Adolescencia, la nueva miniserie de Netflix, es lo más
cercano a la perfección televisiva en décadas. ¿Es la producción más aterradora
de nuestros tiempos? Reseña del drama que está horrorizando a los padres y fascinando
al mundo.
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El inesperado éxito de Adolescence
Adolescence es una miniserie británica que debutó en el #1 al instante, lo cual es un poco sorprendente dada su falta de promoción o grandes estrellas. Stephen Graham es el único del reparto más o menos conocido (Chef, Snatch, The Irishman) pero no mucho más.
Y, sin embargo, la obra alcanzó una puntuación perfecta del 100% por parte de la crítica. Consta de solo cuatro episodios y es una miniserie en la que se está analizando hasta el sándwich que la psicóloga le da al imputado en el episodio 3. Una locura.
Aclaro de antemano que esta nota contendrá spoilers porque me interesa ir a fondo con el análisis. Así que, si todavía no la vieron… vayan y vuelven…
En esencia, Adolescence es un drama criminal sobre un chico de 13 años acusado de matar a Katie, una compañera de clase. Es un concepto que vimos mil veces, pero acá encontramos varias cuestiones innovadoras.
El primer aspecto clave es que cada episodio se graba en una sola toma continua, lo que se conoce como “plano secuencia” o “toma continua” (oner). Al final de esta nota les voy a recomendar otras obras que utilizan este técnica que siempre me resultó asombrosa desde lo técnico.
Lo curioso acá es que estamos hablando de episodios completos de 50 a 60 minutos, y al ver la serie, me pregunto cómo fue posible esto desde la perspectiva del trabajo de cámara, la puesta en escena y la actuación.
El otro tema a tener en cuenta es que Adolescence está poco interesada en el misterio del asesinato. Rápidamente comprendemos por qué Jamie lo hizo y sabemos que sí, es efectivamente culpable del asesinato.
El foco está puesto en el eco emocional que produce aquella noticia
sobre la gente que lo rodea. Algo similar a lo que buscaron series como The
Leftovers (serión, por
cierto).
Un increíble truco de magia
Cada uno de los cuatro capítulos de Adolescence se centra en un punto diferente de la historia, comenzando con el primer día y terminando meses después, centrándose en cómo el arresto afectó al adolescente y a su familia.
En términos de la forma en que está filmado, por ejemplo, el primer episodio comienza con la captura de Jamie por parte del equipo SWAT. Se filma el viaje a la estación de policía y recorre todo el proceso de entrevista en el transcurso de una hora, todo en tiempo real, en una fascinante toma continua que se mueve de ida y vuelta entre tres o cuatro personajes, sin interrumpirse nunca.
No tengo ni idea de cómo se filmaron algunas de estas tomas, ni qué habrá hecho falta para cronometrar los eventos de estos episodios. Quedé maravillado como un espectador luego de ver un increíble truco de magia.
Los cuatro episodios son excelentes de una forma u otra, pero el mejor es el tercero, donde vemos una larga entrevista centrada solo en dos personajes (Jamie y Briony, una psicóloga brillantemente interpretada por Erin Doherty). Ambos memorizaron una escena de una hora sin interrupciones ni cortes, mientras la interpretaban de puta madre. Es un trabajo increíble.
La serie es muy difícil de ver por la temática que aborda. Como padre de dos hijos pequeños (Benja tiene 8, Mateo tiene 4), puedo dar fe de que es la peor pesadilla de cualquier familia. Las etapas emocionales que atraviesan los Miller son brutales.
Sin embargo, el resultado final es tan cautivador que resulta imprescindible para cualquier fan de los dramas policiales, o en realidad, para cualquier fan del cine y la televisión, ya que es algo que nunca antes se había visto en esta magnitud.
Tengo cientos (sino miles) de series y cine encima. Y justo cuando creo haberlo
visto todo, llegó Adolescence para demostrarme que la ficción todavía
puede sorprender.
Explorando los temas de “Adolescence”
Lo primero que distingue a Adolescence de otros dramas criminales, es que se trata de un “whydunit” antes que un “whodunnit”. El crimen, de hecho, se resuelve en el primer episodio porque Jamie sí asesinó a Katie, por más que sus negaciones suenen tan convincentes.
La pregunta principal detrás de la serie es qué lo llevaría a matarla y qué factores ambientales lo empujaron a aquella radicalización. El segundo capítulo propone un nuevo interrogante: ¿adónde está el arma asesina?
La confesión de Ryan de haberlo proporcionado parecen ser el preludio de una gran revelación. ¿Fue Jamie incriminado? ¿Fue un chivo expiatorio?
Pero, en otro meta twist, resulta que no. El cuchillo es sólo una pista falsa: Jamie sí mató a Katie, y Ryan solo está acusado de complicidad por haber proporcionado la herramienta.
No es sólo hasta que vemos los episodios 2 y 3 que empezamos a darnos una idea de todo el cóctel que se estaba cocinando dentro de la cabeza de Jamie, y el círculo de violencia y bullying que rodeaba no sólo a él, sino también a sus propios compañeros de escuela.
Por más que ocurra en Inglaterra, es fácil conectar. Argentina, por ejemplo, es un país donde se habla más sobre bajar la edad para la imputabilidad de los menores que de la calidad en las aulas/escuelas.
En este sentido, me pareció brillante también como la serie muestra la
brecha generacional entre padres e hijos, y cómo el padre-detective (Bascombe, súper
bien interpretado por Ashley Walters) necesitó de la explicación de su
hijo para comprender lo que realmente estaba pasando por detrás.
Incels, bullying y negligencia
Jamie (enorme Owen Cooper) sufrió un terrible acoso escolar y en redes sociales. Aunque amaba a su familia, nunca conectó realmente con ellos, y hubo ocasiones en que lo descuidaron por su trabajo o porque su padre lo presionó para que practicara deportes que no se le daban bien (y que lo hacían sentir avergonzado y humillado).
Uno de los temas recurrentes de Adolescence es la negligencia hacia Jamie y cómo esta lo empujó a la subcultura incel.
Lo explico muy brevemente: el movimiento incel surgió en la década de los ´90 y es bastante oscuro. Se refiere a los “célibes involuntarios” (involuntary celibates, en inglés). Es decir, personas que se describen como incapaces de tener una pareja o una vida sexual a pesar de quererlo.
En sus manifiestos en distintos foros de internet (Reddit, 4chan) los incels culpan abiertamente a las mujeres de su "fracaso sexual", basándose en la premisa de que todas ellas son avaras y ventajistas a las que sólo les interesan el dinero y la apariencia, además de señalarlas como promiscuas y manipuladoras, entre otras generalizaciones.
Ahí es donde aparece la famosa regla del 80/20 (el 80% de las mujeres desean al 20% de los hombres).
Este movimiento ha llegado a desembocar en violencia. Por ejemplo, en 2021, Jake Davison, quien divulgaba muchas de las ideas de los incels en sus redes sociales, mató a cinco personas en el norte de Inglaterra. Algo similar ocurrió en 2014, cuando Elliot Rodger mató a seis personas en la localidad de Isla Vista, en California. Lamentablemente, hay muchísimos más casos que podríamos citar.
Lo más terrorífico es que Jamie tiene solo 13 años y, debido a una combinación de pornografía, pubertad e influencia de la subcultura incel, llegó a ver a las chicas como una forma de perder su virginidad y sentía una profunda envidia de los chicos que tenían más éxito que él.
Jamie mató a Katie porque ella rechazó su invitación a una cita, sin darse cuenta (ni importarle) que Katie estuviera avergonzada, humillada y furiosa tras ser explotada sexualmente por su novio tras compartir fotos de ella desnuda.
Aclaremos que ella tampoco era una santa, ya que había empezado una campaña de abuso contra Jamie mediante las redes sociales.
Adolescence también explora otros factores que incidieron en la decisión consciente de Jamie de asesinar a Katie a sangre fría. Sus padres no pasaban tanto tiempo con él, no lo defendían cuando debían y utilizaban Internet como una niñera que lo “mantenía alejado de los problemas”.
Jamie estaba tan aislado que nunca les contó sobre el ciberacoso que sufría. No sólo eso, el acoso también lo sufrían sus propios amigos y hasta Katie (su novio había divulgado fotos de ella desnuda). Todo era un círculo de violencia y maltrato que sólo generaba resentimientos.
Los profesores de la escuela tampoco ayudaban. Eran desapasionados e
ignoraban el acoso que muchos en la escuela sufrían. Por su parte, el centro de
detención juvenil parece estar más interesado en encerrar a los residentes que
en velar por su bienestar o ayudarlos a reformarse.
Reflexiones de un desenlace inevitable
En el episodio final, el cuarto, tanto Eddie como su esposa Manda (Christine Tremarco) reflexionan sobre cómo criaron a su hijo. Eddie comenta, con tristeza, que las largas jornadas laborales lo distraían y que a veces no apoyaba a su hijo. Manda reconoce que, si bien desconocían el carácter oscuro de Jamie, sería bueno aceptar que deberían haber hecho más.
El cierre es muy poderoso porque el personaje de Stephen Graham finalmente logra volver a entrar a la pieza de su hijo, luego de que él le ha expresado que se va a declarar “culpable” en el juicio. Entonces, rompe en llanto.
A lo largo de todo este cuarto capítulo, Eddie comienza a especular que sus propios fracasos como padre son la razón por la que Jamie resultó ser así, a pesar de que nunca fue abusivo y parecía ser un buen padre para sus hijos en todas sus interacciones.
Eddie recuerda que su propio padre solía propinarle brutales palizas con un cinturón cuando tenía la edad de Jamie, lo que le llevó a jurar que nunca haría lo mismo con sus propios hijos. Ver con sus ojos que Jamie cometió un acto de violencia atroz le genera muchas dudas como padre.
Hay un eterna discusión entre medio y naturaleza, que también indaga de forma magistral la película Tenemos que hablar de Kevin (2011). Tengo todo un post analizando esta impactante película.
Hoy se entiende que ambos tipos de factores (ambientales y hereditarios) interactúan en el desarrollo de un individuo y forman parte una red muy compleja. Entender qué contribuye más a la personalidad (la herencia o el ambiente) es equivalente a preguntarse qué contribuye más al área de un rectángulo (si su largo o su ancho). Todo influye.
Dos recomendaciones cinéfilas
No puedo (ni quiero) dejar de recomendar dos películas que exploran esta temática con muchísima seriedad y adultez. La primera ya la mencioné: We need to talk about Kevin.
La película es una adaptación de la novela homónima que Lionel Shriver escribió en el 2003. La diferencia es que el libro tiene una estructura epistolar mientras que el largometraje adoptó una narrativa de flashbacks.
La directora, Lynne Ramsay, utilizó un paralelismo entre escenas muy delicado donde prevalecen una serie de símbolos: el color rojo, la yuxtaposición de miradas, los mismos lugares mostrados en diferentes tiempos, etc.
Ninguna escena está desperdiciada en esta obra llena de sutilezas. Amo cómo trabaja la ambigüedad sobre el origen del mal. Desde las primeras escenas entendemos que Kevin cometió un acto de violencia extrema. ¿Pero se convirtió en un asesino porque la madre no lo quiso lo suficiente, o era un psicópata desde el primer momento? La historia nos balancea –con maravillosa tensión– hacia un lado y hacia el otro.
Igualmente maravillosa es Mass, de 2021. Me emocionó hasta las lágrimas, como pocas veces me ocurre. Es una poderosa obra que retrata una triste realidad de Estados Unidos y el mundo: los tiroteos en escuelas.
Con una puesta de escena minimalista y teatral (los cuatro padres son los únicos miembros del elenco en la pantalla durante la gran mayoría del metraje), Mass pone en relevancia temas complejos como la política, la salud mental, la alineación, el control de armas y la violencia de los videojuegos.
Me gustan mucho las producciones que ocurren en una única habitación porque se hace necesario tener todo mucho más calculado al detalle.
Lo más interesante acá es que se retratan ambos lados de la cuestión, ya que tenemos a los padres del asesino y a los padres de la víctima. El director nunca pone el foco (ni la culpa) en uno o en otro. Sólo se busca explorar la causa raíz y entender cómo ocurren estas cosas.
Son cuatro personas que se consideran buenos padres, una terapia de pareja reimaginada y un paso necesario (y doloroso) para aquellos que han soportado más de lo que cualquier padre debería soportar. Emotiva, reflexiva y absolutamente tensa.
Lamentablemente,
ninguna de las dos películas está disponible en los streaming más populares,
así que hay que buscarlas en la calle Torrents o en la Bahía de Jack Sparrow.
Los mejores exponentes del plano secuencia
Las maravillas técnicas de los cuatro planos secuencia que ofrece Adolescence van a quedar para la historia. Pero quiero aprovechar a describir otras producciones que también aprovechan muy bien este recurso narrativa.
La primera sugerencia es One Cut of the Dead. Es difícil hablar de esta película japonesa de 2017 sin spoilear su trama. Sólo voy a decir que le tengan paciencia porque es una de las más ingeniosas que vi en mi vida.
Todo inicia con una imposible toma ininterrumpida de 30 minutos que, de por sí, llama bastante la atención. La película tiene tres actos muy marcados, una duración de 90 minutos y un desenlace que es tan emotivo como magistral. El final, de hecho, es de esos que te replantean todo lo que venías viendo hasta el momento. No se la pierdan.
Desde que vi Soft and Quiet (2022) no dejo de recomendarla. Un thriller salvaje que explora el supremacismo blanco en tiempos modernos. Tiene el gimmick de haberse filmado en una sola toma continúa y no te da respiro mientras se va poniendo cada vez más y más picante.
El modo en que está filmada pretende sumergirte en la situación tanto como sea posible. No es found footage, sino que la cámara va adaptándose a lo que los personajes sienten en ese momento, como postrada a una montaña rusa. Desde la perspectiva de la historia, esta película tiene muchas sorpresas que es mejor no arruinarse de antemano.
Me considero un fan de los relatos de terror y suspenso, aunque a menudo encuentro este tipo de películas infinitamente más aterradoras que cualquier historia de fantasmas o monstruos. Estos son los verdaderos horrores del mundo.
Van algunas otras producciones con planos secuencia impresionantes que destacan. Hardcore Henry, por ejemplo, está filmada íntegramente en la cámara P.O.V. del protagonista. Y si bien la película tiene glitches robóticos que actúan como cortes, la gran mayoría de las escenas de acción son de un solo plano.
Birdman se presenta en una sola toma (aunque hay varios trucos CGI dando vueltas), con transiciones entre escenas que incluyen personas caminando por pasillos. Debido al estilo de rodaje, los actores tuvieron que recordar hasta 15 páginas de diálogo a la vez.
La película de guerra 1917 (2019) está filmada y editada en gran parte para que parezca filmada en una sola toma, con cortes que ocurren durante los momentos de oscuridad o cuando los héroes pasan por una puerta.
La alemana Victoria, de 2015, consta de una sola toma de 134 minutos, 22 localizaciones, un robo a un banco, persecuciones de coches, un secuestro, el amanecer y la muerte de tres personajes. Requirió una cámara digital, tres meses de práctica y tres rodajes en directo para completarla. Es ESPECTACULAR.
Otra obrita japonesa interesante es la comedia de sci-fi Beyond the Infinite Two Minutes (2021). Está filmada para que parezca una sola toma, aunque hay cortes ocultos por todas partes. Tiene artilugios de la ciencia ficción impresionantes.
El director Alfonso Cuarón es conocido por hacer de las tomas largas y continuas parte de su estilo de dirección. Hay un par de secuencias en Harry Potter y el prisionero de Azkaban que usan planos secuencia. Children of Men (GRAN película) presenta varios de estos, con un grado de ayuda de efectos especiales que no ha sido completamente revelado.
Alfred Hitchcock fue uno de los grandes precursores de esta técnica. La ventana indiscreta a veces muestra lo que ocurre en los apartamentos a través de tomas intactas más allá de las ventanas de los diferentes inquilinos.
Por su parte, Rope (de 1948) se hizo “continua” mediante primeros planos de la espalda o algo similar para permitir el cambio de carretes.
Técnicamente, en Rope hay un total de diez cortes en toda la película, contando el inicio del primer carrete. De ellos, la mitad están camuflados con un actor o un elemento de utilería frente a la cámara; la otra mitad son simplemente cortes normales.
Los cortes se debieron a una necesidad tecnológica del momento, ya que
los carretes de los proyectores solo tenían capacidad para un máximo de 20
minutos de película en ese momento.
Palabras finales
Vuelvo a Adolescence para cerrar la nota. En resumen, creo que es una de las mejores interpretaciones, dirección y trabajo de cámara que he visto en mucho tiempo. La miniserie te atrapa desde el primer minuto y no te suelta.
Es más… te atrapa incluso después del final, porque la sigo pensando y reviviendo en mi cabeza. Es cruda, intensa, emotiva, compleja y con más preguntas que respuestas. Como en la vida real.
En ningún momento Adolescence pretende haber encontrado una respuesta única y sólida sobre por qué existen chicos como Jamie en el mundo, de dónde viene tanta ira o por qué la bronca parece estar dirigida a las mujeres. Simplemente nos obliga a conformarnos con la terrible incertidumbre que conlleva.
Mucho más madura de lo que su nombre podría sugerir, Adolescence
es un triunfo del arte creativo y técnico donde el “truco” en cuestión la eleva
a uno de los mejores de 2025.
"But he was in his room,
weren't he? We thought he was safe, didn't we?Didn't we think he was safe? You
know, what harm can he do in there?"—Eddie
=>> Otros post similares en el blog: “One Cut
of the Dead: zombies y metacine”; “10
películas que definieron mi vida (incluyendo Rear Window)”; “Rope y
el teatro de Alfred Hitchcock”; “El
origen del mal en Tenemos que hablar de Kevin”; “Las 10
mejores series de la década (incluyendo The Leftovers)”; “5
recomendaciones de Amazon Prime Video” <==
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Muy buen comentario, ciertamente la mejor serie hasta ahora
ResponderEliminarExcelente nota y excelentes recomendaciones. La serie "adolescence" me la recomendaron mucho antes de verla, y el comentario siempre era "mirala, cada capitulo es un plano secuencia" ... Honestamente, con ese titulo y ese argumento, no me inspiraba nada de confianza. A ver, hay planos secuencias y planos secuencias. Dejar la camara prendida mientras la gente actua, es una toma larga... pero plano secuencia?? (Opinion personal)
ResponderEliminarY de repente llega Adolescencia. Empezando por los planos secuencia, que son realmente llamativos. Estan muy bien orquestados. Es una "obra de teatro" tremendamente inmersiva. Los recursos usados para que la camara flote durante todo el episodio, entre por ventanas, se suba al auto, vuelve, lo que sea... Hacia mucho que no veia una serie que realmente me haga olvidar que estoy viendo una serie, que me frene de pensar lo que estan haciendo a nivel tecnico, detras de camara.
Y despues, la trama me parece que dio en el clavo. Pense que seria otra seria de adolescentes de netflix con problemas de adolescnetes, pero como bien mencionas, ademas de esos, explora un monton de aristas, un monton de relaciones humanas, los sentimientos de un monton de gente involucrada en un sistema.
Recomiendo muchisimo la serie si no la vieron, y si llegaron hasta aca y se spoilearon toda la serie antes de verla. no importa. verla sabiendo todo lo que pasa, sigue siendo igual de espectacular
Que toda la serie sea filmada así, con ese nivel de hiperrealismo y actorazos la hace imposible que como espectador no se involucre al máximo. No tengo hijos, pero al terminar de verla sentí que me noqueó mal. No hay diálogos ni silencios ni miradas que estén de más. Se maneja una precisión hasta en ese aspecto.
ResponderEliminarTrabajo con adolescentes, veo este tipo de cosas la mayor parte del tiempo.
ResponderEliminarSaludos,
J.