Hace unos años me encontré con la literatura de Guido Barsi gracias a una crítica que hizo
Hugo
Zapata en su blog respecto a su primera novela gráfica. Luego de unas idas
y vueltas, compré su obra y la reseñé en esta
nota.
Un tiempo después, Guido volvió a contactarse para
hablarme de su última producción gráfica, algo muy diferente a la ciencia
ficción distópica que era Ahogo.
“La Patagonia Fusilada”
narra uno de los hechos más sangrientos y trágicos de la historia argentina. En
el mes de noviembre del año 1921 el
Ejército Argentino puso pie en tierras patagónicas, bajo el mando del Teniente
Coronel Héctor Varela.
El entonces presidente Hipólito Yrigoyen quería poner fin a una importante huelga de
obreros que estaba deteniendo toda la actividad comercial de la zona. Ellos
pedían que se cumplieran las condiciones que, de antemano, habían pactado con
los patrones bajo la aprobación del gobierno.
Los militares fusilaron a prácticamente todos los
obreros. La obra de Guido Barsi retrata este hecho histórico a través de cuatro
episodios que tienen la particularidad de enfocarse en diferentes aspectos de
la huelga y fueron ilustrados por diferentes artistas.
El primer capítulo (a mi parecer, el mejor logrado)
muestra las condiciones de los obreros en las estancias y el trato que
recibían. Esta primera parte me pareció soberbia en cuanto a narrativa y
estética, un comienzo tan fascinante como atrapante. Los dibujos de Kundo Kruch son sencillos pero
efectivos.
Los capítulos dos y tres (ilustrados,
respectivamente por Mauro Sánchez y Pablo Romero) se enfocan en la huelga,
tanto desde el punto de vista militar, como del de los obreros, y finaliza con
el fusilamiento. Estas dos partes tienen un laburo estético y visual muy bueno
también. Los dibujos de Mauro Sánchez se destacan por el nivel de detalle, y
particularmente los Pablo Romero son agradables (seguí prefiriendo los de Kundo
Kruch, sin embargo). Lo que sí noté es que acá la narrativa se torna un poco
más caótica. Es difícil seguir quién es quién.
Por último, la cuarta parte funciona como un cierre
de la historia. Con dibujos de José
Flores (sinceramente, los que menos me gustaron) vemos las venganzas que se
fueron sucediendo años después a manos de los anarquistas. Acá se pone
especialmente en relevancia el tema principal de la obra (y de la historia
Argentina): la perpetuación de la violencia, la sed de venganza y la impunidad.
Este cierre me pareció acertado pero me distrajo un
poco el arte opaco, sin expresión. Quizás haya sido una decisión consciente,
pero no la encontré especialmente interesante.
Sin embargo, la obra como un todo es muy memorable
y creo que logra algo que no es poca cosa: tomar un hecho histórico y volverlo
atrapante para el lector casual.
Gracias a una elección de planos arriesgada, una
narrativa cruda y un arduo trabajo de investigación, La Patagonia fusilada es una obra con valor, especialmente para
tener este lamentable hecho en la memoria de todos los argentinos.
Para profundizar en el génesis de la historia,
Guido se sumó a una entrevista vía e-mail donde respondió algunas de mis
inquietudes. Se las comparto. No tiene desperdicio.
***
► ENTREVISTA A GUIDO BARSI
Guido, comencemos por el principio: ¿por qué
los cómics y no otro medio de ficción? ¿De dónde proviene tu fascinación?
Creo que me
enamoré de este medio porque es la unión de otras dos pasiones: el cine y la
literatura.
La historieta
es la unión perfecta de estos dos medios, tiene la capacidad visual de imaginar
mundos sin las restricciones económicas y de formato que tiene el cine y
potencia la narración con una velocidad que en general la literatura puede
carecer.
Lo que me
encanta de la historieta es la libertad que hay para las historias que se
cuentan y que en otro medio podría suprimirse (censurarse) por la exposición
que tienen esos medios a la sociedad en general. O simplemente mi fascinación
por las historietas es porque me encanta leerlas.
Trato de no
asemejarme a otros escritores e intentar hacer (bien o mal) mis historias con
mi propio sello y que estas historias a su vez tengan su propia identidad y no
se parezcan a otras que escribí. Me gusta pensar que cada historia es única y
que representa un estilo y una forma de pensar propia del autor que se da en
ese momento justo en el que uno la escribe. Y que si uno toma un guion escrito
hace un tiempo atrás ahora lo escribiría distinto a ese momento porque en ese
tiempo uno fue cambiando y su manera de escribir también.
Por lo que
trato que mis historias no sean influencias de otros autores, sino una especie
de expresión de mi persona en ese momento. Claro que esto no se puede hacer con
todas las obras, hay historias que lo permiten y otras que no.
Si me gusta,
al leer otras obras, hacer el ejercicio de pensar como hubiese resuelto ciertas
escenas si yo era el autor de esa obra. O de tomar la premisa de una obra y
repensarla con mi propio estilo o ideas.
“Ahogo”, tu anterior historia que reseñé en el blog, era un relato de ciencia ficción
distópica. ¿Qué se te dio por pasarte a un género más realista basado en un
hecho histórico como fue el de la Patagonia Trágica?
Intento no
encasillarme en un mismo género o idea y escribir todo lo que pueda. Al
principio escribía obras de terror y suspenso y no salía muy lejos de ese
género. A medida que fue pasando el tiempo fui eliminando esa barrera que me
había autoimpuesto para empezar a explorar todos los géneros que tuviese ganas
de escribir. Escribí historias de terror, suspenso, humor, drama, ciencia
ficción, aventura, etc. Creo que me falta escribir algo del genero romántico,
así que podría empezar a hacerlo, jaja.
Y aunque
pareciera que son dos géneros extremos, creo que ambos se relacionan entre sí y
son un campo en el que me permite, como autor, reflexionar e invitar a la
reflexión.
Por un lado
la ciencia ficción permite el juego de llevar al extremo situaciones actuales
en el que podemos mostrar de forma irónica lo que pasaría si seguimos en el
camino que estamos.
Y en el
extremo opuesto aparece la historieta histórica que nos muestra la crueldad del
pasado del que creemos tan lejano pero que sigue pasando pero con un nivel de
violencia (física) mucho menor.
Con “Ahogo” me contaste que comenzaste con
el capítulo cuatro, y luego fuiste armando el resto de la historia (que tiene
un total de seis capítulos). ¿Te paso algo similar acá? ¿Cómo fue el proceso de
concepción de la historia?
Hubo algo
similar por el desarme de los capítulos a la hora de escribirlos, hubo un
desarme parecido al que se dio en “Ahogo” que empezó por el cuatro y después
fuimos haciendo los capítulos a medidas que iban apareciendo las historietas y
después las ordenábamos.
Con “La
Patagonia Fusilada” se dio lo mismo pero en esta oportunidad tenía bien en
claro que orden cronológico iban a tener y qué iba a abarcar cada capítulo.
Lo primero
que hice fue dividir la historia real en cuatro partes: una con la etapa previa
de la huelga, la segunda y tercera con la segunda huelga de los obreros y la
última con los sucesos acontecidos después de la huelga.
Una vez
definido el espacio de cada capítulo en la historia real empecé a escribirlos.
Comencé con el capítulo 3 que era el que tenía más claro en mi mente: quería
contar el fusilamiento de los obreros desde el punto de vista de un soldado
para dar la visión más cruel de todas, aquel que fusila solo porque le dan la
orden.
Seguí con el
primero para contar cómo los obreros vivían en las estancias y por qué se
levantaron en huelga.
Luego el último,
que es el más realista de los 4 ya que no utilicé a ningún personaje ficticio; sólo
quería contar lo que realmente pasó luego de los fusilamientos y que ya era
bastante interesante como para añadirle algo de ficción.
Y por último
escribí el capítulo 2 contando el inicio de la huelga desde el lugar de los
obreros, hice una primera versión que descarté por la que actualmente existe.
Algo loco de “La Patagonia fusilada” es el
hecho de que cada una de sus cuatro partes está dibujada por alguien diferente.
Contame un poquito el motivo de esa decisión y qué desafíos representó para
vos.
Se trató de
una decisión puramente práctica. Cuando nació la idea de contar estos hechos
sabía que se trataba de una historia de casi 100 páginas y es un número muy alto
de páginas para pedirle a un sólo dibujante sin poder pagarle y sin tener la
certeza de que se iba a publicar.
Por lo que
opté por dividir el esfuerzo y hacer historias separadas que cuenten la
historia global de los fusilamientos.
El desafío
fue hacer historias independientes que retoman donde dejo la anterior, sin
repetir los personajes o lugares porque no quería que los dibujantes estén
obligados a dibujar algo que ya había dibujado un compañero. Quería que cada
parte fuese independiente de la otra o que su relación sólo se diera por los
hechos que se cuentan.
Fue una linda
experiencia y estoy muy contento con el trabajo que se hizo al trabajar con
distintos dibujantes; tengo muchas ganas de volver a repetirlo.
Como escritor de cómics, seguramente leés
bastantes. ¿Qué le recomendarías a aquel ajeno a este tipo de literatura?
Recomendaría
que se acerque al género sin ninguna idea previa y que lea con el mismo
entusiasmo que lee un libro o mira una película o escucha un CD.
Si la
historia o el dibujo tienen algo que me interese, me pongo a leerlo y si
tampoco tiene algo llamativo, también lo leo. Trato de no ponerme restricciones
para disfrutar de una obra, de esta forma me encontré con grandes obras de la
historieta que tal vez no hubiese leído porque no me gustaba el dibujo o porque
la historia parecía simple y detrás de esas “desventajas” encontré obras que me
encantaron.
Mientras uno
tenga menos preconceptos de la obra que va a leer, le das más espacio a que te
vuele la peluca.
¿Marvel, DC o ninguno de los dos?
Me dan lo
mismo, jaja. Hace muchos años que no leo algo actual de estas dos industrias,
más que nada porque me da pena que teniendo los autores que tienen y la
capacidad económica de hacer lo que quieran están siempre haciendo lo mismo: la
muerte de tal y después su resurrección, o la ampliación de una saga hasta el
infinito o que haya que leer 300 números para poder seguir una saga y más de la
mitad es puro relleno.
Sacando esto
de lado, creo que me quedo con Marvel. Tiene personajes e historias más
sombrías y oscuras, más reales (que es lo más me llama la atención).
¿Cuáles son tus próximos proyectos? ¿En qué
estás trabajando ahora?
Estoy
haciendo un poco de todo, no con el nivel que me gustaría por falta de tiempo
para sentarme, pero sí intentando que vean la luz. Algunos de estos proyectos
son: la comedia de ciencia ficción “El Transmutador” con Pablo Fernández que
sale en Subcultura y Nueve Grullas, “El Resto de los Dioses” con dibujos de
Ink-ID que se publica en la revista HB, la adaptación de “Los 7 Locos” de
Roberto Arlt que estamos haciendo con Kundo Krunch para que sea publicada por
Ediciones RyR.
Y después
distintos proyectos que espero que vean la luz el año que viene o dentro de
poco.
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► Quienes estén interesados en su obra, pueden
contactar a Guido por alguno de estos medios.
Facebook (Guido Barsi): https://www.facebook.com/guido.barsi
Blog de Guido: https://elbauldeltio.wordpress.com/
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=>> Otros ENTREVISTAS en el blog: “Ahogo,
la ficción distópica de Guido Barsi”; “Con
el espíritu inquieto, un uruguayo viviendo en Irlanda”; “Los
relatos epistolares de No me olvidé de vos”; “Mariano
Pereyra: la sutileza de lo absurdo”.
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Interesante. Recuerdo la película "La Patagonia Rebelde", y tengo un libro con fotos e historias de algunos de los participantes de las huelgas.
ResponderEliminarLos dibujos parecen simples pero efectivos, me gusta el de las ovejas. Tiene algo de manga.
Buena entrevista, otra de las facetas en las que te destacás eh. La próxima te presento también como "gran entrevistador"
Abrazo!
Se tiene que venir la entrevista a Frodo y su pasión por las cartas encontradas en la calle. Es una hobbie tan particular como fascinante, jajaja.
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