Hace tiempo ya que los videojuegos
son otra forma de contar historias,
con la gran particularidad de que el receptor tiene la posibilidad de tomar
decisiones que afectan al destino del protagonista (algo así como en los de “Elige
tu propia aventura”).
Pero mientras que puede decirse
que los primeros tenían una narrativa
emergente (“Pong” era una suerte
de partido de tenis de la vida real, por ejemplo), hoy el desarrollo
tecnológico nos permite contar con narrativas
más complejas y embebidas. Un argumento completo, con sus puntos de giro,
desarrollo de personajes y conflictos que se van desenredando según progresamos
en el juego.
A diferencia de otros campos (como
el cine o la literatura) en los videojuegos la trama, la ambientación y los
personajes tienen que enganchar al jugador, pero además se debe transmitir la
diversión. La clave está en esta delicada
combinación entre narrativa y jugabilidad, y éste es el tema de esta nota.
“Gemini Rue” (2011) es una de las mejores experiencias en materia de ciencia ficción que tuve en los
últimos años. Y no me refiero solo a videojuegos.
Los que me siguen en el blog
conocen mi
afinidad por este género. Pero en lo posible intento evitar lo trillado, lo
conocido. La ciencia ficción hoy se preocupa por mostrar aliens y grandes naves
espaciales, rayos láser o conspiraciones galácticas. Casi todas son obras cyberpunk o novelescas que han robado,
en una buena medida, de Star Trek, Star Wars y los escritos de los grandes
maestros del género: Ray
Bradbudy, Isaac
Asimov y Phillip
Dick.
Por eso me encantó “Coherence” (2013), una obra maestra de la ciencia
ficción independiente que trabaja temáticas menos convencionales (acá
pueden encontrar mi crítica completa).
Y también por eso me encantó Gemini Rue –en esencia, una aventura
gráfica– cuando lo jugué hace un par de años. La substancia de la ciencia
ficción, con su tecnología asombrosa y sus premisas fantásticas, es que nos
haga cuestionar la realidad, la vida, el universo, todo.
Debe ser un medio para
la introspección, para pensar en la existencia humana.
Publicado por Wadjet Eye Gamesen en 2011, Gemini Rue es
una aventura del tipo point and click
que brilla en la composición de la historia. Una sociedad distópica es el hogar
de dos personajes: Azriel Odin, un
antiguo sicario convertido en detective que busca las pistas de su hermano
desaparecido, y Delta-Six, un preso
condenado en la nave-prisión Center 7, donde se lleva a criminales para
someterlos a un radical proceso de reeducación, que pasa por borrarles todos
los recuerdos de sus vidas pasadas.
Ambas historias corren paralelas y guardan grandes sorpresas. Incluso las voces son muy convincentes y dan en
la tecla con la personalidad de cada uno. (Azriel, por ejemplo, tiene una voz
profunda, tosca.)
De alguna manera, el género de
aventura es uno de ellos donde la narrativa cobra vital importancia. Y joyas
como Monkey Island o Day of the Tentacle nos han sabido
mostrar que la calidad del argumento debe estar por encima del diseño, los puzzles
y la jugabilidad para que el videojuego no sea un aburrimiento total.
Sí tengo que admitir que los fans
del género van a encontrarlo muy ligero
en cuanto a puzzles, quizás hasta un poco decepcionados (es muy fácil en general)
pero gana puntos en originalidad por presentar situaciones donde los
protagonistas pueden morir, acción y tiroteos (algo raro en este tipo de
juegos) y un atractivo diseño retro.
Me encanta la amalgama entre
policial negro y ciencia ficción que logra Gemini Rue. La historia, además, es
una de las mejores que vi en toda mi vida, con una trama insuperable llena de
misterios, traiciones, mafia, conspiraciones y algo de filosofía
existencialista. Muchas de las temáticas sobre la identidad, la memoria y lo
que significa ser humano —que posee
“Blade Runner”, una clara inspiración— están presentes en este juego.
Quienes se animen a jugarlo (en
serio: es muy sencillo y toma un par de horas para finalizarlo) van a quedar
cautivados con el argumento. Los más detallistas quizás también noten una serie
de Easter Eggs (como todos los personajes de Cowboy Bebop que están escondidos dentro del juego).
Es un videojuego que presta
especial atención al detalle, y ojalá los cineastas aprendieran la importancia
de escribir guiones de esta calidad. Técnicas como el anacronismo, el foreshadowing
o el hipertexto son evidentes. Pero
por detrás también tenemos un significado especial que se le da a los nombres y
a los lugares. En la mitología nórdica, por ejemplo, Azriel es el ángel de la
muerte, y Odin el mayor Dios de los escandinavos, que tuvo la particularidad de
cambiar de nombre (y de identidad) muchas veces.
Los giros de guión, sus tiempos y
el ritmo general de la narración me llevó, inevitablemente, a pensar en las
formas cinematográficas. Pero esta es una manera diferente de vivenciar una historia.
Me quedo con la sensación de que ofrece un equilibrio
perfecto entre entretenimiento y vocación narrativa; o lo que es lo mismo,
un equilibrio perfecto entre los dos puntos fundamentales del género.
En Internet se pueden leer varias
discusiones sobre su trama, pero mi consejo es que la experimenten ustedes.
“Gemini Rue” me pareció una gran bocanada de aire fresco, un juego inteligente
y emotivo que, además, se hace tiempo para dejar caer una reflexión interesante
sobre la identidad y la memoria, dos de los temas centrales del argumento.
En definitiva, se trata de una
pequeña e imprescindible joya que se convirtió, rápidamente, en una de mis
grandes aventuras gráficas favoritas. Respeta los lugares comunes del género
pero nunca traiciona su naturaleza. Y por sobre todo, demuestra el camino
correcto para lograr la madurez final de
los videojuegos en cuanto a lo narrativo.
Si se consideran fanáticos de la
ciencia ficción, les recomiendo que lo tengan en cuenta. No se van a
decepcionar.
“He's trying to change who he is, something that I couldn't do.
If I can help him do that... maybe, maybe I can live with myself”.
— Azriel, Gemini Rue
► ¿Son de jugar aventuras
gráficas? ¿Cuáles son sus favoritas? ¿Conocían “Gemini Rue”? ¡Espero sus
comentarios!
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=>> Otras posts sobre CIENCIA
FICCIÓN en el blog: “Ahogo,
la ciencia ficción distópica de Guido Barsi”, “El
hombre ilustrado” (de Ray Bradbury),
“El
cálculo de Dios” (de Robert Sawyer)
y “¿Sueña
Phillip Dick con ovejas eléctricas?”
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¡Hola! Muchas gracias... aunque veo que está mal escrito el nombre del blog, jaja. Es: ".com.ar" no ".mx".
EliminarBueno, lo jugaré y si me engancha vuelvo a comentar
ResponderEliminarAbrazo!
¡Me parece bien!
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