La tradición religiosa habla de un Dios que –como un alfarero– modeló el hombre con barro (polvo). La
cultura romana, por su parte, nos relata un mito reelaborado: Pigmalión, un
escultor, fabricó una estatua de marfil representando
su ideal de mujer y se enamoró de su propia creación. La diosa Venus dio
vida a la estatua atendiendo a sus plegarias.
Hoy al “efecto Pigmalión” se lo estudia desde el aspecto psicológico:
describe cómo la creencia que una persona tiene sobre otra puede influir en su rendimiento (y de hecho lo hace). Probablemente sea Bernard Shaw (con su obra teatral que fue llevaba al cine bajo el
nombre My Fair Lady en 1956) el culpable de cambiarle el
sentido al mito original.
...En su obra, Higgins acaba enamorándose de su creación
(una chica del arrabal reconstruida, como alumna, en una dama). Eliza Doolittle es simbólicamente
"traída a la vida" por su profesor, Henry Higgins, quien le enseña a comportarse en situaciones
sociales y perfeccionar su acento.
==> Roshental
y Jacobson, estudiosos del tema, explicaron en 1968 cómo el maestro puede actuar positivamente convirtiendo sus
percepciones sobre cada alumno en una didáctica individualizada que le lleva,
constructiva o destructivamente, a confirmar esas mismas percepciones (una
suerte de “profecía autocumplida”).
► La idea de un personaje emocionalmente vinculado con su propia
creación es uno de los tropos universales más utilizados (y más interesantes)
del Cine y la Literatura, y es más
antiguo que el feudalismo (considerando su origen romano).
La historia de
Pigmalión ha sido ampliamente transmitida y representada
en las artes a través de los siglos.
En “S1m0ne” (2002),
por ejemplo, el mito toma un giro posmoderno cuando aparece una inteligencia
artificial generada por ordenador como el
objeto de amor de Al Pacino. “Ruby
Sparks” (2012) juega literalmente con Pigmalión
como fuente de inspiración, ya que es lo que motiva al protagonista a crear la
historia de Zoe Kazan, quien cobra
vida de forma misteriosa.
“Decontructing
Harry”, una de mis favoritas de Woody
Allen, provee un ejemplo interesante: la historia nos cuenta la relación romántica del escritor Harry y la joven Fay, a quien él primero considera una fan, luego una admiradora, luego una alumna y
finalmente termina enamorándose de ella (aunque
el sentimiento está lejos de ser mutuo).
Pigmalión ciertamente ha inspirado numerosas obras de arte, y su popularidad se
disparó, especialmente, en el siglo XIX. La literatura presenta casos mucho
más atractivos. “Frankenstein o el
moderno Prometeo” (de Mary Shelley)
es una reconstrucción simbólica del mito y también lo es “Educando a Rita” (Willy Russell).
De formas no tan evidentes podemos mencionar la genial (y única) novela gótica
de Oscar Wilde: “El retrato de Dorian Gray” y “El fantasma de la ópera”, de un olvidado Gastón Leroux.
Por su parte, H.P. Lovecraft y Nathaniel
Hawthorne han escrito su tirada de relatos cortos inspirados en este efecto
(“The Birth-Mark”, de Hawthorne, y “Herbert West”, de Lovecraft) y tenemos
el caso especial de don Jorge Luis
Borges, con un cuento en el que me gustaría detenerme.
«Las
ruinas circulares» (publicado originalmente en 1940) es uno de los cuentos más fascinantes de Borges y se encuentra
entre mis preferidos junto a otras obras maravillosas como “El jardín de senderos que se bifurcan”, “La casa de Asterión” y “Abenjacán el Bojari” y “La muerte y la brújula” (esa fascinante deconstrucción de la novela detectivesca). En verdad, varios
de ellos merecen un post aparte.
► “Las
ruinas circulares” (pueden leerlo en este link) es un recuento contemporáneo
del mito de Pigmalión, aunque
disfrazado en la historia de un hombre
gris (sin nombre) en un intento de recrear a otro hombre a través del sueño
(“Dios formó al hombre del
polvo de la tierra”). Cuando finalmente lo logra (#SpoilerAlert) descubre que él mismo
es un ser soñado por otro.
«Quería soñar un hombre: quería soñarlo
con
integridad minuciosa e imponerlo a la realidad. »
(“Las
ruinas circulares”, J.L. Borges)
Es impresionante como un cuento de solo un par
de hojas puede contener tanta
información para el análisis. Entre los varios temas sugeridos se
encuentran algunos clásicos del autor: el proceso de creación literaria, la
filosofía budista, el idealismo, y ciertas nociones de la cábala (como la
leyenda del Golem).
Igual que Pinocho (que cobra vida gracias a una hada), el hombre gris da vida a un
hombre desde la nada, desde cero. Prometo (en un futuro distópico) dedicar un post enterado a analizar y
desmembrar este texto.
Borges no es en vano uno de los escritores argentinos más influyentes de la era posmoderna.
Sus relatos con toques de fantasía y realismo mágico –sus ensayos y poesías– esconden
verdades entre ficciones. El célebre autor se divertía con textos enredados
que exploran profundos temas psicológicos de maneras entretenidas. “Las ruinas
circulares” es, a mi criterio, una de sus mejores obras… y fue influida por un
mito tan antiguo como la vida misma.
El efecto Pigmalión es otra de las grandes influencias literarias… ha inundado
el arte en todas sus formas, y también
las ciencias sociales. Pero claro, esa ya es otra historia.
Capítulos
anteriores:
Influencias literarias (I): “La dimensión desconocida”.
Influencias literarias (II): Tras las huellas de Scooby- Doo
Influencias literarias
(III): Everybody loves Shakespeare
Gran entrada amigo, una reflexión pareja al artículo que comentaste en mi blog.
ResponderEliminarCuídate mucho y seguimos hablando. Un saludo.
http://davidfouler.blogspot.com