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miércoles, 7 de enero de 2015

“Hombre Mirando al Sudeste” y los plagios


El horror de cualquier escritor. El plagio es, esencialmente, tomar partes del trabajo de otra persona y hacerlo propio, sin citar a la fuente. Es un tema delicado porque los límites entre el “plagio” y las “influencias” son muy difusos, e incluso se han comprobado muchísimos casos de “creación colectiva”, donde dos personas sin posibilidad de conocer el trabajo del otro han llegado a descubrimientos idénticos, escritos prácticamente iguales o ideas análogas.

En la ficción, el término “plagio” tiende a malinterpretarse bastante. Si dos historias tienen elementos similares, no implica necesariamente que una sea un ripoff, un robo, de la otra. Prácticamente todas las historias nuevas son influenciadas por cosas que han llegado antes, y situaciones que el mismo autor ha experimentado.

En el blog he reseñado muchísimas obras o películas que fueron fuentes de inspiración para otras tantas. Recientemente tuvimos el ejemplo de una película con trama de tipo “juego mortal”: “Los juegos del hambre” (2011), que siempre es comparada con la cinta japonesa “Battle Royale” (2000). Pero la realidad es que esta última está fuertemente inspirada en The Running Man, una novela de Stephen King que tuvo su adaptación al cine en 1987 con Schwarzenegger.

Everything is a Remix”, genial video que muestra como todo lo que vemos hoy es un compilado de cosas del pasado:


Todas las películas que utilizan la narrativa del “Camino del Héroe” (como la definió Joseph Campbell en 1949) inevitablemente van a tener muchísimos puntos en común, y este artilugio literario es el más famoso y comercial de todos: Harry Potter, Matrix, El Señor de los Anillos y Star Wars son todos ejemplos modernos de esta forma de contar una historia.

"The secret to creativity is knowing how to hide your sources."
— Albert Einstein.

Otra cuestión muy debatible es lo que sucede en el cine cuando vemos una película con similar trama pero distinta ambientación. “Black Swan” (2010), de Darren Aronofsky, no es exactamente una remake de la japonesa “Perfect Blue” (gran película del genial Satoshi Kon), pero sí es prácticamente idéntica. La diferencia es que en Black Swan tenemos a una bailarina de ballet en lugar de una cantante pop. En este caso hay que aclarar algo que no muchos saben: Aronofsky tiene los derechos de “Perfect Blue”, y por eso se ha tomado la libertad de utilizar varios planos, ideas, temáticas y escenas que se encuentran en esa película para otras de sus producciones (Réquiem por un Sueño tiene varios planos de esta cinta también).

Para complicar más las cosas, hay algunos pocos casos donde copiar directamente el trabajo de otro es aceptable: en las remakes, en las parodias, en los homenajes y en los llamados shout-outs. Un shout-out es el menos controversial. Es un pequeño momento donde se hace una referencia directa a otra obra, y queda claro que la idea fue dar por entendido que es una referencia. Un ejemplo es cuando se usa la frase “Luke, soy tu padre” (que suele ser incorrecta) en diferentes ficciones para generar risas entre los espectadores. El homenaje y las remakes tienden a ser más difíciles de defender.

Todo esta (tediosa) introducción la armé para hablar del plagio más conocido en nuestro país (Argentina). Aunque, claro, sigue siendo complejo confirmar que efectivamente hubo “plagio”. Cuando en 1986, el director Eliseo Subiela estrenó “Hombre Mirando al Sudeste”, nadie le dio demasiada importancia. En el ámbito local tuvo buena recaudación, pero no se hizo famosa fuera del país.

Sin embargo, varios años más tarde Hollywood dio luz verde a K-PAX (2001), una película protagonizada por Kevin Spacey y Jeff Bridges. Fue allí cuando quedó en evidencia que las dos películas compartían una trama curiosamente similar.

El argumento (de ambas) es más o menos así: un hombre enigmático y sin pasado verificable, internado en un psiquiátrico, asegura que es un ser de otro planeta. Un doctor descreído lo atiende y, poco a poco, comienza a creer lo que este extraño individuo afirma. De hecho, el paciente parece tener poderes y la capacidad de hacer milagros.

Cuando K-PAX salió en Estados Unidos, nunca se indicó si era una remake, un homenaje o una adaptación. De hecho, la fuente de la película fue una novela que publicó un tal Gene Brewer en 1995. Quienes hayan visto ambas películas no pueden negar el parecido indudable.

Mi hermano estudio cine en la escuela de Subiela, y él mismo me contó que el director relataba a sus alumnos la penosa historia en clase. Subiela demandó por plagio a Brewer y a los productores de K-PAX, pero tuvo que retirar la demanda años después porque todo se estiraba demasiado, estaba perdiendo muchísimo dinero y comenzaba a tocar fondo.

Cuando Subiela se echó hacia atrás, Gene Brewer sacó un nuevo libro donde explicaba la inspiración para su saga K-PAX (se titula: “Creating K-PAX or Are You Sure You Want to Be a Writer?”). 


(Perfect Blue vs Requiem for a Dream)

Incluso Brewer afirmó, en relación a la acusación:

“Nothing could be further from the truth... it's a total coincidence... if you want to say it's the same generic idea, maybe, but if you see the movie you'll find an enormous amount of differences.”

Está claro que las películas tienen sus diferencias. 

“Hombre mirando al Sudeste” es más oscura e intrigante en cuestiones filosóficas y existenciales, y cuenta con referencias interesantes a “La invención de Morel” (de Adolfo Bioy Casares) así como una clarísima simbología cristiana. K-PAX, en cambio, es más light-hearted, más superficial (si se quiere), tiene más humor y es ambigua en cuanto al hecho de si el paciente es verdaderamente un extraterrestre o nada más que un loco. Pero las posibilidades de que el autor Gene Brewer no haya escuchado nunca de “Hombre Mirando al Sudeste” cuando escribió K-PAX –hay que decirlo– son muy vagas.

Eliseo Subiela tampoco listó las fuentes para su obra, pero todo parece indicar influencias de las últimas novelas autobiográficas de Phillip Dick: más específicamente, “VALIS” y “The Transmigration of Timothy Archer”. Incluso, Subiela hace el homenaje más explícito al llamar a su personaje femenino: 'Beatriz Dick'.

 Personalmente me perturba saber que Hollywood no tiene escrúpulos a la hora de tomar ideas ajenas. Se ha demostrado infinidad de veces. Para colmo, cuentan con el poder adquisitivo para ir en guerra con cualquier persona que los culpe de ser ladrones de ideas. 

Creo que “Hombre Mirando al Sudeste” es una película superior, más profunda y delicada que su contraparte yanqui. Uno de estos días la voy a analizar un poco más en detalle.


"Your theory of a donut-shaped universe is intriguing, Homer. I may have to steal it."
— Stephen Hawking, The Simpsons, "They Saved Lisa's Brain"

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=>> Otros posts temáticamente relacionados del blog: “El lado oscuro de Oliverio Girondo”; “La feria de las tinieblas” (novela de Ray Bradbudy, 1962); “LISTA TOP-FIVE”: Citas incorrectas en el cine y en la literatura” y “La invención de Morel” (gran novela de Adolfo Bioy Casares)

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7 comentarios:

  1. Cuando vi K-Pax no pude dejar de pensar en Hombre mirando...
    Muy buen comentario Luciano!

    ResponderEliminar
  2. Hola Luciano,

    Acabo de descubrir Viajar Leyendo, me han encantado las reseñas que he leído y los artículos sobre técnicas literarias. Te sigo desde ya ;)

    Dejo aquí el enlace de mi blog por si te apetece pasarte: http://cinedeescritor.blogspot.com.es/

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hey, gracias! Siempre es lindo sumar un lector más. Ahora me paso a chequear tu blog.
      Saludos.

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  3. Es difícil poder discernir entre plagio e influencia. Por mi parte cuando trato de hacerlo con temas musicales se me complica demasiado http://www.frodorock.blogspot.com.ar/search/label/Plagio%20di%20Plagio
    Vi las dos películas con unos diez años de diferencia. Cuando vi K-Pax no me percaté de que una década antes había visto la de Subiela y sin embargo tenía la sensación de que era una trama repetida.
    A Jose Pablo Feinmann le afanaron la trama de El Cadaver Imposible y cuando consultó con abogados le dijeron "con Hollywood no te metas que terminás preso vos... fijate como le fue a Subiela".
    Me gustó que hayas hablado de La Invención de Morel, porque ahi se ve como Subiela mostró una influencia y no afanó directamente.

    Abrazo

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    Respuestas
    1. ¡¡Tremenda la anécdota de Feinmann!! Ahí encontré la película que lo plagió (May, 2008). Encima ni siquiera parece ser una película potable. ¡Qué descaro! Lo banco a Feinman, en su escritura por lo menos. Me gustó bastante "Sabor a Freud" (obra de teatro de él).
      Un saludo bloguero de esta lado.

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