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miércoles, 2 de septiembre de 2015

“Con el espíritu inquieto”: un uruguayo viviendo en Irlanda


No es la primera vez que me contactan autores para reseñar una obra en el blog. La última vez fue con Guido Barsi y su cómic de ciencia ficción “Ahogo” (del que hablé en este post). Otras veces recibí material pero le faltaba pulirse demasiado como para que me anime a dar una crítica constructiva. Otras tantas (tengo que admitirlo) leí obras que me enviaron y no me interesaron en lo más mínimo.

Por suerte, no me ocurrió lo mismo con esta obra de Juan Patrick (pseudónimo del uruguayo Juan Ignacio Pita). Más allá de que tiene algunas debilidades, principalmente desde los aspectos formales, pude sentirme muy identificado con esta obra / diario de viaje que relata las aventuras de un uruguayo residiendo en Dublín, Irlanda.

Yo durante el 2012 viví en Panamá y viaje por Centroamérica (en Viajeros.com están todos mis diarios de viaje) y en febrero de este año viajé un mes de mochilero por Europa (solapa "EUROPA 2015"). Por eso la historia de Juan me pegó tan fuerte. Él hizo lo que yo (y el mismo año) pero eligió quedarse, mientras que yo elegí volver. Sin embargo, ambos entendemos lo que es dejarlo todo para vivir en un país lejano.

El libro de Juan presenta pequeñas historias sobre viajes y el día a día de su primer año solo en el exterior. Me hizo llegar una copia y la devoré en una semanita. La verdad es que es muy llevadero y retrata a la perfección la nostalgia y el distanciamiento que siente uno al tomar la decisión de irse lejos de su hogar y familia.

Su historia es fascinante. Originariamente de Montevideo, en el 2012 se fue a vivir a Irlanda para aprender inglés, investigar sobre sus raíces europeas y salir de su zona de incómodo confort. Comenzó su blog (http://juanpatrick7.blogspot.com.ar/) y poco a poco esas entradas dieron forma al libro “Con el espíritu inquieto”, que distribuye electrónicamente por Amazon y en formato papel.


Luego de unos años, se puso de novio con una irlandesa y terminó yéndose a vivir a Hong Kong. Ambos volvieron a Europa, luego a Uruguay, y finalmente terminaron en Hungría, donde están planeando el casamiento.

Su libro solo comenta un pequeño fragmento de toda esta historia, con episodios de relativa autonomía donde se van vivenciando los preparativos para el viaje y sus primeros meses en el país irlandés. Hay parrafos muy íntimos y fascinantes, no especialmente por cómo estén escritos, sino por lo que Juan cuenta, por la experiencia de vida, por cómo se desnuda ante su público.

Eso sí: la mayoría de las historias son desaciertos, como una suerte de tragicomedia. Algunas de las anécdotas que narra son terriblemente desalentadoras (como cuando fue a Manchester y Liverpool por unos días). Pero siempre las adorna con mucho humor y una frescura alentadora. Al fin y al cabo, la vida es así: tenemos días buenos y días malos. El libro representa esto con mucha fidelidad.

El aspecto formal del texto literario es quizás (y lamentablemente) el punto más flojo. Al estilo le falta un afinado, hay un par de errores de ortografía, de gramática y acentos mal colocados. Lo charlé con él y me pareció una pena que no lo haya pasado por un corrector de estilo previo a su publicación.

Sin embargo –más allá de estos detalles– como obra de diario de viaje es muy satisfactoria y se deja leer con facilidad. Como una suerte de slice-of-life, el libro presenta el estilo de vida de un extranjero que se arremangó para trabajar en lo que fue necesario, que hizo amistades, tuvo peleas y ¡hasta conoció a fans de su blog! (épico el episodio donde se relata esta anécdota):

“Estaba en el centro, dando las últimas vueltas, cuando una mujer me paró y me dijo:
–Ese mate te vende.
–¿Sos uruguaya? –le pregunté sorprendido entre risas.
–Sí, pero vivo en Irlanda.
–¡Ah mirá, yo también!
–¿Vos no serás Juan Patrick, el que tiene un blog?
En ese momento se me transformó la cara, me asusté y empecé a pensar: “¿Quién sos?”, pero no la reconocía de mi lista de acreedores.
–Eh… sí –le contesté con miedo.
–¡Ah! Vos sos el que está más loco que una cabra.
–¿Y vos quién sos? –le pregunté muerto de la risa.
–Fefi.”

Eso sí: el final es abrupto. Y eso es porque Juan Patrick está planeando la continuación que, como indica en la última página, incluirá como conoció al amor de su vida, su euroviaje junto a su madre, el día que perdió 10.000 euros (¡ouch!) y su viaje a China, entre otras cosas.


COMO CIERRE DEL POST: les comparto esta entrevista virtual que tuve con él (le envié las preguntas y él las contesto). Es extensa pero, les aseguro, vale mucho la pena. A través de ella van a poder entrever la personalidad del autor, sus motivaciones para el viaje y algunas notas de color sobre la creación de “Con el espíritu inquieto”.

Sin más preámbulos, acá va:

***

Entrevista a Juan Patrick
(sobre su obra “Con el espíritu inquieto”)

1) Como para comenzar a conocerte un poquito más allá del libro. ¿De qué trabajabas en Uruguay cuando decidiste “dejarlo todo”? ¿Qué estudios tenés?

Mi último trabajo en Uruguay fue en una empresa de seguros, trabajaba en el call center aunque hacía tareas para otros tres departamentos. Me encanta y necesito estar en mucho al mismo tiempo; algunos dicen que menos es más, pero para mí siempre más ha sido más.

Al mes de haber terminado un Bachillerato Tecnológico en Administración de Empresas, empecé a trabajar en el Banco de Previsión Social de Uruguay. Me renovaron la pasantía por rendimiento, pero luego de dos años no hubo más extensión. De ahí me fui a una fábrica a guardar medias en estanterías, porque no conseguía otra cosa. Fue bravo pasar de calcular impuestos y asesorar contribuyentes, a guardar medias por color; las rojas en el segundo estante y las azules en el tercero. A los dos días me salió una oportunidad para trabajar como cadete en una financiera y trabajé ahí por poco más de un año, pero como había aprendido dactilografía y me sobraba la energía (con 20 años uno tiene cuerda para rato) me puse a buscar otra cosa y así fue que salió lo de los seguros. Siempre recuerdo que mi primer sueldo con 18 años fueron USD 120, 6 años más tarde estaba ganando casi mil dólares por mes.

2) En tu libro mencionás varias veces que viajar a Irlanda era para vos un “sueño”, pero sin brindar un motivo concreto. ¿De donde salió esa fascinanción por un lugar tan frío y remoto? ¿Qué te atraía de Dublín? En pocas palabras: ¿Por qué?

En realidad mi sueño era irme a vivir al exterior. De chico empecé a jugar al básquetbol y con 15 años me fui solo hasta una agencia que organizaba becas en EE.UU. para jóvenes que quisieran jugar al básquetbol y aprender inglés. No sé si esto fue porque siempre me gustaron los retos, porque sentía que era la única manera que podía tener de mejorar mi nivel (con los años me di cuenta que no tenía talento) o simplemente por cosas de adolescente, por no saber qué hacer de mi vida. Siempre he buscado alternativas poco convencionales cuando me siento inquieto.

Cuando fui a la entrevista me dijeron que les tenía que pagar contado USD 5.000 como seña por el trámite. Eso fue en 2002, en plena crisis uruguaya. 

En casa comíamos arroz todos los días porque la mano venía muy mal. Pero después de haber salido de esa entrevista me quedó la espina, algo me molestaba, no podía dejar que una barrera económica me quitara esta oportunidad y algo que me había llamado la atención pasó a ser mi único desafío a alcanzar.

Con los años (ya desalentado con la idea del básquetbol) averigüe que la mejor manera de pasar varios meses en el exterior era aprendiendo inglés y entre las opciones estaba Irlanda; por descarte elegí esta isla sin saber todo lo que significaría para mí a futuro.

3) ¿Como fue la preparación del viaje? Por las anécdotas que contás, parece más bien un viaje improvisado, espontáneo, casi hasta repentino. ¡Hasta fuiste sin saber inglés! ¿Planificaste algo de antemano? ¿Investigaste? ¿O te dejaste llevar por el momento?

Me preparé y no a la misma vez. Intenté averiguar algunas cosas de ante mano; los temas legales siempre son lo más importante, con eso no se juega; la seguridad es lo segundo, busqué información sobre los barrios de Dublín para saber dónde no meterme. Además, me escribí algo en un papel y lo pegué con cinta autoadhesiva. Sabía que en algún momento me iba a deprimir e iba a querer tirar todo por la borda, así que en mi mejor momento, antes de viajar, cuanto estaba feliz y lleno de energía, me hice una nota motivacional explicándome a mí mismo porque no podía renunciar y pegar la vuelta.


Con respecto al inglés fui durante 6 meses una vez por semana a un curso pensando que con eso me iba a arreglar, que llegaría con un nivel 5 si hiciéramos una escala de inglés del 1 al 10, pero a los pocos días de haber aterrizado en Dublín me di cuenta que estaba en un muy generoso 3.

Todo lo demás se dio como se dio, quería eso, que la vida me sorprendiera desde que me bajara del avión. Y así fue.

4) A pesar de que quisiste salir de tu Uruguay, de tu mundo, tus costumbres, en el relato parecés imperiosamente buscando la cercanía de argentinos, uruguayos y otros latinoamericanos con quienes compartir e intercambiar experiencias. ¿Creés que es imposible que uno se desarraigue completamente de sus raíces? ¿Qué te impulsó a buscar ese afecto local durante tus días en Irlanda?

Sé que se puede porque en este momento vivo en Hungría y no tengo casi contacto con ningún latinoamericano. Incluso en Hong Kong fue peor, porque ahí ni siquiera podía cruzar ni una palabra en el supermercado.

Pero en Irlanda fue diferente, cuando me fui de Uruguay yo vivía con mis padres y mi hermano, tenía mis amigos y actividades. Incluso en la calle tenía la costumbre (como creo que muchos tenemos) de cruzar alguna palabra con alguien, pero en Dublín fue todo diferente. Yo me fui y dejé celular, computadora y hasta la tarjeta de crédito, quería “desenchufarme” completamente. Incluso me fui a vivir solo porque quería aprender a ser completamente independiente; pero todo eso junto me pesó. Me sentí muy solo, cada vez que hablaba con algún amigo me decía “¡qué fenómeno que sos!, la debés estar pasando genial” y no, la pasaba mal, “porque vos querés” me dijo mi padre acertadamente una vez. Fue una mezcla de obligarme a poder, a sufrir para crecer, pero de tener a alguien cerca una vez cada tanto para no volverme loco.

Con el tiempo me he dado cuenta que uno no puede desarraigar del todo lo que uno es sino que se adapta, se acostumbra al lugar y combinando las viejas costumbres con las nuevas crea unas a medida.


Lo más complicado de vivir en el exterior no es extrañar mi país o mis cosas, sino que es la nostalgia por lo viejos momentos que se siente mucho más. Cuando uno se da cuenta que la angustia que siente es nostalgia por algo que nunca volverá a tener, el camino emocional es menos difícil.

5) Me llamó la atención que el libro contiene violencia, alcohol y “mal lenguaje” (por llamar de alguna manera al “cursing”), sin embargo no hay sexo (casi ni siquiera implicito) en la obra. Ponés en claro tu heterosexualidad desde el primer momento, mencionás encuentros y charlas con chicas, pero las anécdotas quedan “ahí”. ¿A qué se debe ese recorte abrupto? ¿Elegiste “dejar material afuera”? ¿Preferiste “no hablar de ciertos temas”?

Desde que comencé a escribir este diario de viaje hubo dos temas que preferí omitir: situaciones ilícitas y sexo.

El primer tema porque no fui más que un mero espectador, no me parecía que aportara a la experiencia y no me interesaba involucrar a terceros en algo que podría llegar a afectarlos públicamente. El tema sexo lo dejé implícito en determinados momentos de mis historias, pero hasta ahí nomás. Mis relatos se caracterizan por ser auténticos fracasos, intentos fallidos y una lucha constante por alcanzar metas en el exterior, pero muy pocas veces por mis logros y victorias. Contar con quién tuve sexo a viva voz y/o vanagloriarme por haberlo tenido, no forma parte de mí. 

6) Un poco de la mano de la pregunta anterior… por momentos parece que los relatos están empapados de una honestidad brutal, como si no te importara lo que un lector anónimo vaya a pensar de vos cuando lo lea. Y a veces se distingue un relato más cuidado, buscando no revelar quizás toda la historia o no herir susceptibilidades. ¿Lo sentiste así? ¿El libro cuenta solo una parte de las historias? ¿Qué tanto de tu vida personal y pensamientos más profundos sentís que volcaste en “Con el espíritu inquieto”?

Suelo ser una persona de honestidad bruta cómo lo mencionás, aunque también mido mucho mis comentarios. En esa necesidad de querer contar todo siempre de la manera más honesta posible, he creado un libro con historias que tienen comentarios muy directos y muy reservados.

Con el espíritu inquieto” son tres años de mi vida, me sentí muy solo en varios momentos y mi blog terminó siendo un confidente que no sabía guardar secretos. Por ese motivo fue que en la necesidad imperiosa por expresarme, por contar como me sentía y que pasaba en mi vida, me obligué varias veces a contenerme porque todo quedaba expuesto en Internet y muchas veces las cosas se mal interpretan al leerlas, más allá de la verdadera intención.

7) ¿Qué personalidad tiene la persona con "espíritu inquieto" frente a una que solo quiere salir de su casa 15 días al año para hacer turismo y volver?

Una vez conocí a un muchacho que mirándose la mano me dijo: “fijate en la medialuna de tu dedo índice, mirate la uña, observá todo el dedo, ahora la mano. La mano es el mundo y la medialuna es Montevideo, has vivido casi 20 años y conocido sólo un pedacito de toda esa enormidad que es el mundo”. 

Cuando me dijo eso me brillaron los ojos, lo recuerdo como si lo tuviese ahora mismo al lado mío señalándose la mano. Yo creo que tiene el espíritu inquieto todo aquel que necesita cambiar, que necesita mucho movimiento, que se aburre de tareas repetitivas (creo que ese es el motivo por el cuál comencé y nunca fui regular en 2 idiomas, casi 10 deportes, actuación, violín, una carrera universitaria y el motivo por el cual me cuesta establecerme en un país). 

Muchas veces me he cuestionado qué me pasa, por qué no puedo parar de pensar en irme a vivir a otro país, realmente no me gusta el turismo de 15 días, sino más bien el desafío de construir una vida, casa, trabajo, relaciones, rutinas y cuando lo tengo todo, dejarlo y comenzar de cero otra vez.

Respeto mucho a las personas perseverantes que pueden conseguir un título universitario luego de 5 o más años, permanecer en un trabajo por casi una vida o ir a entrenar todos los días. Yo no puedo, necesito el sabor de lo nuevo, del cambio constante, del miedo a lo desconocido, de enfrentar experiencias fuera de mi zona de confort.

8) En Irlanda hiciste de todo: levantar carteles en la calle, de extra en películas, en pizzerías, en cocinas, lavando copas. Dejar un laburo y ciertas comodidades en un país conocido para ir a lavar los pisos en el extranjero no es para cualquiera y muchos podrían llegar a rechazarlo. ¿Te molestó tener que rebuscártelas? ¿Creés que un extranjero en Irlanda tiene que arrancar de esa forma para ir ganando el derecho de piso?

Cada vez que pienso en todo lo que hice me sorprendo porque sigo considerando que podría haber intentado más, que había otros más buscas que yo. Lo único que me contrarió muchísimo fue no haber tenido la misma suerte que siempre tuve en mi país para conseguir trabajo, en Uruguay desde los 18 años hasta que me fui, estuve sólo 3 semanas sin trabajar y cambié 4 veces de trabajo.

Cuando llegué, como tenía más de 5000 euros ni se me pasó por la cabeza tener que aceptar un trabajo limpiando pisos o baños, pero cuando fue volverme o arrremangarme la camisa ni lo pensé. A tal punto “bajé la cabeza” que en mi segundo año en Irlanda, mi compañero lava platos, irlandés, en una discusión me dijo: “volvete para tu país, extranjero”. Esa es brava, cuando te hacen sentir que sos un intruso. Más de una vez pensé “dejé todo, mi familia, mis amigos, un trabajo cómodo, para que me basureen mientras lavo platos”, pero para un momento como ese me había escrito la nota antes de viajar.

9) Habiendo vivido todo esto ya: ¿qué consejo le darías a alguien que tiene ganas de hacer lo mismo que vos, pero que no se anima a dar ese “salto de fe”?

Muchas veces uno sueña con alcanzar objetivos o imitar logros de otras personas, porque al verlos desde afuera nos parecen más interesantes. Sin embargo lo más importante no es hacer lo que los demás hacen, lo que nos dicen que tenemos que hacer o lo que supuestamente deberíamos hacer, sino que no dejar de hacer lo que a futuro nos pueda generar la duda de saber cómo podría haber sido intentarlo.

Antes de viajar a Irlanda me imaginaba la experiencia de una manera completamente diferente a lo que fue, y hoy me alegro de haberlo hecho a pesar de que no lo disfruté como me lo había imaginado y no haberme quedado con una cuenta pendiente, porque hubiese sido horrible vivir con esa duda para toda la vida, ¿cómo habría sido vivir en Irlanda?

Lo primero es saber que queremos y necesitamos hacer, lo segundo, es simplemente intentarlo.

10) Por último, Juan. Con el final (abrupto, hay que decirlo) se deja entrever que se viene una segunda parte. Incluso comentás los “titulares” más importantes en la última página. ¿Cómo avanza eso? ¿Qué proyectos tenés para más adelante?

Exactamente, la intención es escribir una segunda parte con el desenlace de mi estadía en Irlanda y con todo lo que viví después, dando casi dos veces la vuelta al mundo en 15 meses en busca de un hogar.

En estos momentos me encuentro escribiendo una segunda guía para ir a vivir al exterior, la primera fue Moving to Hong Kong y ésta será Moving to Uruguay. Para el año que viene planeo escribir otras dos guías, Irlanda y Hungría, y un libro biográfico sobre mi bisabuelo, Jorge Hoffman, que peleó en la primera guerra mundial por Hungría, fue sospechoso de un ataque al emperador austrohúngaro, luego preso político, exiliado y tuvo una vida bastante complicada, triste e interesante a la misma vez.

11) ¿Algo más que quieras aprovechar a comentarnos?

Te quiero agradecer muchísimo por la entrevista (me encantaron las preguntas) y por tu buena onda. A todos tus lectores invitarlos a leer “Con el espíritu inquieto” y a que me contacten directamente (nachopita7@hotmail.com) para dejarme sus comentarios sobre el libro o por cualquier pregunta que me quieran hacer sobre vivir en el exterior.

Si al menos a una persona le robo una sonrisa y a otra la motivo a viajar, mi libro habrá cumplido con su cometido.

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¿Cómo contactar a Juan Patrick?

Su libro en Amazon: link acá.
  
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=>> Otros posts sobre VIAJES y LITERATURA VIAJERA en el blog: “Diario de viaje - [Europa 2015]”, “Un médico rural, de Franz Kafka”, “La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera”, “El adelantado Julio Verne”.

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6 comentarios:

  1. Gracias por compartir, me ha emocionado. Así parece que vale la pena Vivir la vida, con aciertos y sin sabores... sin dejar cosas pendientes! Eligiendo!! Que sigan las historias!! Un abrazo Marian

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  2. Creo que el mejor libro que estudié en mi vida (63) fue el Ulysses de James Joyce. Digo estudié y no leí, pues no hay manera de abordar ese libro sin un tutor. En realidad Joyce, que tenía un espíritu inquieto y crítico, odiaba a los irlandeses. No me interesó conocer Irlanda. Creeme que Ulysses es una obra maestra.
    Un saludo desde Montevideo, Ricardo, el ex - ingeniero.

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    1. Te juro que es uno de los que más tengo pendientes para leer. Espero poder encararlo el año que viene. ¡Saludos!

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  3. Increíble tu aventura. Es muy inspiradora a mi me encantaría viajar. Es el segundo sitio donde leo sobre Irlanda y veo lo hermoso que es.
    Me encantaron tus fotos, ¿las sacaste vos?

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