En una de las escenas más emblemáticas de La Odisea (de Homero), el intrépido Odiseo
y su tripulación se encuentra con la diosa y hechicera Circe, una bella y lujuriosa tentación. Ella los invita a comer un
almuerzo convenientemente hechizado y que los convierte, literalmente, en
sucios cerdos. Odiseo es el único con la astucia suficiente para no caer en la
trampa y rescatar a los suyos.
Ciertamente, los hombres nos convertirmos en cerdos
al sucumbir ante los deseos más pecaminosos, y el mito de Circe es la analogía
perfecta para ello.
En el relato homónimo de Julio Cortázar, Circe es Delia
Mañara. La narración metafórica nos habla del amor y de las relaciones.
Delia transforma a todos sus novios (a lo mejor, sin ser del todo consciente)
en víctimas de una seducción tóxica que termina por matarlos. Cortázar, por su
lado, convierte al amor en un juego de idealización, tortura y repulsión.
Luego del fallecimiento de un par de parejitas,
ante Delia se le presenta Mario, a
quien ella le repugna y simultánemente le atrae. Delia Mañara es también “araña” y es “maraña” (juego de palabras astuto de Cortázar para indicar a
aquella víctima enredada).
Delia teje trampas y estropea el deseo de Mario,
quién se encuentra absolutamente sometido (en una amalgama de cariño y
dominación).
Me gusta de este relato cómo el acercamiento con
los animales también relaciona a la protagonista con la Circe de la mitología griega. Como la ocasión en la que ella llama
a un perro y este viene manso, tal vez contento, hasta sus dedos.
“Circe” es uno de los ocho relatos que componen la
primera antología de Julio Cortázar, “Bestiario”
(1951). Encontré una segunda edición
del libro, amarillenta, gastada por el roce de los dedos, entre las estanterías
de la vieja casa de una tía-abuela –que sufre hoy un principio de Alzheimer,
una lástima–. A pesar de que ya había leído varios de los relatos incluidos, me
lo llevé.
Bestiario
es la primera obra con la que Cortázar dijo sentirse seguro de lo que quería
decir.
Los cuentos tienen todos las características fundamentales que hacen a
la narrativa cortaziana: el absurdo ante lo cotidiano, lo fantástico, la vida
de barrio, los microacontencimientos. El autor comenta que “Circe” lo escribió en un momento en el
que estaba excedido por los estudios que hacía para recibirse de traductor
público en seis meses, cuando todo el mundo se recibe en tres años.
Es súper interesante lo que dice sobre el génesis
del cuento. En palabras suyas:
«Yo
vivía con mi madre en esa época. Mi madre cocinaba, siempre me encantó la
cocina de mi madre, que merecía toda mi confianza. Y de golpe, empecé a notar
que al comer, antes de llevarme un bocado a la boca, lo miraba cuidadosamente
porque temía que se hubiera caído una mosca. Eso me molestaba profundamente
porque se repetía de manera malsana. Pero ¿cómo salir de eso? Claro, cada vez
que iba a comer a un restaurante era peor. Y de golpe, un día, me acuerdo muy
bien, era de noche, había vuelto del trabajo, me cayó encima la noción de una
cosa que sucedía en Buenos Aires, en el barrio de Medrano: una mujer muy linda,
muy joven, pero de la que todo el mundo desconfiaba porque la creían una
especie de bruja porque dos de sus novios se habían suicidado. Entonces empecé
a escribir un cuento sin saber el final, como de costumbre.
Avancé en el cuento
y lo terminé. Lo terminé y pasaron cuatro o cinco días y de pronto me descubro
a mí mismo comiéndome un puchero en mi casa y cortando una tortilla y comiendo
todo como siempre, sin la menor desconfianza. Creo que es uno de los cuentos
más horribles que he escrito. Pero ese cuento fue un exorcismo que me curó de
encontrar una cucaracha en mi comida.»
Por su parte, Mario en el cuento bien podría ser el
héroe griego Odiseo, seducido por
Circe y sus manjares. Claro: en el texto los manjares son bombones rellenos de
cucarachas. El temor que siente Odiseo durante ese episodio se expone también
en el relato de Cortázar: Mario le teme al pasado desconocido de Delia.
Curiosamente, los padres de Delia (quienes la
odian) no prueban sus licores, revisan que sus bombones no contengan insectos y
no le advierten a Mario de la situación. Tampoco hacen algo cuando, sobre el
final, el protagonista la ahorca a ella sin piedad. Uno de los finales más estremecedores
de la bibliografía cortaziana.
Circe manifiesta la seducción como forma de
poder y crueldad. También Delia, quien obedece al paradigma de la mujer artera,
oscura, cuya perversión se ayuda por una aparente desesperación (recordar la apatía
de Delia y su llanto en el desenlace). “Circe” es, sin duda, uno de los cuentos
más sombríos de Cortázar, pero no por eso uno menos disfrutable que sus textos
más burlones.
► Pueden
leer “Circe” y otros cuentos de Cortázar libremente en Internet,
por ejemplo en este link: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/circe.htm
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Lovecraft y el mito de Cthulhu”, “De
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Es magistral ese cuento. Bah, todo el libro es genial. Lo que me mata es que Delia parece re inocente, como que todo gira a su alrededor, pero ella no parece darse cuenta.
ResponderEliminarHe leído algunos analisis. Se compara a los anonimos que recibe Mario con la intervención de Hermes, para ayudar a Odiseo a enfrentar a Circe. Algo revelador el gato, lo que le sucede es un indicio o parece serlo.
ResponderEliminarY además hay unos padres que vigilan para que no se acerquen demasiado, lo que enoja a Delia.
Interesante entrada.
¡Apa! Muy buena data. No tenía la comparación con Hermes. Interesante.
EliminarQué interesante lo del apellido, me llamaba la atención que tendría que ver con "araña" pero nunca me di cuenta del anagrama "maraña".
ResponderEliminarCreo que cuando Julio estaba terminando de escribir Rayuela también le sucedió algo relacionado con la comida. Desconocía el génesis de este cuento, lo que me lleva a entender el por qué es tan oscuro.
Bestiario es un libro excelente.
Abrazo!
Rayuela es mi próxima de Cortázar. La debo desde hace demasiado tiempo. De este verano no pasa.
Eliminar¿A quienes pueden representar los personajes? Quizás el mito tenga alguna alusión política, ¿o no?... ¿Qué creen?
ResponderEliminarPreguntas filosóficas que podremos responder en un futuro, cuando los dos seamos gatos.
EliminarBuen artículo, gracias.
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