La trilogía Fundación, de Isaac Asimov, siempre fue una lectura pendiente en mi
vida. Este año finalmente encaré la primera novela, motivado por el reciente
estreno de la adaptación para Apple TV+. En esta nota, reseña del comienzo de
una de las sagas más emblemáticas de la ciencia ficción.
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Here comes a new challenger…
Cuando pensamos en ciencia ficción, en seguida nuestra mente gira hacia un género que involucra la tecnología, la ciencia, los viajes en el tiempo y el espacio interesestelar. Pero esto no siempre fue sí…
En lo que ahora se conoce como la era “Pulp” de la ciencia ficción, en un primer momento el sci-fi estaba representado por las aventuras de hombres varoniles que tienen conflictos de machos a través de la galaxia. Ya saben, Flash Gordon y ese estilo. Los protagonistas viajaban a planetas distantes, luchaban contra monstruos de ojos saltones y, por lo general, rescataban a una damisela en bikini en el camino.
Digamos que no era exactamente una alta cultura. Entonces Isaac Asimov y su editor, un tal John Campbell Jr., decidieron que iban a cambiar todo eso y reenfocar el género en la ciencia.
En 1941, Asimov y Campbell comenzaron a esbozar una nueva serie de historias. Imaginaron una colección de relatos centrados en el curso y desarrollo de toda la civilización, no solo en la heroicidad de un hombre abriéndose camino a través de la galaxia.
Así nació la Saga de la Fundación. Campbell publicó las historias individualmente en su “Astounding Fiction”, y finalmente fueron recopiladas y publicadas como novelas. La primera novela de la serie, Foundation (1951), comenzó con la historia de Hari Seldon.
Utilizando la ciencia ficticia de la Psicohistoria, Seldon predijo el colapso del Imperio Galáctico y una venidera Edad Oscura de 30.000 años. Sintiendo que 30.000 años eran unos 29.000 años too much, Seldon ideó un plan para reducir la inevitable era bárbara a apenas 1.000 años.
Para lograr esta tarea, planea crear una Fundación –refugio de ciencia y conocimiento– en el extremo olvidado de la galaxia, cerca de algunos planetas considerados “salvajes”.
El legado de Fundación
En el universo de Asimov, desaparecieron las pistolas de rayos y los monstruos devoradores de hombres de la ciencia ficción pulp.
En su lugar, aparecen protagonistas tranquilos y de pensamiento racional que persiguen medios políticos no violentos para poner fin al conflicto. En sustitución de las escenas de acción, tenemos largas escenas en las que la gente contempla temas profundos como la individualidad y el libre albedrío. Con la ciencia siempre en el centro del escenario.
¿Suena aburrido? A lo mejor un poco... Pero la apuesta dio sus frutos, porque Asimov se convirtió en una de las figuras más destacadas dentro del género de la ciencia ficción. Fundación generó dos secuelas y algunas precuelas también.
Esta trilogía original le haría ganar a Asimov un premio Hugo único en la vida a la “Mejor serie de todos los tiempos” en 1966. (Los Hugos, por cierto, son los Premios de la Academia del género de ciencia ficción. Así que, sí, big deal).
Asimov regresaría al universo de la Fundación para escribir cuatro libros más, lo que le valió aún más premios, elogios y amor en el camino. Definitivamente se hizo un lugar en la historia de la literatura y en los corazones de los fanáticos de la ciencia ficción en todas partes.
Pero, vamos, ¿qué me ha parecido el primer libro? Un embole, básicamente.
Estructura y argumento de Fundación
La obra se compone de cinco novelas cortas. Cuatro de ellas se fueron publicando con anterioridad en la Astounding Science Fiction entre 1942 y 1944. Luego llegó un quinto que funcionaba como primer capítulo (“Los psicohistoriadores”); fue escrito específicamente para la novela y sirve a modo de introducción.
Este primer libro ciertamente tiene algunos elementos interesantes (por ejemplo, el uso de la religión como herramienta de control de masas y el argumento implícito de que la religión no es más que un fraude), aunque en general no es una lectura demasiado amable.
Todo en Fundación es muy charlado. Abundan la política y los diálogos extensos en los que tenemos que leer entre líneas. Hay algunos momentos emocionantes (los primeros dos capítulos fueron mis favoritos en este aspecto) pero cuesta avanzar por el ritmo parsimonioso que mantiene. He leído otras cosas de Asimov que son mucho más llevaderas (como El fin de la eternidad, novela que amo).
Otro aspecto complicado es que cada uno de los cinco capítulos de la novela tiene a protagonistas y espacios temporales diferentes, por lo que es difícil conectar emocionalmente. La novela opera a una escala masiva, abarcando unos 200 años de historia de la humanidad. La saga entera se desarrolla a lo largo de 600 años.
Fundación es una novela más de ideas que de personajes, un dato que la vuelve todavía más inadaptable. De hecho, los pocos personajes que hay son hombres blancos y heterosexuales charlando largo y tendido sobre el destino del Imperio Galactico. Por eso no se me hizo extraño que la serie de Apple TV+ haya hecho tantos cambios para crear una narrativa un poco más “digestible” e inclusiva.
Más allá del remix de personajes, la mayoría de los cambios en los primeros episodios tienen que ver con inyectar acción en un libro que, realmente, no la tiene. En la novela, por ejemplo, Seldon nunca logró salir de Trantor, la sede del poder imperial. Después de revelarle a Gaal que se estaba muriendo, más tarde fue encontrado muerto, desplomado sobre su escritorio.
Palabras finales
Creo que Fundación es una gran historia, contada de una manera terriblemente aburrida. Tenía mucha expectativa por arranca esta saga y, lamentablemente, no me terminó de convencer del todo. Los primeros dos capítulos son los suficientemente atrapantes como para avanzar, pero a partir de ahí comencé a desentusiasmarse cada vez más.
Al menos en este primer libro de la saga, no hay mucho más que personajes unidimensionales involucrados en diversas negociaciones comerciales, transacciones políticas y planificación general. Los conceptos atractivos están presentes (religión como medio de control, psicohistoria), pero la narración de la historia deja mucho que desear.
El alcance de Fundación es enormemente imaginativo. La idea de crear un Imperio Galáctico nuevo y perfecto es atrapante. El tema está en cómo se va narrando ese progreso. Las escenas que no tenían a Hari Seldon se sentían un poco planas. Él es el pegamento que lo mantiene a todo unido.
Estructuralmente hablando, se trata esencialmente de cinco cuentos largos pegados uno atrás del otro. Están separados por décadas, al igual que los personajes. No hay rising action ni un verdadero climax. Se muestra el desarrollo de un imperio, pero siempre desde una gran distancia.
Al menos yo no encontré en Fundación ningún elemento humano o emociones involucradas. Por eso tampoco puedo darle mi máxima recomendación. Disfruté de la lectura por partes, me aburrí terriblemente en algunas secciones (especialmente sobre la mitad, que era un bodrio infumable). Pero sí soy consciente de lo que representó en el universo de la ciencia ficción.
Y, por eso mismo, probablemente también me debo ver cómo continúa la cuestión en la próxima novela.
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=>> Otros post sobre ASIMOV y CIENCIA FICCIÓN en el blog: “Anochecer, un relato de Isaac Asimov”; “Las tres Leyes de la Robótica de Asimov”; “Los tres tipos de ciencia ficción (según Asimov)”; “Reseña de El fin de la Eternidad”; “Las tres clases de futuro de Black Mirror”; “Las preguntas perforantes como técnicas narrativas”.
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En realidad creo que la serie se va a casar más en las 2 precuelas yen las 2 secuelas. Dónde si hay acción.
ResponderEliminar¡Hola, Vero! Datazo tiraste. Aún no leí el resto de la saga, pero seguramente las termine encarando en algún momento. =)
EliminarSoy un lector de la trilogía. Más dos novelas, como Más allá de la Fundación, Fundación y Tierra. Hay dos precuelas, Preludio a la Fundación, Hacia la Fundación, que tal vez sean lo mejor de la saga.
ResponderEliminarOpino que Salvor Hardin es un buen personaje, que cumple ser el destacado protagonista de las dos historias. Que logra entender algo de la Psucohistoria, para lograr el poder enfrentar a reinos separados del Imperio.
Las apariciones de Seldon renuevan el interés.
Luego la siguiente parte es la menos interesante.
Pero llega la historia de Hober Mallow, que tiene algo de personaje pulp. Que revela que la Fundación no es ideal, que tiene prejuicios hacia los Comerciantes Independientes, hacia el origen de Mallow.
Son interesantes sus intrigas en la Fundación y contra los enemigos de la Fundación. Aunque Asimov omite aspectos que podría haber sido interesantes. Y hay una mujer, pálida, fría, la hija de uno de los gobernadores del imperio, que podría haber tenido un desarrollo como personaje, promoviendo el ataque contra la Fundación.
La novela total, no excluye a las pistolas de rayo, también incluye a ese campo de fuerza.
Luego sigue Fundación e Imperio, en que la Fundación se enfrenta al Imperio. La psicohistoria tiene un papel decisivo. Y luego surge un conflicto inesperado, en que está involucrada Bayta Darell, uno de los más logrados personajes femeninos.
Buena reseña.
Saludos.
¡No esperaba menos del Demiurgo! Genial aporte de tu parte, se agradece. Tendré que seguir avanzando con el resto de las novelas.
EliminarSi.. de acuerdo.. Un clásico de la saifai, pero leerlo es como vaca en brazo..
ResponderEliminarHola Lupa!
ResponderEliminarEs una trilogía que me debo desde hace tiempo. Y aprovechando que estoy leyendo mucho a Ray Bradbury, podría seguir por ese sendero.
Abrazos crack!