Durante
un breve tiempo del año pasado participé de un Club de Lectores de Borges en Bahía
Blanca.
Era muy interesante porque en cada reunión leíamos uno de sus cuentos y lo estudiábamos guiados por una
profesora en Letras. Allí conocí
algunos de sus escritos más extraños y entendí varias cuestiones del autor que
desconocía.
Uno
de sus relatos más peculiares es, definitivamente, “Las Ruinas circulares”. Narra la historia de un hombre que tiene el único propósito de soñar a otro hombre
y poder hacerlo realidad. “Quería soñar
un hombre: quería soñarlo con integridad minuciosa e imponerlo a la realidad.”
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Como siempre, aclaro que hay spoilers
respecto a la trama de esta historia en el post. Así que si no lo leyeron,
ya están enterados. #SpoilerAlert.
No por nada es considerado uno de los más grandes escritores del siglo XX.
Hablamos de un autor que ha influenciado a la literatura en más de una forma,
que ha escrito ensayos iluminadores y que ha colaborado analizando los géneros
literarios.
Sus historias cortas, ensayos y poesías mezclan verdad y ficción en formas poco convencionales, jugando con
la mente del lector con cada texto y explorando temas filosóficos profundos de forma entretenida.
Sus cuentos no
solo son buenos, sino que además maravillan por sus tramas inteligentes y finales sorprendentes.
“Las ruinas circulares” es una suerte de bucle cósmico de la existencia. La
búsqueda de la divinidad lleva al protagonista a concluir que quizás no seamos
más que sueños de otro ser superior, de la misma manera que los seres
que soñamos no son más que productos de nuestra fantasía.
En
el comienzo el protagonista (llamado “El
Soñador” o “El hombre gris” en
algunos textos que estudian el relato) sueña un anfiteatro circular lleno de
alumnos. Les da clases de ciencia y busca “un
alma que merezca participar en el Universo”. Su plan no da resultado porque
el insomnio no le permite concretar sus deseos. Con otros métodos, pasa noches
y días hasta que puede traer a la vida a un hijo, con atención a cada pequeño detalle. A medida que el relato avanza,
El Soñador intenta enseñarle a su creación cómo ser humano, evitando que él
mismo se entere que no es nada más que una proyección.
Finalmente, en las últimas líneas el protagonista se entera de la desgarradora
verdad.
Me
encanta este cuento por su cuidada escritura, casi geométrica, perfectamente armónica y coherente con el
estilo “racional” que tenía Borges. “Escribe
complicado” dicen todos, y es cierto. Su escritura siempre fue intencionalmente barroca, enredada, rebuscada.
El
tema del “Las ruinas circulares” es
evidentemente la existencia del mundo, no como realidad autónoma e
independiente, sino como sueño de
Alguien, una divinidad, un ser superior. En ese sentido, Borges hace alusión a leyenda del Golem (popular historia de la Cábala), la filosofía
budista y el eterno regreso
(clásico en su literatura… recuerdo su poema “Ajedrez” al respecto).
El budismo concibe al universo como un
gran sueño. Por
otro lado, la filosofía idealista plantea que el
mundo externo está condicionado por nuestra percepción. Este tema también
se pone en evidencia con el texto; ciertamente uno de sus relatos más
complejos.
La
presencia de dos soñadores (que se
devela sobre el final) sugiere la posibilidad infinita, cíclica, de
soñadores que se repiten por siempre. Es muy loco pensar que actuamos dentro de
lo real para al final, en nuestros últimos momentos, comprender el carácter ilusorio
del mundo y su propia condición de
sombra. Sinceramente, un cuento que no tiene desperdicio.
"Con alivio, con humillación, con terror,
comprendió que él también era una
apariencia,
que otro estaba soñándolo."
(“Las ruinas circulares”, Jorge Luis Borges)
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Otras notas sobre BORGES en el BLOG:
“El
jardín de senderos que se bifurcan”; “El
laberinto como tema en la literatura”; “Una
espada para Manuel” y “El
ajedrez en la ficción: cine y literatura”.
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Es también su obsesión por la duplicación, por los espejos, por los laberintos. El sueño como la contracara de la muerte, su fino trabajo sobre el tiempo y el espacio. Este cuento es impecable, mi preferido hasta ahora (porque lo releo periódicamente), La casa de Asterión
ResponderEliminar¡Excelente aporte! Me encanta La casa de Asterión... ¡ese final! Son todos ciertos eso elementos que mencionás en la literatura de Borges, pero no están tan presentes en este cuento en particular como sí en otros de él. ¡Saludos!
EliminarNo, es cierto que esos elementos no están tan presentes en ese cuento. Eran mis divagaciones a partir de tu reseña y mi lectura de Borges. Saludos
EliminarTodo lo que formó parte de Ficciones" es excelente, libro que hay que tener siempre a mano. La casa de Asterion también es tremendo, cómo te da vuelta un mito, el Aleph tambien hay que tenerlo cerca.
ResponderEliminarBuena reseña. Me gustó eso de "acá, acá y acá"
Abrazo!
Estoy de acuerdo con vos, aunque nunca tuve (ni tengo) "Ficciones". Leí todos los cuentos que están en la colección, y todos los de "El jardín de senderos...", pero nunca los tuve en papel, jaja. Un grande Borges. ¡Gracias por pasarte!
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