Nuestros pies no tienen raíces, al
contrario, están hechos para moverse. El subgénero de la aventura iniciática –y
el viaje como método para sanar o encontrarse a uno mismo– es capaz de
perpetrar hermosos largometrajes. Wild
(Alma Salvaje) es solo una de las tantas películas sobre senderismo que recomiendo
en esta nota.
***
Haciendo camino al andar
Ahora que la cuarentena está,
finalmente, comenzando a alivianarse, me pareció importante reflotar esta nota
que originalmente escribí para Alta
Peli.
Hace mucho tiempo que el acto de
caminar ya no es considerado como un medio de transporte. A pesar de ello, hay
quienes lo siguen utilizando para encontrar la tranquilidad del silencio y el
contacto con la naturaleza.
Yo no me considero un gran
fanático del senderismo, pero sí he realizado alguna que otra excursión de
trekking a lo largo de mi vida y, cuando lo hago, lo
disfruto mucho.
Para los caminantes, andar es como
una droga, una manera apropiada de tomar distancia, un atajo en el ritmo
desenfrenado de sus vidas. Un poco los entiendo: la búsqueda de senderos, la
orientación, las diferentes etapas del ascenso y la
trepada final hacia la cumbre, ponen a prueba la capacidad física y mental
(principalmente, aunque no lo crean, la mental).
Una caminata larga supone un gran desgaste físico, pero la que realmente te puede hacer pasar un mal rato es tu propia mente.
¿Escucharon alguna vez eso de que nosotros somos nuestro peor enemigo? Es tal cual.
La mente es ese mecanismo de
defensa que tiene nuestro cuerpo para evitar el malgasto de energía, para
buscar el equilibrio y evitar riesgos. Por eso, constantemente nos va a incitar
a parar y a buscar excusas; intenta convencernos de que no somos lo
suficientemente buenos. Lo más difícil de caminar largas rutas es el desgaste
que puede hacer nuestra propia consciencia.
Grandes películas sobre senderismo
El cine ha sabido crear grandes
historias relacionadas con el senderismo. Cada una en su estilo, son películas
sobre senderismo Easy
Rider (1969), Bajo el sol de la
Toscana (2003) y Thelma y Louise
(1991).
Si bien encontramos mejores
exponentes del género en Into the wild
(2007), de Sean Penn, The Way (2010),
de Emilio Estévez, y más recientemente, Tracks
(2013), protagonizada por Mia Wasikowska.
Tengo un amor infinito por The Secret Life of Walter Mitty (2013), que incluye senderismo dentro del impresionante viaje por el mundo que realiza Ben Stiller en busca de una foto que parece haber perdido. El recorrido (tanto físico como emocional) lo lleva a experimentar el heroísmo, la acción, el romance… y encontrar el verdadero sentido de la vida.
Grandes películas sobre senderismo
Dentro de la excelente filmografía
de Ben Stiller en la silla de director (no es joda: Reality Bites, Tropic Thunder,
Zoolander) éste me resulta su trabajo
más honesto. La fotografía es hermosa y está muy bien acompañada con un
soundtrack increíble que incluye canciones de José González, David Bowie
y Of Monsters And Men.
La mezcla entre “cinta indie” y
película pochoclera hollywoodense está realizada con mucha sutileza. El relato
nos lleva desde una hermosa Nueva York hasta Islandia, pasando por lugares tan
inhóspitos como el Himalaya. Quienes sean apasionados de los viajes, paisajes y
aventuras van a pasar un gran momento con esta historia que es un festín para
ojos, oídos y corazón.
Si lo llegan a encontrar, el
documental I’ll Push You (2017) es
también muy inspirador (¡y el video oficial lo hizo mi banda favorita de todos
los tiempos: Switchfoot!).
Relata el desafío de dos amigos
empujando a Justin en una silla de ruedas por el norte de España, a lo largo de
la caminata de 34 días y 500 millas –a través de montañas, desiertos, colinas y
valles– que presenta el Camino de Santiago.
El exigente viaje de Cheryl Strayed
Luego de algunas duras
experiencias personales, como su divorcio y la muerte de su madre, la joven Cheryl Strayed decidió recorrer en
solitario (y careciendo de experiencia) más de 1600 kilómetros por el Sendero
de las Cimas del Pacífico, que atraviesa el desierto de Mojave y sube hasta la
frontera de Canadá, entre los estados de Oregón y Washington.
Algunos han llamado a Wild (“Alma Salvaje”, por la traducción
que recibimos en Latinoamérica) la Into
the Wild en versión femenina. Algo de cierto hay… tanto Cheryl como
Christopher McCandless (alias Alexander Supertramp) fueron senderistas en la
vida real.
La diferencia radica en la manera
en la que el director Jean-Marc Vallée decidió encarar el argumento de Wild,
una película bastante anti-comercial y hermosa, un complejo encuentro con la
naturaleza, y también un juego de contrastes y de dolor ante el límite.
La verdadera Cheryl (izquierda) y su contraparte cinematográfica (derecha)
Mientras la veía me llamó la
atención lo cercana en tono y estilo que está de dos impecables miniseries de
HBO: Sharp Objects (2018) y Big Little Lies (solo la primera temporada
de 2017, que es la que cuenta). Luego entendí todo: el director de ambas es el
mismo Jean-Marc Vallée.
Para la credibilidad de la
historia era clave contar con una actriz que no fuera una atleta o heroína de
acción. A Reese Witherspoon el rol
le calzó perfecto. Lejos quedó la chica que hacía comedias olvidables como la
rubia tonta de turno. Acá no tiene drama en desnudarse y meterse en el barro
(simbólicamente, claro).
La película va un poquito más allá
de la clásica historia de redención personal donde una larga caminata hacia un
objetivo geográfico específico esconde la idea de un lavado espiritual. Wild es un intenso estudio de personaje
que tiene el valor adicional de basarse en una historia real.
La Cheryl de Witherspoon
progresivamente se torna menos ingenua, adopta los consejos de la gente que
conoce y asimila técnicas esenciales para el senderismo que la ayudan a
sobrevivir. En este sentido, Wild
está plagada de detalles fascinantes sobre esta pasión.
Es una joyita de película sobre el
arte de perderse para encontrarse. Tiene una admirable fotografía, inspiradores
mensajes y una brutalmente auténtica interpretación de Reese Witherspoon.
No hay soluciones mágicas
Está claro que no existen
soluciones mágicas en la vida, como quizás algunas de estas producciones buscan
hacernos creer. Para encontrarnos a nosotros mismos no es necesario escalar una
montaña o experimentar una excursión extrema como suelen retratar este tipo de
historias.
Sin embargo, la caminata
usualmente brinda una perspectiva diferente de las cosas y ayuda a realizar un
trabajo de introspección. El truco, muchas veces, está en seguir respirando y
avanzando. Esto no te convierte automáticamente en un ser más espiritual, sí
quizás en uno menos adormecido.
Ése es, a mi parecer, el verdadero
mensaje de las películas sobre senderismo. Ofrecen una ocasión ideal para que
desfilen recuerdos y reflexiones, para impulsar encuentros y tener
conversaciones que son simultáneamente esenciales e insignificantes. Son una
forma de tomarle el sabor al mundo desde la comodidad de nuestras casas.
Y a lo mejor, quién les dice que
no les dan ganas de experimentar una buena y desafiante caminata real que
permita el contacto con la naturaleza más pura.
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=>> Otras notas sobre VIAJES en el
blog: “Cerro Tres
Picos: haciendo camino al andar”; “Refugios
de El Bolsón: el ascenso hacia Los Laguitos”; “Oktoberfest
2017 en Villa General Belgrano”; “Mis
días por el Norte Argentino”
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La única que vi es into the Wild, no me llegó tanto. Pero después investigando el caso real en que está basada, podría volver a verla.
ResponderEliminarY luego de leer esta entrada quiero ver Wild
Gracias por la recomendación
Abrazo crack!
Mirala. Recontra garpa.
Eliminar¡Abrazo!
Me encantó está en Star, recomendada 👌🏻
ResponderEliminarDatazo. No sabía que estaba disponible ahí
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