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martes, 17 de febrero de 2015

[EUROPA 2015] – Parte VI: Eslovenia: maravillosa y exótica

Ya estoy en Zagreb (Croacia) y hoy estuvimos recorriendo la ciudad con Angelito. El Chillout Hostel está bastante bien. Estoy en el barcito del lugar tomando una Staropramen (cerveza de medio litro, 15 KR). La chica del hostel dijo que una de las mejores de Croacia, y la que ella toma. Ángel se durmió una siestona. Yo estoy listo para describir las (muchas) aventuras que vivimos en el gran país de Eslovenia. ¡Here we go!

Día 9.5. 12/02 – Llegada a Ljubljana y primer recorrida.

El viaje en bus desde Mestre (en Italia) fue rápido y muy bonito. A mitad del camino comenzamos a ver algo que sería una constante de Eslovenia: ¡¡Nieve!! Creo que nunca en mi vida vi tanta nieve junta. Llegamos a Ljubljana (la capital) alrededor de las 5 de la tarde.

En la terminal chequeamos cuanto estaba el combo de Big Mac. Siempre es una buena manera de conocer los costos generales de un país. ¡Estaba a 5-6 EUR! Eso implica un 30-40% menos que en Italia. (Luego pudimos comprobar que esto se comprueba: Eslovenia es un 30% más barata que Italia).

No se dan una idea el frío que hacía. La nieve nos rodeaba y Angelito se comió un bombazo inesperado. Winter is coming

Caímos al H2O Hostel donde ya teníamos la reserva hecha. Estaba medio vacío pero el lugar está muy increíble y re bien ubicado. Pagamos 12 EUR la pieza compartida, que cuenta con una mesa, cocina completa, heladera y baño privado. La verdad es que el hostel está muy bueno pero es un toque fresco (tienen radiadores que apenas tiran lo justo de calor) y no cuenta con área social. De todas maneras, el tiempo nos mostró que H20 Hostel fue uno de los mejores en nuestro viaje.

En la pieza había un portugués absolutamente destruido por el frío. Tosía como si estuviera en sus últimos momentos. Teníamos un supermercado en frente, así que salimos a hacer unas compras rápidas. Creo que fue la compra más económica en días. Por 15 EUR compramos birra, vino, verduras, yogurt, jugo de frutas, pan, etc. ¡Definitivamente Eslovenia es más barato que Italia!

Nuestra primera impresión de los eslovenos es que son muy amables. La mayoría habla un perfecto inglés. Fuimos a recorrer algunas partes, pasamos por una pista de hielo y terminamos en un bar tomando algo. ¡Hacía mucho frío! El célebre puente de los dragones está al lado del hostel, así que aprovechamos a sacar algunas fotos.

Fue un día tranquilo. Luego del bar nos fuimos directo a dormir. Al día siguiente llegaba mi hermano Francisco de Kranj, un pueblo cercano donde está haciendo un intercambio estudiantil (un año de secundaria).

Antes de seguir, un poco de historia. Ljubljana es una ciudad pequeña y muy hermosa. Cuenta con unos 300.000 habitantes. En el centro hay un gran castillo rodeado por un río. Se dice que fue fundada por Jasón y sus Argonautas, cuando escapaban del rey Aitea con el Vellocino de Oro robado (si no conocen la historia de Jasón, un clásico héroe griego, les recomiendo que la lean. Es fascinante).


La cosa es que Eslovenia pasó por muchas manos. Los romanos se asentaron allí en el siglo I A.C, usaban el lugar como campamento militar. Fue parte del imperio austro-húngaro, fue ocupada por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial y pasó a ser parte de Yugoslavia (bajo la tutela de la URSS). Finalmente, en 1991 se independizó y en el 2004 formó parte de la UE. Tiene una ubicación estratégica en Europa Central. No lo sabíamos todavía, pero Eslovenia nos tenía preparadas una buena cantidad de sorpresas.

Personajes bizarros del momento

- El portugués de nuestro cuarto, que tosía como sí ya no tuviera HP o pociones para revivir.

Día 10. 13/02 – El Renault Captur, las cuevas de Postojna, Juan (el argentino) y la primer salida.

Me levanté temprano, tipo 8 am. Aproveché a pensar qué voy a hacer en 3 días libres que me quedan para el final de mi vieja. Las opciones son Múnich o Ámsterdam. Fran llegó a las 9. Tomamos unos mates y comenzamos el día que terminó siendo bastante completo.

Primero Fran nos llevó a recorrer el Castillo (Grad) de Ljubljana. Es una linda caminata, pero el lugar no me gustó. Como estaba muy destruido, tuvieron que restaurarlo. Es como que uno no se transporta al lugar. Además, es demasiado comercial. La verdad es que es más lindo de afuera que viéndolo desde adentro.

Después caminamos a un lugar underground que, aparentemente, se pone bastante. 

Se llama Metelkova y está lleno de bares y arte muy urbana. Caminamos un poco más y terminamos en la estación de trenes, donde aprovechamos a sacar los pasajes para Praga. Salimos con Fran el sábado 21. Costo 49 EUR cada uno y es un viaje de 12 horas.

Luego nos dirigimos a Sixt, donde habíamos rentado el auto. Allí recibimos una primera y muy grata sorpresa. En la calle regalaban limonada gratis (¡nos llevamos dos cada uno!). La regla de Italia te da y te quita no se aplica a Eslovenia. En Eslovenia solo recibís, y tiene un aura de grandeza impresionante.

Sacamos el auto. Nos hicieron un upgrade porque el auto que había alquilado (VW Polo) no estaba disponible. 

Terminamos recibiendo un fantástico Renault Captur, autazo. Tuvimos que pagar un adicional de 70 EUR por las ruedas de nieve (Winter tyres) y el impuesto de ruta (Road fee). Por suerte, el costo del alquiler (pagamos 160 EUR por 9 días) ya incluía la vinjeta. Es un sticker que te ponen en el auto y te permite viajar por las rutas eslovenas. Tiene un costo de 35 EUR y se consigue en las estaciones de servicio, pero nosotros no tuvimos que pagarlo.

Después de comer una típica hamburguesa de caballo (Horseburguer, 4,5 EUR) salimos para las cuevas de Postojna, a unos 55 km. 

Llegamos alrededor de las 14 hs y sacamos los tickets para la entrada. Salió 23 EUR (+ 3 EUR por una audioguía en español que nunca usamos). Fran sacó el descuento estudiantil (terminó pagando 16 EUR). Si tienen la tarjeta ISIC estudiantil, pueden aprovechar el descuento.


Fran ya conocía las cuevas, y había conocido a uno de los guías turísticos que resultó ser argentino, Juan. Hicimos el tour con él, ¡y terminó sumando muchísimo! ¡Lo que nos hizo reír ese pibe con sus historias! La verdad es que las cuevas de por sí son increíbles, imperdibles. Y el hecho de hacer el tour con un argento que lleva 5 años viviendo en Eslovenia fue un plus.

Dentro de las cuevas la T° es siempre de 10 grados, que es mucho más agradable que afuera en esta época. El estar adentro y observar la pincelada de Dios es remontarse a otro tiempo y deleitarse con formas, colores y esculturas que superan a la imaginación. Es un recorrido impresionante que comienza y termina con un trencito muy divertido.

La caminata es por túneles cubiertos de estalactitas y estalagmitas, en formas de cortinas, columnas de diferentes tamaños y colores (según lo que se encuentra arriba). Es absolutamente impactante. Algunos lugares parecen paisajes sacados de una película de ciencia ficción. No es posible sacar fotos porque el flash daña a las estructuras, así que no tenemos mucho registro del interior.

Al final del recorrido nos encontramos con un argentino (Joaquín) que nos contó que estaba al final del nuestra fila y siempre quiso acercarse a nosotros porque veía que nos estábamos cagando de risa (nos sentimos VIP en la cuevas. Juan nos llevaba adelante y nos contaba las cosas más interesantes). Volvimos a Ljubljana y llevamos a Joaquín de paso, que se estaba hospedando allá.

De vuelta en la capital, fuimos hasta BTC City (gran centro comercial) a andar en Karting, una idea de Francisco. Nos costó 12 EUR pero fue INCREÍBLE. ¡Lo rápido que andaban esos bichitos! Fue realmente muy caro, pero muy divertido. Ganó Ángel, solo por unos segundos de diferencia.

Nuestras aventuras, sin embargo, tomaron un giro muy oscuro a partir de ahí. ¡Nos perdimos casi 1 hora y media para volver al hostel! Todos nos habíamos puesto medio tensos y nerviosos. Finalmente le encontramos la vuelta al GPS y pudimos llegar. Encima Fran tenía salida con sus amigos (ya llegaba tarde). Todo fue muy horrible. Pasamos un feo momento en el cual estábamos todos nerviosos y cansados. Decidimos que al día siguiente empezaríamos a usar el auto temprano y exclusivamente de día.

Esa noche pagamos un parking en la misma calle del hostel (5 EUR aprox. por la noche) pero los fines de semana hay algunas calles con free parking, y encontramos una de ellas a 3 cuadras para el sábado y el domingo.

A la noche, Angelito y yo fuimos a Daktari bar, muy hippón y muy piola. Ahí apareció el doppelganger de Diego Peretti, un mexicano con el que charlamos un rato y se murió de risa cuando le mostramos la foto de su doble. Después fuimos a Skelton, que estaba medio vacío pero se vivieron buenas aventuras. Volvimos al hostel y Fran recien llegaba de su joda, tipo 2 AM.

Personajes bizarros del momento

- Juan, el argentino súper piola que es guía turístico en las cuevas de Postojna. Este muchacho está en uno de los primeros puestos de gente que conocimos. ¡Pocos nos han hecho reír tanto en un tour!
- Joaquín, un simpático argentino de rastas que conocimos en Postojna y llevamos en auta hasta Ljubljana.
- El mexicano igual a Diego Peretti, que casualmente también era actor y vivía en Eslovenia.

Día 11. 14/02 – Las impresionantes Cuevas de Skojcan y la salida a Metelkova.

El día anterior fue muy completo, y este demostró también estar a su altura.

Ayer a la noche vivimos un momento incómodo. Llegó a la habitación un flaco de bigote pronunciado, perdido, quizás hasta drogado. Hablamos dos palabras y se tiró a dormir. Hoy se levantó con nosotros, se cambió y se fue. Bigote, como lo llamaremos desde ahora, nunca volvió.

Ángel cree que el tipo necesitaba un lugar para dormir y cayó acá. La mejor manera de no generar sospecha es actuar de forma natural. Era esloveno y viejo (de unos 40 y tantos).

Nos levantamos tipo 9, tomamos un poco de jugo con galletitas y salimos para las Cuevas de Skojcan (a 77 km de la capital). 

Estaba feo, frío y llovía. El viaje lo hicimos tranquilos, y nos perdimos un toque porque Skojcan es una especie de pueblo fantasma. Finalmente llegamos alrededor de las 11 hs. El tour nos costó 16 EUR y era a las 13 hs, por lo que tuvimos que esperar un poco. Mi hermano Fran pudo pagar 12 EUR por ser estudiante.


Hay que tener cuidado con estas visitas porque tienen horarios medio marcados. Skojcan tenía a las 10 hs y a las 13 hs, mientras que Postojna tenía a las 12 hs y a las 15 hs. Solo se puede entrar en esos horarios porque son recorridos con guía.

Mientras esperábamos, nos tomamos un cappuccino cada uno (1,60 EUR). Fran y Ángel comieron una torta de crema típica de Eslovenia (2,60 EUR) y yo una increíble, gigante y calentita sopa de hongos con pancitos (2,50 EUR).

Es difícil describir lo que uno siente cuando entra a la cueva. Igual que en Postojna, no se pueden sacar fotos, así que no tenemos mucho registro fotográfico. Pasa un río subterráneo. Es una caminata de unas 2 horas, con una guía que va contando cosas a medida que se avanza. Vas rodeando el río, pasás por un puente, y salís por la entrada natural de la cueva, que es inmensa. 

A diferencia de Postojna, esta es mucho más amplia, imponente. No tiene tantos “colores” ni un trencito, pero sí se ve maravillosa. Es mucho menos comercial y conocida que la otra, pero vale muchísimo la pena.

Nos quedamos con ganas de visitar el castillo de Predjama, famoso por estar metido dentro de una cueva. 

Estaba cerca, pero queríamos estar en Ljubljana antes de que anochezca (a las 17.30 ya baja el sol).

Fue un mejor día de manejo. Empezamos a entender cómo se manejan en la ruta los eslovenos, el tema de la circulación, etc. Fuimos mucho más relajados y seguros que el día anterior. El GPS nos salvó la vida y creo que es esencial para andar en auto por estas zonas.

Estacionamos en una calle que es free parking en los fines de semana. Llegamos muertos y tomamos unos matecitos con galletitas. 

Fran se volvía a Kranj (donde está viviendo) a las 18 hs, así que me acompañó a dejar un candadito en el puente, recorrimos el Neboticnik Skyscraper, lo acompañé a tomar el tren y me volví.

Creí que iba a ser una noche más o menos tranquila, pero Eslovenia nos volvió a sorprender para bien. A la noche cayó mucha gente a nuestra pieza, y durante un momento había más chicas que hombres. Llegaron a la pieza: una chica de Indonesia (Erba), una serbia-eslovena (Dolores) y una serbia (Milena). Hice unos spaguetti con verduras salteadas y la indonesa aportó con Dragon Fruit y algunos cereales de su país (y se lavó todo, lo cual fue CLAVE). Tomamos vino y salimos (todos menos el pecho frío de Ángel) a Metelkova, la zona under de Eslovenia. Era carnaval así que estaban todos disfrazados.

El lugar es medio dark / gótico y pagabas 10 EUR por entrar libremente a 5 o 6 bares. Al principio me pareció súper depresivo y hasta tétrico. Entrabas a un bar y veías a una pareja vestida de blanco y encapuchada bailando, o a un flaco vestido de cocodrilo tomando solo. Por suerte, alrededor de la 1 a.m. se puso bueno y se llenó bastante. Terminamos pasándola muy bien y cagándonos de risa. Hablé con muchísima gente bizarra (freaks, diría). Neo quiso hacer mi pirueta fantástica y se pegó un palo bárbaro, estaban las chicas superpoderosas, un belga graciosísimo, un grupo de españoles con los que me reí bastante, muchos góticos y un flaco vestido de mesita de luz (era un “one night stand”). ¡La verdad es que vi a tanta gente rara que perdí la cuenta!

Personajes bizarros del momento

- Bigote: todavía no sabemos si el flaco era un borracho que buscaba un lugar para dormir y se metió a nuestra pieza.
- Erba, la indonesa del hostel con voz aguda, molesta, y obsesionada con saber si alguien había viajado a su desconocido país.
- Dolores y Milena, las serbias que nos acompañaron a Metelkova.
- En la Metelkova conocí a TANTA gente bizarra que perdí la cuenta. Se destaca NEO, que quiso hacer una pirueta y se pegó un palo terrible.

Día 12. 15/02 – Un típico almuerzo familiar en Kranj y el increíble MindMaze de Ljubljana.

Tener un auto en Eslovenia es muy práctico para viajar a los lugares cercanos y manejar los tiempos, pero le agrega ciertas complicaciones que ya vine mencionando: tener que aprender cómo se manejan en otro país, el GPS, el parking, la nafta, el peligro. En fin, creo que para el tercer día ya estaba más canchero y los niveles de stress al manejar se redujeron bastante. Tomamos la iniciativa de no manejar de noche, porque cuando oscurece ya no veo nada y se hace difícil encontrar lugar donde estacionar.

Me levanté pensando en eso. El auto fue, definitivamente, un plus en el viaje: agregó algo de adrenalina y un giro de tuerca interesante. Pero el parking en Ljubljana es medio complejo. Hay free parking en algunas calles durante los fines de semana, pero para el resto de los días es necesario pagar un estacionamiento. Se pueden encontrar algunos económicos a 8 EUR/noche, pero sí es un costo adicional a tener en cuenta. Al auto ya le hicimos unos 300 km entre viajes. La señalización y las autopistas en Eslovenia son geniales, pero hay que entender algunas cositas como las velocidades que manejan en algunos lugares y los giros. Al doblar a izquierda o derecha, no tenés señalización en el semáforo. Los autos esperan a tener paso. Por suerte todas las distancias desde Ljubljana (epicentro de Eslovenia) son viajes de una hora como mucho.

Me levanté con un toque de hangover a las 10 am y salí con el auto para Kranj, donde mi hermano Fran se está hospedando con su familia eslovena durante su intercambio. Llegué al pueblito (está a unos 30 km de Ljubljana) en tiempo y forma, pero me costó bastante encontrar la casa. 

Tengo que ser honesto: ¡me pegué una perdida del más allá! El GPS me había dejado por la zona, pero lejos. Terminé pidiéndole a una chica que paseaba al perro que me preste su celular para llamar a mi hermano y ubicarnos. Llegué tarde al almuerzo de los Peternel, pero estuvo todo bien. Almorzamos sopa de primer plato, cerdo con guarnición de papas, verduras fritas y ensalada y de postre: torta con champagne.

Ellos dejan las zapatillas en la entrada y se ponen pantuflas. Tienen muchas adicionales para visitas. Fran me contó que hace lo mismo en su escuela. ¡Y cómo chupan! Deben haber abierto 6 champagnes, ¡y encima me regalaron uno! Es un Srebrna radgonska penina, supuestamente de los mejores de Eslovenia. Me llamó mucho la atención que tiran todas las sobras. En Argentina yo no hago nunca eso, y de hecho no se acostumbra tampoco. Mi vieja convierte todas las sobras en una nueva comida, y si no se come se termina haciendo sopa. Después de comer y charlar un rato, caminamos un rato por Kranj con Fran, Zala (la hermana mayor) y el novio de ella. Estaba todo nevado. ¡Una vista hermosa! Es un pueblito chiquito, de unos 13.000 habitantes, pero muy bonito.

Volvimos con Fran para Ljubljana tipo 17.30 hs para hacer un desafío que nos tenía muy emocionados desde que lo habíamos reservado el día anterior: MindMaze Ljubljana. Es una onda que se está poniendo muy de moda en Europa, y no me extrañaría que pronto llegue a Argentina.


La cosa es más o menos así: meten a un grupo de 2-5 personas en una habitación cerrada de la que tienen que escapar buscando pistas y resolviendo acertijos escondidos. En este caso se trataba de una habitación ambientada en el siglo XVI y el objetivo era encontrar el huevo de un dragón. No quiero comentar absolutamente nada al respecto (para no spoilear) pero tengo que decir que es una de las mejores experiencias que tuve en mi vida. Pudimos resolver la habitación en 50 minutos, trabajando con mucha química y con un montón de adrenalina encima. Es una aventura única y 110% recomendada. Los acertijos son desafiantes, súper creativos y en algunos se precisa trabajar en conjunto, descifrar códigos o resolver enigmas. ¡Si llegan a estar por Ljubljana, no dejen de hacerlo! Cuesta 50 EUR por todo el grupo (como éramos 3, lo dividimos) y hay que reservar online con algo de anticipación. El flaco nos comentó que en Praga (donde voy a estar la semana que viene) tienen otras habitaciones temáticamente diferentes.

Para festejar el éxito, comimos un Kebab, sándwich al estilo Subway (pero caliente) que tiene origen alemán y se volvió muy popular por esta zona. Tomamos un café en el Neboticnik Skyscraper, que tiene una vista fantástica del castillo de Ljubljana y de toda la ciudad también.

Fran se volvió en tren a Kranj y con Ángel salimos a caminar un rato más para terminar en Daktari bar, el bar que más nos viene gustando de la ciudad. Durante mi estadía en Kranj, Ángel hizo un free walking tour (a la canasta) que me dijo que está muy bueno. Los hacen todos los miércoles, sábados y domingos a las 11 hs. Yo no creo poder hacerlo, pero me parece interesante para tenerlo en cuenta. No cenamos. Estábamos llenos del éxito en el MindMaze.

¡Mañana a Bled!

Personajes bizarros del momento

- Los Peternel, la familia eslovena que hospeda a Fran. Todos muy dulces y simpáticos. ¡Me trataron como a un rey! ¡Y cómo toman champagne!
- El pelado de Praga que había traído MindMaze a Ljubljana. Por un momento pensamos que nos iba a robar los órganos. (Nunca confío en un pelado).

Día 13. 16/02 – La campana de Bled y el cumple de Fran

Hoy fue otro día bastante completo. Nos levantamos medio tarde (10 AM) y salimos para Bled en el auto. Está en la zona de los Alpes Julianos, a unos 55 km de la capital de Eslovenia. Llegamos rápidos y con holgada tranquilidad. Queríamos entrar a la famosa iglesia, que está en una isla dentro del lago, remando en un bote, pero estaba todo cerrado. Terminamos tomando una lanchita (12 EUR por persona, viaje ida y vuelta a la isla).

La isla es muy pintoresca. Hay una iglesia, una galería de arte, un gift shop, un campanario, etc. Dimos un par de vueltas, sacamos fotos y entramos a la iglesia para tocar la campana. La leyenda que rodea a la campana es muy interesante. 

Se dice que en el siglo XVI una joven mujer que vivía en el Castillo de Bled perdió a su marido, asesinado por unos ladrones que tiraron su cuerpo al lago. La joven viuda acudía todos los días a la capilla de la Iglesia de la Asunción para rezar por su marido. Fue tal su devoción por esta iglesia que fundió sus joyas para fabricar una campana que colocó en lo alto de su campanario. Se dice que ésta concede los deseos de quienes la hagan repicar. Yo hice mi videíto tocando la campana. Cuesta 6 EUR hacerlo, pero mentí que éramos estudiantes y nos cobraron 4 EUR.


Bled es de postal. Tiene paisajes mágicos y una arquitectura rodeada de edificaciones medievales. Una visita obligada que queda solo a 60 km de la capital.

Quisimos ir a la garganta de Vintgar (que dicen que es increíble) pero está cerrada hasta abril. 

Almorzamos algo. Yo comí un Cevacici, típica comida eslovena (6.5 EUR). Es un plato que consiste en 10 piezas de carne picada embutida como una salchicha y se sirve con una salsita, cebolla y pancito. ¡Riquísima! 

No pude terminar el plato, así que pedí para llevar lo que me quedó. Ángel se comió un Kebab. Era el cumpleaños de mi hermano Francisco, así que aprovechamos el wifi del lugar para preguntarle qué quería hacer. Terminamos coordinando una hora para pasarlo a buscar por Kranj (que está a mitad de camino entre Ljubljana y Bled) y llevarlo a la capital.

Luego nos fuimos a visitar el castillo de Bled, que está ubicado arriba de una colina y con vista directa al lago Bled. ¡Es impresionante! Está en un acantilado a 130 metros de altura. Es el castillo más antiguo de Eslovenia, y uno de los más viejos de toda Europa. No entramos al castillo en sí (la entrada costaba 9 EUR) pero sí lo rodeamos con algunos caminos alternativos y terminamos teniendo unas vistas imponentes.


Buscamos a Fran a Kranj y guardamos el auto en la capital. Otra vez, encontrar parking fue medio complicado. A pie nos dirigimos a Centrale Station con Fran para festejar su cumple. Comimos una pizza y unas cervezas. Le invité un trago y yo tomé cerveza de trigo. Eslovenia siempre te da más de lo que esperás (a diferencia de Italia, que te da y te quita). Por eso la casa nos invitó un shot para Fran por su cumpleaños. Después lo acompañamos a la parada de colectivo de vuelta a Kranj y entramos al casino. Todavía no sé bien por qué, pero nos regalaron dos tragos gratis al entrar. Yo jugué a la ruleta y salí con +4,50 EUR. Ángel no tuvo tanta suerte y, de hecho, el azar estuvo en su contra.


Volvimos al hostel para armar las valijas porque mañana salimos para Zagreb, en Croacia.

Impresiones generales de Eslovenia

El balance de Eslovenia es MUY positivo. Es un país súper ordenado y económico. La gente es muy amable y habla muy bien el inglés. Todos están deseosos de ayudar. Pasamos aventuras muy increíbles en el lugar, y a mí me quedan todavía 3 días más allá (a la vuelta de Zagreb). Voy a visitar Maribor, que es uno de los destinos que me falta.

Son un poco histéricos para manejar. Son de tocar bocina y andar rápido. Pero en uno o dos días entendimos bien cómo se manejan y no tuvimos problemas para llegar de un lugar a otro. Ljubljana es realmente bella. Nos chocó un poco que por la noche no se ve demasiada gente, pero es probable que solo sea por el invierno. Nos encantó Bled y nos impresionaron las cuevas de Postojna y Skojcan. Creo que Eslovenia es un lugar muy romántico, y definitivamente un lugar que al que no me molestaría volver. 

Un país que te da mucho más de lo que uno esperaría. No puedo dejar de recomendarlo para una visita de 4 o 5 días por lo menos.

Consejos generales

- El combo Big Mac es una buena manera de conocer los costos generales de un país. En Italia rondaba los 8 EUR mientras que en Eslovenia lo vimos a 5-6 EUR (30-40% más barato). Esto lo pudimos comprobar luego: Eslovenia es un 30-40% más barata que Italia.

- H2O Hostel está muy bien ubicado (a solo dos cuadras de la plaza central), es cómodo y muy económico. Pagamos 12 EUR la pieza compartida, que cuenta con una mesa, cocina completa, heladera y baño privado. La verdad es que el hostel está muy bueno pero es un toque fresco (tienen radiadores que apenas tiran lo justo de calor) y no cuenta con área social. 

Otro detalle es que cuenta con parking propio (8 EUR/día).

- Rentar un auto es una buena opción en Eslovenia. Te genera ciertas complicaciones (solo hay free parking los fines de semana, por ejemplo) pero te permite manejar tus tiempos y moverte libremente por el país. Las distancias son cortas si uno hace base en Ljubljana. Nosotros alquilamos a través de www.rentalcars.com. Nos hicieron un upgrade porque el auto que habíamos alquilado (VW Polo) no estaba disponible. Terminamos recibiendo un fantástico Renault Captur, autazo. Tuvimos que pagar un adicional de 70 EUR por las ruedas de nieve (Winter tyres) y el impuesto de ruta (Road fee). Por suerte, el costo del alquiler (pagamos 160 EUR por 9 días) ya incluía la vinjeta. Es un sticker que te ponen en el auto y te permite viajar por las rutas eslovenas. Tiene un costo de 35 EUR y se consigue en las estaciones de servicio, pero nosotros no tuvimos que pagarlo.
- En Eslovenia se come bastante carne de caballo. Las Horseburguer son populares. El lugar Hot n Horse las vende por 4,5 EUR y son algo exótico para probar.

- Una de las visitas obligadas en Eslovenia son las cuevas de Postojna. El ticket nos salió 23 EUR (+ 3 EUR por una audioguía en español que nunca usamos). Mi hermano Francisco sacó el descuento estudiantil (terminó pagando 16 EUR). Si tienen la tarjeta ISIC estudiantil, pueden aprovechar el descuento.
- Las cuevas de Postojna son imperdibles. Dentro de las cuevas la T° es siempre de 10 grados. El estar adentro y observar la pincelada de Dios es remontarse a otro tiempo y deleitarse con formas, colores y esculturas que superan a la imaginación. Es un recorrido impresionante que comienza y termina con un trencito muy divertido. La caminata es por túneles cubiertos de estalactitas y estalagmitas, en formas de cortinas, columnas de diferentes tamaños y colores (según lo que se encuentra arriba). Es absolutamente impactante

Algunos lugares parecen paisajes sacados de una película de ciencia ficción. No es posible sacar fotos porque el flash daña a las estructuras, así que no tenemos mucho registro del interior. Hay salidas a las 10 hs, 13 hs y 15 hs. ¡Averiguar con anticipación!

- El Castillo de Predjama (famoso por estar incrustado dentro de una cueva) se encuentra muy cerca de Postojna, a solo 10 km. Cierra a las 16 hs. Hay tours que hacen Postojna y Predjama en un mismo día.
- Las Cuevas de Skojcan (a 77 km de la capital) son absolutamente impresionantes. El tour nos costó 16 EUR y era a las 13 hs. Conviene averiguar bien los horarios antes de llegar. Si van en auto, lleven GPS porque es complicado llegar. Mi hermano Fran pudo pagar 12 EUR por ser estudiante. La tarjeta ISIC estudiantil puede servir para ahorrarse unos euros. Hay que tener cuidado con estas visitas porque tienen horarios medio marcados. Skojcan tenía a las 10 hs y a las 13 hs, mientras que Postojna tenía a las 12 hs y a las 15 hs. Solo se puede entrar en esos horarios porque son recorridos con guía.

- Si piensan manejar en Eslovenia, un GPS es CLAVE. El parking le agrega una complicación. En general hay pocos lugares y son pagos. Gran parte de Ljubljana es pedestre. Varias calles cuentan con free parking los fines de semana.
- En Ljubljana pueden encontrar free walking tours. Se deja dinero a la canasta y se recorren los lugares principales de la ciudad a pie. En la ciudad los hacen todos los miércoles, sábados y domingos a las 11 hs.
- Bled es una visita obligada. Se puede visitar el castillo sobre la colina y la iglesia dentro de la isla. En la iglesia se puede tocar la campana que “cumple deseos” por 6 EUR. Para llegar a la isla, lo mejor es alquilar un bote y remar. También es posible llegar en pequeñas lanchas (12 EUR un viaje de ida y vuelta a la islita).


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2 comentarios:

  1. Que loco.. volví a releer todo y me trajo los recuerdos y los momentos de este Pais que visitamos con la vieja y las abuelas... que loco ..

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