Attack on Titan ha llegado a su fin después de más de 10
años. El segundo especial de “The Final Chapters” (traten de decir eso tres veces más rápido) se estrenó recientemente, completando el fascinante viaje de
Eren, Mikasa y Armin. Análisis del final de un clásico moderno del animé.
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El fin de un clásico moderno
Después de lo que pareció una última temporada interminable (que, por cierto, duró casi tres años), la adaptación de la icónica saga de Hajime Isayama alcanzó un final épico que resume brillantemente por qué esta historia se volvió tan popular.
A diferencia del manga en el que se basa -cuyo controvertido final dividió a su fandom a la mitad- el animé de hecho reescribe inteligentemente una frase crucial de su material original, pintando su desenlace de una mejor manera.
Claramente, terminar casi 100 episodios de acción intensa, muertes brutales y giros sorprendentes no fue tarea sencilla. Afortunadamente, el cierre resultó tan satisfactorio como temáticamente resonante. Queda claro que el autor tuvo todo planeado desde un principio… y eso se siente bien.
Farewell, Shingeki...
Como a prácticamente cualquier ser humano que vio la serie, yo me recontra enganché con esta historia. En mi caso fue un enamoramiento desde su primera temporada, allá por 2013. A partir de ahí, escribí reseñas en Alta Peli para todas sus temporadas.
Attack on Titan es una historia que fue de menos a más, definitivamente. Tuvo un inicio humilde que, pensándolo en retrospectiva, terminó siendo la temporada más floja de todas (si bien colocó todo el foreshadowing y los cimientos para lo que vino después). Y luego sólo fue creciendo a nivel estético, visual y argumental.
“Shingeki no Kyojin: La
Temporada Final Parte 2” tiene la duración de un largometraje (84 minutos) y
presenta algunos de los momentos más impresionantes de toda la serie.
La guerra después de la guerra
Han pasado muchas cosas a lo largo de la serie. Los Titanes atacaron y la Survey Corp se defendió. Luego conocimos a humanos capaces de convertirse en Titanes, aprendimos sobre la Familia Real Reiss, los Nueve Titanes… y descubrimos la impactante verdad sobre el mundo afuera de las murallas. Ha sido un viaje increíble.
(Ah, por cierto: #spoilersahead)
Y ahora, el final Attack on Titan colocó en la pantalla lo que los fans estábamos esperando: el equipo heterogéneo que enfrenta a Eren como el villano final, un arco de personaje que se siente ganado y tiene todo el sentido del mundo.
Yo me la pasé emocionándome como un pelotudo con este final y hasta lagrimeé un par de veces, especialmente cuando el capítulo iba cerrando pequeñas historias entre los personajes principales. No pude evitar sentir cierta relación entre este final y el cierre de Evangelion en The End of Evangelion. ¿Les pasó lo mismo?
No sólo por aquella emotiva despedida entre Armin y Eren en un océano rojo (que tiene una indudable vibra a aquel diálogo entre Asuka y Shinji luego del Proyecto de Instrumentalización Humana). Sino también porque la primera mitad del final es acción pura -hasta que Levi le corta la cabeza a Zeke- y la segunda es más tranquila y filosófica (es decir: es falopa de la buena).
Hay mucha fruta y mitología que nos puede dejar perplejos, sin duda. Pero que el final termine volviéndose más simple y centrándose en el arco emocional del MVP de Armin, la pecho frío de Mikasa y el picante de Eren era todo lo que pedía.
Como me dijo un amigo (Fabri) mientras discutíamos el final: “todos flashean existencialismo, pero descubren que el placer está en las pequeñas cosas”.
De hecho, si pienso en intertextos con otras obras, inevitablemente mi mente me lleva también a Watchmen (ya sé, fue una asociación extraña). Pero algo de Watchmen hay acá, me parece: todo el mundo en guerra que se une para detener a una misma amenazante inminente, un héroe convertido en villano por el bien mayor (Adrian Veidt) y un final cíclico (el eterno retorno de Nietzsche, ¿no?) donde nada termina realmente.
RE:inventarse temporada tras otra
Retrocedamos un poquito. Attack on Titan nos cuenta la historia de Eren Jaeger, un niño que vio morir a su madre y esto lo llevó a convertirse en soldado. A partir de aquel evento fatídico (o, quizás, mucho antes… porque el tiempo es una rueda en este animé), Eren comenzó a odiar a los Titanes, aunque –oh, la ironía dramática– él también es uno de ellos.
Resulta que su padre Grisha le colocó un suero que le permite transformarse en un gigante. Y aquel poder fue clave para la lucha contra estos invasores colosales llamados “Titanes”. En algún momento, la serie pasó de ser un animé supervivencia con elementos de terror similares a The Walking Dead a un mecha / drama político con un subtexto fascista.
La isla de Paradis de Eren y sus amigos -así como su peligrosa batalla contra los Titanes- fueron el resultado de la subyugación de su pueblo durante generaciones a manos de Marley, una nación extranjera opresiva. En la última temporada, Eren se termina transformando en el villano y amenaza con provocar un genocidio masivo en el mundo, utilizando sus nuevos poderes de control de titanes para liberar a su pueblo de la esclavitud.
Es un montón.
Attack on Titan Final Season: The Final Chapters Special 2 continúa exactamente adonde dejamos aquel primer especial que estrenó en marzo de este mismo año: los pocos sobrevivientes llegaron hasta Eren y se enfrentaron a Zeke, el Titán Bestia, mientras que Annie, Gabi y Falco permanecen en un barco de vapor.
Pasan varias cosas épicas y grandes batallas hasta que Eren está muerto. Yep. El héroe que hemos seguido durante una década se ha ido… y con él también uno de los mejores arcos de un héroe convertido en villano alguna vez visto.
¡Pero el episodio no termina
ahí! Resulta que Ymir se unió a Mikasa (de alguna manera que no vamos a
tratar de explicar) y solo aceptó el plan radical de Eren para desencadenar el rumbling si ella era la que mataba a
Eren. Por otra parte, Eren admite haber avanzado con este plan sólo porque era
“la única forma posible”… o algo así…
El ciclo comienza nuevamente...
Los eldianos regresan a su forma humana cuando los titanes se extinguen del mundo, lo que significa que sus portadores pierden sus poderes. Ahora son todos normalitos. Tres años después, los titanes desaparecieron, las huellas dejadas por el rumbling se llenaron de agua de lluvia y plantas, y nos enteramos de que Eren sacrificó al 80% de la población (¡ups!).
En una escena durante los créditos, un hombre y su perro exploran los restos de Paradis muchísimos años después. Se encuentran con el árbol (ESE árbol) y vemos que ahora tiene una entrada similar a la que pasó Ymir cuando se fusionó con aquel ciempiés.
El ciclo se repite...
Esto definitivamente indica que el ciclo está comenzando de nuevo y que los Titanes regresarán al mundo.
Si todo esto parece un poco deprimente, es porque es precisamente el punto. El creador Hajime Isayama dijo sobre el final poco feliz del animé que sólo intento ser lo más realista posible. En el mundo en el que vivimos hoy, la paz no llegaría de forma tan sencilla o directa
Tanto en el animé como en el manga, Eren explica que su poder del titán fundador (que le permite existir tanto en el pasado como en el futuro), junto con su interpretación poco fundamentada de la libertad, lo encaminaron irreparablemente hacia el camino de un maníaco genocida.
En resumen, Eren sabía que cometería estas atrocidades
antes de ejecutarlas y confiaba en que sus amigos eventualmente lo detendrían y
se convertirían en héroes para el mundo en el proceso.
Palabras finales
A Studio MAPPA le costó mantenerse al día con las demandas de producción de esta última temporada de Attack on Titan, pero ambos especiales de The Final Chapters cumplieron con creces el nivel de calidad visual que los fans esperábamos.
Ya sean las dinámicas y fluidas escenas del equipo de maniobras, o el choque detallado y cinético de titanes, éste es el mejor trabajo de MAPPA hasta la fecha. Ver a todos los Titanes resucitados y la gran variedad de diseños fue el epítome de lo épico. Este cierre también le da a todos los personajes una oportunidad para brillar, incluso a los más secundarios y a varios que estaban muertos.
Hay muchos giros importantes, no sólo sobre el héroe convertido en asesino en masa, sino también sobre Ymir y la naturaleza de los propios Titanes. Attack on Titan siempre ha sido una serie que se recontextualiza a través de revelaciones impresionantes, y este final no es una excepción.
Lo mejor del epílogo es que nos permite entender que Eren, en realidad, era bastante simple: un adolescente idiota al que se le otorgaron poderes divinos. Sobre todo, el final deja inequívocamente claro que Eren Jaeger estaba equivocado. No hay justificación para la violencia y el asesinato, nada que pueda hacer correcto el asesinato de infantes.
Chicos, basta... ¡es una metáfora!
Como final de una saga, éste es el resumen por excelencia de por qué Attack on Titan ha cautivado al público durante una década. Un espectáculo tan emocionante, impactante y violento como este no podría terminar satisfactoriamente de otra manera que no fuera con una explosión.
Combinando momentos de triunfo conmovedores con
absoluto horror y desesperación, ésta es la manera ideal de terminar Attack
on Titan.
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=>> Otras NOTAS SOBRE ATTACK ON TITAN y ANIMÉ en el blog: “Palpitando el final: Attack on Titan: Final Season (Parte 1)”; “Palpitando el final: Attack On Titan Final Season (Parte 2)”; “Attack on Titan Temporada 3 – Parte 2”; “Attack on Titan Temporada 3, Parte 1”; “REVIEW: Attack on Titan Temporada 2”. <<==
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