En octubre de 1974, Georges Perec se instaló en la plaza de Saint-Sulpice (París). Durante tres días
y en diferentes momentos de la jornada trató de tomar nota de todo lo que veía y el resultado fue Tentativa de agotar un lugar parisino, una
obra inclasificable de innegable valor.
Su texto es una especie de
experimento literario que surge de una experiencia
de vida (sentarse a observar y registrar), por eso allí encontramos muchas
marcas del enunciador (su perspectiva, lo que ve, lo que no ve, sus gustos,
cómo se siente). Un texto maravilloso
que puede leerse en un par de horas, pero analizarse por días enteros.
► Les comparto “Tentativa de agotar un lugar parisino” en versión PDF para descargar: http://goo.gl/8x2RUC
El OuLiPo (que se puede traducir como "Taller de literatura potencial") fue un grupo de escritores franceses y matemáticos que
buscaba crear obras usando técnicas de escritura limitada. Fue fundado en
noviembre de 1960 por Raymond
Queneau y François Le
Lionnais.
Ellos se preguntaban: ¿Por qué contentarse con viejas recetas y no
explorar nuevas fórmulas? Prácticamente toda la literatura del siglo XX podemos estudiarla como un
rechazo ante lo clásico, una
reacción ante lo establecido, lo “dado”. Los autores del siglo XX (Francis Ponge, Bertolt
Brecht, Claudio Magris, Hans Enzensberger, etc.) buscaron cómo romper
con las formas tradicionales y crear nuevas maneras de comunicar sus ideas.
En uno de los muchos manifiestos
que publicaron se definen como: "Ratas
que deben construir ellas mismas el laberinto del cual se proponen salir".
El OuLiPo no generaba normas, sino procedimientos de creación.
Ya lo había empleado Queneau en su
increíble texto: ‘Ejercicios de estilo’
(99
formas de contar un mismo episodio).
Probablemente sea Perec el autor adscrito al OuLiPo
que más ha trascendido. Varios lo consideran uno
de los autores más importantes del siglo XX.
==> En la mayoría de sus obras
encontramos algún tipo de “juego
literario” que, en realidad, es el que articula la composición del texto (aunque no seamos conscientes de ello).
Si en ‘La desaparición’ no utilizó la
letra “e”, en ‘Les revenentes’ solamente
empleó esa vocal. En ‘Alphabet’ –por
otro lado– no repitió ninguna consonante sin
haber usado antes todas las restantes.
En “Tentativa de agotar un lugar parisino”, el autor recogió los mil pequeños detalles imperceptibles que componen la vida de una gran ciudad, de un barrio concreto, de una gran ciudad: las innumerables y sutiles variaciones del clima atmosférico, de la luz, de los escenarios, de todo lo que está vivo. Autobuses, perros, transeúntes, turistas. “Lo que ocurre cuando no ocurre nada, solo el paso del tiempo, de la gente, de los coches y de las nubes.”
Muchas veces la realidad cotidiana se nos escapa, pero está repleta de momentos
anodinos que acaban conformando “lo que pasa
cuando no pasa nada”.
El trabajo de Perec
en querer registrar lo infraordinario está en sintonía con su idea de “romper con las formas tradicionales”; y
lo hace a partir de una perspectiva de
la rana, que investiga lo micro, lo cotidiano (a diferencia de una perspectiva “del águila” que solo
entiende los grandes procesos a una distancia macro).
Lo grandioso es como Geroges Perec nos invita a reflexionar
sobre la inmensa cantidad de cosas, procesos, intercambios y sucesos que ocurren en un espacio minúsculo cada día.
Nos invita, como
exponía Schklovski, a desautomatizarnos:
«Interrogar lo
habitual. Pero justamente, estamos habituados a eso.
No lo interrogamos, no nos interroga, (…) lo vivimos sin pensar en
ello (…).
Ni siquiera es condicionamiento, es anestesia.
Dormimos nuestra vida con un sueño sin sueños. ¿Pero dónde está
nuestra vida?
¿Dónde está nuestro cuerpo? ¿Dónde está nuestro espacio?»
(Georges Perec)
Al examinar las leyes con las que
percibimos, no es muy difícil comprender que vemos al mundo en piloto
automático. Cuando nuestras acciones
llegan a ser habituales se transforman en automáticas. Nuestros hábitos se
refugian en un medio tan inconsciente como automático.
Me encantó esta obra de Perec que mantiene un estilo árido,
semejante al de un acta policial, pero donde se le hace imposible mantenerse
neutral frente a lo descrito. Pretende hacer un "informe" científico/objetivo (fecha, lugar, exhaustividad
en la observación); sin embargo, la
subjetividad y la presencia del observador están presentes. SIEMPRE
la subjetividad está presente, y esto podemos pensarlo como una crítica hacia
el discurso científico que pretende ser objetivo.
Debido al estilo particular de
Perec no lo podemos etiquetar (¿Qué es? ¿Un poema? ¿Un cuento? ¿Un qué?). Esto nos invita también a romper nuestros propios esquemas previos
de lecturas y expectativas como lectores.
Los libros de Georges Perec son
realmente inclasificables. El mismo autor está absolutamente en contra de las clasificaciones:
«Todas las utopías son
deprimentes porque no dejan lugar para el azar, lo “diverso”.
Todo está puesto en orden y el orden reina.
Detrás de cada utopía hay siempre un gran diseño taxonómico:
un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. »
- Georges Perec [Pensar, Clasificar]
En “Un hombre que duerme”, Perec
(o el protagonista) quería detener el tiempo (aminorarlo, desear que las cosas
no sucedan); acá el narrador elige exprimir
ese tiempo, anotar la realidad, describir la calle, sus gestos anónimos. Perec, entonces, parece un fotógrafo.
Estamos ante fotografías
literarias: un texto compuesto de
fotografías. Una detrás de otra, hechas a través de lenguaje verbal,
compuestas a partir de la obsesión de un observador que no puede evitar devorar con la palabra todo aquello que ve.
El final del libro (aunque no
existe un verdadero “final”) me pareció fantástico: «Las palomas están
sobre el terraplén. Levantan vuelo todas al mismo tiempo. Cuatro chicos. Un perro. Un rayito de sol. El
96. Son las dos.»
Su cierre incluye autobuses y palomas (curiosamente “levantando vuelo” como él).
Estos dos elementos son recurrentes en su descripción, les presta más atención
(elige prestarles más atención
porque nuestra memoria es selectiva). ¡Maravilloso!
«Hay
algo de exultante y de aterrador a la vez en la idea de que nada en el mundo
sea
tan único como para no poder entrar en una lista. »
(Georges Perec)
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=>> Las últimas veces en las NOTAS
LITERARIAS del blog, reflexionamos sobre el mito de David y Goliat como
recurso narrativo, el efecto Pigmalión
en la literatura, y la escritura
telescópica (un recurso para
docentes).
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Es un libro para paladear muy despacito, pero altamente disfrutable...
ResponderEliminarBesos
Tal cual... ¡gracias por pasarte!
EliminarPues acabo de llegar casualmente a este sitio y, decididamente, me quedo. Perec es inabarcable, él mismo, además de su obra. Podía hacer alardes y no se privaba, eso que ganamos los mortales comunes y corrientes. OuLiPo es un experimento impresionante que parece hecho a su medida. Leí hace mucho La vida instrucciones de uso y ahí me he quedado, de momento, aunque tenía Especies de espacios en el book y ahora este otro gracias a ti. O sea que, repito, muchas gracias.
ResponderEliminarAquí dejo mi opinión sobre La vida... por si a alguien le apetece leer un poco más.
¿Quiso la casualidad o quiso el destino que llegues? Gracias por el aporte, ¡no dejaste el link a tu opinión de "La vida instrucciones de uso"!
EliminarSi existe el destino, cosa que no tengo muy clara, fue el destino sin duda.
EliminarLo tenía copiado, fue un lapsus del que me he dado cuenta hoy. Aquí va:
http://orlandiana.blogspot.com.es/2013/10/la-vida-instrucciones-de-uso-de-georges.html
¡Ahí lo miro! =)
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