Hombre de salidas elegantes, ingenioso y misterioso, Borges fascinó por años al mundo entero con sus cuentos intrincados
de los que se podía hacer tantos análisis como pasillos tiene un laberinto.
Ya era hora de que Jorge Luis Borges tuviera un post en mi
blog y no solo una breve mención. Estamos hablando de quien trajera el
ultraísmo a la argentina, del creador de innumerables clásicos literarios de
géneros indescifrables: “El Aleph”, “La Muerte y la Brújula”, entre tantos
otros. ¿Cuentos policiales? ¿Fantásticos? ¿Existenciales? Quizás todo eso, o quizás algo totalmente distinto. Un
hombre que cuando le preguntaron: “¿se da
cuenta que es usted uno de los grandes escritores del siglo?”, respondió: "Es que este ha sido un siglo muy mediocre".
Hombre hábil para el retruco, que consideraba “poco inteligente” a quien amaba el fútbol. De ese Borges hablamos, y un
post no alcanzaría a tomar toda su grandeza.
Por eso hoy voy a centrarme en uno
de sus grandes clásicos. «El jardín de
senderos que se bifurcan» fue escrito en 1941 y se convirtió en la primera
de sus obras en ser traducida al inglés (salió en el Ellery Queen's Mystery Magazine de 1948). Se trata de un cuento muy
loco porque funciona como argumento policial y como ensayo filosófico; aunque
quizás debiera leerse como un relato de espionaje más que un policial.
Yu Tsun, el espía y protagonista de la
historia, tiene que cumplir una difícil misión para los oficiales alemanes.
Acosado por el implacable irlandés Richard
Madden, escapa buscando al sabio sinólogo Stephen Albert, con un propósito
que solo se revela en las últimas líneas.
Una vez en Ashgrove (lugar donde
reside el sabio Albert), y por obra de una fortuita coincidencia borgeana, Yu Tsun se entera de la historia de su
antepasado, un astrólogo chino que se había propuesto dos tareas inconcebibles:
construir un laberinto infinitamente
complejo y escribir una novela.
No quiero revelar más de la
historia porque es, ciertamente, maravillosa. Mejor léanla:
► Les dejo “El jardín de los
senderos que se bifurcan” en PDF: http://bit.ly/166NcNg
“El jardín de senderos que se bifurcan”
es uno de sus cuentos más representativos y valorados por el ingenioso
entretejimiento de sus eternas ideas filosóficas (los espejos; la identidad del
hombre con sus antepasados; el laberíntico carácter del mundo; la inmortal
simultaneidad del pasado; etc.) junto a los ingredientes del cuento
detectivesco: el misterio, la persecución, el suspenso y el castigo del
criminal.
Borges proponía una relación entre lo
mundano y lo maravilloso en la solución de los enigmas detectivescos. Esta idea
(para muchos: “chestertoniana”)
tiene, en este cuento, un tono bastante peculiar. Recordemos que el detective de Chesterton (el famoso Padre Brown) primero se encontraba con
una explicación maravillosa, casi mágica, de los hechos, para luego introducir
una pragmática, devenida de la razón.
Como en las aventuras de Holmes, Borges desafía vilmente al lector a una competencia intelectual. Partiendo
de una trama policial simple, el autor teje un laberinto en el que trata de
perder al lector. La propia discusión filosófica (casi existencial) tiende a distraer la atención del lector de
la verdadera misión de Yu Tsun.
Pero ya lo dijo Adolfo Bioy Casares: “Se trata de una historia policial, sin
detectives, ni Watson, ni otros inconvenientes del género, pero con el enigma,
la sorpresa, la solución justa, que en particular puede exigirse, y no
obtenerse, de los cuentos policiales”.
Solo al final se descubre el
propósito del viaje a la casa de Stephen
Albert. Sin embargo, las divagaciones son importantes porque contienen
las ideas básicas de la filosofía de
Borges, como ya dijimos. Para la exposición de las mismas, se emplea un
estilo que parece más propio del ensayo.
En efecto, algunos de sus cuentos podrían rotularse como tales. Muchos críticos
han realizado estudios astronómicos a partir de las pocas hojas que tiene el
cuentito.
En lo personal, la trama me voló la cabeza por lo bizarro,
lo “fuera de lo ordinario”. Las
divagaciones filosóficas de los protagonistas son tremendas. Pero además, hay
mucho simbolismo que es interesante
para examinar. Sin ánimos de “spoilear” (arruinar) la trama, tomemos a los dos
protagonistas. Yu Tsun y Stephen son
espejos dentro de un jardín laberíntico: idénticos pero opuestos, reflejos
invertidos. Yu Tsun es un espía (agente de guerra), chino en Inglaterra y se
convierte en aprendiz de Stephen Albert, quien es, a su vez, misionero (agente
de paz), inglés que vivió en China y se convierte en maestro del primero.
El final es fantástico porque es totalmente lógico y estaba
“plantado” desde un principio. Quien sigue bien las
pistas puede, incluso, deducirlo antes de tiempo (¡no fue mi caso!). El propósito
hay que armarlo como un rompecabezas,
y las piezas están todas presentes en el relato. El cuento parte de ese
juego. Primero nos dirigimos por una vía unívoca, la historia del espía
descubierto… pero pronto encontramos una disyunción, una bifurcación: 'la
huida' o 'el plan' (recuerden que el protagonista está siendo acechado por Richard Madden). Allí nos adentramos
por otra ruta que nos conduce a un amplio jardín simbólico, que posee varias
salidas. Este jardín es la dimensión simbólica que en el texto surge a partir
del encuentro y la conversación metafísica entre Yu Tsun y Stephen Albert.
► Borges ha escrito varios cuentos que se destacan por la variación de las reglas generales del género y la innovación. En “El Jardín…” eligió la situación del criminal por encima de la del detective, por ejemplo, y el relato se desarrolla como una trampa, construida de manera que el lector se pierda si no está atento. ¡Un gran cuento que les recomiendo mucho! <=
Todo lo que lei de Borges me gustó.
ResponderEliminarHe de decirte que no he terminado de leer por miedo a que desvelaras el final.
Hola!! Tranqui, no develo el final en el post. Igual te recomienda que leas el cuento porque hago un pequeño análisis (muy personal) sobre alguno de sus elementos, y se disfruta más habiéndolo leído.
Eliminar¡Gracias por pasarte, y te espero acá cuando quieras!
Slds.
MUCHAS GRACIAS POR SU ATENTO Y AMABLE COMENTARIO EN MI BLOG. NOS SEGUIMOS. UN ABRAZO ENORME.
ResponderEliminarKEBRAN
Gracias! Estás más que invitado a seguir recorriendo este humilde blog. Estoy seguro de que vas a encontrar notas interesantes. Slds!
EliminarGracias, Luciano, por esta entrada, que complementa muy bien con nuestra entrada con el comentario del mismo cuento de Borges. En nuestro caso, quisimos enfocarla hacia el trasfondo no ya filosófico, sino científico que puede haber detrás: las teorías de la relatividad de Einstein, y la teoría de los Muchos Mundos de Hugh Everett. Saludos y sigamos en contacto.
ResponderEliminarBuenas!! En efecto, eso me sorprendió de tu post... veías el cuento desde un punto de vista muy distinto al mío. Me llamó la atención.
EliminarSaludos!
Entro en mi, y agudizo mis sentidos por las advertencias que no se suspenden en tu lectura. De a modos comodos con el corazon en paz viviré en Borges esta noche. Gracias
ResponderEliminar¡Qué elocuencia poética! Gracias por pasarte y por el comentario. Históricamente, este post es LEJOS el más visitado en mi blog. Parezco que gusta Borges. ¡Saludos!
EliminarEncontré este post en mi lucha contra el insomnio.... Batalla perdida, al comenzar a leer el cuento...De todos modos, al terminarlo,me percaté que soñé despierta...Gracias!
ResponderEliminarFeli
Estoy haciendo un reporte de este cuento "el jardin de sendero que se bifurca" y se me hace muy dicil entender bien la historia, quien es el narrador del cuento? me puedes ayudar, Gracias!
ResponderEliminar¡Escribime a mi correo con tus consultas! lucianosivori@gmail.com
EliminarUn saludo.
Los argentinos son grades literatos.
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