saludo grande.
Me gustó mucho esta entrada, no conocía el recurso, pero hay dos objetos que me generan dudas:
ResponderEliminarLa valija de Ronin. Siempre pensé que el hecho de que no se dijera qué tiene adentro era brillante para ser una película de Hollywood
El diamante de Snatch.
Saludos!
¡Acabás de encontrar dos macguffin más! jaja.
EliminarExcelente articulo, voy a seguir leyendo el resto de las entradas :)
ResponderEliminar¡Te espero por el resto de los posts!
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