Un amigo me recomendó esta novelita y me tenté a
leerla.
No, no, eso no es del todo correcto. Un amigo me
dijo: «empecé a leer Demian» y
yo me sentí muy idiota por no saber de qué catzo me estaba hablando. Así que la
wikipedié (exijo que sea un
término tan válido como “googlear”), me interesó y puse en pausa mi actual
novela de Murakami hasta que la terminé.
Reseña de "Demian", de Hermann Hesse
Se trata de una novelita muy cortita de 1919 que consta de ocho capítulos y
puede leerse en muy poco tiempo. Resulta también que es de Hermann Hesse, uno de
los escritores alemanes contemporáneos más importantes del siglo XX. Alguien que
tuvo una trayectoria literaria tan particular y prolífica que le valió el Premio
Nobel de Literatura en 1946.
La lectura fue en realidad doble (o hasta triple)
porque luego de terminar fue necesario investigar bastante sobre el autor y la
concepción de esta filosófica y compleja historia. Sólo así me terminaron de
cerrar algunas de las cosas que había leído.
Esta pretende ser una reseña sin spoilers pero uno
nunca sabe qué se considera spoilers ahora… así que sí: #SpoilerAlert.
***
«El
pájaro rompe el cascarón. El cascarón es el mundo. Quien quiera nacer, tiene
que
destruir
un mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El dios se llama Abraxas.»
Esta críptica frase, que funciona como uno de los leitmotivs de Demian, condensa bastante sus ideas fundamentales. Pero ya
llegaremos a eso.
***
La
concepción de “Demian”
Cuenta la historia que el título le llegó a Hesse entre
sueños, y fue el resultado directo de su psicoanálisis durante los años
1916 y 1917. Demian es como la poesía
en prosa de un viaje introspectivo. En su forma, puede ser clasificado bajo el
género de bildungsroman, una novela
de aprendizaje, de formación. Lo que los americanos conocen como “coming of age”,
el pasaje de la niñez a la adultez.
Lo cierto es que también es un poquito más. Porque
la infancia del protagonista, Emil
Sinclair, es bastante peculiar.
La novela combina el estilo tradicional del género
con un enfoque místico, casi surrealista. Se tocan conceptos del gnosticismo,
la psicología de Jung, el concepto del pensamiento mágico y el dios Abraxas, que representa la unión
sagrada entre lo divino y lo infernal, lo bueno y lo malo, la vida y la muerte.
La combinación de traumas psicológicos que sintió
Hesse por esa época (era repudiado por Alemania, murió su padre, se enfermaron
su mujer y su hijo) lo llevó a buscar la ayuda de un conocido del psicólogo Gustav Jung. Las extensísimas sesiones
de psicoanálisis generaron que reexaminara todo su sistema de valores y
creencias.
Como resultado, Hesse escribiría Demian,
reflejando todo aquel nuevo pensamiento y su progresivo interés por estudiar la
mente humana.
El fenómeno Hesse.
El autor escribió la novela en dos meses y la
publicó bajo el seudónimo de Emil Sinclair (quien también es el personaje principal).
Hesse no era muy querido en su país debido a una serie de artículos polémicos
que iban en contra de los ideales nacionalistas. De haber publicado con su nombre
real, la obra probablemente habría sido ignorada.
En cambio, el autor inexistente Emil Sinclair ganó el premio Fontante para nuevos escritores por esta
novela (un dinero que Hesse nunca pudo cobrar cuando se reveló como el
verdadero autor).
Demian:
estructura y sinopsis
La novela consta de ocho capítulos relativamente
cortos. Estructuralmente, se divide en tres grandes secciones, cada una de
ellas haciendo foco en un personaje “mentor” para el protagonista que funciona
como hilo conductor.
Durante los primeros tres episodios –primera sección–
seguimos la vida de un joven abrumado por los turbulentos cambios de la
adolescencia. Sinclair se debate entre dos mundos que él mismo define como "Mundo
de la Luz" (su familia, las reglas sociales, la educación católica) y el
"Mundo Oscuro" (el desorden, la desobediencia, las tentaciones, el
mundo real fuera de su hogar).
En mi opinión estos capítulos (Los dos mundos, Caín, El mal ladrón) son los más jugosos. Me
recordaron muchísimo a otra novela, esta vez de un argentino. “Como
me hice monja” es una lectura fascinante, de César Aira, que no tiene absolutamente nada que ver con un chico
descubriendo su travestismo y convirtiéndose en monja. La recomiendo
ampliamente si ya leyeron Demian y
les gustó.
La cuestión es que el protagonista y narrador comienza
por describir los mundos que han marcado su vida, los cuales se caracterizan
por ser sumamente divergentes. El mundo iluminado está conformado por su
ambiente familiar y la esfera del “bien”; por otro lado, tenemos el mundo
exterior, el mundo oscuro.
A partir de un altercado con el matón del colegio, Franz Kromer, Sinclair se ve arrastrado
hasta aquel mundo oscuro, donde tiene que empezar a mentir para evitar que
Kromer lo lastime o lo difame. Lo salva el estudiante Max Demian, quien toma la forma de amigo y, por sobre todo, de psicólogo
o gurú.
Demian lo tiene todo, y es lo que la filosofía de
Nietzsche denominaría übermensch, el
superhombre (para más información: “Nietzsche:
el filósofo del martillo”). Parece estar muy por encima de lo terrenal. Es
entrador, alto, fornido, tranquilo, con un poderoso atractivo, un magnetismo
que Sinclair no puede evitar.
Acá hay un hecho que me resultó curioso. La
fijación prácticamente homoerótica de Sinclair por Max Demian dan muestras de
un personaje alejado de los paradigmas clásicos de la primera mitad del siglo
XX, lo que entiendo habrá sido bastante revolucionario y polémico en su
momento.
En esta primera sección hay un paralelismo bastante
evidente con la Biblia, particularmente con los primeros libros, la expulsión
del Edén, el asesinato de Caín y la parábola de los ladrones. Sinclair se
siente fuera de su círculo familiar (el mundo luminoso) e ingresa en el mundo
exterior. El hecho de que esté pronto a comenzar la universidad, lejos de su
familia, acrecienta este sentimiento.
La segunda sección se inicia en el capítulo cuatro
(“Beatrice”) y concentra el periodo
de angustia y desesperación de Emil Sinclair por no encontrar su equilibrio. Debido
a su comportamiento errático en la escuela, sus padres deciden enviarlo fuera
de la ciudad, inscribiéndolo en un internado.
Si bien Demian sigue apareciendo ocasionalmente,
quien toma el rol de gurú ahora es Pistorius. un pianista de la iglesia con ideas esotéricas.
Es quien primero introduce al protagonista a la filosofía del dios Abraxas (si
bien luego la vida misma lleva a Sinclair a profundizar en sus teorías).
Un aspecto clave acá es que Sinclair comienza a
pintar (otro de los elementos biográficos de la novela) y, al crear un retrato
de la chica de la que se enamora, descubre que pintó a alguien diferente.
Alguien parecido a él mismo o a Max Demian. Alguien misterioso a quien no puede
identificar. Este hecho tendrá su resolución sobre el final.
El episodio cinco (“El pájaro rompe el cascarón”) es quizás el más importante por el
contenido teórico y espiritual que aporta. Cuando Emil envía una carta a Max Demian,
éste le responde con la frase que indiqué al principio de la nota.
El dios Abraxas sosteniendo, simultáneamente, a la luz y a la oscuridad
La tercera sección se compone de los últimos dos
episodios, el séptimo (“Frau Eva”) y
el octavo (“El principio del Fin”).
En mi opinión, acá la trama se vuelve demasiada ensimismada y se pierde un poco
el espíritu de aventura e infancia perdida que caracterizaba a los primeros
capítulos.
Quien toma el mando de ser una guía espiritual para
nuestro héroe es Eva, la madre de Demian.
Ella también resulta ser la persona que Sinclair retrató en su dibujo sin
saberlo.
Sinclair se enamora de Eva, aunque la relación de
los dos es más platónica y formadora. Eva le da algunas lecciones sobre la vida
y el amor mediante fábulas. Esto genera una especie de nueva luminosidad en él,
quien aprende a aceptar la vida como es y a sí mismo, con sus fallas y virtudes
Temáticas,
símbolos e inspiraciones
Uno de los temas más importantes de la novelita es
el concepto nietzchiano del bien. La gran lección de Sinclair a medida que
crece es aceptar que no está mal disfrutar de las cosas que provienen del “mundo
oscuro”.
Al estudiar a Abraxas, un dios que efectivamente
combina el bien y el mal en un todo, Sinclair termina rechazando la noción de
que estos conceptos sean necesariamente excluyentes.
Algo que me encanta del libro es cómo captura el
tormento que el protagonista siente, y cómo es constantemente tironeado por dos
fuerzas poderosas y de direcciones opuestas.
Romper el cascaron (que es, en realidad, el mundo)
es renacer. Y ese renacimiento implica destruir el mundo conocido, poner
en tela de juicio todo lo que creemos saber sobre nosotros mismos y los demás.
Volar hacia un dios llamado Abraxas implica volar hacia un mayor entendimiento de
la naturaleza que nos rodea.
"El pájaro rompe el cascarón..."
Ese crecer implica poder debatir los valores
impuestos. ¿Por qué Caín tiene que ser necesariamente el malo de la historia? ¿Por
qué uno de los ladrones al lado de la Cruz es el “bueno” y el otro el “malo”?
¿Por qué tiene que haber una única interpretación de los hechos?
En ese crecer encontramos el amor y la amistad,
amigos y mentores con un poco más de experiencia que nos guían hacia un
entendimiento esencial: que el bien y el mal conviven, coexisten.
Para todo ello, el psicoanálisis y el estudio de la
mente humana –dice Hesse a través de
sus personajes– es una herramienta fundamental para el desarrollo intelectual.
El autor expone que el auto-descubrimiento no puede
llegar estando sólo en una habitación meditando. Al contrario, llega gracias a
actividades que interactúan con el mundo externo, de la mano de relaciones
interpersonales.
En la novela, son las relaciones mentor-estudiante
las que elevan a Sinclair hacia otra escala intelectual, ampliando su
entendimiento del mundo. Lo es Demian a lo largo de toda la obra, lo son Pistorius
y Eva. Pero también aprende con el matón Franz Kromer y con Knauer, un joven a quien él mismo termina
enseñándole.
Palabras
finales
Creo que Demian:
historia de la juventud de Emil Sinclair se enmarca definitivamente entre
las novelas coming-of-age más esenciales, de la mano con El
guardián entre el centeno (inmortal obra), Las
aventuras de Tom Sawyer y La
borra del café, todas ficciones que han tenido su reseña en el blog.
Esta es la historia de un joven que ve más allá de
los algodones que envuelven a su entorno familiar, alcanzando al otro mundo que
lo rodea (un mundo tan aterrador como fascinante). Es, además, una obra de autoconocimiento
espiritual, donde lo místico se convierte en el eje que conduce a la trama, especialmente
a medida que nos acercamos al final.
Por sobre todo, es muy cortita. El hecho de que
revolotee entre lo esotérico y lo místico puede llegar a alejar a quienes
busquen una aventura más tradicional. En mi caso, creo que la primera mitad del
libro está más logrado que la última por eso mismo.
Novela especialmente recomendada para los
seguidores de historias bien psicológicas, y aquellos interesados en la
búsqueda del “Yo”. Tiene mucha filosofía, psicología, ataca con justa causa al
catolicismo y –por sobre todo– entretiene en el trayecto.
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médico rural, una antología de Franz Kafka”.
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Ahora que releí tu reseña recordé un poco el libro que leí hace 15 años (o tal vez un poco más).
ResponderEliminarMe gustó un poco más El Lobo Estepario.
Demian como Siddhartha (que lo leí hace pcoco), no me gustaron. Y concuerdo en algunas cosas con las que fuiste diciendo, pero concuerdo en gran parte con el punto de vista de Cortazar.
https://www.youtube.com/watch?v=0Gl1AvJuNMA
Tal vez es más interesante el video después de hablar de Hesse, que se pone a hablar de la literatura latinoamericana
Ah, Abraxas es un gran disco de Santana
Abrazo cráneo!
Me pasó algo similar cuando compartí la nota en las redes. Los lectores me compartieron ese mismo video de Cortázar (¡qué crack!) y resulta que todos habían leído "Demian" en su adolescencia. Yo llegué tarde... a menos que mi adolescencia esté ocurriendo a mis 30 años. O_o
Eliminar¡Abrazo!
Leí Demian y en su momento no me gustó porque honestamente no entendí de qué iba. Supongo que investigar el contexto de una obra para llegar a simpatizar con ella nunca está de más. Soy seguidora de tu blog desde hace tiempo pero hasta ahora me atrevo a comentar. ¡Gracias por tus palabras!
ResponderEliminar¡Buenas! Gracias a vos por dejar una pequeña marca en el blog. Qué lástima que no compartiste tu nombre. No es para todos Demian. Yo lo leí de grande, con lo cual muchas cosas uno las mira desde otra óptica. ¡Andá a saber qué habría pensado mi yo de 12-13 años!
EliminarEspero que sigas siguiendo el blog. =)