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miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿Sueña Phillip Dick con ovejas eléctricas? – Blade Runner


Phillip K. Dick (1928-1982), quizás uno de los autores de ciencia ficción más influyentes, sufrió severas alucinaciones y distorsiones de la realidad. Sus novelas reflejaban esa condición y muchas de sus geniales historias han sido adaptadas al mundo del cine. Algunas resultaron buenas (Total Recall, Minority Report, A Scanner Darkly) y otras no tanto. Una cosa es cierta: Phillip Dick es una de las grandes fuentes de inspiración de Hollywood en materia de sci-fi.

Blade Runner” (1982), sin duda la historia más famosa de Dick, ligeramente basada en su novela “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”.

Los personajes de Dick pasan gran parte de su tiempo preguntándose quienes son, o si sus memorias son reales. Las temáticas que trabaja el autor se relacionan con el gnosticismo, la realidad como una ilusión, los sueños y las conspiraciones corporativas, siempre en un contexto de futuro distópico.  “Blade Runner” no es la excepción, y es además uno de esos curiosos casos donde la película se vuelve algo mucho mayor que el libro en el que se basa.

Redefiniendo el policial negro en el cine y asociándolo al ciber-punk, “Blade Runner” (título que se escogió simplemente porque “sonaba cool”) es una cinta visualmente impresionante (para su época) que relata la historia de Deckard (Harrison Ford), un policía retirado asignado a una última misión: eliminar a una serie de Replicantes (androides que no deberían estar en la Tierra).

¿Qué es lo que nos hace “humanos”?

¿Los robots tienen almas? ¿Puede una computadora tener sentido del humor? ¿Sueñan los androides? En esas preguntas reside la esencia filosófica detrás de las obras de Dick. El leit-motiv siempre es el siguiente: ¿qué es lo que nos hace humanos? Blade Runner también plantea el debate de si es posible que una forma de vida artificial tenga las mismas cualidades de un hombre.


Deckard (que suena como Descartes… “Pienso, luego existo”), quizás un alter-ego de Phillip Dick, está extremadamente confundido sobre su propia identidad y entorno. Uno de los grandes debates de la película es si él es realmente un replicante o no. Las pistas parecen no ser claras en ese punto. Los androides, por ejemplo, muestran una afinidad especial hacia las fotografías (igual que el protagonista). Tenemos al jefe de Deckard cuidándolo un poco demasiado, su falta de relaciones sociales (no tiene amigos ni familia) y sus extraños sueños con unicornios (en algunas versiones de la película).

«It's too bad she won't live.
But then again, who does? »

¿Cuál es la medida de un no-humano? La historia nos muestra androides con capacidad de sufrir, llorar, alegrarse, manipular, asesinar… y hasta soñar. Los límites entre ambas especies se presentan difusos. Incluso Deckard admite que el único motivo por el que el test Voight-Kampf es efectivo es porque todos los sociópatas humanos se encuentran encerrados. Se ha dicho que el autor tuvo la idea para el libro al pensar que los Nazis no podían ser humanos, luego de todas las cosas horribles que habían hecho.

Su influencia en la cultura popular

Blade Runner, para muchos la obra maestra de Ridley Scott, es un clásico atemporal que sobrevivió al paso del tiempo como un relato oscuro (filosófico) que trasciende al género de la ciencia ficción. Es una de las narrativas modernas más analizadas, plagada de simbolismo, y prácticamente inventó el género “ciber-punk” (“El futuro es “noir”, al parecer, y dominado por asiáticos).

Incluso reimpresiones de la novela original han salido con el título de la película, que superó ampliamente la fama de la obra literaria. Blade Runner fue relanzada 5 veces. Cada versión presenta finales ligeramente distintos que continúan el debate de si Deckard es o no humano. La última versión (el corte del director del 2007) es, según se dice, la obra que Ridley Scott siempre quiso presentar… y posee la famosa escena del unicornio que tanta controversia generó.

Aun hoy: el cine sigue aliméntadose de la estética y la filosofía profunda que presenta Blade Runner. Pensemos en Matrix, Dark City y el resto de las cintas de ciencia ficción que salieron después (y siguen saliendo). Una obra absolutamente maravillosa, intelectual y detallista, que redefinió el género. Una alegoría futurística del verdadero valor de la vida.

Roy Batty: un anti-villano memorable

Si Deckard es un anti-heróe (está lejos de ser simpático, y su trabajo es ambiguamente moral), Roy Batty (Rutger Hauer) es un anti-villano. Sí: es un violento asesino. Pero, por otro lado, es también un pobre esclavo escapándose y en busca de algo de paz en su vida. En la célebre lucha final entre ambos, Roy Batty le salva la vida (otro gran debate es el “por qué”) y recita su famoso soliloquio antes de morir.


Batty me parece el personaje más fascinante de la película. Un aspecto llamativo es que atraviesa los 5 estados del dolor antes de su propia muerte: negación (escapando con las esperanza de una mejor vida), enojo, negociación (su intento de alargar su vida al encontrar a su propio creador), depresión (al ver el cuerpo muerto de su amante Pris y entendiendo que ya todo está perdido) y, finalmente, aceptación (durante su último gran discurso). Rachel (el interés romántico de Deckard, que es también un androide) pasa por un estado muy similar.

«All those... moments... will be lost in time,
like tears... in... rain. Time... to die... »

Las críticas han elogiado el discurso final del actor, que fue improvisado en el último momento: "Si hay un gran discurso en el cine de ciencia ficción, es las palabras finales de Batty". También se afirma que "subraya las características humanas del replicante, mezcladas con sus capacidades artificiales".

Estas últimas palabras le muestran a Deckard (y a nosotros como espectadores) de lo que está hecho un hombre. Batty quería marcar su propia existencia, trascender, dejar su huella. Trascender es la única forma que el hombre encontró de ser infinito.

Esa imperiosa necesidad es la verdadera característica de los humanos: la necesidad de dejar algo luego de partir.

Durante la batalla, Batty quiebra a Deckard tanto físicamente (le rompe los dedos) como psicológicamente (pone en tela de juicio su trabajo). Al mismo tiempo le habla sobre las experiencias únicas que vivió, las memorias acumuladas que se perderán con su muerte. Batty, como cada ser humano, ha vivido, es único: no se perdió una máquina, sino una fábrica de experiencias.

Una idea, a mi criterio, interesante para analizar.

Cómo se define un clásico atemporal

Phillip Dick logró, con sus obras, lo mismo que Ray Batty: trascender, quebrar los umbrales del tiempo. Ha mezclado, deconstruido y reconstruido una serie de ideologías filosóficas y psicológicas desde el existencialismo de Jean-Paul Sartre hasta los fundamentos del gnosticismo. 

Aunque la película tiene poco que ver con la novela, Ridley Scott hizo un trabajo maravilloso a la hora de transportar la estética y esencia de las ideas de Dick al cine.

En su momento sorprendió al ser muy distinta que la película de acción que se esperaba. De hecho, se apoya muchísimo en diálogos. Es una de esas películas que requiere múltiples revisiones para terminar de aprehenderla. Las temáticas que se exploran (¡gracias a PKD!) son varias, desde la deshumanización de las personas en sociedades controladoras, hasta la dialéctica creador / creación, pasando por la naturaleza del hombre (¿qué nos hace realmente humanos?), la moralidad, el sentido de la existencia y la búsqueda de un propósito (transcendencia).

Por lo demás, la cinta nos presenta situaciones que han generado arduos debates, simbolismos, excelentes pistolas de Chejov (el origami de Gaff, por ejemplo) y una historia trepidante con suspenso hábilmente dosificado.

Así es cómo se define un clásico atemporal.

2 comentarios:

  1. Muy buena (y detallada reseña). Me ha encantado, como la película (que vi en su momento)

    Hemos Visto
    http://hemosvisto.blogspot.com

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    Respuestas
    1. ¡Gracias, Joan! Estuve mirando tu blog. Leí el post de Invictus (que aún la debo) y "Frozen". Esta última viene cosechando muchos elogios...

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