El mundo de ficción imaginado por Bioy Casares consiste en una
composición equilibrada de magia y ciencia. En este sentido, la colección de
cuentos Historias desaforadas (1986)
es un fiel exponente de la literatura “casariana” (me acabo de inventar esa
palabra. Si existe borgiano y kafkiano, ¿por qué no casariano?).
En la antología se entremezclan curas milagrosas
para la calvicie (con efectos secundarios peligrosos) con edificios que están
en el límite del universo, complejas enfermedades mentales, búsquedas
implacables contra la vejez, cines de feria que exponen el alma de quien mira y
dobles en otras ciudades del mundo.
Todas las temáticas recurrentes del autor están
presentes, en mayor o menor medida, en alguno de los diez relatos que componen el
libro: los viajes, los desamores (el amor como tragedia), la búsqueda de la
inmortalidad, la inútil lucha contra la vejez, los límites de la ciencia, etc.
Soy un enamorado de la escritura de Bioy Casares.
Creo que esta obra está escrita con la misma maestría que caracterizó a su pluma durante toda su carrera. Sus historias son siempre creativas, impredecibles, sensibles. Están pinceladas con cierto intelectualismo porteño y mucho humor satírico, dos de las marcas personales del escritor.
Sin embargo, en esta oportunidad rescaté apenas un puñado de relatos que me parecieron verdaderamente memorables. Acá el autor no me voló tanto la cabeza como sí lo hizo con todas y cada una de sus novelas.
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Los mejores relatos
de Historias Desaforadas
Como toda antología, hay relatos que gustan más que
otros. De los diez cuentos presentes destaco especialmente
cuatro.
Planes para una fuga al Carmelo
es una historia de romance y ciencia ficción sobresaliente; Trío muestra tres episodios
interconectados sobre la temática del desamor (se dice que uno de ellos es
autobiográfico), Historia Desaforada
nos pone cara a cara con el género de terror científico, al mejor estilo
“Frankenstein” y Máscaras Venecianas (quizás
su mejor relato) trabaja la temática de los doppelgängers –el doble
fantasmagórico de una persona viva– de una manera fascinante.
Los seis restantes tienen todos sus puntos de
interés, pero no creo que vaya a recordarlos como lo mejor de Bioy Casares. No
lograron llevarme a esa sensación de desconcierto absoluto donde quedo por varios
días reprocesando en mi cabeza lo que acabo de leer.
Lo bueno es que hay de todo y para todos los
gustos. Algunas tramas son más románticas, otras más fantásticas. Un par tienen
un corte de terror (El Nóumeno) o
policial (La rata o una llave para la conducta).
Tiene cuentos muy breves y otros que son, prácticamente, novelas cortas.
En la mayoría de los relatos de Historias Desaforadas hay un narrador en
primera persona, testigo o protagonista, sin nombre, que bien podría ser el
mismo Bioy. El autor mencionó, de hecho, que hay una buena cantidad de
elementos personales y biográficos en estos relatos.
Otro punto en común entre todos estos textos es el
tema del viaje. Un viaje que, en su gran parte, es literal, físico. Los
personajes recorren varios de Europa (Alemania, Holanda, Italia, etc, etc) y
también transitan por zonas escondidas de Buenos Aires o pueblos perdidos de
Argentina.
A excepción de uno o dos cuentos que sostienen una
única locación, en casi todos existe un peregrinaje que fusiona, en un mismo
personaje, al viajero y al investigador, ambos en busca de alguna verdad o un
aspecto de la realidad determinado.
Es sólo a partir de esa simbiosis particular entre
viajero e investigador que el narrador logra hallar el motivo de su propio
existir, sea para entender la imposibilidad de un reencuentro amoroso o para
hallarse, cara a cara, con su angustioso final.
El doble en
“Máscaras Venecianas”
De nuevo, si tengo recomendar que lean uno solo de
esta colección, que sea Máscaras
Venecianas. Si bien es un cuento lineal sin dificultades narrativas ni
riesgos formales, creo que es el que más permite cortar la tela. Es el que más
nos invita a desarmarlo y repensarlo.
Máscaras
venecianas pertenece al mismo género fantástico en el que se incluyen
novelas como “La invención de Morel” y “Dormir al sol”. En esta caso se trabaja
la idea de la clonación de seres humanos por métodos científicos y la
posibilidad, casi mágica, de que exista una persona exactamente igual que nosotros
en otro rincón del mundo.
Bioy Casares aprovecha un cuento muy redondito para
explorar las posibilidades psicológicas de un clon y realizar especulación
ficcional.
Después de enterarse de una rara enfermedad y de
separarse de Daniela, la mujer de su
vida, el narrador-protagonista planifica un viaje a Italia. Por esas cuestiones
misteriosas de la vida, llega a Venecia en pleno carnaval, un contexto idóneo
para el desarrollo del argumento ya que el lector se ubica en aquella ciudad
disfrazada, ornamentada, festiva, donde todos pueden ser otras personas detrás
de máscaras de arlequines y colombinas.
Me encantó cómo el autor utilizó la ironía
dramática para enfatizar el viaje del protagonista, quien ahora se siente
partícipe del gran teatro que es recorrer las calles de Venecia durante los
días de Carnaval.
En su deambular, ingresa a un teatro (un teatro
dentro del teatro que es Venecia) y se topa con una mujer idéntica a Daniela.
¿Es ella o es su doble exacto?
Hasta las últimas líneas del relato hay un juego
constante de máscaras ocultas, abriendo la ficción a múltiples lecturas.
El magistral y pulido estilo de Bioy Casares está
presente en Historias desaforadas. Si
bien no los encontré todos excelentes, sus relatos tienen algo interesante para
decir. Se mezclan mundos llenos de tragedias amorosas e inventos científicos de
soluciones prodigiosas, fenómenos extraños (sobrenaturales, incluso),
peregrinajes metafísicos y otros tantos hechos extraordinarios.
Disfruté mucho de su lectura, especialmente porque
hay tres o cuatro cuentos que me gustaron mucho y me los llevo conmigo. El
libro completo puede encontrarse fácilmente en Internet y en formato e-book.
Yo leí la hermosa versión en papel de la Biblioteca Esencial publicada por La Nación, que formó parte de las diez
entregas que publicó el diario con todas las facetas literarias del autor
argentino.
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posts sobre ADOLFO BIOY CASARES en
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He leídoo otras antologías de Bioy Casares y novelas, como Los que aman, odian y La invención de Morel.
ResponderEliminarMe gusta el título. Interesante reseña de libro este.
Saludos.
Este libro es lo primero que leí de Bioy y me ha gustado bastante; seguramente leeré más de él en e lfuturo, aunque mi lista de pendientes ahora es muy larga. Comparativamente, tengo una mejor primera impresión de él que de Borges, cuyo primer y único libro que leí hasta ahora fue Ficciones, que no me gustó tanto
ResponderEliminarEste fue el primer libro que leí de Bioy Casares y me ha gustado bastante, tal que seguramente leeré más de él en el futuro, aunque ahora mi lista de pendientes es muy larga. Comparativamente, me ha ocasionado una mejor primera impresión que Borges, de quien leí Ficciones, que no me gustó tanto.
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