Los que me conocen saben que ando siempre con la mochila a cuestas.
Está cargada de llaveros pintorescos y en su interior hay algunas cosas que
nunca me faltan. Tengo una bolsita con caramelos para los chicos, pastillas para
todo tipo de dolores, dos sets de auriculares, liguitas, un cable HDMI, dos
cargadores y un rollo de papel higiénico. Son pequeñas cosas fundamentales que no
quiero que me falten.