Si hubiese visto esta película en el año 2014, seguramente habría entrado entre mis
películas favoritas de ese año. Si bien “The babadook” (un creativo anagrama de “a bad book”) no renueva
todas las convenciones del género de terror, tiene una ejecución brillante que
la coloca por encima del promedio, y es un ejemplo claro de una nueva tendencia
que se está viviendo en el popular género.
Se pueden nombrar con los dedos de la mano las
películas que le dieron un nuevo giro al terror en la historia del cine; aquellas
que lo renovaron para explorarlo desde diferentes perspectivas. En los años ´70
todas las películas querían ser “Halloween”
(1978), gran precursora del cine slasher. Y todos los asesinos
enmascarados eran refritos de Michael
Myers. En los años ´90, cuando el slasher ya cansaba, llegó Scream, una original parodia, y luego
todos quisieron ser como ella.
También en los años ´70 hubo una pequeña película
que revolucionó al terror: “El exorcista”
(1973), para muchos considerada la
película esencial y más importante del cine de horror. El exorcita marcó una tendencia que aún hoy es clave en el género:
se puede asustar (y muchas veces es más eficiente) con poco presupuesto.
Mientras que el cine de acción y superhéroes
requiere cada vez más dinero y efectos especiales para ser comercialmente
posible, el terror pide cada vez menos. Cintas como “The Blair Witch Project”, “Saw:
el juego del miedo” (cuya
complejidad narrativa ya traté en este post) y “Actividad Paranormal” (sólo la primera) fueron películas
revolucionarias que marcaron un umbral, y se hicieron todas con dos mangos.
***
#SpoilerAlert: se
revelan algunos detales argumental de The
Babadook, así como de otras cintas de terror que salieron en el último
tiempo (It Follows). ¡Estáis avisados!
***
Hoy finalmente estamos viviendo el ascenso de las
películas de terror artísticas y simbólicas, aquellas que logran generar miedo al
tiempo que aportan elementos alegóricos y profundidad argumental. Ya hablé en
mi fan-page (y en el post
de lo mejor del cine 2015) de la película “It Follows”, que me pareció sobresaliente desde todo punto de
vista.
Colocar esta metafísica película en el puesto #1 de
mi TOP generó controversia, pero verdaderamente me pareció lo más “distinto”
que vi el año pasado. Lejos de ser la típica película de terror, la película de
David Robert Mitchell habla de la
inocencia perdida, del pasaje hacia la adultez y, simultáneamente, genera altas
dosis de suspenso a partir de una cinematografía magistral de tipo 360°.
The Babadook
se destaca por algo similar.
El monstruo es un símbolo de miedos más profundos y
abstractos como la pesadumbre, la angustia y la depresión. Ambas comparten que
el elemento sangriento (el “gore”) está reducido al mínimo y es reemplazado por
un suspenso creciente que evite los clichés del género (como los famosos jump-scares).
En el caso de The
Babadook, está basada en un pequeño corto de la misma directora Jennifer Kent (Monster, 2005), y esa
también es una tendencia nueva. Gracias
al estallido de las redes sociales, hoy un pequeño corto de terror (los hay en
cantidad, y suelen ser muy buenos) puede volverse viral y tiene la posibilidad
de convertirse en una película de terror de mayor duración.
Algo así sucedió con “Lighst out”. Fue un corto viral en el 2013, y ya se espera la
película en este 2016.
Lo cierto es que el cine de terror está
experimentando una nueva fase, más artística, más íntima, donde se explora un
miedo menos superficial que un asesino enmascarado o un fantasmita con sed de
venganza. Y las películas de terror indies,
aquellas hechas con mucho amor pero sin un peso, están a la cabeza.
Por ejemplo, una de las que estoy esperando poder
bajar (cough.. cough) hace bastante
tiempo es “They
Look Like People” y me tiene muy intrigado el curioso trailer de “The invitation”:
The Babadook
está muy lejos de ser una cinta tradicional de terror. Para empezar, es
enteramente posible que ni siquiera haya habido un monstruo, y que la madre simplemente
haya perdido la cabeza (algo así como Jack Torrance en El Resplandor).
La cuestión es que, exista o no, el monstruo
representa el dolor y la pesadumbre que siente Amelia (la madre) por haber perdido a su esposo el mismo día en el que
nació su hija Samuel. Las grandes
actuaciones de ambos, y su relación, son el verdadero foco de la historia.
El monstruo –muy creativo, por cierto– comienza a
aparecer por uno “lo deja entrar”, como una forma insconciente de tomar acción
y batallar esas problemáticas; incluso el impecable final nos da la idea de que
el dolor (= el ba ba… DOOK DOOK)
nunca termina de irse, y hay que aprender a convivir con él.
A lo largo de la trama se nos muestra cómo el dolor
que siente la madre es lo que verdaderamente está desintegrando a la familia, más que el
monstruo en sí. Eso no implica que no existan escenas de genuino horror. Pero
más bien nos sumerge en lo que sucede con la mente de uno cuando las emociones
se tapan y no se trabajan.
Los problemas psicológicos son algo muy real, casi
tangible, pero la manera en que se manifiestan en cada uno de nosotros va
cambiando.
¿Escribió Amelia el libro del Babadook?
¿Imaginó todo lo que sucedió? Nada lo explica realmente, pero hay una chance de
que sí sea así. Pensemos que ella solía escribir libros para chicos y que nunca
le dice al hijo que lo ama.
La inhabilidad para amar al propio hijo es una
semilla que crece y se fortalece con la soledad, la sobrecarga de trabajo, la
muerte de seres queridos (como su esposo Oskar)
y la misma falta de sueño.
Ya la misma secuencia inicial (el traspaso de la
madre en un estado de sueño, que pasa de estar sentada en el auto a estar
acostada en la cama) nos alerta qué la linea entre realidad e imaginación va a
estar difusa.
Escenas
como cuando el pequeño Samuel vuela
por las paredes, la posesión de la madre y el escupir sangre, bien podrían ser
parte de la inestabilidad emocional de ella. O quizás no; pero el mensaje, lo
simbólico, no deja de ser el punto crucial.
Creo que el final es genial: la solución “mágica”
no existe, nunca existe. Lo que Amelia
precisa es tomarse un tiempo cada día para “alimentar al monstruo”, aprehender
a ese dolor que siente para hacerlo propio, identificarlo, y así finalmente
poder expelerlo, con tiempo, con paciencia, y sin afectar negativamente a su
hijo (como lo venía haciendo).
Está bueno, sin embargo, que esta idea se mantenga
en la sutileza, y que quien mire la película pueda sacar sus propias
conclusiones. The Babadook está
filmada con muchísima atención al detalle para diferenciarse de otras películas
de fantasmas y monstruos. Es sobre enfrentar el duelo y aprender a tolerar por
amor. Destaco muchísimo el desenlace “agridulce” que tiene (eso sí: ¡pobrecito
el perro!) y creo que está muy bien el desarrollo de personaje que se muestra en
Amelia sobre el final.
► Aunque no sean fans del terror (yo ciertamente NO
LO SOY) les recomiendo que le den una oportunidad a esta película australiana.
¡Ah! Y como desafío adicional, intenten buscar sonidos conocidos entre los
efectos de sonido. Yo encontré varios que suenan en la franquicia de
videojuegos de Resident Evil. ¡No es
raro que las películas indies reciclen
sonidos viejos, conocidos y baratos!
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=>> Otros posts sobre CINE y TERROR en el blog: “SAW:
la complejidad narrativa en el cine de teror”; “IT:
una novela de Stephen King”; “Grandes
horrores (I): el entierro prematuro”; “Grandes
horrores (II): la invasión del hogar”; “This
book is full of spiders, una obra de David Wong”; “Tremors
y los guiones cinematográficos”.
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Coincido en que no hay explicación sobrenatural, que hay un rencor de la madre hacia el hijo. Rencor que está oculto en un principio.
ResponderEliminarBuena reseña
Me gustan mucho más estas películas de terror "inteligentes" que las clásicas y tradicionales películas que no dejan de salir. ¡Gracias por pasar!
EliminarMuy buena reseña... pero.. ni en pepe veo una película de terror !
ResponderEliminarmuy de acuerdo en los nombres que decís dando ejemplos de lo mejor del terror... El Exorcista es la 1, que duda cabe... y menos mala que no nombraste a El Resplandor porque a pesar de ser muy fan de Kubrick hubiese sido un error porque no cambió nada... saludos
ResponderEliminarHace mucho que lso del equipo no vemos películas de terror, aunque está nos llamó la atención. A ver si algún dia nos decidimos y buscamos alguna 'copia digital'
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarInteresante, aunque como apenas "orejeé" más allá del spoiler alert no entendí mucho de qué va la nueva tendencia a partir de este film.
ResponderEliminarLas otras que nombras han marcado un estilo. Y no nos olvidemos de Freddy Krueger en los ochentas.
Como suelo hacer con tus recomendaciones tendré que verla y luego volver para comentar
Abrazo!
Jaja. En resumen: la nueva tendencia es hacer películas de terror más artísticas, donde el miedo pasa por algo más profundo que un unidimensional asesino enmascarado o un fantasmita. Tienen un componente más psicológico y elementos alegóricos (el monstruo representa algo más), y no abusan del gore y los "jump-scares" (que ya se volvieron clichés). Otra tendencia también es la de comenzar a realizar cintas de terror a partir de cortos que se vuelven virales en la red.
Eliminar¡Mirate la peli! =P
Hi Luciano.
ResponderEliminarMe gustó mucho "It follows". De acuerdo contigo.
Respecto de "babadook", concuerdo contigoque es. Una peli sobre depresion, angustia, locura, etc. De terror, nada.
Un saludo y felicitaciones por el blog.
El Nietzscheano de Punta Carretas