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jueves, 28 de febrero de 2013

“Ana y el infinito” (cuento)


Género: terror / suspenso

Durante mi infancia en La Plata conocí a un hombre sin rostro. Sucedió una noche, durante la feria anual que se armaba en la Plaza Moreno. Cada año se llenaban calles enteras con atracciones y juegos, disfraces y artistas. Era un 23 de octubre y acababa de cumplir catorce años.

Mis padres trabajaban de día, así que íbamos después de comer, como a las 21 hs, y nos quedábamos hasta pasada la medianoche. La carpa de la atracción menos visitada de todas estaba siempre allí, pero yo elegía esquivarla. Ese día mi hermano menor me desafió a entrar, alegando que me asustaba el Hombre sin Rostro. 


En mi ciudad vivía el brujo Manuel, que hacía milagros. Lo visitaba seguido con mis amigos, ¿por qué iba a asustarme, entonces, un fenómeno de circo?

Con un coraje inusual en mí, toqué la puerta pero nadie me contestó. Corrí las cortinas y pronto brotó de adentro un perturbador olor a humedad, una esencia compacta que se había concentrado. Unas ligeras cortinas color damasco ocultaban las ventanas. La débil iluminación provenía de un foco en el centro, y debajo de él… un hombre en una silla. Tenía una barba prominente, y piel que chorreaba de su frente, tapando ojos, nariz y la parte superior de la boca. 

Le hablé. 

Creo que dije algo así como “Hola, Sr. sin Rostro”. “Hola, Ana. Gracias por venir”, me contestó, haciendo que mi corazón diera un vuelco.

Pensé en dar media vuelta y salir corriendo, pero mis pies no respondían a las órdenes que enviaba mi cerebro. Estaba congelada. El Hombre sin Rostro se levantó de la silla y dio unos pasos hacía mí. Al no tener cara, el señor carecía completamente de sentido del ritmo. Se apoyaba sobre un bastón y caminaba con un andar pesado… como si cada pie tuviera que pedirle permiso al otro para avanzar. Su voz era gruesa y áspera, y juntaba las palabras como haciéndolas desfilar en estampida. 

Tendría unos 30 años, pero parecía de 60. Su piel estaba arrugada y más pálida de lo normal, seguramente porque rara vez se exponía al sol. Aun así si no fuera por su rostro sería difícil diferenciarlo de un ciudadano común y corriente.

Se detuvo a un metro de mí: “Vas a vivir eternamente, Ana”, me dijo. “Algún día, vas a cambiar al mundo”. Sus palabras me pusieron la piel de gallina. Fue demasiado para mí. Debo haberme desmayado o algo, porque solamente recuerdo despertar entre la suavidad de mis sábanas, al día siguiente. Tomé mi mochila y caminé apresuradamente hasta la feria. No había muchos adultos esa mañana. Un pibe en la máquina del gancho intentaba tomar un reloj (mientras su novia creía, ingenuamente, que buscaba el osito de peluche). Otro tiraba petardos en medio de la calle y algunos abuelos nostálgicos paseaban perros. La feria del Hombre sin Rostro seguía allí, pero no entré.


El tiempo pasó rápido como una tormenta de verano. Cuando crecí viajé por el mundo. Vi la guerrilla de Guatemala cara a cara, y paseé por las zonas más pobres de la India. Mi viaje me llevó hasta Panamá donde, con el tiempo, comencé una ONG que impulsa el desarrollo a través del arte y la creatividad. Recién empieza, pero creo que va a ser algo grande. A veces pienso que algo guía mi memoria hacia aquello que necesito volver a recordar. Mi encuentro con el Hombre sin Rostro suele ser una de esas cosas. A veces se me ocurrió pensar que es un hombre afortunado. No puede ver la pobreza ni las guerras en las noticias, tampoco experimenta la corrupción del mundo o la injusticia. Supongo que con el tiempo me di cuenta: no era él el fenómeno, sino todos nosotros. Lo que realmente me asustaba era la posibilidad de que el enigmático personaje pudiera, finalmente, ver el mundo en el que vivimos y se sintiera decepcionado.

Una vez leí que se había ido de la feria anual de Plaza Moreno. Algunos decían que se había cansado de ser discriminado, y otros –más esperanzados– que había decidido vivir su vida. Una noche soñé (o quizás recordé) que mi charla con el Hombre sin Rostro continuaba:

        ¿Cómo hago para vivir eternamente?
        Trascendiendo – me respondió –. Son pequeños granos de arena que vamos aportando para hacer, del mundo, un lugar mejor. Cuando lo hagas, en ese momento te juro: vas a ser infinita.





- FIN -


=> Dedicado a Ana Barresi. Ana, algún día, va a cambiar al mundo.

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Si este cuento les gustó... quizás disfruten también otras historias de suspenso de mi autoría. Miren: este tiene una metáfora con Dustin Hoffman, en este una niño entra a oscura habitación de un hotel, en este otro dos ancianos esperan a un misterioso visitante. También hay uno en el que un viejito cuenta una historia increíble y otro en el que una carta le llega al protagonista 30 años más tarde.

Les agradezco que me cuenten que les pareció "Ana y el infinito", que es -quizás- una de las historias más personales que escribí hasta ahora. ¡Pueden dejarme su comentario en el blog y también seguirme en mi página!

lunes, 25 de febrero de 2013

“Los días del Venado” (novela, 2000)


Autor: Liliana Bodoc (Argentina)
Género: fantasía épica
Leído: por segunda vez en Febrero 2013 (Bahía Blanca)

La fantasía épica está a full en estos días. 

Particularmente con el (muy) esperado regreso de Game Of Thrones a fines de Marzo. Hoy vamos a hablar un poquito de este tema junto al último libro que leí: “Los días del Venado”.

Después del fiasco que me había llevado con la última novela argentina que había leído, fue un lujo encontrarme de nuevo con Liliana Bodoc y su “Saga de los Confines”. 

Este es el título que la autora mendocina le dio a una colección de tres libros de género épico fantástico.

Confieso que no soy tan fanático de este tipo de literatura. Me encanta Juego de Tronos pero no he podido sentarme a leer “Canción de Hielo y Fuego”. Algo similar me pasó con la trilogía de “El Señor de los Anillos”. Me parece que son historias que se vuelven mucho más impresionantes en la pantalla que en los libros… o por lo menos yo me engancho más. 

Pero la Saga de los Confines es una rara excepción. Con la intención de terminar la saga (nunca leí el tercer libro) volví a comenzar desde el principio

La historia de “Los Días del Venado” tiene mucha Magia, pero no es Harry Potter (de hecho, son géneros bien distintos). Se desarrolla en un mundo imaginario conocido como las Tierras Fértiles (que tienen un parecido importante con América).

Uno de los hombres más valientes del pueblo de los husihuilkes (una especie de indios mapuches) es convocado – en representación de su gente – a un Concilio que reunirá a todas las civilizaciones del continente. En las Tierras Antiguas (del otro lado del océano) se desarrolló una batalla entre los bóreos (nativos del lugar) y Misáianes, el hijo de la misma “Muerte”. El desconocido ganador ha partido en barcos hacia las Tierras Fértiles, ya sea trayendo paz o destrucción. El Concilio debe decidir si prepararse para la batalla de sus vidas o para la paz eterna. Por sobre todo, debe lograr que todos los pueblos trabajen con sinergia, como uno solo.

La trama es muy interesante porque no deja de sorprender. Llegamos a conocer a cada uno de las civilizaciones y todas tienen ritos, características y habilidades muy distintas. Algunos tienden más hacia la fuerza bruta, otros hacia la sabiduría de la magia. Algunos son celosos y engreídos, y otros mucho más humildes. Y a pesar de que todos coexisten pacíficamente, muchos tienen intenciones ocultas y un plan distinto del resto.

El libro está plagado de grandes batallas, traiciones y giros argumentales. La línea principal involucra el viaje de Dulkancellin (el líder husihuilke) y como se convierte en un comandante temible (al mejor estilo “John Carter”) en la lucha contra el mal. Las tramas secundarias involucran a algunos de sus hijos y a personajes secundarios de otras civilizaciones que tienen participaciones importantes. Si bien la historia de este primer tomo tiene su autonomía y cierra por sí misma, su impredecible final invita a continuar con la lectura. Muchos de los eventos de la primera parte tienen un rol clave en la continuación de la saga (“Los días de la Sombra”).

El universo de Bodoc es majestuoso. Todo es muy mágico, el viento aconseja, las criaturas se comunican entre sí y la Magia es parte de la vida cotidiana. La autora creó lenguas, costumbres, rituales y ciudades enteras.

Lo más interesante de la obra son las referencias históricas y culturales. La Saga de los Confines tiene muchos paralelos con la realidad, partiendo de la base que todo es una gran alegoría de la conquista de América (los conquistadores llegan a dominar a los indios con armas y caballos). La cartografía también hace alusión, de alguna manera, al continente americano. Los nombres de los personajes tienen una clara raíz indígena (Dulkancellin, Kush, Kupuka, Shampalwe, etc). Hay varias semejanzas con culturas precolombinas (relaciones, rituales, formas de vestir, economía de caza, etc.) y las enfermedades que llegan con la conquista son otro reflejo de lo ocurrido luego de 1492.

Hay quienes afirman que todos los autores modernos de literatura épica se están copiando de Tolkien. Quizás sea cierto, la realidad es que es el máximo exponente y es muy difícil salirse de una obra que tiene todas las características del género: conflictos a escala masiva, batallas con escudos y espadas, un mundo que no es el nuestro, un Señor del Mal unidimensional y absoluto y la victoria del bien (sobre el mal) que no se logra mediante las armas. Igualmente: la línea es muy fina. Harry Potter es fantasía pero no es épica, mientras que Star Wars es épico, pero no fantástico.

La obra de Tolkien es el molde perfecto y se podría decir que sentó las bases para el resto.

De todas maneras, Liliana Bodoc hizo lo suyo para diferenciar su obra y logró un desarrollo fascinante. Su novela puede llegar a ser densa en descripciones por momentos, pero son cosas que vienen de la mano del género. Su trama es impecable, ingeniosa y atrapante. Me enorgullece saber que esta historia surgió de la mano de una argentina.

Para quienes sean fanáticos del género (¡y para los que no, también!) esta es una obra imperdible.

Les comparto los primeros 4 capítulos de “Los días del Venado” para que chequeen: http://www.imaginaria.com.ar/05/2/venado.htm

=> ¿Qué piensan de la fantasía épica? ¿Leyeron la Saga de los Confines? ¡Espero sus comentarios en el blog o en mi página! <=

OFF TOPIC: los 5 errores que no cometería si fuera un Señor del Mal

1) El objeto que es fuente de mi poder no sería guarda en la Montaña del Mal Eterno, más allá del Fuego Maldito y guardado por los Oscuros Dragones del Terror. ¡Estaría en mi caja fuerte, al ladito mío!

2) No le contaría mis planes al héroe antes de matarlo, ni lo dejaría atado junto a dos inútiles guardias. Le pegaría un tiro en la cabeza y la colgaría en la puerta del baño.

3) Los tubos de ventilación de mi Palacio del Mal serían demasiado chicos para que alguien puede infiltrarse por allí.

4) Entrenaría a mi Ejército del Mal para que atacaran todos a la vez, y no uno a uno. También enviaría a los más fuertes primero, en lugar de progresivamente.


5) FINALMENTE, para asegurarme la lealtad de mi Ejército del Mal, les daría café gratis, wifi y Seinfeld en sus momentos de recreación. =)



miércoles, 20 de febrero de 2013

“El hombre ilustrado” (antología, 1951)

Autor: Ray Bradbury (USA)
Género: antología de cuentos / ciencia ficción
Leído: junio 2012 (en Panamá)

¿Hasta dónde creen que puede entrar un zorro en un bosque? Ray Bradbury plantea esa temática en uno de sus cuentos más famosos, dentro de la genial antología de “El hombre Ilustrado”. Con solo leerlo una vez, este libro automáticamente  se convirtió en uno de mis preferidos.  

Soy fanático de la ciencia ficción, creo que lo demostré más de una vez en posts como este, o este, o quizás este o hasta este. Y también soy un gran fan de Bradbury.

El estilo del creador de la aclamada novela Fahrenheit 451 (#que le da parte del título a mi blog#) siempre me pareció único y lleno de metáforas.

Son tramas poéticas hechas prosa.

Lo mejor de él es que crea atmósferas perfectas para cada una de sus historias. Al igual que en una buena película de suspenso, el peligro – más que verse – se siente.

“El Hombre Ilustrado” (1951) es una compilación de cuentos muy particular. Está formada por 18 relatos sin ningún tipo de conexión, excepto por un mínimo detalle. Todo comienza cuando el narrador se encuentra con un hombre peculiar. Se trata de un personaje enteramente tatuado. Pero sus ilustraciones no son meros dibujos sin movimiento: se proyectan como una película ante los ojos de quien observa.

Esto se utiliza como excusa para relatar cada uno de los cuentos que componen la antología.

Las historias no se unen entre sí, excepto en sus temáticas. Bradbury fue un obsesionado del espacio y, especialmente, de Marte. La temática escapista (Marte, en particular) funciona como hilo conductor para varias de las historias. De hecho, el leit motiv del escape hacia otros mundos, otros tiempos o –inclusive– otras formas de vida, se mantiene durante cada uno de los relatos.

Lo genial es que Bradbury explora la naturaleza humana y como, muchas veces, la tecnología puede terminar por destruir al hombre (cuando se usa sin ética). Los mundos que crea el autor no son del todo felices e incluso muy pocos de sus cuentos son esperanzadores. Está claro que planteó, en sus tramas, muchas de las cosas que le molestaban de la época en la que vivía.

Un dato curioso es que el Hombre Ilustrado aparece luego como uno de los personajes en la novela de terror “La Feria de las Tinieblas” (1962), una novela muy bien escrita que estoy leyendo actualmente y le traería pesadillas al mismo Stephen King.

Grandes historias componen esta colección. En “Los desterrados” nos enteramos de que en Marte viven todos los escritores (y personajes) de fantasía que alguna vez existieron en la Tierra, pero van desapareciendo a medida que en la Tierra queman sus libros (cuento que inspiraría Fahrenheit 451 dos años más tarde). “El hombre del cohete” es el relato que inspiró el famoso tema de Elton John. Un hijo relata la vida de su padre astronauta, y su deseo de ser como él (una drama MUY triste).

“El zorro y el bosque” es genial. En esta historia, Bradbury nos muestra como un zorro es capaz de entrar hasta lo más profundo del bosque para encontrar a su presa. Un thriller de viajes en el tiempo con giros sorprendentes y una de las mejores historias de Bradbury junto a “El sonido del trueno” (ciertamente, la mejor).

"Marionetas S.A" tuvo su parodia en un capítulo de los Simpson. Un hombre decide sacar dinero para comprar un robot que lo reemplace en sus obligaciones en la casa y los quehaceres domésticos…. pero resulta que su esposa ya había hecho una inversión similar.


“El cohete” es una de las pocas historias alentadoras. Fiorello Bodoni ha ahorrado 3.000 dólares para satisfacer su sueño: enviar a un miembro de su familia en un viaje al espacio exterior. A su familia, sin embargo, le resulta imposible elegir quién irá, porque los que se queden en tierra envidiarán inevitablemente al elegido para el resto de sus vidas. Bodoni utiliza entonces el dinero para construir un cohete a partir de la reproducción de una vieja maqueta, y se lleva a todos sus niños en el viaje de sus vidas. Un relato hermoso que habla de la importancia de hacer realidad una ilusión, junto a los que uno más quiere.

Cada uno de los 18 cuentos cortos de esta antología de ciencia ficción tiene algo brillante para contar. ¡Realmente vale mucho la pena y es para tener en cuenta!



EL DATO LOCO: cuenta la historia que de niño, Ray Bradbury conoció a un mago de feria, el Sr. Eléctrico. Este hombre le ordenó “vivir eternamente”. Luego de tan extraño día, Bradbury comenzó a escribir sin parar, transciendo y cumpliendo la profecía del mago

Con el tiempo, el Sr. Eléctrico sería la principal inspiración para su personaje del “El Hombre Ilustrado”.


¿Qué pensás de la ciencia ficción? ¿Te gusta Ray Bradbury? ¡Dejame tus opiniones y comentarios en el blog o en mí página!


PD: ¿la respuesta al acertijo? ¡Ah, claro! ¿Hasta dónde creen que puede entrar un zorro en un bosque? La respuesta correcta es “hasta la mitad”, porque luego ya está saliendo. =)

viernes, 15 de febrero de 2013

“Rebelión en la granja” (novela, 1943)


Autor: George Orwell (Inglaterra)
Género: fábula infantil / sátira política
Leído por última vez: Córdoba, 2009

Hoy vamos a hablar de los secretos detrás de la granja más famosa

Todos sabemos más o menos de que va esta fábula alegórica donde un par de cerdos toman el control de una granja (con el supuesto beneficio de todos sus habitantes) solo para descubrir que el poder puede corromper hasta a las criaturas más sencillas

Esta clara sátira política de la Revolución Rusa se encuentra entre mis relatos favoritos. Ingeniosamente presentada como un libro para chicos (al mejor estilo de “El Principito”, escrito el mismo año), “Rebelión en la Granja” es uno de las novelas más interesantes que tuve el placer de leer en reiteradas ocasiones.

Así como le sucedió a JK Rowling con su boceto de Harry Potter, George Orwell (que en verdad se llamaba Eric Arthur Blair) tuvo muchos problemas para publicar su historia. La realidad es que nadie se animaba a hacerlo. 



Un tal Peter Smollet (supuesto agente inglés trabajando para el Ministerio de Información) insistía en que el manejo de dicha propaganda en contra de la URSS iba a ser contraproducente. Por cierto, ¡luego se confirmó que el tal Smolllet era un espía ruso! Después uno se pregunta por qué Orwell escribió su aclamada novela 1984: el hombre ya estaba viviendo en una sociedad donde todos se espiaban unos a los otros.

George Orwell siguió peleando por la publicación de su novella aun cuando todos (incluyendo al famoso poeta T.S. Eliot) le seguían recomendando que no lo hiciera. Finalmente lo logró en 1945 (dos años después de que la escribió), cuando la guerra mundial ya había terminado.

Aunque su calidad literaria fuera criticable (muchos dudaban de un estilo demasiado simple y sencillo) la obra se vendió por centenares de miles, especialmente dentro de Estados Unidos.  En Inglaterra, Orwell solo había logrado vender unos 20.000 ejemplares, pero cuando el relato cruzó el Atlántico la cosa fue muy distinta. Según se dice: los servicios de inteligencia de USA se encargaron de convertir la obra en un increíble best-seller



Los elogios fueron prácticamente unánimes en la prensa norteamericana. Incluso el New Yorker calificó a “Rebelión en la Granja” como una “obra maestra absolutamente magistral”. Algo similar le ocurrió a Orwell con su siguiente novela “1984” (que inspiró todos los shows de “Gran Hermano”, pero de eso hablaremos más adelante). Para muchos: Orwell es una mera creación de la CIA (independientemente de la calidad literaria de sus obras).

Pero más allá de toda la historia oculta y misteriosa del autor, personalmente disfruté mucho de esta historia porque cada animal representa, de forma excelente, distintos estratos de la sociedad. Boxer, el caballo, es uno de mis personajes favoritos y es un fiel símbolo de la clase trabajadora de la época. Lo más interesante del libro es que contiene interpretaciones en muchos niveles. Claro que las comparaciones con la Revolución Rusa son las más claras, pero también se tratan temas como: la relación del hombre con los animales, la psicología de las personas, la corrupción que genera el poder desmedido y el funcionamiento sociológico de una sociedad.

Siempre me pareció que la genial serie dedibujos animados de mi infanciaLa granja de Orson” (creada por el mismo autor de Garfield, Jim Davis) era una parodia en sí de “Rebelión en la granja”. Sin embargo, aunque los parecidos son varios, nunca lo pude comprobar. 

Rebelión en la Granja” es más que la representación satírica de Rusia en 1917, el gobierno de Stalin y la creación del comunismo: hay un tratamiento importante de las relaciones y ese es un tema atemporal que pega muy fuerte aun hoy en día. No es sólo un libro, es una imagen espejada del mundo en el que vivimos.



George Orwell deja muy en claro su punto de vista: las revoluciones no tienen sentido porque resultan en el cambio de un tirano por otro, que tarde en temprano será corrompido por la naturaleza del poder. 

En una de las escenas finales... 

(/SPOILER ALERT/) 

...los cerdos están jugando póker con los humanos y el resto de los animales no pueden distinguir a unos de otros. Esa escena es escalofriante y está fantástica, porque resume muchas de las ideas de Orwell.

(/Fin del SPOILER/)

Se trata de un libro muy cortito que se lee de forma amena, pero plantea ideas que quedan pegadas a la mente del lector por un largo tiempo. Un gran clásico que todos deberíamos leer de tanto en tanto. Impecable lo de este señor.




¿Leyeron “Rebelión en la Granja? ¿Qué les pareció? ¡Espero sus comentarios! OFF-TOPIC: ¿Que otras fábulas / sátiras han leído y recomiendan?


“Todos los animales son iguales, 
pero algunos son más iguales que otros".

(George Orwell, “Rebelión en la granja”)

lunes, 11 de febrero de 2013

Influencias literarias (II): Tras las huellas de Scooby- Doo



No puedo evitar tener que ver el episodio entero cada vez que lo agarro en la televisión. 

Scooby Doo, además de ser unas de las creaciones más legendarias del dúo Hanna-Barbera es uno de los dibujos animados con más capítulos en el aire en la historia de la animación. Con los años se convertiría en uno de los motivos de mi atracción por el género de misterio y la narrativa policial.

Una vez leí que la novela “El sabueso de los Baskerville” plantea la fórmula básica con la que funciona cada uno de los episodios de Scooby- Doo: un evento supuestamente sobrenatural (generalmente un “fantasma” que persigue al grupo), varios sospechosos, y un gran misterio por descubrir

La pandilla formada por un gran danés y 4 adolescentes creció en popularidad desde su creación en 1969.

Lo que más me fascinaba de la serie era intentar adivinar al criminal antes que la banda de la Máquina del Misterio. Los primeros capítulos no tuvieron mucha complejidad (generalmente uno estaba entre uno o dos sospechosos) pero sobre el final las cosas se complicaban un poco más. 

La fórmula básica (que no tuvo demasiada variación a lo largo del tiempo) es aún muy popular hoy, y varias series de TV, libros o películas han tratado de imitar el estilo “¿Quién lo hizo?” (whodunnit, por su nombre en inglés) que el show lograba en un episodio de menos de 30 minutos.

Scooby Doo fue una fabulosa serie animada que fusionó varios estilos y utilizó muchos guiños a la cultura popular. The Scooby-Doo Project, por ejemplo, combinaba a los personajes del programa en una aventura en la cual se perdían en el bosque (parodiando al clásico proyecto de la bruja de Blair). 

En “Las nuevas películas de Scooby Doo”, el grupo de Misterio a la Orden resolvía casos acompaños de un puñado de figuras famosas y personajes de ficción como Los Tres Chiflados 

¡...y hasta conocieron a Batman y a Robin(un capítulo muy bizarro, por cierto, donde se enfrentan al joker y al pinguino)

Un dato curioso –que no muchos conocen– es que el equipo se financiaba sus “expediciones” gracias al padre de Daphne, que no solo era millonario sino que además les había regalado el singular medio de transporte.

Generalmente los monstruos terminaban siendo personas que intentaban sacar un provecho especial de la situación. Sin embargo, en algunas ocasiones les tocó enfrentarse a fantasmas reales, como es el caso del spin-off “Los 13 fantamas de Scooby Doo” (excelente serie) o en cualquiera de las dos películas live-action que protagonizó el canino (que son bastante entretenidas, particularmente la segunda). 

De todas formas: la fórmula clásica indicaba que el criminal era una persona de carne y hueso, aunque uno solía dudar hasta el último minuto. En el primer capítulo, el supuesto Caballero de la Armadura Oscura es en realidad (#SPOILER ALERT#) el encargado de mantenimiento que falsificaba obras dentro del museo.

Por cierto, este primer capítulo hizo su debut el 13 de septiembre de 1969, hace 43 años, y marcó el comienzo de lo que sería un éxito imparable. Scooby y sus amigos son amenazados por un caballero blindado dentro de un museo de aspecto tenebroso.


Lo interesante es como el primer capítulo mantiene muchas tendencias de los personajes que se volvieron clásicas con el tiempo. Del mismo modo que Kenny muere en cada episodio… Velma siempre pierde sus anteojos en cada capítulo de Scooby– Doo. También: Fred y Daphne suelen separarse del grupo y desaparecer durante gran parte de la historia. Para muchos, el tiempo que ambos personajes estaban fuera de la pantalla era aprovechado para tener sexo… (o por lo menos, eso dicen algunas teorías). 

Sin embargo, la realidad es que ambos eran considerados los personajes más “aburridos”, y los creadores siempre preferían maximizar el tiempo con Velma, Shaggy y –claro– Scooby, que aportaban la parte más humorística al show.

A Agatha Christie le habría encantado el show. En mi caso, cada episodio era una mezcla rara entre el miedo infantil, el deseo por conocer la verdad y el humor absurdo. 

Lo mejor es que no era solo un programa diseñado para estimular las emociones y tensiones de los niños, sino que además creaba suficientes risas como para hacerlo divertido sin provocar pesadillas.


Una de mis versiones preferidas siempre fue “Un cachorro llamado Scooby- Doo”, que mostraba a la pandilla siendo niños, y con misterios muy interesantes. Fuera como fuera, cualquier versión de Scooby siempre tenía todo el humor clásico como el hambre imparable de Shaggy y Scooby, los one-liners malos de Shaggy y el gag de las puertas (que siempre me pareció fantástico).

La parte oscura de la serie tiene que ver con muchas teorías que hablan de las referencias a las drogas, que curiosamente son varias. El estilo “hippie” de Shaggy, el hambre constante de él y Scooby, las misteriosas “scooby galletas”. Para muchos, cada aventura de la banda era creada en su mente como parte de un viaje fantástico al mejor estilo “Alicia en el País de las Maravillas”. 

Lo que nunca pude comprobar es si Shaggy es el único que escucha y “entiende” al perro (como algunos dicen).

Personalmente, prefiero no adherirme a esas teorías macabras y mantener mi infancia intacta. Scooby Doo fue y sigue siendo un programa de culto que  me enseñó que los villanos van a la cárcel sin ningún tipo de juicio, pero además me desafió mentalmente mientras disfrutaba de una buena leche con Nesquik

Al día de hoy sigue siendo un gran show de misterio y entrenamiento con ideas muy originales.
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