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jueves, 21 de enero de 2021

“El Instituto”, una novela de Stephen King

 

En la más siniestra de las instituciones, una directora y su personal se dedican implacablemente a extraer de niños secuestrados la fuerza de sus dones paranormales. Nunca nadie ha logrado escapar, pero el joven Luke Ellis lo va a intentar de todas formas. Reseña de El Instituto, novela de 2019 de Stephen King.


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It´s good to be back

Es bueno volver. Este blog nació como un lugar para volcar pequeñas reseñas literarias de las cosas que iba leyendo mientras viaja por Centroamérica (allá por el 2012). Era una época donde leía uno o dos libros por mes. Y, sin embargo, el año pasado apenas llegué a leer 10 libros para armar mi TOP anual.

Con el tiempo esto se fue transformando en una suerte de bitácora de vicios personales, donde escribo sobre lo que me gusta sin mirar el SEO, los trendings topics o los clickbaits. Pero está bueno volver a esas notas que originaron el sitio. Y siempre está bueno volver a Stephen King, uno de mis autores de cabecera.

El Instituto es una novela aterradora, pero no porque tenga monstruos o algún tipo de asesino serial como en ocasiones anteriores. En su esencia es una obra simple y tiene al abuso infantil y las conspiraciones como tema central. Se vuelve terrorífica por las decenas de páginas que muestran torturas a la parte más vulnerable de la población: los niños.

Tiene una vibra Stranger Things, por el tipo de misterio que presenta y un elenco formado por niños de 8 a 13 años. Aunque con un tono mucho más sádico y cruel. Curiosamente también me recordó a The Promised Neverland, animé con el que comparte tanto premisa como ejecución.



¿De qué va la historia?

La novela es muy larga (casi 600 páginas… si bien yo la encaré en formato e-book) y se estructura de una forma curiosa. Una primera parte inicia con Tim Jamieson cayendo, de casualidad, a un pequeño y olvidado pueblo donde comienza a formar parte del cuerpo de policía.

Pronto la historia se traslada miles de millas y nos centramos en Luke Ellis, quien terminará cruzando camino con Tim de una forma extraña y recién sobre el clímax del libro.

Luke es un niño de 12 años, terriblemente inteligente y con habilidades leves de telequinesis. Una noche, los padres de Luke son brutalmente asesinados en su casa y él es secuestrado, llevado a una instalación remota en el norte de Maine que podría o no estar controlada por el gobierno.

En el Instituto le hacen diferentes pruebas para potenciar sus habilidades. Si el niño se comporta bien, recibe fichas que puede usar en máquinas expendedoras. Si no colabora, el castigo es brutal. Una suerte de condicionamiento de Pavlov elevado a la enésima potencia.



Eventualmente, como todos los residentes del Instituto, Luke será trasladado de la parte delantera de la instalación (donde lo han tratado como un conejillo de indias) a su Parte Trasera, donde están ocurriendo cosas todavía más siniestras.

En el pasado he mencionado que disfruto mucho de las novelas de King que tienen a niños como protagonistas. Fueron los casos de IT, Joyland y Dreamcatcher (en algún punto). Creo que el autor escribe muy bien a los más jóvenes. Hay algo en su honestidad, inocencia y forma de ver el mundo que logra a la perfección.

Por cierto, ya se anunció que la novela tendrá su adaptación para la TV de la mano de David E. Kelley y Jack Bender, quienes ya habían trabajado juntos en Mr. Mercedes.


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A partir de acá puede haber algunos spoilers de la historia. #SpoilerAlert

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El universo conectado de Stephen King

La mitad de la diversión de leer a King es buscar sus conexiones con otros trabajos. Sabemos (porque él mismo lo ha afirmado) que sus historias ocurren en una suerte de multiverso conectado.

En El Instituto hay demasiadas referencias a las obras más antiguas de King. El personaje de Avery recuerda un poco a Danny Torrance con su “brillo”. ¡Incluso las gemelas del libro, Gerda y Greta, recuerdan a las espeluznantes gemelas de El Resplandor!

Aún no llegué a las entregas finales de The Dark Tower, pero al parecer hay una trama secundaria sobre el rescate de un grupo de niños psíquicos secuestrados de un edificio.

Otro detalle divertido fue el de Annie la Huérfana. Ella habla sobre cómo su tía psíquica no permitió que sus hijos fueran a una fiesta de marihuana porque predijo que algo malo pasaría allí, salvándolos de un incendio que mató a 20 personas. Éste es un guiño a la muerte de un personaje en Different Seasons.



Annie también menciona la misteriosa desaparición de la población de la ciudad de Jerusalem’s Lot y culpa al gobierno (El misterio de Salem Lot). De hecho, un personaje de esa novela termina en Mundo Medio, como se explica en la quinta novela de La Torre Oscura: Los lobos del Calla.


Conspiración deconstruida

Muchos de los elementos de este libro se sienten directamente como clásicos de King: relaciones juveniles (The Body, IT), niños con poderes extraordinarios (Carrie, The Shining, Firestarter), una especie de maldad misteriosa (The Stand, The Tommyknockers, Christine), tipos malos y despreciables (Misery), y un protagonista masculino menor.

En este sentido, King no está creando nada realmente nuevo o fresco, si bien El Instituto tiene sus giros argumentales y situaciones tensas.

Lo que disfruté es la manera en la que el autor juega con la idea de las conspiraciones a nivel mundial y les da una vuelta de tuerca más realista. Por ejemplo, el Instituto tiene poco personal, con una proporción contraproducente de sádicos desequilibrados, porque es difícil reclutar personas que estén de acuerdo con la tortura de niños.

Por otro lado, la infraestructura física y digital del lugar está desactualizada y funciona mal, porque no se puede traer a contratistas con las habilidades necesarias y, simultáneamente, mantener el proyecto en secreto.



Sobre el final de la novela se revela el motivo de toda esta movida. Durante décadas, el objetivo siempre fue utilizar un pequeño grupo de precognitivos para predecir a las personas que ayudarán a causar eventos de devastación global (aunque más tarde se señala que su precisión es discutible), y luego secuestrar y experimentar con niños para impulsar y poner en común sus habilidades, permitiendo la eliminación de dichos individuos.


Un desenlace agridulce

En última instancia, todo esto da como resultado el deterioro de las facultades mentales de los niños, hasta que se convierten en cáscaras vacías con demencia grave o enfermedad de Alzheimer. Como terminan muriendo, el Instituto siempre necesita más niños.

Inclusive se revela que hay institutos como el de Maine en todo el mundo, incluidos Italia, Alemania, Bosnia, Holanda y Corea del Sur.

En este sentido, el final es un tanto agridulce. Luke, Kalisha, Nick y algunos de los otros niños lograron escapar y el Instituto ha sido destruido. Sin embargo, las personas detrás de esto, aunque no planean perseguir a esos niños específicos, todavía están en libertad y planean reconstruir el lugar. Queda ambiguo si el fin del mundo podría ocurrir debido a las acciones de Luke y los demás.


Palabras finales

King toma prestado, de forma selectiva, una buena parte de sus ideas anteriores. Pero El Instituto se mantiene bien como un texto original y llevadero. Pese a su extensísima duración, las páginas casi se dan vuelta solas. Las descripciones detallistas facilitan en lugar de dominar la imaginación. El autor hasta provoca emotividad con las relaciones entre sus personajes.

El libro evoca a la nostalgia, por lo que cualquier fan de King seguramente se va a sentir cómodo. Al mismo tiempo, creo que es un buen punto de entrada para nuevos lectores. Al margen, la obra no deja de ser una suerte de novela YA (Young Adults) por su diseño y temáticas abordadas.

En esencia, estamos ante un relato del bien contra el mal, los niños contra los adultos, los que tienen contra los que no tienen, pero hay motivaciones claras detrás de las acciones de cada personaje, y estas motivaciones giran las bisagras que impulsan los eventos de la historia.



Con más de 60 libros en su bolsillo, King es un maestro en el desarrollo de personajes y sabe crear buenos climas que siempre tienen un impacto. Me encontré a mí mismo queriendo que los niños logren escapar, con la esperanza de un final a sus penas. Pero éste es Stephen King, y uno ya sabe que el tipo te va a alargar la historia y va a hacer que las cosas se vuelvan tan inquietantes como sea posible.


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=>> Otras notas sobre LITERATURA y STEPHEN KING en el blog: “Joyland, una novela coming-of-age de Stephen King”; “Mientras escribo”; “Un análisis minucioso del libro de Jack Torrance”; “Batman y Robin tienen un altercado”; “Cazador de Sueños, una novela de Stephen King”; “El océano de referencia pop en Alan Wake”.

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4 comentarios:

  1. Es clase de temática que he notado tanto en X-Men, como en algo de la obra de Philip k. Dick. Una interesante recurrencia.
    Tiene sentido ese final- Algo a nivel mundial, con tantos recursos, no es fácil de terminar.

    Buena reseña

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  2. Yo lo veo como un muy buen final, de hecho cuando aparece un hombre hacia las páginas finales (más no pongo para no spoilear) éste se queda asustado ya que los niños ven la mascarada, el futuro de la Humanidad podría estar siempre oscilando entre la destrucción y la supervivencia. Personajes muy queribles, la esencia del Maestro King, una novela bastante buena. Gracias por la reseña :)

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    Respuestas
    1. ¡Apa! Tenemos a otro fan del Maestro por acá. Sí, me gustó bastante la novelita. En unos meses me toca continuar con la Torre Oscura... en este caso el episodio 6.
      ¡Abrazo!

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