Mi infancia en cuanto a libros fue una mezcla rara. Leí clásicos como Momo, El Alquimista, El Principito y “Ami, el niño de las estrellas”; leí mucho cuento policial; historias
de suspenso infantiles (“R.L. Stine”) o más adultas (Agatha Christie y Edgar Allan Poe, entre otros) y por momentos también disfruté mucho de una “literatura”
que no sé si podemos considerarla como tal.
Los libros de “¿Dónde está Wally?”
no se “leen” pero conformaron grandes
momentos de interminables viajes en auto. Son parte de mi nostalgia
infantil y merecían un post también.
Martin Handford publicó su
obra originalmente en 1987 (año en
el que nací) bajo el título “Where´s
Waldo?”. Su “original” idea (que, en realidad, fue un robo a una idea
anterior que tenía como protagonista a un chimpancé de nombre Wallace) se vendió como pan caliente.
Wally era un viajante que recorría el tiempo y el espacio, enviando postales al lector que
tenía que encontrarlo entre panoramas altamente cuidadosos que incluían playas,
circos, museos, estadios y algunas épocas históricas.
Las imágenes eran extremadamente
detallistas y se podían encontrar muchas peculiaridades en cada una. Predominaba
el humor de “causa-efecto”, donde veíamos
como un hecho particular (ejemplo: un
nene dejando ir a su perro) generaba resultados en cadena en las personas
de la imagen (uno se tropezaba, tiraba su helado que golpeaba a alguien y esto creaba
todo un efecto dominó).
Impactantes, bizarras (en ocasiones) y muy minuciosas… cada escena preparaba al lector con un
desafío visual atractivo donde uno no sabía con qué se iba a encontrar. Muchas
veces estos libros fueron prohibidos porque algunas situaciones eran demasiado “extrañas”
para un niño. Hoy vamos a hacer un
repaso de las 5 más interesantes:
1) Un travesti de fiesta
Mientras Wally visita un baile parisino de Napoleón en 1970, nos encontramos con estatuas que cobran vida, animales
borrachos y bailarines inútiles. Pero lo que quizás uno no esperaría sería ver a un hombre vestido de mujer y
llamando la atención de algunos de los muchachos.
2) El museo de las torturas
Los libros de Wally se especializaban en personas en situaciones de dolor, pero en esta imagen el autor
llevó la experiencia un paso más adelante. No solo se exhibe una escena real de
hombres bajo tortura, sino que además el
mismo público les genera aún más sufrimiento. ¡Incluso uno está atado de
pies a cabeza! Además, por su estado y barba uno podría llegar a asumir que
llevan allí bastante tiempo.
3) Lolas al viento
La escena de la playa (que salió
en el primer libro) generó que la obra fuera prohibida en varias librerías y escuelas. En ella vemos una mujer
en topless exponiendo sus atributos a los vecinos debido a la travesura de un
niño. En la reedición de 1997 se
decidió tapar los senos de esta pobre mujer.
4) Sacrifico a la azteca
Acá las cosas empiezan a ponerse bien bizarras. El sacrificio ritual no parece molestarle
a Wally mientras recorre los últimos días de los aztecas. En la imagen vemos a un hombre a punto de ser inmolado y
varios más en fila que compartirán pronto su destino.
5) Violación salvaje
Esta imagen pide a gritos el
número uno de la lista. Vemos a un hombre, disfrazado de tigre que acaba de
matar a un hombre (¡Ohhhh!) y detrás un felino que parece haberse enamorado. Solo podemos imaginar lo que va a pasar
después. Difícil que la situación se vuelva más surrealista que esta.
► Como sea, eran
este tipo de cosas las que se volvían más interesantes (al encontrarlas) que el
mismo Wally, ¿no? ¡Si les gustó la
nota, no se olviden de hacérmelo saber!
Un saludo y hasta la próxima, si me encuentran.
ja... Wally... medio inutil, pero agradable..
ResponderEliminarsaludos.
ah... muy buena nota !
ResponderEliminarAhora entiendo que te hayan gustado mis psicochistes de Wally.
ResponderEliminarA mi también me gustan estos libros, los he mirado mucho con las generaciones más jóvenes. A los niños actuales les sigue gustando buscar a Wally.
Veo que te has fijado en TODOS los detalles. Muy observador.
Gracias por tu comentario en mi blog.
Saludos
Gracias!! Si, me gustaron muchos tus chistes jajaja...
EliminarEspero que puedas seguir recorriendo el blog!
Te mando un abrazo!
El autor de Wally no se dedicaba a escribir en detalles, sino a dibujar en detalles. Menudo recuerdo.
ResponderEliminarSaludos