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viernes, 1 de noviembre de 2019

El Batman de Tom King (análisis pos tomo #50)


Allá por el 2017, el Batman del DC Rebirth –que llevaba 38 números– fue mi lectura favorita del año. Tom King había logrado crear a un Caballero Oscuro tremendamente humano que, a diferencia de todas las encarnaciones anteriores, buscaba algo diferente: ser feliz. Hoy, con más de 80 tomos en su haber, empecé a perder el interés y hasta sentirme decepcionado.




***

Los que me siguen en el blog saben lo mucho que disfruto de este personaje. Me estoy poniendo al día con su serie de videojuegos “Arkham” (recientemente terminé el juegazo Arkham City después de disfrutar muchísimo Arkham Asylum), su crossover con las Tortugas Ninja es una de las mejores cosas que le pasó a este año (en serio) y los comics de Tom King los sigo leyendo pese a que no me están convenciendo del todo.

En materia de comics, también estoy con el impresionante Doomsday Clock –que probablemente se lleve uno de los primeros lugares entre mis lecturas predilectas del año– y Batman: Last Knight on Earth (de Scott Snyder y Greg Capullo, los creadores del Batman de New 52 a quienes mencioné por acá).


El final de Doomsday Clock llega el 18 de diciembre de 2019...

Mientras tanto, ocasionalmente me vuelco a alguna de las historias más clásicas. Este año le tocó a Broken City, de Brian Azzarello, gran policial negro que recomiendo.

Tom King se va a casa temprano

Pero hablemos de Tom King. El ex agente de la CIA convertido en escritor comentó que tenía un plan para poco más de 100 tomos de Batman Rebirth pero, en mayo de este año, se confirmó que dejaría la saga antes de tiempo, concretamente en el tomo #85 que va a salir en diciembre.

La verdad de la milanesa es que, a medida que las ventas cayeron luego del polémico tomo #50 (la boda de Batman y Catwoman que cubrí en esta nota) los editores perdieron la paciencia para entender lo que King estaba tratando de hacer (y, para ser justos, varios fans lo hicieron también).

Yo disfruté de los mini arcos que le siguieron a la boda, con un Batman vencido anímicamente. Cold Days (#51-#53), Beasts of Burden (#55-#57) y The Tyrant Wing (#58-#60) tuvieron su encanto, si bien habían bajado bastante el ritmo frenético que venía teniendo la historieta.

La decadencia, si me preguntan, arrancó con el arco Knightmares (#61-#63, #66-69), que fue un poco largo, por momentos brillante y por momentos desconcertante. En el medio hubo un crossover olvidable con Flash que no tiene punto de comparación con lo que fue el genial The Button (la antesala de Doomsday Clock).


 Para los que no vienen siguiendo el cómic, advierto que se viene un #SpoilerAlert.

Previously on Batman…

Básicamente, Batman no se casó. De los números #24 a #50, él y Catwoman se prepararon para su gran boda. Tom King nos mostró cómo sería un Batman feliz. Bruce tenía esperanza, sonreía más, disfrutaba de la vida. Y entonces… se quedó solito en el altar.

El giro (que no convenció a nadie) fue que Bane había estado tirando de los hilos desde siempre, manipulando los principales eventos para “romper al Murciélago” de una forma que no había intentado antes. En esencia, rompiéndole el corazón.

Pero hay más… porque de forma inexplicable también resultó que un gran villano entre las sombras era Flashpoint Thomas Wayne, quien en The Button le había dicho a su hijo que “no fuera Batman” para poder, en teoría, alcanzar la felicidad. Acá ya comenzó a costarme seguir defendiendo las ideas Tom King.


El momento en el que Tom King saltó el tiburón...

Llegando al tomo #61, Batman sabía que Bane estaba controlando las cosas desde Arkham y se obsesionó con demostrarlo (classic Batman). Una noche llegó a la Baticueva para encontrar a Alfred ensangrentado en el piso, mientras su padre de un universo alternativo se paraba sobre él, esperando. Esto dio inicio al arco de Knightmares.

Knightmares, el comienzo de la decadencia

Knightmares es una serie de one-shots, cada uno con un equipo de arte diferente, en el que Batman se encuentra en situaciones aparentemente desconectadas. Cada tomo exploraba un género diferente y algunos eran muy buenos realmente (Batman #67 - All the Way Down, por ejemplo).

El planteo fue ambicioso y yo todavía estaba más o menos enganchado. Pero la idea apagó a muchos fans que perdieron interés o terminaron confundidos. Así y todo, este arco me parece que es lo último realmente creativo y original que salió de la mente de Tom King. Vemos hasta dónde llega Bane para romper a Batman, emocional y espiritualmente, y es aterrador.


Arco argumental Knightmares, del Batman Rebirth

Luego llegaron The Fall and the Fallen (#70-#74) y City of Bane (#75-#81), que es el arco actual y todavía inconcluso. Para mí acá medio que se fue todo al carajo.

No digo que no sean importantes dentro de la historia que King quiere contar. Batman #72 fue particularmente clave, funcionando como una suerte de clip show de todos los grandes momentos hasta ahora, donde vemos todas las maquinaciones en el “plan maestro” de Bane.

Cada pelea y cada victoria que Batman pensó que había ganado es reinterpretada como el gran plan de Bane, desde el accidente aéreo con el que arrancó todo pasando por la aparición de Gotham y Gotham Girl, Batman trabajando junto a Catwoman contra Bane, supuestamente derrotándolo y encarcelándolo, etc.

City of Bane: el plan maestro de Bane

Resulta que la historia de Tom King es una modernización de Knightfall, algo que también ya habíamos visto antes en The Dark Knight Rises, la película más floja de la trilogía de Nolan.


Knightfall, clásica historia de Batman y Bane

Si conocés lo mínimo sobre el canon de Batman, al menos sabés que es “Knightfall”, el arco que corrió en varios comics diferentes entre 1993 y 1994, iniciando en Batman Vol. 2 #492. Lo que terminó haciendo King es básicamente eso: Bane asumiendo el poder de Gotham, poniendo a todos los villanos a su merced, obligando a que Batman se retire, etc.

City of Bane inicia con un momento pivotal en el tomo #75: la muerte de Alfred (aunque no se lo cree a nadie, porque bien sabemos que nadie realmente muere en los comics).

En Batman #81, el último que salió, se revela que el Caballero Oscuro realmente sabía del plan de Bane (whaaaaat?) y que Thomas Wayne es capaz de vencer a toda la Batifamilia en su propia cueva que, en teoría, ellos se conocen a la perfección.


Bane le parte el cuello a Alfred en Batman #75

Recuperando el tiempo perdido (Batman #81)

El arco argumental de City of Bane no solo es súper decepcionante, sino además consistentemente estúpido en comparación con lo sútil e inteligente que venía siendo la trama de Tom King hasta no hace mucho tiempo.

Mi teoría conspiranoica (me pongo mi gorrito de aluminio) es que el tipo está caliente porque lo echaron y está decidido a arruinar el Batman Rebirth con cosas cada vez más incoherentes.


Bane riéndo malvadamente en Batman #81

Por ejemplo, ¿por qué King esperó hasta el séptimo capítulo de “City of Bane” para revelar la conversación sobre ese macguffin llamado “Super-Venom”? Es el tipo de revelación que debería haberse desarrollado durante los dos primeros capítulos de Knightmares para ponerle picante al asunto.

Sacar la información sobre el Súper-Veneno a estas alturas del juego no compensa la pobre estructura narrativa de los últimos meses.

El mayor inconveniente de este último número es que Tom King te lanza información que no tenés tiempo de procesar, compactando en pocas páginas lo que debió dosificarse mucho más. ¡Tuvo 80 números para desarrollar mejor esta información que Batman le tira a Catwoman y al mismo lector!

No fue lo único flojo. La revelación de que Clayface estuvo actuando como el Joker para Bruce en Gotham City es otro buen buen ejemplo. Odio al personaje de Clayface y cómo siempre lo usan de deus ex machina en las historias de Batman. En el desenlace de Arkham City pasaba lo mismo.


Batman #81 parece ser King recuperando todo el tiempo perdido en números anteriores, antes que llevando “City of Bane” al siguiente nivel. Quedan cuatro tomos para terminar la historia y no veo que la cosa mejore. Habrá que ver qué pasa en lo que queda del año.

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1 comentario:

  1. Broken city es una gran historia, una maestría del policial negro. Como la historia previa a Doomsday clock.
    Pero esta historia con Thomas Wayne como villano es un gran desastre. ¿Por que se convertiría en villano el Batman de Flashpoint? Cuando ya se reveló una cuestión emocional, padre-hijo. ¿Por que amenazaría la vida del Robin, que es su nieto?

    Hay quienes no entienden de las historias que les toca escribir.

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