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viernes, 10 de octubre de 2014

Series animadas de mi infancia – Parte 2: Puestos 10 al 6


Continuando con esta tríada de posts sobre dibujos animados, en esta ocasión voy a exponer los puestos del 10 al 6, hasta llegar a mi serie animada de la infancia preferida.

No puedo dejar de aclararlo: es un top personal que armé de acuerdo a cómo estos dibujitos influyeron en mi infancia. No incluyo animé ni tampoco dibujos animados que vi de grande, como Robot Chicken o Archer. Los Simpson y Family Guy fueron incluidos dentro del post de “Grandes series de mi vida”.

Arranquemos.

#10 “Los Autos Locos” (1968-1970)

Me pongo nostálgico de solo pensar en esta joya de la animación infantil. La propuesta, de unos cuantos autos absolutamente bizarros corriendo por diferentes zonas del mundo, hoy sigue siendo de las más únicas y originales que vi. 

Esta producción de la inigualable factoría de Hanna-Barbera no pasa de moda. Incluso recordándola a través de Youtube sigue entreteniéndome por sus excentricidades.

El Compact Pussycat, el Super Perrari, el Alambique Veloz o el Troncoswagen eran algunos de los 11 coches de carreras que competían de rally en rally con el objetivo de llegar primeros. Entre ellos, Patán –aquel perro de raza indefinida e inconfundible jadeo– y Pierre Nodoyuna siempre llegaban hasta la cabecera solo para preparar alguna trampa que (obviamente) salía terriblemente mal.

Un dato loco, aparentemente en EEUU se hizo un estudio de la serie tomando el sistema de puntuación de la Fórmula 1 (3 puntos para el primero puesto, 2 para el segundo, 1 para el primero). De las 34 carreras, el primer puesto correspondería al auto conducido por los hermanos Macana: el Rocomóvil

Salieron tres veces primero, ocho segundos y tres terceros.

La serie estuvo inspirada en uno de los trabajos de Blake Edwards (el creador de La Pantera Rosa). En 1965 su último trabajo (“La carrera del siglo”) se convertía en la comedia más costosa del cine. Protagonizada por grandes estrellas del momento, fue una apuesta gigante dentro del género. Se centraba en una loca carrera de autos desde Nueva York hasta París.

Me encantaban “Los Autos Locos” porque se enfocaron en el humor puro, más que en la acción o la aventura. Era muy diferente de las historias de superhéroes del momento

Me divertía el hecho de que Pierre y Patán podrían haber ganado tranquilamente todas las carreras, pero por hacer trampa siempre quedaban al final. (Nunca ganaron una carrera, de hecho.) La serie contó con 34 episodios sin continuidad. Su éxito de la serie generó dos spin-off (“Los peligros de Penélope Glamour” y “El Escuadrón Diabólico”), que nunca me convencieron del todo. Además influyó a otros shows que se concentraban en competencias. Mi preferido: “Las Olimpíadas de la Risa” (1977).

#9 “Tom y Jerry” (1940-1982)

¡Tom y Jerry! ¡Qué recuerdos! 

Se trata de los primeros personajes creados por William Hanna y Joseph Barbera, los genios más famosos de la animación infantil.

La trama de cada corto se centraba en los intentos (frustrados) del gato Tom por atrapar al ratón Jerry, y el caos y destrucción que provocaban ambos. Nunca me quedó claro por qué se perseguían, ya que en algunos capítulos parecen llevarse bastante bien. Quizás fuera la naturaleza salvaje del felino, un juego sádico que ambos disfrutaban o el deber de Tom dentro de la casa. La realidad es que el motivo poco importante.

Siete episodios ganaron el Oscar a mejor corto animado entre los años 1940 y 1957. Los capítulos fueron controversiales por mostrar escenas fuertes, consideradas en su momento como excesivamente violentas. Tom y Dali (de Los Simpson) llevaron esta parodia al extremo, pero ya en Tom y Jerry que se podía ver al ratón cortando a Tom por la mitad, o a Tom usando diferentes armas para intentar acabar con él (hachas, pistolas, rifles, explosivos y hasta veneno), o Jerry quemando la cola de Tom con una máquina para hacer waffles.

#8 “Rocko Modern´s Life” (1993-1996)

Pasar de “Tom y Jerry” a “La vida moderna de Rocko” es un salto cuántico.

La vida moderna de Rocko” se destacó por ser perturbador. Los escritores tenían un talento increíble para salirse con la suya con escenas arriesgadas, subidas de todo. Las insinuaciones sexuales, por ejemplo, están a flor de piel en esta serie.

Está lejos de ser una serie para niños. Rocko era un wallaby australiano que llegaba a América e intentaba adaptarse a la vertiginosa vida de la ciudad junto a sus amigos: una res (Heffer) y una tortuga (Filburt). La mayoría de sus días estaban plagados de peligros, donde un simple plan como mantener el trabajo o llevar la ropa a la lavandería se convertían en una seguidilla de confusiones, mala suerte y ocurrencias extrañas.

Todos los capítulos de Rocko eran brillantes.  En “Closet Clown” (uno de mis favoritos) el vecino del protagonista (Ed Cabezagrande) violentaba a un payaso en la calle para luego descubrir que él mismo tenía un payaso interno que quería revelarle al mundo (toda una irreverente parodia de la homosexualidad). 

En otro episodio Heffer entra a un show de juegos con el Demonio, en un intento de recuperar su alma.

Varios episodios fueron censurados o re-editados por su contenido polémico. Un capítulo en particular muestra a la vecina de Rocko acosándolo sexualmente de formas bastante agresivas. Varias páginas de internet recopilan los momentos más discutidos de la serie.

Un dato curioso es el hecho de que hay un claro paralelismo entre Bob Esponja y Rocko (aunque esta última siempre me pareció superior). Ambos tienen un trabajo que admiran, y no quieren ser despedidos, Rocko como vendedor de historietas, y Bob Esponja como cocinero en el Crustáceo Cascarudo.


Esto no es casual, ya que en ambas producciones trabajó Stephen Hillenburg, el creador de Bob Esponja. Antes de que creara la serie, él trabajaba como director artístico en La vida moderna de Rocko.

Lo mejor de Rocko es que uno de chico podía verlo sin comprender muchas de las cosas que sucedían, y reírse con el humor más tonto y slapstick. Pero de adulto (volví a ver toda la serie hace poco) uno empieza a apreciar la inmensa cantidad de guiños y detalles que contiene esta serie de culto.  

#7 “X-Men: la serie animada” (1992-1997)

El primer dibujo que vi con continuidad en su trama. Me la estoy descargando de nuevo para volver a disfrutar de sus cinco temporadas.

Lo mejor de los X-Men era que trataba cuestiones poco comunes dentro de los dibujitos: divorcio, esclavitud, y religión, y el tema principal: una sagaz crítica del racismo y la intolerancia.

La serie también se destacó por mostrar personajes masculinos y femeninos de variadas edades, etnias y trasfondos nacionales.

Aún hoy, “X-Men: la serie animada” sigue siendo el mejor tratamiento que se le dio a los mutantes y sus problemáticas. Las películas son buenas, pero no llegaron a cubrir el sentimiento de ansiedad y desazón que viven los protagonistas de esta serie. Además, cada temporada cubría una línea argumental diferente que atravesaba varias de las sagas más canónicas del cómic.

Y ni hablar del opening, que te levantaba la adrenalina a full desde el minuto cero.
  
Muchísimos capítulos de X-MEN tenían más contenido dramático que cualquier otro cartoon. Las batallas estaban tremendas, los personajes eran todos multidimensionales (especialmente los villanos) y las tramas siempre sorprendían.




#6 Dexter´s Lab (1996-2003)

Omelette du fromage

Los fans de Dexter seguramente entienden la referencia y recuerdan perfectamente el episodio. Sucede lo mismo si escribo: “Hoy es un hermoso día para… ¡LA CIENCIA!”. Uno puede sentir la identificable voz del pequeño genio colorado que tenía un laboratorio secreto dentro de su habitación.

El Laboratorio de Dexter tuvo altísimos niveles de audiencia, y se convirtió en una de las series más exitosas y populares de Cartoon Network. Durante su emisión, la serie fue nominada a varios premios, entre los que se destacaron 4 Emmys, y 9 premios Annie. También es recordada por haber ayudado a impulsar las carreras de varios caricaturistas, entre ellos Seth MacFarlane (Family Guy).
  
Genndy Tartakovsky, el creador, fue responsable de grandes series de animación como Samurai Jack y Star Wars: Clone Wars.

Incursionó en el cine con Hotel Transylvania, pero su obra maestra es “El laboratorio de Dexter”, sin duda.

En la serie, las originales invenciones de Dexter eran el punto más fuerte, y siempre lo terminaban metiendo en problemas. Los chistes eran muy ocurrentes y divertidos, y estaba plagada de referencias culturales. Varios episodios son guiños directos al animé, a Star Trek, a Calabozos y Dragones y hasta a las caricaturas de Looney Toones (como el recordado episodio que parodia al Coyete y al Correcaminos).

Un episodio, por ejemplo, es una referencia directa a Over the Top, la célebre película de Sylvester Stallone de 1987. Aunque en este caso, Dexter le arma un brazo biónico al padre para que pueda ganar las pulseadas. En “Juego terminado”, Dexter es llevado a un lugar dentro de su PC (al estilo “Tron”). El episodio el diskette dorado es una parodia de Willy Wonka y la Fábrica de Chocolate, mientras que “Mock 5” parodia excelente al animé Meteoro. 

Uno de mis episodios preferidos es "Dexter's Wacky Races", referencia directa a mi puesto #10: las carreras de los autos locos.

Y hablando de parodias, ni hablar de “Los amigos de la justicia”, un corto que transcurría dentro de la misma serie ocasionalmente. Las aventuras del Mayor América, Val Hallen (un rockero de origen vikingo) y Gigantón me hacían descostillarme de risa. Su mayor enemigo era la convivencia, ya que tenían que sobrevivir a la vida diaria compartida en un pequeño departamento.

Dexter no fue ajeno a la controversia. El episodio llamado "Rude Removal" (Eliminador de Rudeza) nunca salió al aire en Cartoon Network (y, de hecho, yo solo lo vi años después en Internet). El problema no fue el argumento en sí (Dexter crea un dispositivo para disminuir la rudeza de su hermana Dee Dee, pero termina haciendo clones altamente groseros de ambos hermanos) sino más bien el lenguaje. El capítulo tenía bastantes groserías y no pegaba con el tono clásico del dibujito.

AHÍ LAS TIENEN. 5 de mis 10 series animadas de todos los tiempos. No se pierdan el próximo post: prometo que van a ser asaltados por una emoción volcánica de nostalgia. ¿Qué otra serie agregarían? ¡Dejen sus comentarios!

PROXIMAMENTE: Series animadas de mi infancia, puestos 5 al 1.

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=>> Otras notas TRÍADAS DE POSTS en el BLOG: “Grandes series de TV de mi vida”: Parte 1, Parte 2 y Parte 3. “Ciencia vs Religión”: Parte 1: Contacto, Parte 2: Desconexión Sideral, Parte 3: El cálculo de Dios.

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6 comentarios:

  1. Seeeeeeehhhhhhh!!!!!!!!!!!! Las vi todas! De Los Autos Locos no me acuerdo mucho porque era bastante chica cuando los veía, de Dexter vi pocos eps (pero el que mejor recuerdo es el de la omelette du fromage), pero la que más me gustaba era La Vida Moderna de Rocko. Era muy bizarra, uno que me quedó fue el cuando quieren que Rocko deje de comerse las uñas, o el de la cañería tapada ("Plomeros tropicales, destaparemos su caño"). Tengo que verla de nuevo.
    Y Tom y Jerry, bueno, es un clásico.

    Claro que después como que perdí un poco la costumbre porque me dio el vicio del animé.

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    1. Me pasó algo similar. Muchas series animadas las estoy volviendo a ver, pero en cuestión de animación le estoy dando más duro al animé. ¿Con cuáles estás ahora? Yo con Knights of Sidonia (viene bastante interesante, aunque me parece demasiado similar a Attack on Titan), Code Geass R2 y Soul Eater. Estoy debiendo las segundas temporadas de Psyco Pass y Sword Art Online que ya arrancaron...

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  2. El estudio de Los autos locos es tremendo, de chico siempre quise hacer eso pero como no los daban continuados y repetían uno se perdía. Los capítulos de Rocko no recordaba que eran tan zarpados (se ve que los vi con total inocencia en su momento), voy a tener que verlos de nuevo.
    Tom y Jerry también clásico de clásicos, habría que buscar los momentos más agresivos, una de esas compilaciones puede estar bárbara.
    A los x-men los abandoné y todavía no se por qué. Recuerdo haber visto el principio de la serie y engancharme muchísimo.
    La única que no vi es Dexter, vamos a darle una chance ahora de grande

    Después de que cuentes cuáles son los puestos 5 al 1, veo si te agrego alguna. Por ahora va perfecto

    Abrazo!

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    1. Con Rocko nos pasó lo mismo a todos. Yo lo volví a ver el año pasado. Es muy zafado, pero uno no se da cuenta de chico. ¡Mirate Dexter! No tiene desperdicio y volvés a ser un niño. Viéndolo ahora vas a poder captar muchos chistes y referencias. ¡¡Eso sí, miralo en latino!!

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  3. Qué buenos recuerdos! La vida Moderna de Rocko era polémica, es verdad, pero gustaba y atraía porque, como decís, de chico uno quizás no se percataba de ciertas cuestiones. Es interesantísimo lo que mencionás y me dieron ganas de hacer una revisión de esos momentos que guardan guiños e insinuaciones no recomendadas para el público infantil.
    Otra que se me vino a la mente que veía de chico era Ren & Stimpy, una serie animada que era histérica y constantemente pesimista con todo lo que le ocurría a sus personajes. También algo subida de tono para el público más pequeño

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    1. Nunca fui demasiado fan de Ren y Stimpy. Los comparaba, de alguna forma, con el humor de Beavis and Butthead, que odiaba con todo mi ser, jaja. Rocko volví a verlo completo el año pasado, encontré los caps en inglés por torrent y hay varios en latino en Youtube. Es una masa.

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