David Cronenberg estaba en su punto más alto cuando
sacó Naked Lunch (“El almuerzo desnudo”) en 1991, una
película basada en la obra homónima de William
S. Burroughs pero que, en realidad, tiene muy poco material del libro. En
efecto, una adaptación literal no sólo habría sido imposible, sino además
prohibida en todos los países del mundo.
En su lugar, Cronenberg
creó una suerte de biopic sobre la vida de Burroughs y su extenuante labor
–bajo un uso abusivo de las drogas– para escribir la que es considerada su
mejor obra y una de las más importantes de la literatura norteamericana.
El
resultado fue una película absolutamente extraña (de las más raras que vi en mi
vida) repleta de espionaje surrealista, máquinas de escribir parlantes con
forma de insectos, escenas de sexo bizarras y situaciones completamente
lisérgicas.
En serio: es muy extraña.
=>> En esta nota voy a intentar desenredar un
poco la historia. Como siempre digo: SPOILER ALERT. Se revelan detalles fundamentales
de la trama. La película está realmente muy buena, así que vale la pena verla
antes de arruinarse los pequeños detalles que presenta.
***
"Nothing
is true, everything is permitted"
¿Quién fue William S. Burroughs?
Burroughs fue uno de los grandes innovadores
literarios del siglo XX y uno de los miembros fundadores de la generación Beat en los Estados Unidos. Era abiertamente
bisexual y adicto a las drogas, algo por lo que nunca se disculpó y que incluso
impulsó su estilo de escritura. Sus libros contienen muestras muy gráficas de
abuso de drogas y sodomía, temáticas que todavía hoy son shockeantes. Sin embargo,
su prosa siempre fue muy inspirada y original.
Naked Lunch
es probablemente su obra más famosa, y célebre por terminar con la censura en
Norteamérica.
Se trata de un libro sin coherencia narrativa que cuenta con una
serie de “rutinas” (como él las llamaba), garabatos donde el autor parodia
aspectos de la sociedad, satiriza diferentes temáticas, y presenta –de forma
desordenada- a un adicto (William Lee)
quien toma una serie de identidades en un viaje desde EEUU a México, pasando por zonas imaginarias (“Interzonas”). Las “viñetas” estás apenas
conectadas entre sí y, básicamente, pueden leerse en cualquier orden (¡porque no
tienen ningún tipo de sentido!).
El título (Naked Lunch) fue sugerido por un amigo
de él (y también fundador de la generación Beat) Jack Kerouac. Hace referencia a un momento frío, helado, en cual
todos pueden ver lo que hay en la punta de sus tenedores. Esto es
importantísimo para entender los fundamentos de este movimiento literario, pero
de eso hablaremos más adelante.
Hay algo más que es necesario entender de Burroughs
para poder comprender mejor la película de David
Cronenberg: el accidental asesinato de su esposa.
Joan Vollmer
también era escritora y formó parte de la generación Beat y del movimiento
feminista. Estuvo casada con Jack Kerouac (el mejor amigo de Burroughs), y
luego se casó con este último. En 1951,
mientras Burroughs estaba borracho, y en un intento de jugar al juego de
William Tell (Guillermo Tell, en Latinoamérica), le disparó a Joan directamente
en la sien.
Si bien no está claro que haya sido exactamente así
(y en la cultura popular hay muchas teorías sobre lo que realmente ocurrió esa
noche) el hecho trastornó tanto a Burroughs que lo terminó induciendo a
escribir Naked Lunch; él mismo llegó
a admitir que no podría haberse consagrado como escritor sin la muerte de su
esposa.
¿Qué fue la “generación Beat”?
Burroughs formó parte de la generación Beat, que
afloró en EE.UU en la década del ´50. Además de ser un movimiento literario,
terminó por convertirse en fenómeno cultural. Rechazaban los valores
estadounidenses preestablecidos, y estaban a favor de la libertad sexual y el
uso de las drogas. Fueron los hippies antes de la aparición del movimiento
hippie en los años ´60 y ´70.
La premisa literaria de la generación Beat era “matá a tus seres queridos”. Si bien en el caso de Burroughs y el asesinato de su esposa Joan, esto fue literal, en realidad debía entenderse simbólicamente como la necesidad de “dejar todo lo que uno ama para poder escribir sin ataduras”. Las obras más importantes y fundamentales del movimiento son “On the Road” (Jack Kerouac, 1957), “Naked Lunch” (William S. Burroughs, 1959) y “Howl” (Allen Ginsberg, 1956).
La influencia cultural que tuvo este grupo fue
inmensa. Bob Dylan y Jim Morrison se mostraron adeptos a
estas ideas, y el mismo Alan Moore
confesó ser un amante de la literatura de Burroughs. Indirectamente también
fueron catalizadores de los movimientos de liberación de las mujeres, de los
negros y de los homosexuales.
Hay una muy buena película del 2013 (“Kill your Darlings”)
que cuenta cómo nació esta generación. La película combina eficientemente las
bases revolucionarias de estos autores con el thriller de misterio, lo que hace
que enganche desde el primer minuto.
Quien sobresale en “Kill your Darlings” es Dane
DeHann (el protagonista de la genial “Chronicle”)
como Lucien Carr. Toda la historia,
de hecho, gira en torno a él. Seduce a todos los que entran en contacto con su
persona y es la fuerza que empuja toda la trama. Me encantó la oscura
intensidad que brota de su actuación.
Un dato importante es que la película es muy
jugada, tratando sin censura los métodos de abuso de drogas y prácticas
sexuales que estos escritores llevaban a cabo para crear sus textos. Hay
algunas escenas muy fuertes (de nuevo, muy jugadas) que me parecieron
fascinantes porque es algo que no se suele mostrar en el cine Hollywoodense.
La trama de “Naked Lunch”
Ahora sí. Fue necesaria esa extensa introducción
antes de poder abordar la compleja película de Cronenberg. La cinta nos
presenta a William Lee, el avatar de
Burroughs, protagonizado por un soberbio Peter
Weller (a quien todos recordamos de RoboCop).
William es un escritor frustrado y trabaja como
exterminador de insectos. En las primeras escenas nos enteramos de que alguien
está robando su polvo para matar bichos, y en seguida descubrimos que es su esposa,
quien lo usa como una droga (inyectándoselo en los pechos). Luego de que mata a
su esposa, William escapa a la Interzona, donde se ve enredado en una extraña
historia de espionaje.
Como la novela original era prácticamente inadaptable,
Cronemberg decidió tomar sólo algunas ideas de la obra y utilizar extractos de
la vida real de Burroughs. Así, la
película nos muestra el proceso bajo el cual el autor terminó por escribir su texto
más famoso. El mismo Burroughs confesó no recordar exactamente en qué momento
había escrito Naked Lunch (así de
drogado estaba) y esto se muestra, de alguna forma, en la película.
Un viaje hacia el inconsciente
Es fuertemente implicado que nada de lo que vive
Burroughs dentro de lo Interzona (y, por momentos, afuera) es real. El alucina
sobre insectos gigantes que le piden que mate a su esposa, y los fantásticos
giros argumentales no tienen sentido a menos que uno esté desquiciado. Sobre el
final, inclusive, se expone que los eventos que él visualiza son cosas que
estaba escribiendo en papel (y terminarían formando parte de la novela Naked Lunch).
Algo muy loco es que William Lee parece no tener
recuerdo de haber redactado el manuscrito (algo que también le sucedió a
Burroughs en la vida real).
Es muy conveniente que el protagonista fuera un
exterminador de insectos y que su lema sea: "exterminate all rational thought". Al igual que el movimiento
surrealista, Burroughs (como autor)
creía que era preciso eliminar todo el pensamiento lógico y racional para dejarse
escribir sin prejuicios, sin ligaduras, sin preocupaciones por el “qué dirán”,
para adentrarse en las profundidades de la consciencia y encontrar la verdadera
inspiración.
El viaje de Lee a la Interzona es, en realidad, un
recorrido hacia su inconsciente, y una excusa para que él mismo se afrente y
acepte abiertamente su homosexualidad (más de eso en la próxima sección). La
película también nos muestra las grandes dificultades por las que pasa un
escritor al querer escribir, los bloqueos que uno sufre (en la historia, Lee no
puede terminar de escribir sus “reportes”), el terror de la página en blanco.
Las máquinas de escribir se convierten en criaturas
grotescas con órganos sexuales, que disfrutan que las “tipeen”, se excitan y
hablan sucio. El acto de creación es también así de íntimo, y los escritores
que más logran conectarse con sus escritos sienten esa experiencia sensual al
escribir.
Una historia de dobles
En Naked
Lunch todos tienen su natural opuesto. El caso más notorio es el de Joan
(la actriz Julie Davis) que es
físicamente idéntica en la realidad (la esposa de William) y en la Interzona (la
esposa de Tom Frost, encarnado por el actor Ian Holm). También los dos policías al principio de la película
vuelven a aparecer sobre el final, como personajes diferentes, en la guardia de
la frontera. Los actores que hacen las voces de los bichos (que, de hecho,
suenan muy parecidos al autor Burroughs) tienen pequeños roles como colegas
exterminadores.
Esta dualidad enfatiza aún más el hecho de que la
Interzona no es un lugar real, sino que se encuentra en la (drogada) mente de
William Lee. La aparición de todos estos doppelgangers
me recordó a películas como Enemy y obras
como la novela de Adolfo Bioy Casares:
“Dormir al Sol” (que
ya reseñé en el blog).
William Lee también mata dos veces a su esposa, es
poseedor de dos máquinas de escribir (Clark
Nova, originalmente, y luego la Martinelli
de Tom Frost) y es –básicamente– dos personas diferentes: la que vive la trama
de espionaje en la Interzona, y la que (en la vida real) está escribiendo la
historia bajo los efectos de la droga.
La homosexualidad en Naked Lunch
Ser un “agente encubierto” no sólo significa tener
múltiples identidades, es también un juego meramente elaborado para esconder la
sexualidad. Sin ir más lejos, Clark Nova,
la máquina de escribir de William, le dice que ser gay es la mejor cobertura
que un espía podría tener.
A lo largo de la cinta, el protagonista se muestra
sexualmente ambivalente. No le importa encontrar a su mujer enfiestándose con
sus amigos, tiene ocasionalmente relaciones con hombres y se siente tan a gusto
con una mujer como con un hombre o con un… insecto repugnante. Parece estar
batallando contra su propia sexualidad, y gran parte de sus alucinaciones son
su represión sexual intentando salir.
Una de las escenas más fuertes es la que presenta
al personaje de Yves Cloquet, quien
inicialmente se muestra impresionado con el atractivo joven al que William Lee
pudo atraer (Kiki). Más tarde,
William encuentra a Cloquet dentro de una jaula, convertido en un ciempiés
gigante y en el procesos de violar a Kiki hasta la muerte. Es posible que esta
tremenda alucinación visualice los prejuicios y la homofobia interna en el
protagonista. Para él, el acto homosexual es salvaje, grotesco, excéntrico y
hasta mortal.
Hay otras célebres escenas que hacen referencia a
la homosexualidad latente y escondida del protagonista (e, indirectamente, de
Burroughs). Una de ellas es la historia
del “culo parlante”. Una suerte de parábola que William Lee cuenta sobre un ano
que ganó la capacidad de hablar y comenzó a tomar control del cuerpo de la persona.
Esta anécdota puede entenderse también como una metáfora sobre la escritura. El
video del análisis de la película que adjunto al final de la nota lo explica
con muchísima claridad.
El “toque
Cronenberg”
David Cronenberg se hizo famoso por el uso de lo
grotesco, de los insectos y del body
horror. Cintas como “ExistenZ” (1999), “The Fly” (1986), “Naked Lunch” (1991) o “Scanners” (1981)
exploran el miedo humano ante las infecciones y las transformaciones físicas.
Todas tienen en común el elemento tóxico, lo lisérgico, y lo difuso entre lo
orgánico y lo mecánico (ExistenZ,
especialmente).
Hoy en día, Cronenberg se distanció muchísimo del
cine que lo hizo más famoso. Cambió la sangre y los bichos repugnantes por producciones
más ácidas y ancladas en la realidad. Su última película (“Map to the Stars”, 2014)
es un recorrido directo hacia el lado más oscuro de Hollywood: con familias
disfuncionales persiguiendo la celebridad y personas escapando de los fantasmas
de su pasado. Sin embargo, la sexualidad y la enfermedad siguen siendo temas
muy presentes en las historias del director canadiense.
En Map to the
Stars, por ejemplo, se ven cuestiones muy fuertes como el abuso de drogas,
el incesto, las alucinaciones, cómo se van pudriendo las jóvenes promesas
actorales, el vivir en la sombra de grandes actores en la familia, la envidia,
la falsa amistad, etc.
Naked Lunch
es, innegablemente, una película con el estilo de Cronenberg. Temáticamente, por un lado, pero en la cuestión visual
también. La historia es una gran fantasía de violación homosexual vestida con
una prosa lírica, pero la película tiene el acierto de ser mucho más directa y
comprensible. Si bien la cinta tiene varias de las “rutinas” que Burroughs incorporó
en su novela, la trama es manejable, entendible. No llega a niveles lyncheanos
donde cada elemento parece ser un símbolo para un montón de cosas diferentes.
Hay mucho, muchísimo, más para comentar de la
película. Por ejemplo, la escena donde Ian
Holm dice algo, pero sus labios dicen otra cosa, no sólo es maravillosa,
sino que además revela mucho sobre la Interzona. Pero es mejor descubrirlo todo
por uno mismo.
Estos cinco elementos –sexo, escritura, culpa,
paranoia e intoxicación– forman las paredes sobre las cuales se construye la
trama de Naked Lunch. Lo que hay que
entender es que es una historia simple contada a través de una bruma lisérgica
de constante intoxicación y paranoia. Los incidentes y la enredada trama en la
Interzona son virtualmente arbitrarios, y sólo nos importan para comprender el
estado de culpa, confusión y tormento de William
Lee.
Naked Lunch: PELICULÓN. ¡Hasta la próxima!
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POSDATA (2): También los
invito a profundizar más el análisis con este ensayo de la película
que está disponible en Youtube. Analiza varias escenas clave de la
película.
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simbolismo escondido de Eyes Wide Shut”.
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Uh, es un libro que quiero leer desde hace rato.
ResponderEliminarHasta que no lo haga no veo el film, y hasta que no haga esto último no leo este post completo.
Me verás volver por aquí
Abrazo!
Te estaremos esperando con aceitunas.
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