Luego de mi exitosa nota (?) sobre el uso
de los ascensores en la cultura popular, me propuse reflexionar sobre los
trenes en el cine, series de TV y animé. Un medio de transporte que –desde los
inicios del cine– ha tenido algunas de las participaciones más activas e
interesantes de todo el universo de ficción.
***
El legado de los Lumière
El año era 1896.
Era una fría tarde de enero. En una de las primeras sesiones cinematográficas
de los hermanos Lumière, en la sala de un café parisino, el público se levantó
aterrorizado de sus sillas ante la visión de una enorme locomotora
aproximándose hasta los límites de la pantalla.
Probablemente sea un mito, pero el impacto que
debió producir la imagen de aquel monstruo ferroviario llegando a la estación de La
Ciotat debió ser importante. Especialmente teniendo en cuenta que el público
era virgen al séptimo arte.
Esta filmación de 50 segundos ya reunía una buena
cantidad de los elementos que darían lugar al lenguaje cinematográfico. Por
ejemplo, los Lumière plasmaban por primera vez la idea de profundidad gracias a
la línea del ferrocarril que cruza el plano en diagonal. En materia técnica, hay
planos medios, primeros planos y materialización del fuera de campo.
Hay una analogía hermosa para pensar acá: las
películas son el tren, no la estación; el cine es movimiento (de ahí el término
“motion pictures”). Narrativamente la idea del suspense se incorporaba también a la historia del cine. ¿De dónde
viene ese tren? ¿Logrará frenar al llegar a la estación? ¿Quiénes son los pasajeros que descienden de
él?
El uso de los trenes en el cine
Los trenes son una estampa del western y el cine gánster.
Un forajido aborda un tren con el propósito de robarlo. Es lo que se conoce
como un “train job”. The Great Train
Robbery (1903) es el caso
fundacional. John Wayne se encomendaría a robos en ferrocarriles en The Train Robbers (1973) y, muchos años después, lo haría Han Solo en su propia película.
El primer y fantástico episodio de Firefly comenzaba con un atraco a un
tren que nos permitía conocer las personalidades y habilidades de cada
personaje. El episodio de la quinta temporada de Breaking Bad (“Dead Freight”) lleva a cabo un robo casi perfecto de
metilamina en el tren.
En otro espectro, es común ver el uso de los trenes
en el cine como medios de escape. La escena es típica: durante una persecución,
nuestro protagonista logra escapar lanzándose justo a través de un conjunto de
vías delante del tren. El perseguidor, inevitablemente, queda atrapado por
detrás, como ocurre en el neo-western Logan.
Lo hemos visto otras innumerable cantidad de veces.
Sucede en Los Simpson, en Primal Fear
(1996), la saga de El transportador y en la adaptación de
los Power Rangers de 2017, por mencionar algunos ejemplos.
En televisión lo hizo Prison Break un par de oportunidades y ocurre en el episodio 9 de la
interesante Castle Rock (que
recientemente inició su segunda temporada).
En otras variaciones de este tipo de escape, el
perseguido se logra subir a un tren mientras va corriendo (Bourne en The Bourne Supremacy, Blade de una forma muy canchera o Will
Smith en The Pursuit of Happyness).
Trenes fuera
de control
Si no vieron Snowpiercer
(2014), la primera película en
inglés del coreano Joon-ho Bong, no sé qué están esperando. La historia nos
habla de una
Tierra diferente en la cual sólo un puñado de tripulantes arriba de un tren
de alta velocidad lograron sobrevivir un cataclismo. Allí existe un injusto
sistema de clases, pero Chris Evans está
listo para levantar una revolución.
La historia está basada en la novela francesa Le Transperceneige (1982). Estéticamente se ve muy bien y el equipo de arte se lució
con tomas increíbles. Toda la trama funciona como una alegoría bastante literal
que recuerda a clásicos como 1984 y Rebelión
en la Granja.
Los vagones de este imponente tren tienen cada uno su
atractivo y me gustó mucho cómo el director aprovechó el trayecto lateral de la
historia para indicar las decisiones que tiene que tomar el protagonista. Una
adaptación televisiva, protagonizada por Jeniffer
Connelly, se estrenará en algún momento del 2020.
Muchas ficciones tienen a estos “runaway trains”
como principales estrellas de la historia. En animación, por ejemplo, la
primera escena de Toy Story 3 muestra
a Woody intentando detener un tren sin conductor.
En Spider-Man:
Into the Spider-Verse hay dos tomas que establecen la carrera heroica de
Spider-Man (una para el rubio Peter Parker del universo de Miles y otra para el
más cansado Peter B. Parker). Ambos detienen a un tren fuera de control y son
clarísimas referencias a la icónica escena de Spider-Man 2.
Tony Scott
(el hermano menos célebre de Ridley) tiene Unstoppable
(2010). Es una de acción muy
entretenida para pasar el rato. Un tren lleno de un peligroso combustible
empieza a saltarse estaciones a toda velocidad, poniendo en peligro la vida de
miles de personas. Sólo Denzel Washington y Chris Pine pueden detenerlo.
Por su parte, Máxima
Velocidad tiene una variación con un subte en lugar de un tren, en el clímax
de la película. Los villanos en Batman Begins
intentan envenenar a Gotham City enviando un tren monorriel no controlado. En
el terreno literario, la
tercera parte de la Torre Oscura
muestra a una inteligencia artificial suicida que acelera un tren hacia la
perdición de los héroes pistoleros.
Si conocen la saga de Resident Evil, saben que el primer capítulo del videojuego Resident Evil: Zero se desarrolla
sobre un tren en movimiento. Lo mismo ocurre con el fantástico desenlace de Misión Imposible 1.
Los trenes
más cool de la ficción
Pero el uso de los trenes en el cine y la ficción
no siempre se limita a exponerlos como peligrosos. Existen producciones que
exponen lo hermosas, complejas e intrincadas que pueden ser estas máquinas
creadas por el hombre.
Tenemos el Expreso de Hogwarts (franquicia de Harry
Potter), el Expreso Polar que maneja Tom Hanks, el ya mencionado Snowpiercer,
el Darjeeling Limited de Wes Anderson
o el Central Pacific 131 de Volver al
Futuro: parte III.
El género steampunk es frecuentemente caracterizado
por tener trenes vistosos que no siempre corren sobre rieles y están armados
con gadgets que los hacen verse increíbles.
Pese a no ser una buena película, Will Smith y
Kevin Kline viajan en un espectacular tren llamado “The Wanderer” en Wild Wild West (1999). El segundo arco argumental del estilístico animé Kabaneri of the Iron Fortress (2016) tiene
a los protagonistas sobre un ferrocarril majestuoso.
Por último, no quiero olvidarme de Baccano! (2007), gran
animé que recomiendo. Cuatro historias diferentes, si bien interconectadas,
se muestran al mismo tiempo, con un elenco inmenso donde ninguno es el
verdadero protagonista. Todo ocurre arriba de un tren: violencia, un asalto, gánsteres
inmortales, monstruos amenazadores y una vibra muy tarantinesca.
Más allá de unos primeros episodios muy confusos
(por la forma desordenada de contar la historia), Baccano! equilibra acción, suspenso, comedia, personajes cancheros
y una narrativa súper interesante. Es uno de los pocos animés que vi con una
influencia muy occidental. La música es impecable y el opening está entre mis
favoritos de todos los tiempos.
No se lo pierdan. Son únicamente 13 episodios.
***
De yapa les dejo este fantástico one-hit wonder de Soul Asylum sobre trenes, que en
realidad habla sobre otra cosa completamente diferente.
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en el blog: “Los
ascensores en la cultura popular”; “El
grito Wilhelm en el cine”; “Joker
y el pasado de opción múltiple”; “Los
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la risa al llanto: el síndrome de Tom Hanks”; “Roger
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