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martes, 2 de enero de 2024

Mis libros favoritos leídos en 2023

  

¡Primer post del año! Llegó ese momento en el que todos los creadores de contenido comenzamos a recapitular lo mejor que trajo la ficción a nuestros corazones. En el blog ya repasé mis animés favoritos y las series más recomendadas. En esta nota les comparto mis lecturas favoritas de 2023.



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No hice ranking esta vuelta porque, a diferencia de otros años, todo lo que leí me gustó muchísimo. Hay una única excepción que ya mencionaré llegado el momento. Pero todo lo demás es top-tier.

Por supuesto, todas estas lecturas recomendadas tienen sus correspondientes posts, reseñas y análisis en el blog, donde pueden encontrar mayores detalles de cada obra.

 

Mi wrap-up literario 2023

Leí y amé un montón de libros en 2023. Si bien no escribí tanto como me habría gustado (creo que publiqué cuatro cuentos nuevos, no mucho más), sí grabe toda una tercera temporada del podcast de cuentos narrados. ¿Todavía no lo escucharon? ¡Está por acá!

Básicamente, a lo largo de 2023 grabé 12 nuevos capítulos. Una tercera temporada que incluyó familia, amigos y hasta participaciones de mis dos hijos (Benjamín y Mateo). De hecho, el relato Benjamín está empapado se ha convertido en el más escuchado.

Ver que este podcast, que lleva tanto trabajo producir, creció un montón este año, me infla un poquito el pecho. La audiencia aumentó un 67%, me escuchan en 10 países y está entre los favoritos de 87 fans. No me puedo quejar... y me inspira a seguir creando contenido. 

¡En 2024 vuelvo con más cuentos!


También tuve la suerte de recibir dos reconocimientos literarios. Primero, una mención de honor en el “Concurso Literario Internacional de Cuentos Horacio Quiroga 2023” por el relato Vendrán lluvias mejores (un cuento tortafrístico).

Por otra parte, mi tercera novela (que aún está huérfana de editorial) fue galardonada con el tercer premio en el concurso literario “El puerto edita 2023”, que organizó el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca. Quizás este empujón sirva para que mi obra finalmente encuentre un hogar.


De las adaptaciones a los libros

Este año me pasaron muchas cosas curiosas con la literatura. Una de ellas fue que experimenté una película y una obra de teatro y luego quedé tan manija que terminé encarando las obras literarias originales: Plástico Cruel, de José Sbarra, y La Uruguaya, de Pedro Mairal.

Originalmente publicada en 1992, Plástico cruel es una novela corta que narra las desventuras del adolescente sexópata Axel y su relación amorosa con dos mujeres: Bombón -poeta y travesti- y Linda Morris, una chica que busca rebelarse contra su autoritaria familia.

La obra se va articulando a partir de varias voces y diálogos. Parece hasta pensada para el teatro, porque prácticamente no tenemos descripciones de lugares o personajes como sí suele haber en la novela tradicional.

Me copé con este libro luego de ver la adaptación teatral que prepararon Mauro Oteiza y su Laboratorio Escénico. La obra -llamada Fragmento cruel- es una reinvención de la historia original, incorporando mucho cuerpo a la mezcla, algo de danza artística, varios actores en escena y algunas modificaciones llamativas que le agregan contexto al texto original.

Plástico cruel tiene una prosa verdaderamente envidiable. Su estilo fragmentado te permite ir devorando uno tras otro sin parar, hasta llegar al trágico e inevitable final. Ojalá la vida me conecte con más literatura de Sbarra en un futuro cercano.


Por otro lado, este año estrenó en cines (y luego en Star+) la adaptación cinematográfica de La Uruguaya. Hacía mucho tiempo que una producción argentina no me interpelaba tanto. No sólo creo que es una muy buena película en sí misma, sino que además contó con una génesis súper particular que la destaca por sobre el montón. Automáticamente al terminar de ver la película, encaré el material original.

La novela es cortita y se puede leer, prácticamente, de un tirón. Son 11 capítulos que te llevarán un par de horas, no mucho más. Yo me la devoré en dos días.

Para alguien como yo (escritor frustrado, padre de dos hijos) me fue imposible no sentirme identificado con ese tipo tan patético –en su crisis de la mediana edad– con un niño de 5 años que lo ama pero que le complica la existencia, que hace que deba postergar todo lo demás.

En el fondo son white male problems, eso es cierto. Pero esto no la hace menos realista. Su enseñanza más interesante es esto de cómo uno idealiza a otras personas que hace tiempo que no ve (o que vio una vez en un viaje, en una situación muy particular). Nos creamos a un ser idealizado, imposible, que pocas veces se asemeja a la realidad.


La anti-recomendación del año: Kafka en la Orilla

Kafka en la orilla es una extensa novela publicada en 2002. Se caracteriza por presentar dos tramas distintas que, eventualmente, terminan entrelazadas. Se asemeja a experimentar una obra de Lynch (David, no Valeria) donde cada pieza parece formar parte de un rompecabezas distinto y no sabés bien dónde encaja. Me parece que la mitad de la diversión es dejarte llevar por esa locura y abrazarla.

Dicho esto, no me terminé de enganchar con el libro y creo que es de lo más flojito de Murakami. Lo que me ocurrió con Kafka en la orilla es que sentí que una parte de la historia es muy superior a la otra. La odisea edípica de Kafka Tamura y todas sus aventuras con Oshima, la señora Saeki y Sakura me parecieron fascinantes. En cambio, el otro costado de este libro es mucho menos atractivo.

Vale mencionar que no deja de ser una historia súper simbólica y llena de la deliciosa extrañeza del autor. Hay buenas ideas sobre la pérdida y valor de los recuerdos que la novela trata hasta cierto punto.


Los primeros dos tercios del libro son efectivos porque estamos ante una historia impredecible, divertida, ingeniosa y colorida. Sin embargo, las últimas doscientas páginas fueron una lectura terriblemente lenta y tediosa, especialmente en las secciones de Nakata. Lo que terminé sacando de la novela no creo que valga tantas páginas.

 

Memorias impuras: el Game of Thrones argentino

¡Librazo de Liliana Bodoc! La novela tiene de todo: mucha intriga política, algo de magia (muy sutil), grandes personajes que cambian de bandos y giros inesperados en cada página. Amé a personajes como el odiable consejero Cayo Catarina u otros que terminás queriendo, como la alcahueta Cusi (que pronto se convirtió en una de mis heroínas favoritas).

Otra cosa que disfruté un montón de Memorias impuras es que las distancias y la falta de tecnología son parte fundamental de la trama, como ocurría hábilmente en las primeras y mejores temporadas de Game of Thrones. Hay situaciones muy copadas donde estas cuestiones se convierten en dispositivos narrativos para generar tensión y suspenso.

En el texto hay un trabajo inmenso con el lenguaje. Realmente está deliciosamente escrito. También encontramos varios recursos narrativos magistrales y mucha poesía en prosa. De algún modo, todo funciona como una suerte de thriller histórico que toma los mejores elementos de magia, misticismo y política que tienen las más renombradas sagas de fantasía épica.


Con Memorias impuras, Liliana Bodoc nos transporta a un mundo increíblemente entramado. Sus personajes parecen reales de lo bien que están construidos. La obra es muy rica en metáforas y en imágenes simbólicas que nos sumergen en sueños. Escribir fantasía épica a partir de raíces latinoamericanas es todavía algo nuevo todavía. Y, en este terreno, Bodoc es la referente absoluta.

 

Downey y Schweblin: dos antologías de cuentos

Pájaros en la boca me voló la tapa del cerebro. Son relatos que se adentran en el terreno de lo extraño, lo surrealista e incluso lo sobrenatural. Las historias de Schweblin son rarísimas. Parece que falta mitad del cuento. A veces empiezan en cualquier parte y terminan de formas insólitas. Y, sin embargo, todos sus relatos son hipnóticos.

Éste fue uno de los libros que me acompañó durante mi viaje de mochilero por San Luis. Más allá del entorno surrealista e impreciso, la autora crea personajes muy identificables solo para destruirlos empujándolos más allá de las fronteras de la humanidad. Los personajes de estas historias se vuelven extraños e inhumanos, haciendo que estas historias se sientan más cercanas al terror psicológico.

Encontré la mayoría de estos cuentos tan refrescantes como desconcertantes. En varias ocasiones me pasó de terminar alguno de ellos y quedarme mirando un rato al vacío, pensando. Me hicieron trabajar la mente, me interpelaron en más de una forma. En definitiva, una lectura muy copada que invita a la reflexión.


La otra gran recomendación es el libro de cuentos de Tomas Downey, Flores que se abren de noche. Son cuatro brillantes relatos que coquetean con lo fantástico y pertenecen, más acertadamente, al género weird.

Si bien todos son muy buenos, amé el tercer relato (“La paciencia”), que es el que más se acerca al género del terror. En un mundo en el que existe un proceso médico súper burocrático para volver a la vida a familiares muertos, una mujer (Carolina) se plantea revivir a su hijo que falleció en un accidente.

Downey es un escritor de puta madre. Y puedo darme cuenta de ello porque sus cuentos me generan una envidia sana. Cada vez que terminaba uno pensaba dos cosas: 1) ¡Qué bien que estuvo! y 2) ¡Me habría gustado escribirlo yo!

Lo que más destaco de esta antología es la sutileza con la que se construye el universo de cada relato. Las tramas tienen premisas súper creativas y, al mismo tiempo, están ejecutadas con ingenio, técnica y destreza.

Cada relato/episodio finaliza justo cuando está poniendo increíble, dejándote con ganas de mucho más, pero simultáneamente brindando un cierre satisfactorio al arco de cada personaje. Es todo muy redondito en ese sentido.

Hay mucho sexo. Sexo sin tabúes, desaforado, carnal, muchas veces descomprometido. Otras veces polémico. A excepción quizás del cuento del Hombrecito (que igualmente tiene sus momentos picantes) todos los relatos están atravesados por un libertinaje sexual bastante posmoderno.

 

Tecnología y fantasía: dos lecturas recomendadas

Cierro con unos textos que no tienen absolutamente nada que ver uno con el otro. Arranquemos por Literatura y Tecnología, de Cecilia Bona (quien este año la ROMPIÓ con su canal Por qué leer).

No se trata de una obra de ficción, sino de un manual para el lector activo. En esta guía para profundizar sobre la forma en la que la literatura y las redes sociales se conectan, la autora aborda varios temas con mucha claridad.

Se explican conceptos básicos con un lenguaje sencillo, podemos acceder a entrevistas de varios creadores de contenido y también encontramos material sobre temas como: la narrativa en Internet, tendencias y tecnología a nuestro servicio. Lo más jugoso es la enorme cantidad de herramientas para docentes que podemos encontrar.


Es una buena manera de entrarle a un tema que no es una moda pasajera, sino un cambio de paradigma social directamente. Son 200 páginas muy fáciles de leer que nos invitan a repensar el triángulo mágico entre aprendizaje, literatura y tecnología.

También encaré El viento por la cerradura, un cierre tan poderoso como emocional para la saga de La Torre Oscura. En el año 2012, ocho años luego de finalizar la historia, Stephen King sintió la necesidad de volver a Roland y su Ka-Tet. El viento por la cerradura es una fascinante novela intermedia que ocurre en el último momento feliz del grupo, antes de que todo empiece a irse al demonio.

Es una de las “historias cortas” que desarrollan los mundos y personajes de la Torre Oscura. Se trata de una novela bastante ligera (para los estándares de King) que demuestra que el escritor es capaz de llegar al punto mucho más rápido, sin dejar de desarrollar un mundo completo.

Aunque nada agrega demasiado a los eventos de La Torre Oscura, es una muy buena adición que profundiza en la fascinante mitología y el mundo que rodea a Roland Deschain. Súper recomendado.


Todos los Batman, un Batman

Y no puedo terminar la nota de mejores lecturas en 2023 sin confiarles una novela gráfica de BATMAN. Entre lo más destacado del año, leí Flashpoint Beyond. Se trata de una secuela de Flash: Flashpoint, la emblemática historia escrita por el mismo Johns en 2011 (y que dio origen al New 52).

Flashpoint Beyond ya no es una historia sobre Flash, sino sobre el Batman de Thomas Wayne. Para peor, esta versión de la línea temporal de Flashpoint es todavía más cruel: la guerra entre los Atlantes y Amazonas ha terminado con Atlantis ganando y el mundo parece estar en el camino de una invasión kryptoniana.

Esta nueva miniserie sirve como una continuación directa de la original, recogiendo los pedazos de una realidad destrozada donde la brutalidad y la crueldad están por encima de la compasión y el idealismo virtuoso.

 


Bonus track: mis pendientes para 2024

Para este 2024 ya tengo agendados varios textos para encarar. Me debo Sisters of Elluria, una novela gráfica que expande un poco más el universo de la Torre Oscura. En mi e-book tengo montado una tremenda antología de Stephen King que ya comencé (El umbral de la noche).

Mientras tanto, en físico, actualmente estoy leyendo un libro de ensayos sobre el autismo, la sociedad y cómo se tipifica la neurodivergencia. Es fascinante por la forma en la que está narrado. Me esperan un librito de César Aira (¡que me regaló Papá Noel en 2022!) y otro de Hernán Casciari que me regaló mi hermano Tomás en estos días también.

Próximamente: ¡el post definitivo de las mejores películas de 2023!

 

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=>> Otros POSTS SOBRE LITERATURA en el blog: “Literatura y tecnología, un libro de Cecilia Bona”; “El viento por la cerradura y el final de la Torre Oscura”; “Flores que se abren de noche, de Tomas Downey”; “Análisis de la antología Pájaros en la boca”; “Memorias impuras: el Game of Thrones argentino”; “La Uruguaya, una novela de Pedro Mairal”; “Plástico Cruel, la obra de José Sbarra”, “Kafka en la orilla y la tragedia griega”. <<==

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1 comentario:

  1. Bodoc siempre es una lectura atractiva.
    Los otros libros mencionados no los leí, así que de momento no puedo opinar.

    Saludos,
    J.

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