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martes, 16 de septiembre de 2014

Grandes series de mi vida – Parte 3: Puestos 10 al 1


Llegó el momento que muchos esperaban (¿?).

Estas son las 10 series que me llevaría a una isla desierta, aquellas que marcaron mis gustos y tendencias, esas historias que hoy sigo recordando y, ocasionalmente, volviendo a revivir

El tiempo dirá si la lista se modifica –en definitiva, tiene un alto nivel de subjetividad–, el tiempo dirá si entra alguna serie nueva que desplace a otras, pero estas 10 van a seguir siendo de mis preferidas por siempre. Acá van:

(#10) “24” (2001–2010,2014)

La segunda temporada la vi en una maratón de 24 horas seguidas con mi hermano y un gran amigo. A ese nivel de fanatismo llegué en su época. En sus mejores momentos (olvidándonos de temporadas pésimas como la 4 y la 6), “24” generaba niveles de adrenalina tremendos, contenía mucha intriga política y giros de tuerca que golpeaban más duro que una bofetada de Tony Almeida.

“24” es una de las series más “cinemáticas” que uno puede encontrar en la TV, con grandes presupuestos, toneladas de acción y suspenso y un Kiefer Sutherland que se consagró en el rol de Jack Bauer. Incluso algunos giros argumentales absolutamente estúpidos (sí, estoy pensando en el puma que amenazó a Kim Bauer en la 2da temporada) resultaban queribles.

No es un misterio que “24” rompió con todo lo que se conocía hasta el momento. Aunque ya habían salido películas que ocurrían en tiempo real, ninguna serie se había atrevido a hacerlo. El tiempo real incluía los comerciales y resultó ser una desconocida forma de acumular tensión en los espectadores.

Cada temporada trabajaba una amenaza terrorista a gran escala, usualmente preparada por un gran villano, y podían ir desde asesinatos presidenciales y bombas nucleares, hasta bio-armas, agentes encubiertos y traiciones políticas. ¡Todo eso en un solo día de trabajo!

Por otro lado, “24” hizo un buen uso de la cámara dividida, de tal manera que uno pudiera observar simultáneamente las acciones de varias personas al mismo tiempo. Kiefer Sutherland nació para ser Jack Bauer, y se convirtió en un héroe de acción que influyó mucho en el cine y televisión de la década del 2000. 

Por último hay que agregar que el final de cada episodio te dejaba mordiéndote las uñas con una sorpresa de último momento.

Es cierto que no todas sus temporadas son increíbles y que la fórmula se volvió muy repetitiva sobre el final. Pero también es sencillo olvidar lo novedoso que fue este formato. Este año salió una temporada nueve (“24: Live Another Day”), de solo 12 episodios, que continúa donde quedó la octava. Personalmente me pareció muy prolija, aunque quizás innecesaria, y representó otra inyección de adrenalina jackbaueriana en mi vida. Más allá de computadoras que funcionaban con demasiada eficiencia, tráfico en Los Ángeles sospechosamente ligero y un Jack Bauer que nunca necesitaba ir al baño, ninguna serie supera a “24” en materia de acción y adrenalina.

(#9) “Coupling” (2000–2004)

Me da pena que haya gente que no conozca Coupling. Esta serie británica nos cuenta la historia de seis amigos y sus complicadas vidas sexuales. Su inspiración en “Friends” (y las constantes comparaciones) es evidente, pero Coupling siempre me pareció superior. La serie tiene 4 temporadas cortas (de unos 6 episodios aproximadamente) y fue célebremente reconocida por sus tramas meticulosamente intrincadas que se apoyaban en mentiras, malos entendidos y divertidísimos casos de “meteduras de pata”.

Friends nunca llegó a tener capítulos que tuvieran la mitad de la mitad de la originalidad que vi en Coupling. Me encantaba que no solo me hacía reír muchísimo, sino que planteaba abiertamente algunos temas sexuales “tabú” para la televisión: masturbación, lesbianismo, tríos, etc, etc. En ese sentido Inglaterra siempre fue más abierta, y recuerdo haber visto shows ingleses muy buenos (Sugar Rush y As If, entre otros) que me sorprendieron por la forma en que llevaron a la pantalla ciertos asuntos más íntimos.

En “Coupling”, seis amigos debaten todos los aspectos del sexo y las relaciones en su búsqueda interminable del verdadero amor. Pero todas las historias son excelentes. Si quieren ver un solo episodio (como para comprobarlo), alcanza con ver el 4to de la primera temporada, donde una de los protagonistas encuentra un video porno (“El infierno de las lesbianas nalgueadoras”) en el departamento de su novio. Impecable.

Creo que es una serie sin desperdicio que además tiene la ventaja de ser cortita, compacta. Steve, Susan, Jeff, Patrick, Sally y Jane. Todos son memorables por motivos diferentes. Debo decir que esta es la única sitcom que más me recuerda a Seinfeld o Arrested Development, en el sentido que una variedad de argumentos separados se unificaban de formas inesperadas sobre el final del episodio.

(#8) “Whose Line is it Anyway?” (1998–2001)

Drew Carey, Colin Mochrie, Ryan Stiles y Wayne Brady fueron mis héroes durante mi secundaria.

Cuando agarraba Whose Line por Canal Sony, no podía creer lo que estaba viendo. Era imposible. Cuatro actores improvisaban en un serie de juegos que un conductor (Drew) dirigía. Los resultados siempre eran tan divertidos, tan cómicos, que yo estaba convencido que todo estaba guionado.

Fui fan de la versión americana de Whose Line y hoy sigo viendo episodios al azar de tanto en tanto. Es un show increíble que disfruto especialmente por mi adoración por el teatro y la improvisación. Va más allá de lo divertido, y no hay nada igual en la televisión. Aunque admito que se precisa un muy buen nivel de inglés para disfrutar correctamente de la serie (porque los chistes son disparos rápidos y están plagados de slang), el show es comedia pura que divierte sin piedad.

Por suerte, hoy se pueden encontrar todos los episodios online, por ejemplo en Youtube. Y recientemente salió una nueva versión de unos 30 episodios (“Improvaganza”) que reunió al mismo y excelente cast de los años noventa, y también está disponible en Internet. 

Si pueden, véanla.

Whose Line” supo reunir a un grupo de comediantes talentosos que hacen improvisación de manera solemne.  Drew Carey interactuaba con los comediantes, siempre tirando chistes, y nunca tuvo miedo de descostillarse de la risa cuando algo lo valía. Wayne Brady es un cantante que la destroza y el dúo Colin-Ryan es imparable.


Siempre me pregunté por qué el formato no llegó a Argentina, viendo que nos llegan tantas cosas desde afuera. Creo que nunca va a existir un show de improvisación tan desopilante como “Whose Line is it Anyway?”. Con mis amigos (todos tenemos ciertas nociones de teatro porque hemos estudiado unos años) hemos jugado a varios de los juegos de improvisación que presentaba “Whose Line…”, pero nunca pudimos alcanzar la grandeza de aquellos comediantes.

Sinceramente, una serie excelente para agarrar aleatoriamente (y online) y disfrutar junto a una equilibrada combinación de amigos y cerveza.

(#7) “Supernatural” (2005 – Actualidad)

Todavía falta que salga la décima (y última) temporada de “Supernatural”, pero es un show que se ganó mi corazón desde el primer episodio.

Volando por debajo del radar, Supernatural es el show sobre monstruos, demonios, vampiros (y todo tipo de ente sobrenatural) más consistente de la TV, impulsado principalmente por la perfecta química de hermanos que existe entre sus protagonistas (Jensen Ackles y Jared Padalecki).

Supernatural” es maravillosamente creativa, con un ciclo interminable de villanos inhumanos, efectos visuales impresionantes y una mitología fascinante. En serio, hay que darle una chance a esta serie para descubrir una de los joyitas mejor guardadas de la televisión.

Estoy viendo la serie completa por segunda vez, y es una de las pocas que me resulta siempre tan cautivante. Episodio tras episodio, nunca defrauda y siempre sorprende. Todo el cast es brillante, y todos son excelentes para exponer emociones.

Es una historia épica y emocionante que logra diferenciarse de toda la basura que anda dando vueltas por la televisión. Tiene un balance perfecto entre comedia y suspenso, entre capítulos que avanzan en la historia principal, y episodios stand-alone que experimentan con aspectos metatextuales, o que parodian clásicos del cine de terror. 

Ha tenido nueve temporadas muy intensas (exceptuando la séptima, que es muy floja en relación al resto) y está por venir la última que concluirá la historia.

Supernatural” es el sueño para todos los amantes del terror / suspenso. Los guiones se encuentran entre los más excepcionales que he visto y es muy divertida, especialmente por la dupla Sam-Dean que es la piedra angular de la serie. Con mucho rock, excelentes tramas y la más amplia variedad de monstruos que van a ver en la TV, “Supernatural” es una show que merece mucha más atención de la que hoy tiene.

(#6) “Breaking Bad” (2008–2013)

Me van a llover críticas por colocar Breaking Bad en el puesto #6 y no entre los primeros tres puestos. Lo sé. Pero no me importa. ¡Es mi selección de series, y las ordeno como quiero!

La verdad es que Breaking Bad es una serie fascinante desde todo punto de vista. En el curso de 5 años, Vince Gilligan construyó un mundo que prestó muchísima atención al detalle y  concibió a un protagonista tan complejo como carismático. Ya me explayé en este post sobre Breaking Bad y por qué me gustó tanto. Por eso no quiero abundar en los mismos detalles.

Solo voy a decir que Breaking Bad nunca tuvo un capítulo de más. Incluso el célebre episodio independiente The Fly tiene su motivo de ser (y es uno de los mejores de la tercera temporada, de hecho). Sus personajes supieron cambiar, evolucionarse, adaptarse a los cambios que la serie exigía. Es impecable desde el punto de vista actoral, en los excelentes diálogos, en las sorprendentes historias, en los tremendos villanos, en los momentos citables, en la extraordinaria tensión, en Ozymandias, en un Jesse torturado. 

Es televisión perfecta, y envidio a quienes no la vieron porque no van vivenciar ese desasosiego de aquel que sabe que nunca va a volver a ver algo igual en la televisión.

Pero las próximas cinco series me tocaron a un nivel mucho más personal, marcaron un antes y un después como ninguna otra lo hizo en mi vida, las he visto más de una vez, me he obsesionado con ellas y han moldeado mis gustos de una forma que ninguna otra lo hizo. Por eso, por ahora, Breaking Bad tiene que quedarse en este muy merecido puesto.

(#5) “One Tree Hill” (2003–2012)

Soy consciente de que es una elección peculiar. De hecho, estos próximos cinco puestos pueden llegar a sorprender a mis lectores. “One Tree Hill” es un drama de adolescentes como lo fueron Gilmore Girls, Dawson Creek, The OC, Freaks and Geeks y Smallville. En mis años de secundaria, años formadores donde uno descubre sus pasiones, las vi todas. Pero OTH siempre se diferenció por sobre encima del resto.

Repleto de drama, risas y soundtracks tremendamente icónicos, One Tree Hill es un show con el que siempre logré identificarme. Profundamente alentador y empático, me sorprendió por la adultez con la que trataba temas familiares y sociales complicados.

Es cierto que las temporadas 7 y 8 son muy olvidables, pero se redimió con una novena temporada que cierra la historia de forma brillante (y como nunca vi antes). No exagero al decir que One Tree Hill cambió mi vida, estableciendo mis gustos musicales (el soundtrack de One Tree Hill es el soundtrack de mi vida) y generando muchas de mis inspiraciones literarias. Mi primera novela, sin ir más lejos, toma varios trasfondos temáticas de la serie y el estilo es muy similar, no puedo negarlo. (Ya mi segunda novela logró diferenciarse un poco más, pero fácilmente podría ubicarse en el universo de One Tree Hill).

Incluso siendo adulto, volví a revivir la serie una vez más. Está fantásticamente escrito, tiene personajes muy memorables, el mejor villano que vi en la historia de la televisión (Dan Scott) y tramas que sorprenden por sus giros argumentales. Y voy a decirlo: una de las pocas series que me hace llorar en momentos claves por más que sepa lo que va a pasar. Estoy seguro que todo el mundo puede sacarle provecho a esta serie que arranca muy “juvenil” pero se va volviendo más adulto e interesante conforme avanza. Realmente, sin ningún tipo de desperdicio.

(#4) “Arrested Development” (2003–2006, 2013)

Cuando ves “Arrested Develepment” por primera vez, tu vida cambia por completo. Tiene la escritura más perfecta de toda la historia de las comedias de TV. Especialmente si sabes inglés (aunque esto no impide que uno la disfrute), AD contiene más juegos de palabras, one-liners, catchphrases, devoluciones rápidas, chistes recurrentes y gags contenidos en un solo episodio que los que hay en toda una temporada de cualquier otra sitcom. En serio, requiere más de una mirada para poder reconocer todas las sutilezas que se esconden.

Ridículamente citable, tan divertido como ingenioso, fue cancelada al final de su tercera temporada para ser revivido por Netflix el año pasado. Su cuarta temporada (de 15 episodios) también es brillante (escribí una crítica de ella acá), y supo evolucionar para no vivir de las glorias del pasado. Arrested Development es el manifesto de cómo escribir una serie absolutamente entretenida, con personajes disfuncionales, odiablemente queribles, grandes sorpresas y manteniéndose muy (pero muy) sutil. Personalmente, ya la vi 3 veces y todavía me faltan cosas por descubrir. Cracked.com cada tanto saca artículos con gemas escondidas en episodios de AD.

Se ha escrito mucho sobre esta serie, sobre los motivos de su cancelación y sobre lo que significó para el mundo de la televisión. Personalmente creo que estuvo muy adelantada a su tiempo.  Es un show que hay que mirar de forma consistente para seguir la trama, para entenderlo completamente. No es accesible al espectador casual, pero ahí reside su belleza. Adoro los shows que son tan complejos, tan enredados, que uno necesita poner todos los sentidos para captarlo por completo. Desde la creación de “Seinfeld”, nunca hubo un grupo de escritores y actores tan talentosos que se reúnan para hacer algo tan bien. IMPERDIBLE. Actualmente está completa (incluyendo su interesante cuarta temporada) en Netflix.

(#3) “Game of Thrones” (2011 – Actualidad)

¿Había alguna duda? Entrando ya a los tres primeros puestos de mi TOP-20, y aunque todavía esté en emisión, no puedo no colocar a GoT en el puesto #3.

Las actuaciones son sublimes, la escritura es precisa, la escenografía y los trabajos de cámara son visualmente impresionantes y, en términos de ambición en cuanto a lo narrativo, lo creativo y lo logístico, ninguna serie se le acerca.

Con más de siete reinos diferentes para maniobrar y, literalmente, miles de actores para dirigir, parecería inevitable que sus creadores (David Benioff y D.B Weiss) se descarrilen en algún momento. Sin embargo, cada temporada ha mostrado ser muy superior a la anterior. George Martin es el hombre del momento por haber escrito una maravilla literaria que es deliciosamente compleja, enredada y enmarañada. Y los creadores lograron una adaptación inmejorable de los libros de Martin. Terminé de ver la cuarta temporada y comencé de nuevo desde el principio. Estoy captando miles de detalles y sutiles que había pasado por alto.

Acá di mi impresión de la segunda temporada, y acá mi impresión de la tercera. También pueden ver mi opinión de la cuarta temporada en este link. En materia de historias épicas, Game of Thrones lo tiene todo: excelentes batallas con espadas, dragones, zombies, tetas (muchas tetas), intriga política, muertes inesperadas, giros argumentales y muchas muertes inesperadas. (¿Mencioné lo de las muertes inesperadas ya?). ¿Qué más podría pedir un hombre?

Lo que GoT está generando en el mundo de la TV es una ruptura absoluta. El género de fantasía, históricamente hablando, nunca fue demasiado apreciado como serie. Es difícil de vender y difícil de sostener en el tiempo. Cuando a un mundo de dragones y Caminantes Blancos le agregamos reyes patológicamente perversos, brujas asesinas, un chico paralizado con poderes y hasta esqueletos (entre otras tantas cosas) las posibilidades de que la mezcla se vaya al carajo es muy alta. La sola idea de llevar aquello a la pantalla es difícil de imaginar. Pero GoT lo logra, y con creces. Al género de “espada y hechicería” se le suma una mitología meticulosamente planificada con temas que resuenan en el mundo moderno: el amor y la muerte, la venganza y la lealtad, la libertad y la esclavitud, el poder, la avaricia, la guerra, la familia.


De todas mis series favoritas, y de todas las que sigo año tras año, ninguna me deja tan satisfecho luego de cada episodio como Game of Thrones. A ninguna la espero con tantas ansias, y ninguna me obsesiona tanto como para debatir con amigos y en foros sobre sus infinitas posibilidades.

GoT es una historia superlativa, una de esas raras ocasiones donde su trama trasciende su propio género, y hoy es lo mejor que podemos ver en la televisión (esto debido a que mis próximos dos puestos ya, básicamente, “no están en emisión”). Game of Thrones es as good as it gets en materia de argumento complejo, personajes tridimensionales y aspectos visuales. Dicen que va a tener ocho temporadas, por lo que estaríamos todavía a mitad de camino con una serie que ya marcó tarjeta en los hitos de las series de televisión.

(#2) “Los Simpson” (1989 – Actualidad)

No podía ser de otra manera. Los Simpson pueden entrar en cualquier categoría (mejor sitcom, mejor serie animada, mejor show familiar) y salir siempre entre los primeros puestos. Y es que hay un momento Simpson para cada situación de la vida, como ya mencioné en un post donde hablé exclusivamente de esta serie.

La aclaración que quiero hacer antes es que Los Simpson para mí “murieron” en su décima temporada. Hasta ese punto fueron perfectos, ingeniosos, citables, memorables, dueños de un humor sagaz, inteligente, satírico. Quizás sea porque la exigencia fue cada vez mayor, por el cambio de voces y de escritores, por la salida de su creador (Matt Groening) que se desvinculó creativamente del show. Lo cierto es que murió porque dejó de divertir, porque dejó de tener capítulos que uno podía ver y volver a ver sin aburrirse. Varios blogs analizan las teorías de su decadencia.

Yo creo que la esencia de su decadencia en Latinoamérica particularmente (porque en USA sigue siendo un éxito muy decente) fue el cambio de voces, que hizo que todo nos sonara raro, horrible, hasta repugnante. Pero, por sobre todo, el enfoque del humor pasó de ser una áspera crítica social sobre el hombre moderno y los conflictos cotidianos, a tratar con temas de actualidad, parodiar a famosos y hacer chistes vulgares sobre la tecnología. La serie, hay que decirlo, se volvió muy mediocre. 

En lugar de apoyarse en grandes historias del cine y la televisión, o en problemas existenciales de la sociedad actual, hizo uso de chistes más fáciles que apelaban a un público más chico (y que lo exigía).

Hecha esta aclaración, en sus mejores momentos, Los Simpson es una serie atemporal con un humor de mucha calidad, miles de referencias culturales (históricas, literarias, cinéfilas, etc.) y plagada de momentos gloriosos. Es una serie intocable porque, incluso en su peor momento, sigue en emisión y tiene más éxito que el 90% del resto.

En particular en Argentina (y gracias a Telefé) todos los pibes de 20 y tantos pudimos disfrutar de la todos los episodios a toda hora del día, y eso la hizo especial. Crecí con la familia Simpson. Hoy la sigo viendo, y me sigo riendo. El resto de lo que puedo decir sobre esta increíble serie ya lo dije en este post, así que no quiero explayarme más. ¡AGUANTE LOS SIMPSON!

(#1) “Seinfeld” (1989 – 1998)

Y llegamos al primer puesto. Y el trono se lo queda la “serie sobre nada” que lo tuvo todo.

Recuerdo que cuando empecé a armar este ambicioso TOP-20, me costó muchísimo decidir que series incluir, y en qué orden. Pero “Seinfeldnunca se movió de su indiscutible primer puesto. (Indiscutible para mí, claro).

Sin abrazos y sin aprendizaje”. Bajo ese lema Larry David y Jerry Seinfeld crearon la mejor sitcom del universo entero, y se mantuvieron apegados a esa premisa. Vivir el día a día de Jerry y sus tres extraños amigos fue una de las mejores cosas que le pasó a la televisión. No había cliffhangers, ni grandes sorpresas, ni romances dentro del grupo. En lugar de eso, la atención del espectador se conseguía con una show pura y verdaderamente gracioso.

Elegir los 10 o 20 mejores episodios de Seinfeld es una tarea imposible porque todos son clásicos. Es una serie icónica que, como varias de las que formaron parte de mi TOP-20, provocó una ruptura de la tradición, fue vanguardista y poco convencional para su época. El humor cotidiano, observacional, crítico de la serie estuvo siempre por encima, y sus nueves temporadas (incluso el controversial final) son excelentes, en gran parte gracias a la calidad actoral de Jerry Seinfeld, Jason Alexander, Julia Louis-Dreyfus y Michael Richards.

El ingenio que derrocha cada episodio es ridículamente excepcional

Lo mejor es que cada protagonista tiene tanta profundidad y personalidad que es imposible no sentirse identificado con cada uno de ellos en diferentes situaciones. “Seinfeld” está excelentemente escrita, te hace pensar, pone en evidencia el absurdo de la vida, presenta situaciones desopilantes y es absolutamente citable.

El gran problema es encontrar gente que conozca y adore Seinfeld como yo para poder hacer referencias casuales a la serie.




Este año se cumplieron 25 años desde su estreno. Esta es la serie sobre “nada” que lo cambió todo, y en lo personal… es mi serie favorita, la gran ganadora, la que más me hace reír (literalmente a carcajadas), el motivo por el cual adoro ver televisión. Alcanza niveles de reverencia religiosa. No hay situación de la vida real que no tenga su comparación cómica o su paralelo en Seinfeld. Me refiero a todo tipo de situaciones: inventar profesiones para interesar a una chica, perderse en un estacionamiento, volverse metatextual, quedar atascado en un embotellamiento, que un nazi te sirva sopa, conocer a un bebe horrible, hacer un concurso de no-masturbación con tus amigos, inventar festividades, obsesionarse con pequeños detalles, o dejar a una pareja por motivos absolutamente estúpidos.

Amo Seinfeld, todos los años vuelvo a ver algún que otro capítulo o se la recomiendo a mis amigos. SEINFELD LO TUVO TODO, Y MERECE TODO MI RECONOCIMIENTO. Sin duda alguna, es la serie que todos deben ver para saber lo que es realmente bueno.

TERMINAMOS. Estas son mis 10 series de TV favoritas. Recuerden revisar el post de los puestos 20 al 11 y las “Menciones de Honor” para conocer al resto. Para mí son todas de lo mejor, lo más original, lo más innovador que he visto en la televisión, y las recomiendo ampliamente. ¿Qué otra serie agregarían? ¡Dejen sus comentarios!

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10 comentarios:

  1. Muy buena la lista, estoy de acuerdo en que Seinfeld es genial, lo que más me hace reír es cuando todo confluye y cuando alguien dice o hace algo ridículo y al rato, otro que no tiene nada que ver dice o hace lo mismo XD Y ya tengo agendadas para ver un par más: Coupling, que no la conocía, y Arrested Development, de la que vi un par de episodios, pero me gustó mucho.

    Saludos!

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    1. ¡Hey, gracias por pasar! Obviamente, hay un altísimo grado de subjetividad en mi post, y por eso lo titulé "Grandes series de MI vida", jaja... son las que me marcaron a mí personalmente. Me alegro que puedas agendar algunas para mirar, porque creo que todas valen la pena. ¡Saludos!

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  2. Algunas no las conocía de nada, alguna de oídas como 24 y otras las seguía de vez en cuando en la tele como One Three Hill y GOT. Breaking Bad la tengo pendiente justo con GOT y que decir de los simpson... Lo que me ha entusiasmado (que pegado un gritito) es que Supernatural estuviera en la laísta, Es casi casi mi serie favorita y estoy muy metida en el fandom, es una serie magnífica y he de añadir que la 10 NO ES SU ULTIA TEMPORADA! Jajaja puede que para ti sea una alegría o una decepción pero los creadores sólo han dicho que la serie continuara mientras se mantenga la calidad y haya audiencia. También te voy a recomendar Doctro Who (sta si que es mi serie favorita) porque me resulta difícil de creer que no entre en el top20 o en las series a destacar si ya la conoces, yo ya estoy viendo los capítulos nuevos de la temporada 8 que salen cada sábado y puedo asegurar que no tiene desperdició alguno! Eso si, ten cuidado con la temporada 1 porque no había mucho presupuesto jajajaja

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    1. ¿Así que la season 10 de Supernatural no va a ser la última? Yo había leído lo contrario. Me parece una lástima. Es una serie excelente, ¡pero necesita cerrarse mientras sigue siendo buena!
      Mi problema con Dr. Who es que no sabría ni por donde empezar... ¡son tantas!
      Obviamente, va a existir un TOP20 por persona, e incluso la misma persona cambia sus gustos con el correr del tiempo. Seguramente va a modificarse a medida que vaya incorporando nuevas series.
      ¡Gracias por pasarte!

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  3. Te felicito por todo esto che, muy buen laburo te mandaste.
    Lamentablemente no tengo la competencia para debatir porque la mayoría no las vi. No se si eso es bueno o malo. Algunas están en pendientes. Acepto el puesto asignado a Breaking porque como vos dijiste es tu lista y las listas son muy personales. Coincido en todo lo que dijiste sobre los Simpson, que desde los 7 años fuimos creciendo juntos y lamentablemente es como esos buenos amigos que de repente cambian y ya no te dan tantas ganas de verlo, pero que le seguís sintiendo aprecio por las cosas vividas.

    Siga así
    Abrazo!

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    1. ¡Gracias por pasarte! La verdad es que esta tríada de posts me llevó bastante, pero son las series que me impactaron personalmente en mi vida. Sé que hay varios puestos que son "poco convencionales", por así decirlo (me han llovido críticas, jajaja). Un saludo grande.
      L.-

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  4. No comparto para nada tu obsesión con la televisión yankee pero me parece un buen trabajo y un excelente blog! Saludos!

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  5. Insisto... ¡Te falta el Enano Rojo! XD

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    1. Insisto: le voy a pegar una chequeada.

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    2. Genial!!! Es una serie de culto, para frikis sin complejos. Es tan friki, que hará un par de años la consiguieron reflotar (y con una temporada a la altura). Ahora hay en proyecto otra nueva

      Reconozco, eso sí, que es bastante irregular -por no decir infantil- en sus primeras temporadas (que son también las más inefables). Por eso te animo a que llegues a la cuarta o quinta temporada para valorarla en su conjunto: a partir de ahí empieza a haber capítulos magistrales, repletos de referencias culturales y científicas. Si te gusta el humor inglés con ese puntillo cínico y autocrítico que los estadounidenses jamás igualarán, te aseguro que esta serie es indispensable...

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