Esta película era una de las pocas que me faltaban para completar el álbum
cinematográfico del gran David Fincher. Sabía que El curioso caso de
Benjamin Button era una muy buena historia. No me imaginé que iba a llegar
a conmoverme tanto.
Scott
Fitzgerald escribía novelas para mantener
sus gustos por el alcohol y las fiestas. Sus tendencias hedonísticas y materialistas
se reflejan en sus trabajos, pero eso no le impidió convertirse en uno de los autores más influyentes de
Estados Unidos (aunque el reconocimiento le llegó, como es usual, luego de su muerte).
►
“El curioso caso de Benjamin Button”
(de Fitzgerald) en versión PDF para descargar: http://goo.gl/j2dhFF
En 1918,
un bebé llamado Benjamin nace con una condición extrañísima que será, en
esencia, una suerte de impedimento que arrastrará durante toda su existencia, quebrando casi todas sus aspiraciones. Benjamin
Button nace con setenta años –cansado, decrépito, encogido– y misteriosamente va rejuveneciendo paulatinamente
conforme pasan los años.
Lo que más disfruto de este relato breve es que podemos vivir junto al protagonista su
infernal calvario. Tomemos su infancia, por ejemplo. Allí se nos describe
con magistralidad a un padre que intenta disimular su excepcionalidad, o el
fracaso de Benjamin al intentar ingresar en la Universidad de Yale.
De por sí, la premisa es sencilla pero genial. El
argumento, lo dijo el mismo Fitzgerald,
está inspirado en Mark Twain, quien
comentó que era una pena que la mejor parte de la vida se diera al principio y
la peor parte al final. Scott Fitzgerald decidió experimentar el proceso inverso en este relato fantástico que roza
lo satírico.
El cuento es ligero y ameno, y es imposible que
decepcione a los seguidores de la obra de Scott Fitzgerald, ya que conserva la ironía, el humor y la
melancolía que hicieron famosos a este autor. La narración de Fitzgerald,
como también lo demuestra en El Gran
Gatsby, nunca anda con prisas, es coloquial y logra conmover en solo unas cuantas páginas. Por sobre todo, “El curioso caso…” tiene humor peculiar
que se apoya en las situaciones incómodas que vive el protagonista.
Ciertamente, la
lógica del autor es infalible. Un anciano tiene la experiencia de vida, los
conocimientos y el dinero, mientras que los jóvenes mantienen la virilidad, la
salud, las ganas, la motivación. Al invertir estas condiciones, uno podría
llegar a viejo siendo joven, manteniendo todas las ventajas de la experiencia y
la salud. Esta es la hipótesis que
plantea Fitzgerald, y no creo que haya querido representar nada más
profundo de lo que parece.
► “El
curioso caso…” es un relato entretenido,
visionario y creativo. Se lee de un tirón y se disfruta mucho. El final, en
particular, es increíble. No quiero arruinarlo, pero me encanta cómo se adecua
el vocabulario a las vivencias del protagonista: el texto se acomoda al protagonista, y no al revés.
Si todavía no
lo leyeron, definitivamente se los recomiendo ampliamente.
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