Allá por el 2017,
el Batman del DC Rebirth –que llevaba
38 números– fue mi lectura
favorita del año. Tom King había logrado crear a un Caballero Oscuro
tremendamente humano que, a diferencia de todas las encarnaciones anteriores,
buscaba algo diferente: ser feliz. Hoy, con más de 80 tomos en su haber, empecé
a perder el interés y hasta sentirme decepcionado.
***
Los que me siguen en el blog saben lo mucho que
disfruto de este personaje. Me estoy poniendo al día con su serie de
videojuegos “Arkham” (recientemente terminé el juegazo Arkham City después de disfrutar
muchísimo Arkham Asylum), su crossover con las Tortugas Ninja es una de las mejores cosas que le pasó a este año (en serio) y
los comics de Tom King los sigo leyendo pese a que no me están convenciendo del
todo.
En materia de comics, también estoy con el
impresionante Doomsday Clock –que
probablemente se lleve uno de los primeros lugares entre mis lecturas predilectas
del año– y Batman: Last Knight on Earth
(de Scott Snyder y Greg Capullo, los creadores del Batman de New 52 a quienes mencioné
por acá).
Mientras tanto, ocasionalmente me vuelco a alguna
de las historias más clásicas. Este año le tocó a Broken City, de Brian Azzarello,
gran policial negro que recomiendo.
Tom King se
va a casa temprano
Pero hablemos de Tom King. El ex agente de la CIA convertido en escritor comentó que
tenía un plan para poco más de 100 tomos de Batman
Rebirth pero, en mayo de este año, se confirmó que dejaría la saga antes de
tiempo, concretamente en el tomo #85 que va a salir en diciembre.
La verdad de la milanesa es que, a medida que las
ventas cayeron luego del polémico tomo #50 (la boda de Batman y Catwoman que cubrí
en esta nota) los editores perdieron la paciencia para entender lo que King
estaba tratando de hacer (y, para ser justos, varios fans lo hicieron también).
Yo disfruté de los mini arcos que le siguieron a la
boda, con un Batman vencido anímicamente. Cold
Days (#51-#53), Beasts of Burden
(#55-#57) y The Tyrant Wing (#58-#60)
tuvieron su encanto, si bien habían bajado bastante el ritmo frenético que
venía teniendo la historieta.
La decadencia, si me preguntan, arrancó con el arco
Knightmares (#61-#63, #66-69), que
fue un poco largo, por momentos brillante y por momentos desconcertante. En el
medio hubo un crossover olvidable con Flash que no tiene punto de comparación
con lo que fue el genial The
Button (la antesala de Doomsday Clock).
Previously
on Batman…
Básicamente, Batman no se casó. De los números #24
a #50, él y Catwoman se prepararon
para su gran boda. Tom King nos mostró cómo sería un Batman feliz. Bruce tenía
esperanza, sonreía más, disfrutaba de la vida. Y entonces… se quedó solito en
el altar.
El giro (que no convenció a nadie) fue que Bane
había estado tirando de los hilos desde siempre, manipulando los principales
eventos para “romper al Murciélago” de una forma que no había intentado antes.
En esencia, rompiéndole el corazón.
Pero hay más… porque de forma inexplicable también
resultó que un gran villano entre las sombras era Flashpoint Thomas Wayne, quien en The Button le había dicho a su hijo que “no fuera Batman” para
poder, en teoría, alcanzar la felicidad. Acá ya comenzó a costarme seguir
defendiendo las ideas Tom King.
El momento en el que Tom King saltó el tiburón...
Llegando al tomo #61, Batman sabía que Bane estaba controlando las cosas desde
Arkham y se obsesionó con demostrarlo (classic
Batman). Una noche llegó a la Baticueva para encontrar a Alfred ensangrentado en el piso, mientras su padre de un universo
alternativo se paraba sobre él, esperando. Esto dio inicio al arco de Knightmares.
Knightmares,
el comienzo de la decadencia
Knightmares
es una serie de one-shots, cada uno con un equipo de arte diferente, en el que
Batman se encuentra en situaciones aparentemente desconectadas. Cada tomo
exploraba un género diferente y algunos eran muy buenos realmente (Batman #67 - All the Way Down, por
ejemplo).
El planteo fue ambicioso y yo todavía estaba más o
menos enganchado. Pero la idea apagó a muchos fans que perdieron interés o
terminaron confundidos. Así y todo, este arco me parece que es lo último
realmente creativo y original que salió de la mente de Tom King. Vemos hasta
dónde llega Bane para romper a Batman, emocional y espiritualmente, y es
aterrador.
Arco argumental Knightmares, del Batman Rebirth
Luego llegaron The
Fall and the Fallen (#70-#74) y City
of Bane (#75-#81), que es el arco actual y todavía inconcluso. Para mí acá
medio que se fue todo al carajo.
No digo que no sean importantes dentro de la
historia que King quiere contar. Batman #72 fue particularmente clave,
funcionando como una suerte de clip show de todos los grandes momentos hasta
ahora, donde vemos todas las maquinaciones en el “plan maestro” de Bane.
Cada pelea y cada victoria que Batman pensó que
había ganado es reinterpretada como el gran plan de Bane, desde el accidente
aéreo con el que arrancó todo pasando por la aparición de Gotham y Gotham Girl,
Batman trabajando junto a Catwoman contra Bane, supuestamente derrotándolo y
encarcelándolo, etc.
City of
Bane: el plan maestro de Bane
Resulta que la historia de Tom King es una
modernización de Knightfall, algo que
también ya habíamos visto antes en The
Dark Knight Rises, la película más floja de la trilogía de Nolan.
Knightfall, clásica historia de Batman y Bane
Si conocés lo mínimo sobre el canon de Batman, al
menos sabés que es “Knightfall”, el arco que corrió en varios comics diferentes
entre 1993 y 1994, iniciando en Batman
Vol. 2 #492. Lo que terminó haciendo King es básicamente eso: Bane
asumiendo el poder de Gotham,
poniendo a todos los villanos a su merced, obligando a que Batman se retire,
etc.
City of Bane
inicia con un momento pivotal en el tomo #75: la muerte de Alfred (aunque no se
lo cree a nadie, porque bien sabemos que nadie realmente muere en los comics).
En Batman #81,
el último que salió, se revela que el Caballero Oscuro realmente sabía del plan
de Bane (whaaaaat?) y que Thomas Wayne es capaz de vencer a toda la Batifamilia
en su propia cueva que, en teoría, ellos se conocen a la perfección.
Bane le parte el cuello a Alfred en Batman #75
Recuperando
el tiempo perdido (Batman #81)
El arco argumental de City of Bane no solo es súper decepcionante, sino además
consistentemente estúpido en comparación con lo sútil e inteligente que venía
siendo la trama de Tom King hasta no hace mucho tiempo.
Mi teoría conspiranoica (me pongo mi gorrito de
aluminio) es que el tipo está caliente porque lo echaron y está decidido a
arruinar el Batman Rebirth con cosas
cada vez más incoherentes.
Bane riéndo malvadamente en Batman #81
Por ejemplo, ¿por qué King esperó hasta el séptimo
capítulo de “City of Bane” para revelar la conversación sobre ese macguffin
llamado “Super-Venom”? Es el tipo de revelación que debería haberse
desarrollado durante los dos primeros capítulos de Knightmares para ponerle picante al asunto.
Sacar la información sobre el Súper-Veneno a estas
alturas del juego no compensa la pobre estructura narrativa de los últimos
meses.
El mayor inconveniente de este último número es que
Tom King te lanza información que no tenés tiempo de procesar, compactando en
pocas páginas lo que debió dosificarse mucho más. ¡Tuvo 80 números para
desarrollar mejor esta información que Batman le tira a Catwoman y al mismo
lector!
No fue lo único flojo. La revelación de que Clayface estuvo actuando como el Joker
para Bruce en Gotham City es otro buen buen ejemplo. Odio al personaje de
Clayface y cómo siempre lo usan de deus
ex machina en las historias de Batman. En el desenlace de Arkham City pasaba lo mismo.
Batman #81
parece ser King recuperando todo el tiempo perdido en números anteriores, antes
que llevando “City of Bane” al siguiente nivel. Quedan cuatro tomos para
terminar la historia y no veo que la cosa mejore. Habrá que ver qué pasa en lo
que queda del año.
……………………………………………………………
=>> Otros posts sobre COMICS en el blog: “Batman:
The War of Jokes and Riddles”; “Mejores
libros leídos en 2017”; “Análisis
Batman/Flash: The Button”; “La
boda de Batman y Catwoman: Batman #50); “4
comics de Batman adaptados a otros medios”.
Broken city es una gran historia, una maestría del policial negro. Como la historia previa a Doomsday clock.
ResponderEliminarPero esta historia con Thomas Wayne como villano es un gran desastre. ¿Por que se convertiría en villano el Batman de Flashpoint? Cuando ya se reveló una cuestión emocional, padre-hijo. ¿Por que amenazaría la vida del Robin, que es su nieto?
Hay quienes no entienden de las historias que les toca escribir.