La imagen de un
hombre convertido en insecto siempre me pareció la alegoría simbólica perfecta para expresar la angustia emocional
tan frecuentemente asociada a la experiencia humana. No hay ninguna duda: hoy el término “kafkiano” es sinónimo de lo
absurdo de nuestra existencia moderna.
En 1911, el padre de Franz Kafka lo presionó para que lo ayude en su fábrica de mineral.
Para esa época, Kafka ya estaba enfermo y el rutinario trabajo (que odiaba) lo llevó a considerar el suicidio. Pero al año
siguiente conoció a Felice Bauer y comenzó a escribirle apasionadas cartas en
las que expresaba dudas sobre sus propias habilidades. Esta reactivación de su pasión por escribir,
y una devota pasión hacia su nuevo amor, lo llevó a escribir –en tan solo tres
semanas de otoño– la obra que hoy se
considera su testamento: “La metamorfosis”.
«Cuando Gregorio Samsa
se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se
encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. »
(“La metamorfosis”, Franz Kafka)
Esta cita –quizás la más famosa apertura de la literatura moderna– introduce el
conflicto y nos enseña cómo va a ser tratado a lo largo de la historia. Lo extraño no se percibe como tal en este incidente. Gregorio entiende el cambio como un evento ordinario y nunca se pregunta
“por qué” experimenta esa metamorfosis. Esto crea la sensación de absurdo y aleatoriedad (que se mantendrá
durante toda la obra) que asegura al hombre como un ser que existe en un universo e irracional más allá del propio
entendimiento.
Aunque es una línea narrada en tercera persona,
refleja la actitud de Gregorio
respecto al cambio: parece aceptar el infortunado incidente (como un accidente
o una enfermedad natural) y sigue pensando en la situación financiera de la
familia o en su propio confort físico.
Así, él se suma al absurdo que la
primera cita representa, y que sirve de leitmotiv
a todo el argumento.
Kakfa, un hombre completamente adelantado a su tiempo, explora los
peligros de la burocracia moderna y las instituciones creadas para, de alguna
manera, perpetuarla. Su mensaje sigue siendo relevante un siglo después, y
quizás lo sea aún más: vivimos en un
mundo kafkiano, incoherente, absurdo, donde vemos las cosas como naturales
pero sin que tengan demasiado sentido. Estamos automatizados, nuestra percepción ve lo habitual como
natural. Todos somos, de alguna forma u otra, Gregorio Samsa.
La novella de Franz
Kafka es una obra literaria atemporal y absolutamente maravillosa que he
leído en distintos momentos de mi vida. La última vez leí una versión con
ilustraciones de un conocido de mi familia, y en el verano de 2011 había leído su novela gráfica. Tiene la
ventaja de ser muy corta pero plagada de elementos interesantes para
analizar. Intentaré repasar algunos de
ellos.
► Les
comparto “La metamorfosis” de Kakfa, en versión completa PDF: http://bit.ly/1fpbczv
Lo que parece estar más claro dentro de las muchas
(muchas muchas) teorías, es que convertirse en un insecto representa una enfermedad mental. Ciertamente, Gregorio no puede cuidarse por sí mismo (“por ser un insecto”), nadie lo comprende y es rechazado por la sociedad
(representada por su familia y su jefe). Recordemos que Kakfa realmente estaba
enfermo los años que dedicó a esta novela corta.
En todo caso, es
evidente que los padres de Gregorio Samsa son abusivos (y, en menor medida,
su hermana también). Lo explotan y lo utilizan por su trabajo bien pago,
pero comienzan a dejarlo de lado cuando se convierte en una molestia. Esta
poderosa crítica social se enfatiza en el final, donde se vuelve claro que la familia va a seguir adelante explotando
a la hija luego de la muerte del protagonista. El padre es especialmente
atroz, maltrata a su hijo, lo golpea dos veces durante su transformación y
tiene una mente 100% utilitarista.
Otro elemento fascinante es la fantasía mundana que se esconde tras la novela. Tanto Gregorio
como su familia tratan la transformación como algo grotesco y perturbador, pero nunca como algo no-natural. De
hecho el protagonista nunca se cuestiona por qué le sucedió aquello. A lo largo
de la trama también se completa la idea de que el cuerpo es un contenido para la mente: Gregorio técnicamente
logra comunicarse con su familia, pero su comportamiento animal se va
intensificando en el exterior mientras que mantiene el uso de la razón en su
interior.
Más allá de la atmósfera oscura de la historia, su
solitud y crueldad, Kafka realmente desarrolla la trama con un cierto sentido contradictorio del humor
–satírico, irónico, sutil. Las situaciones que complican a Gregorio, y su
adaptación a esa nueva realidad, son tragicómicas. Los temas recurrentes de la
obra se relacionan con lo absurdo de la vida, la desconexión entre la mente y el cuerpo y los límites de la
simpatía. No parece haber ninguna indicación que demuestre que Gregorio
merezca el destino que le ha tocado, más bien el evento parece ser una obra del
azar. Esto, junto a muchos otros elementos, le da el tono de “absurdo” y
sugieren un universo sin sistemas de
gobierno, ni justicia, ni orden.
Gregorio no es el único que sufre una metamorfosis
(sea física o psicológica). Su hermana Greta
–un personaje interesantísimo dentro de la obra– experimenta un pasaje hacia la
madurez. Incluso en zoología, “metamorfosis” significa la etapa de la vida de un insecto en el que desarrolla las
características de un adulto. Sobre
el final, los abusivos padres también entienden este cambio y consideran
conseguirle un trabajo y un esposo.
Un último elemento interesante es “la comida”, que representa como cada
miembro de la familia se siente frente a Gregorio. Greta, la más cercana a
él, es quien más lo alimenta. Es fascinante
analizar, también, como la familia se preocupa por alimentar a los ocupantes de
la casa y no a él. Finalmente, cuando el padre lastima a Gregorio con una
manzana, es esa misma herida la que
contribuye su trágico destino final.
► La
idea de esta nota es marcar dos o tres cuestiones que me parecieron atractivas
para enfatizar la inmortalidad de esta
obra. Su trama llamativa marcó un umbral dentro de la literatura, y es una
historia con múltiples interpretaciones que nos hace reflexionar sobre lo
verdaderamente importante en esta vida.
==> Kakfa
logró lo que pocos han logrado: a través de un escrito encontró la manera devolverse infinito, y perdurar en la
mente de todos los hombres.
Muy buena entrada, amena, atinada y profusamente ilustrada. Los blogs son un nuevo género literario ¿no es cierto? En ese caso creo que este texto es modélico.
ResponderEliminarSalud libros
¡Gracias! Muy atento tu comentario. No sé si considerar los "blogs" como un nuevo género literario, pero sí, definitivamente, una nueva forma de transmitir información y comunicarse. Es un tema de debate! Saludos!
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