Uno de los primeros discos que
realmente me voló la cabeza durante mi adolescencia (y todavía lo hace hoy) fue Scenes from a Memory (1999), un
magistral álbum conceptual de la banda de metal progresivo Dream Theater.
Más allá de su música, cuenta una historia
fascinante que calza perfecto en el género de thriller psicológico.
La trama detrás del álbum es tan perfecta que me
extraña muchísimo que nadie en
Hollywood la haya tomado para una
adaptación cinematográfica.
Ya que últimamente he avocado
algunas notas del blog para hablar
sobre música, me parece una oportunidad idónea para explorar los discos conceptuales.
“Scenes from a Memory” es la historia de Nicolás (“Nicholas”, en realidad) y la exploración de su misteriosa vida pasada, a medida que se ve inducido por la hipnosis de su psicólogo.
“Scenes from a Memory” es la historia de Nicolás (“Nicholas”, en realidad) y la exploración de su misteriosa vida pasada, a medida que se ve inducido por la hipnosis de su psicólogo.
► Si quieren, pueden escuchar el disco directamente desde Youtube:
El rock es, por naturaleza, un
género rebelde, barroco, audaz. Siempre inquieto, está constantemente en
eterna reinvención y experimentación. Una de las formas que incorporó para
proyectarse fue el concepto de “disco
conceptual”.
En música, un álbum
conceptual debe unificar un tema común,
ya sea en lo narrativo, en lo instrumental o en lo relativo a la composición. Los
álbumes conceptuales se conciben para
contribuir a una historia general, a una premisa, a la exploración de un
sentimiento particular. Se suele
considerar al disco conceptual como uno que tiene un clima general, distinguible.
Pink Floyd tuvo varios discos
conceptuales, entre los que se destacan “Dark Side of the Moon” y “The Wall”. Green Day (“American Idiot”, 2004), Genesis (Lamb lies down on Broadway,
1974), el gran Jethro Tull (“Thick
as a brick”, 1972) y el impecable David
Bowie (“Ziggy Stardust”, 1972) son otros grupos musicales que han
creado este tipo de discos.
La historia de “Scenes from a Memory” comienza en el
primer track (“Regression”). Nicolás
se encuentra relajándose con los sonidos de la voz del Hipnotizador. El terapeuta aclara que “si en cualquier momento necesita regresar de su estado hipnótico, solo
debe abrir sus ojos”. La escena dos (“Overture 1928”) es impresionante y nos introduce directo
en la historia.
Cada vez que escucho este tema me imagino los créditos iniciales y al protagonista viajando por un túnel hasta 1928 (el lugar donde se lleva a cabo la regresión). La interpretación del grupo es impecable y tiene fuerza propia.
Cada vez que escucho este tema me imagino los créditos iniciales y al protagonista viajando por un túnel hasta 1928 (el lugar donde se lleva a cabo la regresión). La interpretación del grupo es impecable y tiene fuerza propia.
Así, y de a poco, nos enteramos de
por qué Nicolás acudió al Hipnotizador. Una
tal Victoria se le aparece recurrentemente en sueños y lo atormenta. Ella
está buscando la forma de revelar la verdad de su propia muerte. Él, por su
lado, se siente extrañamente atraído
hacia ella, una chica común que fue brutalmente asesinada en 1928.
A través de varias sesiones con el Hipnotizador, la
verdad se va descubriendo en forma de capas. Pronto Nicolás entiende que el
motivo de la conexión es que ambos
comparten el mismo alma. Aprende acerca de su propia vida al mirar a través
de los ojos de ella.
La injusticia comienza a fastidiarlo
Un momento muy fuerte en el
argumento se da cuando Nicolás se siente
obligado a visitar la tumba de Victoria y de, básicamente, enfrentar su
propia muerte («Scene Five: Through Her Eyes»). Él expresa el dolor que siente por ella, y cuán impotente
e inocente fue.
En el track 8 (“The Spirit Carries On”, uno de mis favoritos), el héroe (de nuevo bajo hipnosis) comienza a comprender que su alma trascenderá y que no necesita temerle a la muerte. Las cosas, sin embargo, no terminan de cerrarle. Paulatinamente empieza a sospechar qué fue lo que realmente le sucedió a Victoria, quien estaba involucrado en un triángulo amoroso entre dos hermanos: Julián (el Durmiente) y Ed (el Milagroso).
En el track 8 (“The Spirit Carries On”, uno de mis favoritos), el héroe (de nuevo bajo hipnosis) comienza a comprender que su alma trascenderá y que no necesita temerle a la muerte. Las cosas, sin embargo, no terminan de cerrarle. Paulatinamente empieza a sospechar qué fue lo que realmente le sucedió a Victoria, quien estaba involucrado en un triángulo amoroso entre dos hermanos: Julián (el Durmiente) y Ed (el Milagroso).
La historia es muy loca
porque ni Ed ni Julián son buenos
tipos, ambos tienen grandes defectos y Victoria los quiere a ambos por
igual. Sin embargo sobre el final (y luego de un cambio significativo en la
vida de Julián) decide que quiere estar con él. La escena nueve (“Finally Free”) es el gran final y este track (de 12 minutos de duración) es majestuoso.
Está formado por un “remake” de melodías contenidas a lo largo de todo el disco; y captura a la perfección la esencia de todo lo interpretado.
Está formado por un “remake” de melodías contenidas a lo largo de todo el disco; y captura a la perfección la esencia de todo lo interpretado.
Ed se entera de todo y planifica un asesinato perfecto: Julian
“mató” a Victoria y luego se suicidó. Lo ejecuta de forma brillante y escapa.
Ahora que Nicolás sabe la verdad de la tragedia, su alma ya puede descansar en paz.
Pero la gran sorpresa, el giro de
tuerca definitivo, aún está por llegar.
Este es el final perfecto de la
película que nunca fue. #SpoilerAlert#. Nick llega a casa y empieza a relajarse.
Otro auto se detiene, el Hipnotizador entra a la habitación y dice, "Abre tus ojos, Nicolás". A lo largo
de las sesiones de terapia, el Hipnotizador ha descubierto algo también: él mismo es el alma de Ed (el asesino). Y
entonces: dispara a quemarropa, matando a Nicolás. Repitiendo el ciclo, una vez
más.
► “Finally Free”,
el último y más brillante track de “Scenes from a Memory”:
¿Qué historia, no?
Este es el
quinto álbum de la banda y fue lanzado en 1999… siempre lo tengo a mano para
volverlo a escuchar. Es uno de esos discos que marcaron un punto de inflexión en mis gustos musicales y
también en mi forma de entender la música. Sinceramente, es una orgía musical.
No hay otra forma de describirlo. No entiendo como 4 tipos pueden hacer todo
esto… ¿cuantas manos tienen?
¿Cuántas voces? Su contenido lírico tiene una trama bien interesante y
elaborada, y la música es genial.
Un
disco muy recomendado. Uno de mis preferidos.
………………………………………………………………………………………………….
=>> Otras notas relacionadas
con la música en el BLOG: “El
mago de OZ: cuando el cine supera a la literatura”, “LISTA
TOP-FIVE: Grandes autores de un solo libro” y “Ciencia
vs Religión, parte 2: DESCONEXIÓN SIDERAL, de Bersuit Vergarabat”.
………………………………………………………………………………………………….
Muy bueno, me encantan los discos conceptuales y más aún las "óperas rock". Creo que este disco encaja mejor con esta última clasificación (aunque quizás las óperas podamos considerarlas un subgénero de aquellos ¿no?).
ResponderEliminarYa que nunca lo escuché, hoy es un buen día
A ver de qué se trata...
¡Contame qué te pareció después!
EliminarExcelente disco, el último tema me parece fantástico y cierra perfecto el concepto del disco.
EliminarPor momentos tiene cosas de Tommy, la ópera rock de los Who.
Voy a escuchar más a esta banda, no sabía que hacían cosas como estas
Gracias!