Crónicas
Marcianas es un libro extraño. Funciona como una serie de cuentos de
relativa autonomía pero, al mismo tiempo, relata una historia cohesiva y
fascinante sobre el poder destructivo del Hombre.
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Todo gracias a Isherwood
Con la publicación de The Martian Chronicles en 1950, Ray Bradbury se hizo popular entre el gran público lector estadounidense.
El escritor ya venía cosechando seguidores entre los devotos fanáticos de la ciencia ficción, pero fue sólo después de que el respetado autor Christopher Isherwood escribiera una crítica entusiasta sobre él que Bradbury se convirtió en el primer autor de ciencia ficción en ser aceptado por el establecimiento literario.
Isherwood y sus contemporáneos creían que Bradbury tenía un estilo extraordinariamente bueno. De hecho, probablemente sea mi escritor de ciencia ficción favorito desde que me hicieron leer Fahrenheit 451 en la escuela secundaria.
Le he dedicado algunos posts a Ray Bradbury en mi blog, como aquel análisis sobre su genial antología El Hombre Ilustrado (1951) o la reseña de la novela La Feria de las Tinieblas (Something wicked this way comes, 1962).
Su éxito, sin embargo, llegó con algunos problemas. Perdió algo de credibilidad entre los fanáticos y escritores más “duros” de la ciencia ficción. Ha sido criticado por ser “anticientífico”, y esto es comprensible, ya que Crónicas Marcianas puede interpretarse como una señal de alerta contra la colonización desenfrenada.
Al leer Crónicas Marcianas, es interesante pensar en estos problemas. ¿Importa si en realidad es “ciencia ficción” como género? Probablemente no. Pero sí es importante evaluar la escritura de Bradbury, para decidir si es demasiado melodramática o “correcta”.
Cuatro expediciones a Marte
Pero centrémonos en éste libro. Los cuentos describen diferentes episodios de una historia futura en la que la Tierra envía varias expediciones tripuladas al planeta Marte (cuatro, para ser exactos) y finalmente lo coloniza.
Las historias –escritas en las décadas de 1940 y 1950– describen el planeta como habitable e, inicialmente, poblado por una serie de seres pacíficos con habilidades especiales como la metamorfosis y la telepatía, poderes que juegan un rol clave en las historias.
Es enero de 1999 y el calor de las llamas del cohete arde en un invierno de Ohio cuando los pioneros parten de la Tierra hacia Marte. En esta magistral saga sobre la colonización de una nueva frontera en el espacio, incesantes oleadas de misiones de colonización aterrizan en el Planeta Rojo hasta que sus ciudades quedan prácticamente destruidas.
Las cosas toman un giro drástico cuando la guerra en la Tierra está cerca de acabar con la humanidad y sus sobrevivientes buscan asilo en el planeta que explotaron, ahora una tierra desolada y solitaria.
El Marte de Bradbury y sus marcianos etéreos son una fantasía caprichosa. El autor ignoró los hechos científicos duros de los escritores de sci-fi reglamentados y valoró la tecnología antigua por sobre la nueva, si bien tenía una percepción notable de lo que se avecinaba. Las Crónicas Marcianas pueden leerse como un espejo de la vida de posguerra.
Bradbury también usa la extraña luz de un mundo alienígena para explorar la codicia perpetua de la humanidad. Esta serie de cuentos son un recordatorio profético de que el avance tecnológico es solo un verdadero avance si mejora nuestra existencia y se mide con reglas morales adecuadas.
Hasta que la Tierra explote
Las Crónicas Marcianas van desde 1999 hasta 2026, una fecha de la cual no estamos tan alejados. En el transcurso tenemos cuatro expediciones a Marte (las primeras tres, muy fallidas), y el fin tanto de la Tierra como del mismo Marte, debido a la inutilidad del hombre.
Mis textos favoritos son: Ylla (sobre el desastre de la primera expedición a Marte), Los hombres de la Tierra, La tercera expedición, Aunque siga brillando la luna, Un camino a través del aire, Usher II (tremendo homenaje a Edgar Allan Poe), El marciano (buenísimo, uno de los que más me gustó), Los largos años y Vendrán lluvias suaves (un clásico de Bradbury que merece un post aparte).
El cuento final, El picnic de un millón de años, es un gran cierre del libro cuyos últimos párrafos directamente te ponen la piel de gallina. En el relato, una familia de cinco personas aterriza con un cohete en Marte para embarcarse en una “excursión de pesca”.
Mamá, papá y los tres hijos se amontonan en la lancha para navegar por un canal marciano hacia este supuesto viaje de pesca. De los tres niños, solo uno prestaba atención a las acciones de su padre: Timothy.
Los otros muchachos están emocionados de estar en Marte, y no piensan en el hecho de que han viajado increíblemente lejos, y con muchas provisiones, solo por una excursión. El final (que no voy a spoilear por acá) es hermoso.
La humanidad es como virus
En 1979 se hizo una adaptación a miniserie de Crónicas Marcianas, que Ray Bradbury calificó de “simplemente aburrida”, aunque fue nominada a un premio Hugo. Se viene rumoreando una adaptación cinematográfica desde 2013, pero nunca llegó a buen puerto.
Un aspecto interesante de este libro es que cualquiera puede morir: tiene personajes que mueren a diestro y siniestro desde el principio. Luego comienza la guerra nuclear, en los cuentos finales, y los pequeños recuentos de muertes anteriores se ponen bajo una nueva perspectiva.
Y es que uno de los temas centrales del libro es que la humanidad es como un virus. Los marcianos tenían vidas pacíficas antes de la llegada de los terrícolas. A medida que va avanzando la colonización, los marcianos se infectan gradualmente con recuerdos humanos hasta el punto de que toda su cultura se vuelve loca y es empujada al punto de extinción.
Cerca del final de la obra, solo quedan unos pocos marcianos, la mayoría de los humanos abandonaron Marte y la Tierra está en guerra. Entonces la Tierra hace BOOM.
Los intertextos literarios de Crónicas Marcianas
Entre los intertextos más interesantes de Crónicas Marcianas encontramos dos. El primero ocurre en una de las primeras historias, ambientada en el sur segregado. Trata sobre todos los negros de la zona que juntan sus recursos para comprar un cohete para llegar a Marte. Luego de ese cuento, nunca se vuelven a mencionar en todo el resto del libro.
Más tarde, en la antología de El Hombre Ilustrado, se revela que estos negros regresan para ayudar a los sobrevivientes de la guerra nuclear.
El otro gran intertexto literario aparece en el relato Usher II, que me encantó. La historia nos presenta a miembros de una organización a favor de la censura que, aparentemente, ha cabildeado con éxito para que prácticamente todas las obras de ficción sean prohibidas en la Tierra.
Un ex bibliotecario y un ex actor, ambos arruinados por las acciones de esta organización, proceden a usar robots para matarlos de maneras espeluznantes que hacen referencia a las mismas obras que ellos prohibieron, en particular las obras de Edgar Allan Poe.
Todo culmina con el líder siendo enviado personalmente por el bibliotecario a través de un entierro en vivo en un homenaje a El barril de amontillado. Sus destinos son horribles, aunque uno no puede evitar celebrar el triunfo de la libertad de expresión.
Usher II es un texto clave en Crónicas Marcianas ya que también alude a los eventos que luego formarían Fahrenheit 451. En efecto, se nos cuenta cómo, en la Tierra, el gobierno patrocinó una “gran quema de libros” y los declaró ilegales, lo que llevó a la formación de una sociedad clandestina de propietarios de libros.
Por supuesto, Crónica Marcianas es un libro muy fragmentado, y Usher II no fue necesariamente escrito para ser parte de él. Muchas de las historias del libro se escribieron antes de que Bradbury decidiera combinarlas en una narrativa única.
No obstante, “Usher II” comparte un tema importante con el resto de la colección. Stendahl llega a Marte en busca de un escape de la burocracia y la censura que enfrentó en la Tierra. En otras palabras, él está buscando un desierto.
Está huyendo de la civilización. Está frustrado porque los Investigadores de Climas Morales ya han llegado a Marte. En este sentido, es como un marciano, lamenta ver a los estadounidenses venir y tratar de replicar a Estados Unidos en Marte.
Palabras finales
Crónicas Marcianas no sólo es una lectura fascinante, sino que además continúa siendo relevante por la enorme cantidad de temas que aborda.
Por ejemplo, el libro presenta muchos robots que pueden pasar por humanos reales, o directamente casas completamente manejadas por una inteligencia artificial. También muestra casos de telepatía inductora de alucinaciones, lo que pone en relevancia temas sobre la verdad y la realidad.
Asimismo, muchas de las historias involucran diferentes relaciones entre padres e hijos. Es interesante pensar cómo encaja el tema de la familia en una novela sobre la expansión de nuestras fronteras.
Las Crónicas Marcianas pueden considerarse como un comentario político y social sobre la Expansión hacia el Oeste. Estados Unidos siempre ha tenido la idea de la expansión; por lo general, era el Oeste, y cuando Bradbury estaba escribiendo a fines de la década de 1940, la próxima frontera parecía ser el espacio: expandirse hacia arriba.
La existencia de una frontera está ligada al impulso de llenarla de civilización, de individualismo tosco y del llamado “sueño americano”. El hombre que va a la frontera encuentra no sólo una aventura accidentada, sino también una oportunidad de mejorar su posición socioeconómica.
En Crónicas Marcianas, el autor muestra las contradicciones inherentes a esta idea. En primer lugar, mientras que la frontera debe ser romántica e inspiradora, el acto de asentamiento implica estropear el paisaje, conquistar e invadir.
En segundo
lugar, los valientes colonos pueden ser heroicos, pero para las civilizaciones
nativas son directamente el fin del mundo. Bradbury insinúa esto en algunos
personajes de los cuentos, cuyos antepasados eran nativos americanos.
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=>> Otros posts sobre RAY BRADBURY Y EL SCI-FI en el blog: “El verdadero significado de Fahrenheit 451”; “Un análisis sobre la caída de la casa Usher”; “La Feria de las Tinieblas, una novela de Ray Bradbury”; “El Hombre Ilustrado, una antología de Ray Bradbury”.
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Un libro fascinante. Marte no está habitado, salvo tal vez por algunas bacterias. Pero eso no ha evitado que haya marcianos en una serie tan longeva, como Doctor Who. Que difícilmente sea ciencia ficción dura.
ResponderEliminarLa adaptación tiene algo de aburrida. Se nota especialmente en el cuento Ylla. Donde los actores. que interpretan a Ylla y a sus esposo, actúan como autómatas. Siendo el cuento una historia de una mujer insatisfecha con su matrimonio, que fantasea con un hombre llegado de lejos. Y los celos de su esposo, que llevan a un desenlace trágico.
Y omite la adaptación de Usher II, una gran historia de terror. Hay motivos para estar a favor del bibliotecario y del actor. Es un gran dolor que la obra sea destruida por la censura. Y es temible ese criterio, que persigue a la imaginación en nombre del realismo.
Aunque se puede lamentar por la muerte de bellas mujeres.
Y además, el vengativo bibliotecario hace trampa con las historias de Poe, como en la escena de El pozo y el péndulo.
Es cruel el asesinato de una bella marciana, personaje que no aparece en la adaptación, descripta de una forma poética. Lo que hace odiar al protagonista de ese cuento.
Y el final es amargo, por más de que trate de que el lector se resigne por la extinción de los marcianos.
Buena reseña-
Hola Lupa
ResponderEliminar¡Qué casualidad! Lo leí a fines del año pasado, desde hacía años venía postergando su lectura.
Creo que es un libro que más allá de tratarse de Marte habla mucho de las preocupaciones de los yanquis en la época que lo escribió (a las guerras, al sueño americano no siempre cumplido, a las nuevas tecnologías).
Eso de considerar al ser humano como un virus, aparece en Matrix.
Como aficionado a las astronomía y astronavegación, todo indica que, por lo menos, hasta 2035 ningún ser humano pisará Marte. Creo que será algo que veremos en nuestra vida (tengo fe en mi expectativa de vida como en la tuya), y por cómo vienen las cosas, que no te resulte raro ver que el primero que ponga un pie en suelo marciano sea un chino.
Abrazos crack!
¡Gran análisis! Es tal cual decís vos... habla más sobre la humanidad que sobre los marcianos en sí. Librazo, eh... me lo debía desde hace demasiados años y lo recontra disfruté.
EliminarUn gran libro, algunos cuentos bastante tristes, pero tiene mucha vibra. El final es uno de los mejores, excelente. Si, se diferencia de los que existía en la CF de esos tiempos, pero quizás por eso mismo fue tan explosivo. Bradbury tiene una forma melancólica que a veces as agridulce, pero te deja pensando y tiene bastantes obras que son un lujo. Un saludazo
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