Herbert
George Wells no lo sabía en aquel entonces, pero luego de su afortunada
serie de éxitos a finales del siglo XIX, se convertiría en uno de los
escritores de ciencia ficción más influyentes de la literatura, a la altura de
Isaac Asimov, Ray Bradbury y Aldous Huxley.
El tema es que, a diferencia de estos tres grandes
pilares –cuya literatura va más por el lado de lo distópico y la ciencia
ficción dura– Wells se centró en el sci-fi más cercano a la fantasía y la
magia: experimentos de científicos locos (La
Isla del Dr. Moreau, 1896), invasiones alienígenas (La Guerra de los Mundos, 1898) y viajes en el tiempo (La Máquina del Tiempo, 1895), todos
conceptos que él mismo popularizó y hoy son considerados elementos clásicos del
género.
La novela de esta nota, El hombre invisible, es también una de ellas. Escrita en 1897,
cuenta la historia de un hombre que –oh, sorpresa– descubrió una fórmula para
hacerse invisible (y todos los problemas que llegaron con ello).
***
De
invisibilidad y científicos locos
Por supuesto, Wells no inventó los conceptos
literarios de la invisibilidad o los científicos locos. Por ejemplo, la idea de
científicos locos se puede rastrear a los mitos griegos (Dédalo y su laberinto de Creta)
o, por lo menos, a Frankenstein de Mary Shelley.
De hecho, Platón
también habló sobre hombres invisibles en su República, donde se refiere al Anillo de Giges.
La leyenda se utiliza para ejemplificar la teoría
de que todas las personas por naturaleza son injustas. Sólo son justas por
miedo al castigo de la ley o por obtener algún beneficio por ese buen comportamiento.
Si fuéramos “invisibles” a la ley, como Giges con el anillo, seríamos injustos
por nuestra naturaleza.
No me extrañaría enterarme de que Tolkien conocía este mito cuando escribió El Señor de los Anillos...
Esta idea de que el ser humano hace el bien hasta
que puede hacer el mal cuando logra “hacerse invisible” es el leitmotiv de la obra de Wells, donde el
personaje progresivamente va perdiendo todos sus códigos morales y comienza a
corromperse irremediablemente.
Por último, hay varias historias de terror
inspiradas en hombres invisibles y que preceden a Wells. Por ejemplo, algún que
otro relato de Guy de Maupassant, Ambrose Bierce y Fitz-James O'Brien.
Sentirse
invisible
Lo que hace que El
hombre invisible sea una novela especial es que no se trata sobre un
monstruo, sino sobre un hombre común y corriente que fue corrompido por el
poder. Es la historia de cómo un hombre falla en adecuarse a la comunidad en la
que vive.
Y aunque la invisibilidad acá es física y real (no
simplemente un sentimiento), es también sobre sentirse invisible a los ojos
de la sociedad. En este sentido, la novela también posee ciertos rasgos autobiográficos.
Igual que el protagonista, H. G. Wells
era pobre, trabajaba como profesor y tenía ideas innovadoras que a nadie le
importaban.
Los hombres invisibles han sido la base de un
montón de series y películas y así es cómo solemos recordar a este “monstruo”.
Universal tiene la culpa. Y probablemente también Kevin Bacon, porque yo sólo me acordaba
de su película Hollow Man (2000) y pensé que la novela venía por
ese lado. Nada que ver. La historia no es únicamente un entretenido thriller
sobre un científico invisible. Va un poco más lejos.
Estructura y
narrativa
El texto se divide en 28 capítulos y un epílogo. Es
importante notar que se publicó inicialmente en forma de entregas periódicas
para luego compilarse como libro. Por eso tiene un estilo de “serialización”
donde cada capítulo te la deja picando para querer continuar al siguiente.
Básicamente existen dos grandes mitades. En la
primera parte del argumento tenemos a Griffin como un misterioso y atípico
extraño que interactúa con la gente del pueblo. Una vez que se descubre su
condición, la historia se convierte en un relato de acción/suspenso donde el
protagonista se la pasa escapando y siendo cazado por todos.
La historia inicia en el pequeño pueblo de Iping, Inglaterra. Un peculiar
forastero despierta la curiosidad de los habitantes al alojarse en la posada
local. Por las noches en su habitación se escuchan ruidos, es reservado y
solitario y nunca se deja ver (pun
intended). Viste un grueso abrigo largo y guantes y lleva la cara
completamente cubierta por vendas.
El hombre invisible, en su versión de novela gráfica
No quiero arruinar los detalles de la trama en esta
nota, pero se trata de un thriller de cocción lenta que presenta algunos buenos
momentos de tensión y acción. Los últimos capítulos me parecieron formidables aunque
admito que la lectura puede ser un poco pesada por momentos.
Wells está interesado en que conozcamos bien a
fondo a su protagonista, Griffin.
Por eso dedica muchas páginas a profundizar en su trágica historia, ambiciones
y formas de pensar.
Resulta que Griffin teorizó que si se cambia el
índice refractivo de una persona para coincidir exactamente con el del aire, y
su cuerpo no absorbe ni refleja la luz, entonces no será visible al ojo humano.
Luego de llevar a cabo el experimento con él mismo, logra volverse invisible,
pero su estado mental se torna muy estable con el correr del tiempo.
La ciencia
de la invisibilidad
El hombre ha querido obtener la invisibilidad desde
hace siglos. Fue el sueño de los antiguos alquimistas y forma la premisa de
miles de obras de ficción.
Todavía hoy (especialmente hoy) hay muchos equipos
científicos trabajando sobre el tema y se han logrado importantes avances en
recubrimientos superficiales basados en la nanotecnología, que hacen que al
incidir la luz sobre un cuerpo, los rayos en lugar de refractarse o reflejarse,
lo rodeen. Algo así como hace la corriente del río alrededor de una roca.
También existen aplicaciones militares como los
aviones “Stealh”, que apenas pueden ser detectados por radares. En 2009, dos
submarinos nucleares (uno inglés y otro francés) chocaron porque no pudieron
detectar la presencia del otro. Casi desatan un desastre enorme.
La ironía de todo esto es que, como anunció el
escritor ruso Yakov Perelman en Physics
Can Be Fun (1913), hay una
imposibilidad manifiesta en la invisibilidad total. Si fuéramos invisibles –esto
es: completamente transparentes– dejaríamos pasar toda la luz y entonces seríamos
ciegos, no quedaría ni un simple fotón para que reaccione con nuestra retina.
Desde un punto de vista científico, un hombre
vuelto invisible con el método de Griffin habría sido ciego, ya que el ojo
humano funciona absorbiendo la luz entrante, no dejándola pasar del todo.
Quizá lo único realmente invisible sea un agujero
negro, que no deja salir ni siquiera la luz. Pero yo no le aconsejaría a nadie
meterse en uno de esos.
Al escribir El
hombre invisible, H. G. Wells se dio cuenta de este detalle (había
estudiado algo de óptica en su juventud) y trató de evitarlo. Para volver
transparente a su personaje lo hizo albino, le suministró una poción
decolorante y lo sometió a rayos misteriosos. De hecho, la “parte coloreada del
fondo de sus ojos” (presumiblemente las retinas) permanece visible.
Los temas de
El Hombre Invisible
Como todo gran clásico, la novela ha soportado el
paso del tiempo y sigue siendo relevante en la actualidad. Es porque los
contenidos que trabaja son, de alguna forma, universal.
Griffin, el hombre invisible, es alguien sin amigos
ni familia. La soledad es un tema fundamental en la historia. Para mostrarnos
lo solo que está su protagonista, el autor lo inserta en una variedad de
comunidades que van desde aldeas como Iping
y Burdock hasta grandes ciudades
como Londres. Por supuesto, él no
encaja en ninguno de esos lugares.
Claro que el gran tema de la obra es cómo la moral
se corrompe en ausencia de restricciones sociales.
I ain´t got... nobody... (ba dum tass)
Lo interesante del relato es que el conflicto es
tanto interno como externo. En ambos casos, el protagonista y el antagonista es
el mismo Griffin, que se ha convertido en su peor enemigo. Los conflictos
externos son los que él va causando a medida que su invisibilidad se va descubriendo
y los pueblerinos comienzan a darle caza.
Las personas reaccionan con terror y violencia ante
lo que desconocen. Una vez que se convencen de la existencia de un hombre
invisible entre ellos, su objetivo es el de atraparlo y ponerlo bajo custodia,
incluso matarlo si se les da la oportunidad.
El conflicto interno es el mismo Griffin intentando
sobrevivir en su situación. Racionaliza sus crímenes bajo el lema de que nadie
quiere entenderlo y que él sólo busca sobrevivir. La invisibilidad es fascinante
al principio, pero pronto se torna en algo problemático. Por ejemplo, tiene que
andar con frío y desnudo por las calles para no ser visto.
En este sentido es tremendo el capítulo XXI.
Palabras
finales
El hombre
invisible va de la mano de otros clásicos como El extraño caso de Dr. Jekill y Mr. Hyde
y Frankenstein, textos que comparten
similitudes en temas y argumentos.
Sin embargo, a diferencia de esos dos, el libro de
Wells tiene un lenguaje más sencillo y un tono más alegre que se acerca a lo
tragicómico o a la comedia negra. Si bien tiene sus momentos de suspenso y
terror, es más bien un thriller ligero que nunca alcanza los niveles de
oscuridad que manejan Robert Louis Stevenson y Mary Shelley.
La obra es, en esencia, una gran comedia trágica
que puede analizarse desde aspectos filosóficos (éticos) o como una crítica
social. Tiene divertidas pinceladas de humor negro y señales de alerta sobre
los peligros que acarrean ciertos adelantos científicos.
Siendo que se trata de un clásico y que es de muy
fácil lectura, no hay motivo para no darle una oportunidad. Además, se consigue
rápidamente en librerías de usados o en Internet.
……………………………………………………………
=>> Otros notas sobre REVIEWS LITERARIOS en el blog: “Electrónica,
de Enzo Maqueira”; “La
invención de Morel, una novela de Adolfo Bioy Casares”; “Lo
lúdico y lo humorístico en Un tal Lucas”; “El
hombre hueco, una novela de John Dickson Carr”; “Mundo
Anillo, una novela de Barry Liven”; “Joyland,
una novela coming-of-age de Stephen King”.
……………………………………………………………
► Podés seguir las nuevas
notas y novedades (además de humor y críticas de cine) en mi
fan-page: http://www.facebook.com/sivoriluciano. Si te gustó, ¡compartilo o dejá
un comentario!
La novela tiene detalles, que son interesantes para analizar. Se insinua que Griffin tenia otros secretos, ademas de la invisibilidad. Griffin manifiesta algunq desilusion, que ya no cree que la investigaacion pueda otorga7r la felicida.el personaje tiene algunos problemas, como no poder anticipar algunos incovenientes de la invisbilidad, que descubre. Y su furia, que lo saca de control, ademas es muy fuerte.
ResponderEliminarMenciona el hecho de las mujeres, que la ikvisibilidad no sirve.
Tema que está planteado en Hollow lan, cuando acecha a su ex novia, o cuando ella fantasea con eso. Y esta el tema de la vecina (interpretada por Rhon Mitra). Se plantea que el limite es lo que se puede hacer. Incñuso es comentado a uno de los colaboradores, quienmdice que haria lo mismo.
Interesante reseña.
Saludos
Es una buena peli Hollow Man, o al menos la recuerdo como buena. Tendría que pegarle otra miradita. La novela me gustó pero me habría gustado más leerla en forma de novela gráfica. Creo que tiene más potencial.
Eliminar¡Saludos!
Es un clásico, sí señor, aunque en esas primeras líneas agregaría a Orwell, no puede faltar.
ResponderEliminarLa película en la que labura Bacon queda totalmente inferior a la novela que tiene otro climas a los que el film ni se acerca.
Otras novelas de Wells quizás sí tuvieron películas más fieles como la Guerra de los Mundos
Abrazo crack!
¡Nos olvidamos de George! Tremendo pecado.
Eliminar