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lunes, 19 de agosto de 2019

Infierno grande: películas de pueblos con secretos


Existe un subgénero, devenido del suspenso, donde el gran protagonista del relato es toda una pequeña aldea llena de secretos. Uno de los habitantes, o un visitante extranjero, usualmente comienza a sospechar que algo raro está ocurriendo. Puede tratarse de algo sobrenatural o algo tan mundano como una conspiración de asesinato. En esta nota, un repaso por algunas de las mejores películas de pueblos con secretos.





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Películas de pueblos con secretos

Hay algo seductor (y ligeramente vouyerista) en el hecho de ingresar como espectadores al corazón de un poblado y sus habitantes. Sus costumbres, su día a día y, por supuesto, ese gran misterio que todos ocultan.

En Dogville (2003), probablemente la mejor obra de Lars von Trier, Grace (Nicole Kidman) es una extranjera escapando de la mafia que se esconde en el pueblo que da nombre a la película. La teatral puesta en escena es un gran estudio donde los sets están dibujados en el piso y tienen los mínimos accesorios necesarios. Literalmente no hay paredes que nos impidan ver lo que sucede adentro.


Por la misma época tuvimos The Village (2004), la última buena película de Shyamalan hasta la llegada de Split. Los vecinos de una población rural de Pennsylvania viven aterrados por culpa de unos extraños seres que habitan en los bosques circundantes. Saben perfectamente que para salvarse tienen que cumplir escrupulosamente ciertas reglas.

Ambos son casos ejemplares de películas de pueblos con secretos. En el primero, es el ingreso de un extranjero a un poblado enigmático. En el segundo, son los mismos jóvenes habitantes quienes empiezan a sospechar que los monstruos podrían no ser tales.

Antes de avanzar, tengamos en cuenta que hablar sobre las películas de pueblos con secretos inevitablemente nos lleva, inevitablemente, a ciertos spoilers. Los casos mencionados son de producciones relativamente viejas. Pero, de todas maneras, están avisados.


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Bad Day at Black Rock: la piedra fundacional

Este elemento narrativo tiene un inicio claro: 1955, año en que se estrenó Bad Day at Black Rock.

Traducida como “Conspiración del silencio”, la película fue nominada a 3 Oscars: Mejor Actor (Spencer Tracy), Mejor Director y Mejor Guión Original, además de recibir críticas universalmente positivas. Es probable que ésta sea una de las tres más grandes películas de John Sturges, un genio absoluto del thriller y el western durante los años ´50 y ´60. Si bien trabajó otros géneros, sus historias de misterio y crimen son las más recordadas.

El relato nos habla de un extraño manco que arriba al olvidado pueblo de Black Rock, donde descubre que los vecinos esconden un terrible secreto. Y matarían por mantenerlo.


Está ambientada en lo que podría llamarse el “Nuevo Lejano Oeste”. Ocurre después de la guerra (1945) pero esta ciudad ha quedado un poco relegada en el tiempo (aunque tiene autos, teléfonos y trenes a vapor). El racismo contra los japoneses y el ataque a Pearl Harbor son temas importantes para el desarrollo.

Dos aspectos de esta producción son particularmente llamativos. El primero es que todo ocurre en el transcurso de un día, un muy mal día para el protagonista (y para todo el pueblo en general). Esto hace que las apuestas sean más altas y la tensión se sienta a lo largo de la trama. Lo segundo interesante es que se trata de un thriller vestido de western, pero con tintes de policial negro. Esta fusión de géneros (que no siempre funciona) acá brinda un condimento especial.

Bad Day at Black Rock es una clase maestra sobre cómo crear un guión atractivo con información a cuentagotas. Los personajes son identificables, Spencer Tracy realiza una excelente labor y la historia termina brindando un importante mensaje sobre la tolerancia racial.

De asesinos y robots…

Encontramos otros ejemplos en Edgar Wright y su trilogía Cornetto (que comenté por acá). En Hot Fuzz (2007) algunos miembros de la ciudad de Sandford secretamente están eliminando a todos los que les resulten molestos. Cada crimen es escondido como un alocado accidente. En The World’s End (2013) resulta que todo Newton Haven ha sido reemplazado por robots (que no lo son realmente).


Donde sí son robots en realidad, es en la pequeña comunidad de The Stepford Wives (1975, o su adaptación del 2004). Todas las mujeres actúan como las esposas perfectas, pero solo porque son máquinas artificiales creadas realmente para tal propósito. Los maridos asesinan a las esposas reales y las reemplazan.

El aislado suburbio que conocemos en Get Out! (2017) es un lugar en el que jóvenes afroamericanos han comenzado a desaparecer. Realmente es una de las películas de pueblos con secretos más creativas que salieron en el último tiempo… y es mejor mirarla con la menor cantidad de información posible.

The Truman Show (1998) es especial porque acá no hay ni robots ni asesinos ocultos. En este fantástico drama del guionista Andrew Niccol, todo el mundo conoce la verdad del lugar menos el inocente personaje de Jim Carrey.


Secretos paranormales

Claro que si nos referimos a películas de pueblos con secretos, el elemento paranormal o fantástico suele ser el más frecuente. La pequeña localidad de Ludlow, por ejemplo, tiene un cementerio de animales que puede hacer regresar a los muertos.

En The Wicker Man (la original de 1973 o su remake nicholascagiana de 2006), un policía viaja a una isla en la costa de Inglaterra donde existe una especie de culto pagano. Algo similar ocurre en la interesante producción de Netflix El Apóstol (2018): en el año 1905, Thomas Richardson viaja a una isla remota para rescatar a su hermana, quien ha sido secuestrada por una secta religiosa que pide un rescate por ella.

La ciudad de Shadyside (en la serie literaria Fear Street de R.L Stine) también entra en esta categoría. Allí, adolescentes mueren de formas horribles o son poseídos por demonios. Y todo viene sucediendo por siglos.

En materia de televisión, para encontraros con pueblos extraños no necesitamos ir más lejos que con series como Twin Peaks (la madre de todas las series), Wayward Pines y Stranger Things.


Big Fish (2003), quizás mi favorita de Tim Burton, tiene una manera hermosa de jugar con este elemento narrativo. El idílico pueblo de Specter parece estar lleno de criaturas fantásticas (gigantes, brujas, hombres lobo) pero, en realidad, no es tan así. Solo se trata de un lugar particularmente extravagante.

La raíz del mal en The White Ribbon

No quería dejar de nombrar The White Ribbon (2009), seminal obra de Michael Haneke que reflexiona sobre los orígenes del nazismo (analicé la película en detalle en esta nota).

En vísperas de la Primera Guerra Mundial, extraños sucesos comienzan a ocurrir –a modo de ritual de castigo– en un pequeño pueblo protestante del norte de Alemania.


El argumento nos enseña la cotidianeidad de aquel tranquilo lugar donde, progresivamente, va ingresando la maldad en estado puro. Es una exploración sutil –tan consciente como ambigua– del origen de una generación que años más tarde se convertiría en la más despiadada de la historia.

Hay muchísimas más películas de pueblos con secretos. El lector más avispado seguramente será capaz de nombrar otras tantas. ¡Hasta la próxima!

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3 comentarios:

  1. No había pensado seriamente en este subgénero. UD es un cráneo, un genio.
    Hay muchos.capitulos de X files sobre sectas en pueblos, y cada vez que Mulder y Scully empiezan a investigar, encuentran silencio, gente espiando por la ventana o en todo.csso el que abre la.puerta pregunta el clásico "testigos de Jehová?"

    Creo que la idea de encuentra también en Crónica de una muerte anunciada

    Abrazo crack!

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    Respuestas
    1. Definitivamente la idea también esta en "Crónica..." y en varias otras novelas latinoamericanas (pienso, por ejemplo, en Pedro Páramo). Gran pecado mío: nunca vi X-Files completo, sólo fui hojeando algún que otro capítulo cuando lo daban en la tele. Shame on me!

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