Este año, la película Parasite (que ya tuvo mi
reseña) se encamina como una de las mejores del 2019. Esto probablemente
haga que el público reviva la filmografía del coreano Bong Joon-ho. Entre sus producciones, una me llama
particularmente debido a su enigmático final. Basada en un caso real, Memories of Murder (2003) nunca revela
quién es el asesino serial… ¿o sí lo hace?
***
El
fenómeno de Parasite
Supongo
que debería arrancar por acá. El director coreano Bong Joon-ho tiene varias películas en su haber pero, con su
séptima producción, se convirtió en el primer coreano en regresar triunfante
con el Palma de Oro de un festival de Cannes, considerado uno de los máximos
galardones de la industria cinematográfica.
Parasite es un quilombo
hermoso que reflexiona sobre el capitalismo, la diferencia social y las
complejidades éticas. Y lo hace con una trama creativamente elaborada. El
título ya presagia la ingeniosa alegoría sobre las relaciones humanas que
presenta bajo el contexto de la simbiosis.
La
historia tiene como protagonistas a un padre y su familia, quienes se
encuentran en el límite de la pobreza. Pasan sus días con “changuitas”,
intentando robar wi-fi para sus
teléfonos y viviendo en un piso subterráneo. Cuando su hijo mayor comienza a
dar clases particulares en una casa de clase alta, las dos familias empiezan a
entrecruzarse con resultados tan imprevisibles como trágicos.
El boom del cine coreano
Han sido unos últimos diez o quince años más que interesantes
para los realizadores de Corea del Sur. Un puñado de ellos –con directores como
Bong Joon-ho a la cabeza– han sabido concebir producciones súper originales,
taquilleras y frescas que lograron maravillar al mundo entero.
El año pasado, Burning
fue una de mis películas favoritas. La analicé en detalle por este lado. Lo mismo me sucedió en 2016
con la reinvención del género zombie que presenta Train to Busan.
Además tenemos a Park
Chan-wook con muy buenos thrillers (The
Handmaiden, Oldboy, la fantástica
Stoker) y Kim Jee-woon abordando tanto la acción como el terror (The Last Stand, I Saw the Devil, A Tale of
Two Sisters).
Por su parte, Bong Joon-ho tiene al mega éxito taquillero The Host, Snowpiercer con el Capitán América y la obra que da nombre a este
post: Memories of Murder.
Probablemente sea uno de los directores asiáticos más
accesibles, lo que no necesariamente significa que sea básico o simple. Sus
películas explotan el cine de género, que suele ser más popular con las masas
y, por su naturaleza, muy atrapante.
La “Zodiac”
asiática
Corea del Sur, 1986. Una joven aparece muerta y brutalmente
violada. Dos meses más tarde, se producen una serie crímenes en circunstancias
similares. Para buscar al asesino, se organiza un destacamento especial,
encabezado por un par detectives locales y un detective de Seúl, que ha
solicitado ser asignado al caso.
Memories of
Murder ha sida llamada la “Zodiac asiática”, y con justa razón (aunque
convengamos que la producción coreana es anterior).
Ambas películas están basadas en casos reales que
nunca fueron resueltos. Las dos historias tienen a una multiplicidad de
sospechosos sin definir al verdadero asesino, hablan sobre la obsesión por los
casos, la frustración de no poder dar un cierre y hasta comparten un final
parecido.
Quizás la gran diferencia es que Memories of Murder incorpora mucho más
humor del que habría esperado para este tipo de relatos, en tono con películas
como Fargo de los Hermanos Coen.
Creo que Zodiac
es mucho más sólida. Tiene algunas escenas que muestran a David Fincher en su
mejor forma. Una es el ataque a la pareja por la orilla del lago y la otra es
el descenso del personaje de Gyllenhaal a un sótano espeluznante. Estas escenas
hicieron que mi corazón latiera de una manera que la mayoría de los thrillers
nunca logran igualar.
Sin embargo, si tengo que elegir me quedo con el
fascinante y enigmático final que presenta Bong Joon-ho.
… por cierto… #SpoilerAlert.
***
¿Quién es el
asesino en “Memories of Murder” (2003)?
Básicamente, luego de haber pasado por varios
sospechosos cuya culpabilidad no pudo probarse, el detective principal (Park
Doo-man, quien también protagoniza Parasite)
regresa a la primera escena del crimen 10 años después. Allí, sucede esto:
Los asesinatos en serie de Hwaseong sucedieron en la vida real y son, todavía hoy, un caso sin
resolver en Corea. Por lo tanto, la película también podía terminar solo con
una nota similar.
Bong Joon-ho halló una manera muy creativa de armar
ese final. El personaje de Park Doo-man se entera, por una niña que justo
pasaba por la primera escena del crimen, que aquel mismo lugar había sido
visitado recientemente por otro hombre desconocido con una cara “simple”… es
decir, por alguien común y corriente.
Es sabido (de Mindhunter…
cough… cough) que los asesinos seriales tienden a volver a los lugares donde
cometieron crímenes. El protagonista se da cuenta de que el asesino estuvo allí
y que es una persona ordinaria. Podría ser cualquiera a nuestro alrededor.
La niña le había preguntado al hombre por qué
estaba mirando un desagüe y él le respondió que estaba recordando algo que hizo
allí hace mucho tiempo. Entonces, el protagonista rompe la cuarta pared,
sorprendido, mirando directamente a la cámara.
Fin. Créditos. C'est
fini.
Este desenlace tiene suficientes puntos en común
con Caché, de Michael Haneke, que comenté en esta
otra nota. ¿El asesino es el espectador? O, quizás… ¿el asesino, que nunca
fue hallado, habrá mirado esta película y ahora el protagonista lo mira directo
a él?
Durante toda la película se sospecha de personas
desviadas, socialmente pervertidas o raras. ¿Quién más sería capaz de tal
atrocidad? Pero… ¿y si el asesino fuera una persona “normal” bajo los
estándares de la sociedad?
La banalidad
de la violencia
Al final del día, Memories of Murder nos habla sobre la banalidad de la violencia. El
asesinato es sólo una de las tantas formas de violencia que se ponen en
evidencia. Los héroes protagonistas utilizan técnicas poco legales para someter
a sus sospechosos a confesar. Hay violencia económica, discriminación, apatía
general del público.
El niño tonto y discapacitado se convierte en uno
de los principales sospechosos, cuando en realidad no fue más que un testigo. El
padre de una familia indigente rápidamente se convierte en asesino potencial.
Como espectadores, queremos que los policías
atrapen al asesino, pero simultáneamente queremos verlo cometer más crímenes.
Hay una escena súper interesante donde se rompe la cuarta pared de una forma
muy sutil.
Estamos desde el punto de vista del asesino, arriba
de un árbol, y viendo a dos posibles víctimas. Una de ellas es el interés
romántico del protagonista, con quien ya empatizamos. Junto al criminal estamos
decidiendo que él vaya por la otra chica, la desconocido, la que no nos es
familiar. En ese momento somos tan asesinos como él mismo.
En la escena antes de los créditos, el policía nos
observa directamente como diciendo “¿y si el responsable de todo esto sos vos?”
Más loco es pensar que el verdadero Asesino
de Hwaseong seguramente haya visto la película basada en sus propios crímenes.
El mal como
deformación social
Hay otra posibilidad más. Memories of Murder es
simultáneamente un estudio sobre el mal que acecha en cualquier sociedad. (De
nuevo, Michael Haneke explora
estas temáticas bastante también).
El asesino no identificado en la película se suma al
inquietante hecho de que esa persona podría ser cualquiera. En un momento de la
historia me pregunté si no sería alguien en la radio (por la conexión con
aquella canción triste) o uno de los policías que investigaban el caso.
Así, la obra es un reflejo de un momento tumultuoso
en la historia de Corea del Sur. El verdadero asesino en la historia es la
propia sociedad coreana, una que está deformada por generaciones de trauma
histórico, heridas abiertas que fueron exacerbadas por una dictadura militar
que veía a su propio pueblo como el enemigo.
Nunca lo sabremos. Memories of Murder tiene
ese desenlace abierto adrede para que cada uno de nosotros complete el espacio
en blanco con nuestra propia percepción de los hechos.
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=>> Otros posts sobre CINE en el blog: “In
the Mood for Love y los secretos inconfesables”; “¿Quién
envió las cintas en Caché, de Michael Haneke?”; “Análisis
de Rashomon, de Akira Kurosawa”; “Claves
para entender Stalker, de Andrei Tarkoski”; “Interpretando
el final de Split (Fragmentado)”.
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Ufff me diste todas las ganas de verla.
ResponderEliminarAbrazo crack
¨Junto al criminal decidimos que él vaya a por la otra chica¨ Me intriga saber si es que fue tu primer pensamiento al observar desde la perspectiva del acechador. Por lo demás, la apreciación de la sociedad en conflicto que fuere un nicho para la impunidad, me encanto. Un saludo desde otra sociedad en pugnas de violencia y poder.
ResponderEliminarimpresionante y obligatoria!
ResponderEliminarNo se por que quiero llorar, pero cuando decidió sobre la víctima no quería que fuera tras la niña :(
ResponderEliminarEsta pelicula es del 2003 y la vi en el 2011, es simplemente una OBRA DE ARTE, Masterpiece, de esas joyas o perlas escondidas y que escasean ante un mundo que va en busqueda de lo convencional. No es solo una pelicula de Asesino en serie, es mucho mas que eso, ya que el manejo del guion es tan brutal y atrapante que te genera sensaciones emocionales en el tiempo. Este director es UN GENIO, la musica es una DELICIA, las escenas de los crimenes Ufff, la fotografía, el juego de personajes.....Aclaro no la recomiendo a todo el mundo, ya que es para paladares exquisitos, y hoy el mundo escasea de esto. Felicitaciones director Boon Ho, despues de 13 años, reconocieron tu trabajo, arrasaste en cannes y en los oscar con la gran Parasite, Aunque yo te daría el doble de premios y reconociemtos por MEMORIES OF MURDER.
ResponderEliminarBUENISIMA
ResponderEliminaruna obra mas de bong
ResponderEliminarExcepcional...por favor, sigue haciendo cine..
ResponderEliminarGracias por la interpretación del final en este artículo. En realidad todo apunta a que el asesino es el niño que se va al final del túnel, pero no hay pruebas. Por lo que la posibilidad de que el asesino sea alguien normal... cualquier espectador me encanta. Obra maestra como también Parásitos. Hay que seguir a este director. Película cómica en muchos aspectos. Humor negro. Casposa estilo Torrente. Para espectadores de alto nivel
ResponderEliminarBrutal. Imprescindible. Parásitos me gustó mucho, pero la escena del banquete, resultaba irreal y me desconcentró. Esta peli, en todo momento te mantiene alerta, te hace dudar de lo correcto y resulta totalmente verosími.b
ResponderEliminarLa conocía pero todavía no la veo. Parásitos estuvo muy buena
ResponderEliminarMe la recomendaron y despues de observar a Parasitos decidi verla y ... que decepción.. otra de "armalo como quieras", Esta me hizo acordar de otra coreana El Extraño, al final no resuelven nada y uno se queda en las mismas. Ciudadano X, la historia del asesino serial ruso, Chikatilo, muestra de igual una insipiente maquinaria rusa para resolver asesinatos seriales, de igual forma pense que aqui pasa igual, pero no, el asesino sigue feliz como cualquier asesino hoy que disfruta de sus actos y no es atrapado, si la escencia es mostrar que se puede matar y pasar desapercivido, entonces les recomiendo la Serie Hanibal, para que disfruten al asesino serial, en su día a día. No me gusto esta pelicula pero el cine Coreano, es un gran cine en general de calidad.
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