En 1964,
con la Crisis de Misiles en Cuba fresca en la mente de los estadounidenses, la Guerra
Fría en su punto más frío, y el miedo hacia la reciente creación de la bomba de
hidrógeno, Stanley Kubrick se animó
a hacer una película sobre lo que sucedería si la persona equivocada oprimiera
el botón equivocado… y –contrariamente a lo que uno podría pensar– jugó con la
situación con muchísimo humor.
“Dr.
Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb”
(traducida en latinoamérica como “Dr. Insólito o: Cómo aprendí a dejar de
preocuparme y amar la bomba”) no solo es uno de los títulos más extraños para
una película, sino que además representa el ejemplo más interesante de comedia
negra que alguna vez existió en la historia del cine.
Dr. Strangelove
(me niego a escribir el título entero) es una sátira fantástica sobre la
política en la época de la Guerra Fría y una de las entradas más peculiares en
la filmografía de Kubrick, un tipo
que siempre se destacó por producciones recargadas de simbología y por transgredir
la barrera de lo socialmente permitido. ¿Por
qué es considerada una de las cintas más influyentes de la historia? ¿Cuál
es su verdadera importancia? ¿De qué habla realmente la película? Todo
eso y más en este post.
***
#SpoilerAlert: se revelan detalles fundamentales de la trama. Si no viste la película
todavía, hacelo… y después volvete para acá, claro.
***
Hoy se encuentra en el #50 del Top 250 de IMDb.com,
tuvo 4 nominaciones a los Oscar (incluyendo mejor película, director, guión y
actor) y ganó un total de 15 premios alrededor del mundo.
Nada mal para una
cinta que es, esencialmente, una comedia.
A principios de los años 60, Kubrick se interesó en hacer un thriller sobre un posible desastre
nuclear. Buscando ideas se encontró con una novela dramática de Peter George (“Red alert”) que indagaba en la facilidad con la que podría
desatarse una guerra nuclear como resultado de un malentendido o una mala
comunicación.
El director compró los derechos y se dispuso a adaptar el guión.
Entonces algo inusual ocurrió: Kubrick se dio
cuenta que el material con el que estaba trabajando, aunque estuviera basado en
una realidad absolutamente plausible, era
cómico en su esencia. Había demasiadas situaciones absurdas o paradójicas como
para tratarse de un thriller serio y dramático. Así que tomó la arriesgada
decisión de convertir la historia en una sátira oscura.
¿De qué
trata la película? Un día como cualquier otro, el oficial de la Fuerza
Aérea Jack D. Ripper (Sterling Hayden) se vuelve
completamente loco y ordena atacar sorpresivamente a Rusia con bombas de
hidrógeno, suponiendo que eso dará fin a la Guerra Fría. Cierra todas las
comunicaciones, confisca las radios y comanda a sus tropas a disparar a cualquiera
que intente ingresar a la base (sea estadounidense o no). Ni siquiera su
segundo oficial en mando, el capitan Mandrake (Peter Sellers) puede hacerlo cambiar de parecer. En Washington, el
actual presidente de los Estados Unidos (otra vez Peter Sellers) se reúne con su gente en la Sala de Guerra para
buscar medidas que eviten el desastre. Es aconsejado por un peculiar científico
nazi en una silla de ruedas –el Dr. Strangelove, también personificado por Peter Sellers– quien le confirma que el
ataque a Rusia va a detonar una Máquina del Fin del Mundo, programada para activarse
ante un ataque a los comunistas.
Dr. Strangelove
es indudablemente una cinta anti-guerra, pero su naturaleza cómica la hizo más
sabrosa para la audiencia que un drama. Fue un éxito de taquilla sin
precedentes y hasta se convirtió en tapa de la revista Times ese mismo año. Llegó en un momento justo en el que las ansiedades respecto a la Guerra Fría
eran gigantes (sin mencionar la Guerra de Vietman, que se encontraba en marcha)
y abrió las puertas para que otras
películas trataran los mismos miedos.
Ahora: ¿de
qué habla realmente la película? La temática central es que la
guerra es un sustituto del sexo, y que los hombres están preocupados (mucho) por
ambos. La idea de almacenar un arsenal “más grande” que el del enemigo –incluso
cuando ambos, Rusia y EEUU, ya tenían suficiente para destruir al mundo– es
rídicula, pero es exactamente lo que sucedía durante la Guerra Fría. Dr. Strangelove expone esta tontería,
con hombres entrando en luchas de poder estúpidas mientras el destino de la
Tierra pende de un hilo.
La conexión entre el sexo y la guerra se establece
inmediatamente. Es cierto que la gran mayoría de las producciones esconden, de
una forma u otra, referencias sexuales (y
si no me creen, vean “End of Evangelion”). No nos es difícil, debido a
nuestra fascinanción por el sexo, ver mensajes sexuales ocultos y símbolos
fálicos hasta en películas de Disney
(especialmente en películas de
Disney). Kubrick también se encargó
de sobrecargar la película con imágenes muy sugerentes.
Por ejemplo, la primera escena muestra a un
bombardero siendo rellenado de
combustible, como dos criaturas mecánicas haciéndolo en el aire (y acompañadas
por una sugerente canción de amor de fondo).
El general Jack D. Ripper (genial personaje) obtuvo su nombre del famoso
asesino serial, célebre por asesinar prostitutas y mutilar sus órganos sexuales.
Él parece querer compesar “algo” con sus largos habanos y su extensa ametralladora
automática. Su impotencia se hace evidente particularmente cuando le comenta a Mandrake que, aunque se sigue acostando
con mujeres, se niega a “entregarles su esencia”.
De hecho, todos los nombres tienen sugestivas
connotaciones sexuales. “Mandrake” es una planta afrodisíaca, “Merkin” es una peluca púbica y el embajador ruso Alexi de Sadesky apunta rápidamente al Marqués de Sade. ¡Y no nos olvidemos de
las múltiples interpretaciones que puede tener el nombre Strangelove!
Por su parte, el Final del Mundo como lo Conocemos
(cuando la bomba de hidrógeno finalmente se suelta sobre Rusia) comienza con un
hombre gimiendo de emoción y montando una bomba de carácter fálico directamente
hacia un lugar llamado “Laputa”. Eso dispara una serie de climáticas
explosiones. La escena final es, seguramente, una de las formas más cool de
morir y se convirtió en la escena más memorable (y parodiada) de toda la
película.
Dentro de todo este concurso de masculinidad,
tampoco es accidental que solo se vea un único personaje femenino, en una sola
escena, y mostrando muy poca ropa. Es muy divertido ver la película una segunda
vez sabiendo que prácticamente todas las escenas hacen referencia al sexo. Le
agrega una capa de comicidad adicional. Kubrick
era conocido por ser meticulosamente perfeccionista con cada escena y controlar
cada aspecto de su película, así que nada de esto es producto de una casualidad.
Tampoco es casual que la Sala de Guerra se asemeje
a una mesa de poker, implicando que los líderes de EEUU están apostando a la
raza humana en un juego insulso.
Ver la película hoy, más de 50 años después, es una
experiencia absolutamente maravillosa. El primer motivo es porque, a pesar de
tener efectos especiales impresentables para los standards que hoy manejamos y
estar filmada en blanco y negro, Dr.
Strangelove es genuinamente divertida. La sátira sigue funcionando en la
actualidad porque la temática nunca dejó de ser contemporánea y controversial.
Kubrick estuvo tan adelantado en su tiempo que creó una obra atemporal que sigue siendo disfrutable decádas más
tarde.
Curiosamente, el Dr Strangelove –que forma parte
del título– es apenas un personaje secundón. Strangelove pasa el poco tiempo
que tiene en escena actuando como un villano de caricatura, pero nunca hace
nada realmente maligno. No participa activamente en los eventos de la trama, aparece
muy poquito tiempo y hasta parece estar “fuera de lugar”. Incluso, el motivo de
su presencia en la película ha sido muy debatido porque varios no llegan a
comprender, dicho liso y llanamente, para qué carajo está.
Sin embargo, en mi opinión su participación es esencial para enfatizar
el leitmotiv de la obra.
El Síndrome de
la Mano Extraña es un trastorno neurológico real y rarísimo que se caracteriza
por la presencia de movimientos involuntarios (e incontrolables) en por lo
menos uno de los miembros superiores. A su vez, esto genera una sensación
de “extrañeza” en relación a uno mismo, como si ese miembro tuviera vida propia
o fuera alienígena. Fue descrito en 1908
por –oh, casualidad– un médico alemán (Kurt
Goldstein).
En la película, la mano Dr. Strangelove, en
una escena, parece cobrar vida propia y comenzar a hacer “algo” en su falda que
la cámara no llega a captar. El personaje fue tan influyente en la condición
del Síndrome de la Mano Extraña que se hizo también conocido como el “Síndrome del
Dr. Strangelove”.
El tipo, quien parece ser una burla de un
científico nazi llamado Wernher von
Braun, es otro componente más de la sátira que presenta Kubrick y
representa el extraño amor que siente el hombre por la guerra. El Dr.
Strangelove parece fascinado por los eventos que están ocurrido y la excitación
es la que lleva a que su mano cobre vida para toquetear su miembro. En el
personaje de Strangelove se encuentra contenido ese delicado equilibrio entre la búsqueda de la paz y la necesidad de
pelear, como si hubiera un agente extraño en nosotros, instintivo, animal, que
nos incita a buscar lo salvaje, la destrucción.
Aunque la película no lo pone en evidencia,
Strangelove pasa de preocuparse por la situación y el futuro de la humanidad –en
un primer momento– a relajarse y comenzar
a amar lo que va a seguir: la posibilidad de crear un nuevo mundo, quizás
más perfecto, quizás hasta más ario, de repoblar la Tierra y, por supuesto,
las chances de que ese nuevo mundo traiga nuevas oportunidades para su propia
destrucción.
"Gentlemen, you can't fight in here!
This is the War Room!"
— President Merkin Muffley.
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la complejidad narrativa en el cine de terror”, “El
mago de Oz, cuando el cine supera a la literatura”, “Les
miserables y las adaptaciones al cine”, “Unbreakable,
una obra maestra del cine de superhéroes”, “Ingredientes
matemáticos en el cine”, “Tremors
y los guiones cinematográficos”.
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Muy buena reseña Lu !! Saludos..
ResponderEliminar¡Chas gracias!
Eliminara pesar de ser hiper fanático de Kubrick, ésta es una de las películas que menos me gustan de él... Sellers está increíble y tiene sus buenos momentos, pero me parece fallida y con muchos baches... quizá la debería reveer con Lolita, que tampoco me fascinó... en fin, cuestión de gustos porque se que es muy reconocida como vos decís....
ResponderEliminary que buena galería de imágenes con la que ilustraste esta entrada.... y viva Kubrick carajo!!!!!!!!!!!!!
Y bue, si a todos nos gustara lo mismo, el mundo sería super aburrido.
Eliminar¡Gracias por pasarte!
Peliculón, como suelo decirle a JLO la que más me gusta de Kubrick, quizás después de The Killing. Peter Sellers la rompe, la descose mal.
ResponderEliminarSabía algunos de los detalles que remarcás pero no volví a verla, creo que es hora... no vendría mal un repaso.
Si querés más de Kubrick acá hice algo con sus mejores escenas
http://www.frodorock.blogspot.com.ar/2012/03/27-escenas-de-kubrick.html
y acá las parodias de los Simpsons a sus films
http://frodorock.blogspot.com.ar/2013/12/stanley-simpson-o-como-homenajear-dos.html
Muy buena entrada!
Abrazo!
Me di una vuelta por tus entradas / homenajes. Un genio Kubrick, pero me falta ver varias películas de él. Una particularidad es que, aunque siempre mantuvo un "estilo" (adaptar libros, sobrecargar sus películas de simbología, manejar todos los detalles de la cinta) todas sus películas son muy diferentes y van desde el terror psicológico al drama bélico, pasando por el thriller erótico, la sátira y el drama. Tremendo.
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