Con este post termino una tríada de entradas
relacionadas con el crimen y lo policial. Comenzó con un relato de mi autoría (“El
último beso”), que era en esencia un pequeño misterio de cuarto cerrado. Eso
me llevó a reseñar “Rope” (de 1948), una obra maestra absoluta del maestro Alfred Hitchcock.
En el año 2000, algunos de los más grandes
escritores de literatura policial (Lawrence
Block, Justin Scott, Mary Higgins Clark, etc) se reunieron
para participar de una antología de crimen. La idea era explorar los límites de
la amistad, la confianza y la lealtad.
El resultado fue este libro de once relatos que publicó Emecé.
El resultado fue este libro de once relatos que publicó Emecé.
Yo lo leí durante un viaje a Córdoba con mi
familia, allá por el 2008. Era otra
época. Mi corazón acababa de ser destrozado en mil pedazos y esta tirada de
historias sobre asesinatos me tentaba como ninguna otra cosa para vengarme de
mi ex. Pero también me resultaba sumamente entretenida.
Este verano lo volví a encontrar en la librería de
mi vieja y me lo llevé.
Todos los cuentos tienen en común un punto de
partida: la amistad.
Amigos que matan, amigos que lo fueron en otra vida, amigos que mueren en incidentes extrañas. Por ejemplo, “Deshaciéndose del señor basura” (de Judith Kelman) funciona como una obra de teatro y nos pone frente a varias mujeres charlando en una cabaña. Fueron estafadas por la misma persona y están planeando formas de liquidarlo.
Amigos que matan, amigos que lo fueron en otra vida, amigos que mueren en incidentes extrañas. Por ejemplo, “Deshaciéndose del señor basura” (de Judith Kelman) funciona como una obra de teatro y nos pone frente a varias mujeres charlando en una cabaña. Fueron estafadas por la misma persona y están planeando formas de liquidarlo.
Otros cuentos, en cambio, aprovechan los amplios límites entre lo fantástico y lo policial. Entre ellos está el de Mary Higgins Clark. En su historia “¿Nos conocemos de alguna parte?”, un asesino serial está a punto de ser llevado a pena de muerte.
Él jura que mata a aquellos que en su vida pasada le han hecho mal. Antes de irse está convencido de querer saldar cuentas con su victima final. Mientras tanto, un escéptico policia intenta comprenderlo todo. Uno de mis favoritos de la antología.
Resulta que todos los autores del libro eran
grandes amigos. Desde 1982, los
primeros martes de cada mes Mary Higgins Clark reunía a estos maestros del
suspenso en el mismo restaurante de Nueva York. Allí hablaban de literatura, de
sus propios trabajos y terminaron haciéndose inseparables.
“Asesinato
entre amigos” es una selección muy interesante sobre los sécretos del
género. Lamentablemente, la traducción me resultó odiable. Me molesta
profundamente cuando el traductor intenta “españolizar” diálogos que sólo
funcionan bien en inglés. No creo que nadie utilice frases como “¡Diablos, Jimmy, te dije que hagas el maldito
trabajo, demonios!”. Tampoco me parece correcto traducir cosas como “Ahora
estamos hablando” en lugar de “Now we are
talking”.
Más allá de este desliz, contiene varios relatos
destacables. Mi favorito es “Larguemonos
de aquí”, del genial Lawrence Block.
En él, un detective retirado es convocado a una escena del crimen. Jugando al
poker cinco amigos, uno de ellos resultó muerto en circunstancias muy
particulares. El protagonista es obligado a recrear el escenario para que
ninguno parezca culpable. En mi opinión es el mejor cuento de la coleccion.
También es genial el último: “Ilumina nuestro camino” (de Whitley Strieber). Es una brutal historia donde un adolescente (Mike) convence a otro (Jake) de dispararle a tres compañeras de escuela. Mike es abusado en la casa y extorsiona a Jake con un video homosexual entre ambos. Este es mortal.
Por último disfruté mucho “Colaboración” (de Warren
Murphy). Al volver a leer la antología, casi diez años después, este fue el
único que verdaderamente recordaba. Dos escritores de TV se encierran en un
cuarto para representar el próximo capitulo de su serie policial. La actuacion
y la realidad comienzan a entremezclarse cuando florece la sospecha de que uno
de los dos podría ser dueño de un asesinato.
Siempre me divierte tener una serie de cuentos en
mi mochila para aquellas situaciones donde el banco, el médico, un viaje de
larga distancia o una emergencia sanitaria te obligan a hacer tiempo. En casos
como esos, una antología de este tipo puede llegar a salvar las papas.
Me encanta esa fascinación que tienen los escritores ingleses y norteamericanos por reunirse periodicamente en bares y restaurants a hablar de literatura. “Los asesinos del club de los jueves”, que organizaba Agatha Christie. “El club de los suicidas” de Robert Louis Stevenson. “El club de los negocios raros”, de Chesterton. Los ha habido siempre, y el resultado era siempre un libro con lo mejor del género.
Cada historia de “Asesinato entre amigos” incorpora un nuevo (y muchas veces
perturbador) giro al tema del libro.
Por supuesto, nos deja reflexionando: ¿qué tan fuerte es realmente el lazo que nos une con nuestros propios amigos?
Humor, elegancia, ingenio y habilidad componen este menú de relatos, recomendable para aquellos fanáticos del género policial.
Por supuesto, nos deja reflexionando: ¿qué tan fuerte es realmente el lazo que nos une con nuestros propios amigos?
Humor, elegancia, ingenio y habilidad componen este menú de relatos, recomendable para aquellos fanáticos del género policial.
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=>> Otras temas relacionados en el blog: “Rope,
la controversia y el teatro en Hitchcock”; “El
último beso (relato policial)”; “La
espada dormida”; “Invitación
a un crimen, un cuento de Josh Patcher”; “El
misterio de Marie Roget y la controversia de Edgar Allan Poe”; “¿Quién
fue (verdaderamente) el primer detective de la Literatura?”.
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La respuesta la pregunta final podría ser un enemigo en común. Y a último momento pienso podría ser algo común, el odiar a alguien revela ciertos intereses en común, la disconformidad con los mismos hechos. En el policial que estás mencionando, eso podría ser llevado a un extremo. Incluso plantear el tema de que alguien tome demasiado en serio una frase que fue dicha en forma casual, sin intenciones de llevarla a la práctica.
ResponderEliminarInteresante antología.
¡Siempre un gusto, Demiurgo! Son varios los casos en la ficción donde se revela que el mejor amigo es en realidad el Big Bad, el malo más malo, el villano detrás de todo. Algún día haré un post al respecto.
EliminarSaludos Luciano, me ha encantado tu entrada. Siempre he pensado que el trabajo de escritor no debe porque considerarse un trabajo en solitario. me ha llamado la atención esos famosos "clubs", muy interesante aporte. No he leído el libro que mencionas, pero ya me ha llamado la atención; sobre todo porque el misterio siempre me captura. El primer libro que leí de la Sra. Agatha Christie fue "Diez negritos", así que el genero me gusta mucho, sobre todo porque soy fan de Sherlock, no solo la serie, sino el libro que la inspiró. ¡Nos leemos!
ResponderEliminarSí, me encantaría participar de un grupo literario de este estilo. En mi ciudad (Bahía Blanca) en una época intenté armar algo, pero no tuve buena convocatoria. Una lástima.
Eliminar"Diez negritos" es genial, y fue parodiado mil veces en la cultura popular. Al respecto, chequeate esta entrada:
http://viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2014/01/el-perro-era-la-mente-maestra-los.html
El cuento de hank no he podido encontrar claridad parabseguirbacabadamentebel hilo. Quizás sea la traducción que lo vuelve criptico por momentos
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