Demon Slayer: nuestros demonios son diferentes

Exquisita animación y grandes batallas toman el lugar central en Demon Slayer, el animé recomendado del 2019 que recomiendo en esta nota.

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Compitiendo con los Tres Grandes

Demon Slayer (Kimetsu no Yaiba) fue fuerte candidato como uno de los mejores animés de 2019 junto a Vinland Saga y Dr. Stone. Aprovechando el descanso obligado que están recibiendo varias nuevas producciones este pandémico año, es una buena oportunidad para encararlo.

Especialmente porque se está convirtiendo en un fenómeno sin precedentes en la industria nipona. El manga no solo tuvo un índice de ventas bestial en la primera mitad de 2020, también destrozó a un récord histórico.

Según los últimos reportes, el manga escrito e ilustrado por Koyoharu Gotouge lleva más de 80 millones de copias en circulación. Con tan solo 20 volúmenes, la revista “Weekly Shonen Jump” declaró que esta obra entró en el top 10 de series de animé con más volúmenes de manga en venta, haciéndole competencia a los Tres Grandes: One Piece, Bleach y Naruto.

La premisa de la historia es bastante clásica dentro del género de acción y fantasía al cual pertenece. En su camino de regreso a casa, el joven Tanjiro descubre que toda su familia ha sido asesinada por demonios que pueblan aquel mundo.

La única sobreviviente es su hermana Nezuko, quien se ha convertido en un demonio sediento de sangre. Dispuesto a todo por encontrar una cura para ella (y de paso vengar a su familia) Tanjiro comienza el tortuoso camino para convertirse en el mejor asesino de demonios.

Nuestros demonios son diferentes

Para ser precisos, los demonios de Kimetsu no Yaiba no son los que conocemos en occidente, sino monstruos del folkclore japonés llamados “Oni”, que tienen algunas características diferentes. Estas criaturas tienen amplia participación en el animé, habiendo aparecido en obras como Dragon Ball Z, Yu-Gi-Oh! e InuYasha, por mencionar tres ejemplos conocidos.

Este animé recomendado combina algunos rasgos comunes de vampiros con la tradición demoníaca de los japoneses.

Más allá de que los demonios comen carne humana en lugar de chupar sangre, se ajustan a la mayoría de los criterios para ser vampiros: monstruosa fuerza y ​​velocidad, factor de curación, debilidad a la luz solar y la única forma segura de matarlos es mediante decapitación. También procrean compartiendo su sangre con humanos normales.

Estos demonios tienen una resistencia infinita y se seguirán regenerando sin cesar a menos que mueran. Esto hace que una batalla prolongada contra ellos sea desventajosa para los Demon Slayers humanos, ya que es solo cuestión de tiempo antes de que se cansen y el demonio tenga una victoria por resistencia.

Demon Slayer: forma sobre contenido

Demon Slayer es simultáneamente amada por la increíble animación, la abundancia de villanos interesantes y las increíbles coreografías de pelea… y odiada por contar historias parciales, escribir personajes poco profundos y tener elementos de comedia poco efectivos. La verdad está en algún punto en el medio.

Lo que nadie pone en duda es que cuenta con algunas de las mejores escenas de animación de esta generación, algo que ya es una marca registrada de los muchachos de estudio Ufotable (un estudio que venía sorprendiendo con Fate/Zero y Unlimited Blade Works en el pasado).

El episodio número 19 de Demon Slayer (quizás el pico más alto de la serie) fue tendencia mundial en Twitter por su animación estelar, aunque toda la serie es una impresionante obra de arte.

El argumento es convencional y hasta de manual. Sin embargo, sabemos que para que una serie sea buena, no siempre es necesario que tenga una trama compleja y un elenco profundo de personajes.

Al igual que su narrativa, Tanjiro es un personaje bastante unidimensional. Básicamente, es el típico protagonista shonen (un Goku, un Monkey D. Luffy o un Deku de My Hero Academia) que se destaca por ser un alma amable. A menudo siente simpatía por los mismos demonios que está destinado a matar.

Es agradable ver su determinación frente a oponentes abrumadores. De todas maneras, su objetivo principal no es el de asesinar a Kibutsuji Muzan (el Big Bad) sino hallar la cura para que su hermana, Nezuko, vuelve a ser humana. Es una tarea loable que recuerda a la de Edward Elric en Full Metal Alchemist: Brotherhood.

El futuro de Demon Slayer

En mayo de este año, la Weekly Shōnen Jump confirmó que el tomo 205 mostraría el final del manga, con lo cual la historia ya está oficialmente concluida. La primera temporada adaptó el material hasta el tomo 53, aproximadamente un cuarto de su totalidad. Con lo cual, tenemos Demon Slayer para unas tres temporadas más, aproximadamente.

Si bien una nueva temporada aún no está confirmada, sí sabemos que se viene una adaptación cinematográfica del arco “Infinite Train”, que seguirá exactamente desde donde terminó la temporada 1. Si todo va de acuerdo a los planes, la película llegará a Japón el 16 de octubre de 2020 y ya tiene un trailer dando vueltas.

Palabras finales

Al final del día, Demon Slayer (Kimetsu no Yaiba) es un shonen tradicional con valores de producción de primer nivel y algunos problemas críticos, como la escritura y el ritmo de los personajes secundarios deficientes. Sin embargo, pese a estas cuestiones, sus 26 episodios que componen la primera temporada se disfrutan de principio a fin.

Si buscás una serie de acción con impresionantes efectos visuales y una banda sonora que logra mantener el interés durante gran parte de su desarrollo, vale la pena su visionado. Al menos por su hermosa estética, este animé recomendado es uno de los que deben tenerse en cuenta.

La primera temporada de Demon Slayer está disponible en Crunchyroll o en la Bahía de Jack Sparrow.

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