Bustos Domecq –a través de su célebre don Isidro Parodi– se burló de la
literatura detectivesca, al mismo tiempo que creó una serie de relatos que brindan
un claro homenaje a los tres detectives más importantes de la ficción. Me
refiero, claro, al padre Brown de Chesterton, al Sherlock Holmes de Arthur
Conan Doyle y al primer
detective de la literatura: Auguste Dupin de Edgar Allan Poe. Isidro Parodi es, en
esencia, una combinación de estos tres trastocados personajes.
Pero vayamos por parte.
Bustos Domecq, como autor, es un
ejemplo de ficción colaborativa, quizás el más interesante de Argentina.
Creado por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, Domecq no es el uno ni el
otro. “Seis problemas para Don Isidro
Parodi” (1942) es el primero de
tres libros que narra los misterios resueltos por un hombre injustamente encarcelado.
Sus amigos (y amigos de amigos) llegan a la celda para relatar crímenes no
resueltos y él brinda la solución a cada enigma sin siquiera salir de su
recinto.
Un homenaje a tres grandes detectives
Cada una de las historias
incluidas en “Seis problemas...” tiene un modelo similar: Parodi es un
peluquero encarcelado por un asesinato que no cometió y con un increíble olfato
policial. Famoso por esto, en capa relato recibe en su celda a diversos
personajes relacionados con algún tipo de crimen.
Esta extraña estructura (similar,
quizás, a “El silencio de los inocentes”)
permite que don Isidro (y, por consiguiente, los lectores) acceda a los
universos más bizarros. El homenaje a Dupin
acá se hace evidente: él también resolvía sus crímenes a partir de relatos,
cartas o crónicas. Su aspecto físico (él
es obeso e, inevitablemente, sedentario) recuerda muchísimo al Padre Brown. Por otra parte, al igual
que el Padre Brown, Parodi nos brinda la respuesta al problema, pero nunca
confronta al criminal. No le interesa. Simplemente expone la verdad a través del
uso de su inteligencia.
Quizás Holmes sea el más distinto a Parodi de los 3 detectives. Sí, la
fama de Parodi hace que sus “clientes” vayan a visitarlo directamente a él y le
planteen sus asuntos. Sin embargo, el trabajo de Holmes siempre se caracterizó
por ser un estudio de campo, un análisis de la resolución a través de la
deducción y el razonamiento. Parodi solo tiene el hecho reseñado, subjetivo.
Pero la parodia, y la
deconstrucción del género detectivesco, reside en este hecho: Parodi consigue
atar los cabos sueltos y determinar las verdaderas culpabilidades sin necesidad
(sin posibilidad) de moverse de su celda.
Y la gran ironía, la gran paradoja,
es que puede resolver intrincadas problemas criminales, pero es incapaz de demostrar su propia inocencia.
► “Borges
y el relato policial”, resumen de un texto de Gutiérrez Carbajo: http://goo.gl/PJ8gmH
Los seis problemas de Parodi (sin spoilers)
El primer relato, “Las doce figuras del mundo”, es mi gran favorito.
Aquiles Molinari cree haber matado
al doctor Abenjaldún en una
ceremonia de iniciación de un extraño culto. Le sigue “Las noches de Goliadkin”, donde Gervasio Montenegro narra el robo de una joya ocurrido en un tren. “El dios de los toros” nos envuelve en
una trama sobre cartas robadas. También está “Las previsiones de Sangiácomo”, sobre unas curiosas muertes, “La víctima de Tadeo Limardo”, sobre un “hecho
de sangre” ocurrido en un motel de mala muerte y, por último, “La prolongada búsqueda de Tai An”, que es
un caso sobre el robo un talismán sagrado, y unos cadáveres cuya muerte es
inexplicable.
Lo cierto es que lo más
interesante no es la resolución de cada caso, sino la galería de hechos, lugares
y personas de los años 30 y 40 que ambientan cada narración. Otro detalle es
que los narradores hablan “mejor” o “peor” de acuerdo a su nivel social, y que
las historias están plagadas de lunfardo, argentinismo de la época. Nunca vi en
Borges o en Bioy Casares tanto lunfardo como el que utilizan en “Seis problemas...”.
Bustos Domecq se burla de todo:
del contexto social y cultural del momento, de las narraciones policiales y de
los estereotipos de la época. La compleja premisa sirve como anillo al dedo
deshacer y reconstruir el tradicional género de enigma.
Un aspecto que me pareció
cautivante es que los cuentos se pueden leer de forma independiente, ya que la
novela contiene seis episodios de antología, aparentemente independientes. Sin
embargo, personas de otros relatos aparecen en los siguientes, y en algunos hasta
se pueda apreciar cierta evolución, cierta construcción de personajes.
¿Vale la pena leerlo? Una opinión personal
Y acá es donde, probablemente, mi
post se vuelva mucho menos objetivo de lo que siempre intento imponer. Estoy
convencido de que “Seis problemas para
don Isidro Parodi” esconde más guiños y bromas de las que pude apreciar.
Entiendo que funciona como parodia del género y como deconstrucción del mismo.
Capto los homenajes a los tres famosos detectives de la literatura...
... pero no puedo recomendar esta
novela. No puedo hacerlo porque es, verdaderamente, un bodrio. El libro es
extenso, aburrido y difícil de digerir.
Esperaba que las historias fueran
más impactantes, pero terminan abundando en detalles, descripciones y anécdotas
que no atrapan en lo más mínimo. Los primeros dos cuentos (“Las doce figuras del mundo” y “Las noches de Goliadkin”) están muy
bien, establecen el formato y mantienen el suspenso de principio a fin. Pero
las otras cuatro son pesadas y su conclusión no me voló la cabeza como habría
esperado.
Siempre digo que odio aburrirme
con la literatura (odio aburrirme, directamente)... pero una vez que ya lo
había comenzado, era tarde. El problema es que también odio dejar las cosas por
la mitad, y no suelo hacerlo.
Los relatos incluidos en “Seis problemas” son parte de un valioso
testimonio de escritura conjunta. Esta particular amalgama de un autor de
cuentos entre filosóficos y policiales (Borges)
y un autor de novelas fantásticas (Bioy
Casares) dio como resultado a un Bustos Domecq que tiene independencia
absoluta, y cuya escritura se balancea entre la crítica burlesca y el policial
clásico inglés de Chesterton.
Creo que ambos escritores pudieron
compactar diversos aspectos de la sociedad argentina de los años 40. Si uno
quiere poder vivir ese peculiar experimento literario, entonces sí valdría la
pena comerse esta novela. Sin embargo, quienes solo buscan un entretenimiento
detectivesco ligero, pueden leer las primeras dos historias y conformarse con
ellas.
¡Hasta la próxima!
***
BONUS TRACKS: les comparto dos textos
que me gustaron mucho y tiene que ver con el tema.
1. El primero habla sobre cómo
Bioy y Borges escribieron juntos, es de María
del Carmen Marengo: http://www.borges.pitt.edu/sites/default/files/1001.pdf
2. El segundo se refiere a las
influencias y confluencias a la hora de construir a Bustos Domecq, y es de Rosa Pellicer: http://www.borges.pitt.edu/bsol/documents/LibroTesis.pdf
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=>> Otras notas que sobre
Borges y Bioy Casares en el BLOG: “El
sueño de los héroes” y “La
invención de Morel” (de Adolfo Bioy
Casares), y “El
jardín de senderos que se bifurcan” y “Las
ruinas circulares” (de Jorge Luis
Borges).
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► Podés seguir las nuevas
notas y novedades (además de humor y críticas de cine) en mi fan-page: http://www.facebook.com/sivoriluciano.
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Muy interesante, no leí nada de lo que publicaron bajo el nombre de Bustos Domecq.
ResponderEliminar¿Leíste Adán BuenosAyres? Ahi Marechal se encarga de describir no solo la sociedad y los lugares de 1920 sino también a muchos de sus colegas literatos y artistas (aunque bien camuflados).
Abrazo!
Todavía no leí nada de Leopoldo Marechal yo. ¡Es uno de mis grandes pendientes! ¿Tenés post en tu blog al respecto?
EliminarAhora que me preguntás le debo un par de entradas a Marechal.
EliminarApenas arranqué el blog fui a recorrer las calles de Villa crespo en busca de indicios de algunas ruinas del Adan Buenosayres y salió esto http://www.frodorock.blogspot.com.ar/2010/09/la-sutil-materia-de-un-poema-concluido.html
Pero ahora que tengo más info tengo que continuar la búsqueda
Muy buen artículo! Saludos
ResponderEliminarGracias por tan buen comentario sobre los "mas" de nuestra literatura!
ResponderEliminar¡Gracias a vos por recorrer mi humilde espacio!
EliminarExtensa? 100 páginas? Se lee en una tarde...Buen artículo de todos modos.
ResponderEliminarPara ser sólo cuentos, un poco sí.
EliminarCoincido. Es infumable. Lo mejor es la introducción de la señorita que tuvo en la escuela. Y de los relatos, coincido que el primero es el único que safa. Gracias.
ResponderEliminarJa, gracias. Me da pena decir "infumable". Tiene sus puntos fuertes, pero no me pareció lo mejor de ninguno de estos dos autores.
EliminarMuy bueno! Me gusta la sinceridad de tu recomendación. Coincido que es horrible aburrirse leyendo y muchos libros me han decepcionado, igual leo hasta el final. Voy a leer éste de todos modos porque me dio curiosidad. Por lo visto sabes bastante, así que si quisieras recomendarme una novela corta de detectives al estilo de "Los que aman, odian" te lo agradecería mucho!
ResponderEliminarSeguramente puede interesarte el clásicos de Gastón Leroux: "El misterio del cuarto amarillo". Lo reseñé en esta nota:
Eliminarhttp://viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2012/11/el-misterio-del-cuarto-amarillo-1907.html
Por cierto, hay nota sobre "Los que aman, odian":
http://viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2016/08/los-que-aman-odian-adolfo-bioy-casares-silvina-ocampo.html
Y en mis listas TOP podés encontrar mis libros favoritos del año, donde seguramente vas a hallar algo de tu agrado.
¡Gracias por pasar!
Recomiendo la lectura y el análisis de "Cometierra" de D. Reyes. Es muy actual y podría encuadrarse como género realista pero atravesado por el Realismo mágico y tal vez, matices Neofantásticos.
ResponderEliminarSe agenda la obrita entonces.
Eliminar¡Gracias por la recomendación!