Los Elseworlds de DC se
hicieron famosos por brindar historias que respondían a la pregunta “¿Qué pasaría si…?” con un estilo
irresistible que Marvel nunca pudo igualar. Permiten ver a nuestros héroes
favoritos con perspectivas absolutamente diferentes, no sólo alterando pequeños
detalles, sino también modificando sus historias de origen, personalidad y ambientación.
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Dentro de estos universos alternativos, Superman: Red Son (2003) es considerado por muchos
como la mejor historia “Elseworlds” que alguna vez se haya
publicado, compartiendo siempre los primeros puestos con Kingdom Come (1996) y Justice League: The Nail (1988).
El actor Henry
Cavill citó a Red Son como uno de
los cuatro cómics de Superman que lo inspiraron para su personaje en Man of Steel (2013).
De hecho, Jimmy Olsen como un agente de la CIA
encubierto, las secuencias de sueños de Batman, Doomsday creado por Lex Luthor y Luthor mismo siendo el titiritero
detrás del conflicto entre Batman y Superman (todos elementos utilizados en Batman V Superman) fueron tomados de esta novela gráfica
La historia –que está buenísima– nos presenta a un
Clark criado en la Rusia Soviética en lugar de en los Estados Unidos.
Así, sus
ideales dejan de ser “la verdad, la justicia, y el estilo de vida americano”
para convertirse en “Stalin, el socialismo y la expansión internacional del Pacto
de Varsovia”. El resultado es un cómic muy ingenioso que, bajo la perspectiva
de la Guerra Fría, presenta una visión irónica del clásico superhéroe
americano.
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#SpoilerAlert: ya saben cómo son estas cosas. Se
revelan algunas partes fundamentales de la trama y bla, bla, bla. Eso sí: el desenlace me lo guardo porque es
demasiado inteligente como para arruinarlo.
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Todo es muy diferente en Red Son. En el invertido escenario global, EEUU es una nación económicamente en ruinas, y
el destino del capitalismo depende de un brillante pero inescrupuloso
científico de nombre… Lex Luthor, un
hombre con la ambición de convertirse en presidente y casado con una abandonada
mujer (Lois Lane).
El brutal y obsesivo Luthor tiene que detener la expansión del socialismo, que está creciendo rápidamente gracias a la presencia de Superman entre los rusos.
El brutal y obsesivo Luthor tiene que detener la expansión del socialismo, que está creciendo rápidamente gracias a la presencia de Superman entre los rusos.
Es indudable que Mark Millar fue muy influenciado por la obra maestra de Alan Moore (“Watchmen”,
que ya reseñé en el blog), particularmente en el tono de la historia, las
temáticas que profundiza y la forma en que la presencia de un superhéroe que es
casi un Dios (Dr. Manhattan por un
lado, y Superman por otro) altera completamente el mundo en el que vivimos.
Lo genial de esta novela gráfica es que ni Lex ni
Clark son 100% héroes o villanos. Ambos tienen, dentro de todo, buenas
intenciones (el bien de su propio país) pero son tan moralmente ambiguos que se
hace difícil apoyar incondicionalmente a uno o a otro.
El hecho de que Superman sea ruso no es el verdadero cambio significativo, sino
meramenta una distracción. Lo cierto es que este Hombre de Acero tiene paradigmas
muy distintos: las personas son “cosas” que deben ser reparadas, y no gente que
necesita ayuda y asistencia.
A lo largo de la historia, que tiene lugar durante
un gran periodo de tiempo, vemos la insistente batalla entre uno y otro, a
veces de forma física y a veces a través de tretas y juegos mentales.
También aparecen todos nuestros personajes de DC favoritos, pero completamente alterados. Batman, por ejemplo, es un terrorista independiente de la rebelión rusa (y muere de la mano de Superman… ¡ups!). Pete Ross (el mejor amigo de la infancia de Clark) es Pyotr Roslov, jefe de la KGB (y también el hijo ilegítimo de Stalin). Lana Lang es Lana Lazarenko (aunque apenas tiene breves cameos) y la Mujer Maravilla es, aparentemente, una embajadora internacional de la paz.
También aparecen todos nuestros personajes de DC favoritos, pero completamente alterados. Batman, por ejemplo, es un terrorista independiente de la rebelión rusa (y muere de la mano de Superman… ¡ups!). Pete Ross (el mejor amigo de la infancia de Clark) es Pyotr Roslov, jefe de la KGB (y también el hijo ilegítimo de Stalin). Lana Lang es Lana Lazarenko (aunque apenas tiene breves cameos) y la Mujer Maravilla es, aparentemente, una embajadora internacional de la paz.
Está muy bueno lo que hacen con el grupo de Linternas Verdes (desgarradora escena)
y especialmente con Brainiac, un
personaje que tiene el rol definitivo en la historia.
Lo interesante de este cómic es que, si bien está
lleno de grandes momentos de acción, la trama política tiene un mayor
protagonismo. Es algo así como House of
Cards con superhéroes. Al fin y al cabo, es una historia de la guerra
fría, pero está muy lejos de ser la típica. Es un relato que no se pone de
ninguno de los dos lados.
La continuidad y el mundo que vemos en Superman: Red Son es, de hecho, una de
las 52 realidades confirmadas oficialmente como parte del Multiverso de DC (es
la Tierra-30).
Un aspecto muy loco es la vibra muy orwelliana que
hay entre las páginas. El Hombre de Acero ruso es capaz de escuchar
conversaciones privadas en cualquier lugar del mundo, al punto que Lex tiene
que irse a la Dimensión Fantasma
para poder hablar de sus planes secretos.
Las intenciones de Superman pueden llegar a ser buenas, pero muchas veces los resultados no son los que esperaba, y sin querer termina convirtiéndose en el peor dictador que conoció la historia.
Las intenciones de Superman pueden llegar a ser buenas, pero muchas veces los resultados no son los que esperaba, y sin querer termina convirtiéndose en el peor dictador que conoció la historia.
Por eso disfruté tanto de Red Son: los personajes son grises y complejos, los giros
argumentales son verdaderamente sorprendentes y el final nunca lo ves venir.
En
realidad, si tengo que hablar del desenlace, es necesario aclarar que no hay
uno sino tres. El primero involucra la batalla final entre Lex y Superman y es
famoso por contener una de las frases más famosas del mundo comiquero, la
pregunta perforante:
«¿Por
qué no simplemente metés al MUNDO entero en una botella, SUPERMAN?»
El segundo final está relacionado con Brainiac. Y
el tercero, cuando ya pensás que la historia llegó a su fin, es el que realmente
te vuela la cabeza.
Cuenta la leyenda que fue Grant Morrison (el escritor de A Serious House on Serious Earth, que también ya reseñé en el blog) quien le dio esta brillante idea a su amigo Mark Millar para el desenlace.
Cuenta la leyenda que fue Grant Morrison (el escritor de A Serious House on Serious Earth, que también ya reseñé en el blog) quien le dio esta brillante idea a su amigo Mark Millar para el desenlace.
► Originalmente
el cómic estaba dividido en tres partes (“RISING”, ubicados en los años 50, “ASCENDANT”,
años 70, y “SETTING”, años 2000 y futuro) y luego se juntó en una única novela
gráfica. Pueden descargarlo fácilmente por torrents o chequear el motion comic
oficial que largaron DC y Warner en el año 2009
(disponible en Youtube).
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=>> Otros posts sobre CÓMICS en el blog: “Batman:
The Killing Joke, una novela gráfica de Alan Moore”; “Unbreakable:
una obra maestra del cine de superhéroes”; “Batman:
The Dark Knight Returns, de Frank Miller”; “Watchmen:
la deconstrucción de los superhéroes”; “Liniers:
lo maravilloso de lo simple”.
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DC tiene Elseworlds muy interesantes, como Dark Knight Returns, podría mencionar Injustice: Gods Among Us, que se basa en un videojuego.
ResponderEliminarEs interesante la premisa, porque Superman es un extraterrestre, que también fue influenciado por el medio ambiente adoptivo. Así que es interesante plantear que habría pasado con otro medio ambiente. Interesante reseña.