Páginas

jueves, 7 de marzo de 2019

Dos películas sobre Christopher Robin (y Winnie Pooh)


No estoy llorando, solo me entró algo de nostalgia en el ojo. El año pasado el cine nos regaló dos grandes películas para conocer a Christopher Robin, el hijo real del autor de Winnie Pooh y quien en verdad inspiró los relatos de este oso de peluche tan adorado.




***

El live-action que no sabías que querías

Dentro de la enorme cantidad de remakes y reinterpretaciones de clásicos de Disney que vienen saliendo (¡y los que están por venir!), Christopher Robin –estrenada en 2018– es uno de las más interesantes.

La película reimagina al protagonista de los cuentos de Winnie Pooh: el niño Christopher Robin se embarcó en innumerables aventuras en el bosque de los Cien Acres con sus animales de peluche, pero ahora creció y perdió el rumbo.

Como director, Marc Foster es un realizador extraño que yo no logro encasillar en ningún estilo. Dirigió una de zombies (Guerra Mundial Z, 2013), una de Bond (Quantum of Solace, 2008), una genial comedia metatextual como es Stranger than Fiction (2006) y thrillers del estilo Stay (2005) y All I See Is You (2016).



Quizás la película de este director que más se le acerca a esta propuesta es Finding Neverland (2004), hermosa (y tristemente subvalorada) biopic que cuenta la relación del creador de Peter Pan con la familia que inspiró estos relatos.

Una de las actuaciones más honestas y sobrias de Johnny Depp antes de terminar de descarrillar por completo.

Por suerte, para Christopher Robin el director la jugó seguro y fue con Ewan McGregor, quien representaba la opción perfecta para el rol protagónico. Un actor carismático que sabe balancear los momentos de comedia y drama y es muy adecuado para las historias de fantasía. Si les queda alguna duda, vean Big Fish (2003), de Tim Burton, una de mis grandes películas favoritas de toda la vida.



Acá es posible conocer a Christopher Robin en su versión de ficción. El actor hace un trabajo físico impecable y muy demandante, ya que el 80% de la película se la pasa hablando con animales hechos por computadora. Todos los personajes de Winnie Pooh (una serie con la que crecí) están recreados con mucho realismo y fidelidad hacia los originales.

Ahora: está bastante claro que la película funciona más para el adulto nostálgico que para la nueva generación de chicos que probablemente desconozcan a Pooh. Por este motivo quizás Christopher Robin no fue un súper éxito de taquilla.

A este hecho hay que sumarle la bizarra prohibición que sufrió en China, un país que –por increíble que parezca– es capaz de levantar o lapidar la taquilla.

Al parecer el oso Pooh está siendo usado en memes para burlarse del presidente chino Xi Jinping, con quien habría un regordete parecido.



Como película infantil, es bastante añiñada y clásica. Tiene sus momentos emotivos mezclados con una ligera dosis de humor y un cierre moralista en el que todos aprenden a ser mejores personas (menos el villano de turno). La escena inicial es grandiosa y también disfruté mucho de ese final tan lacrimógeno entre McGregor y el osito Pooh.

El biopic que no sabías que querías

Otro opción todavía más interesante para conocer a Christopher Robin (en este caso, al verdadero) es el drama inglés Goodbye Christopher Robin, que salió en 2017 y no tuvo estreno en cines argentinos. Es un biopic que retrata el curioso origen de los personajes literarios creados por A.A. Milne.

Además, está Domhnall Gleeson, y eso siempre es un plus.



No mucha gente conoce la historia detrás del oso amante de las siestas y la miel. Lo cierto es que Milne solamente publicó dos libros infantiles: Winnie-the-Pooh (1926) y el segundo, que finalizó abruptamente la historia de estos personajes: The House At Pooh Corner (1928).

El tema es que, en 1966, Disney adquirió los derechos del personaje y tuvo la potestad para comercializar más libros, series animadas, películas y todo tipo de merchandising.

Winnie Pooh fue la manera que encontró el autor para conectar con su hijo, a quien no vio crecer porque estuvo peleando en la Primera Guerra Mundial. Las historias de Winnie, Igor, Tigger, Piglet y los demás, era un juego infantil entre ambos.

Al publicar los libros, tuvieron un éxito sin precedentes. Cuando la prensa descubrió que el protagonista de los libros, Christopher Robin, era un niño real, le hicieron la vida imposible.

Literalmente la familia no podía salir sin ser acosada por los medios. Todos querían tener un pedacito del niño porque era noticia en toda Inglaterra. Es famosa la foto en la que un dueño del zoológico puso al niño junto a un oso para atraer más público. Una escena que se retrata también en la película.



Goodbye Christopher Robin retrata muy bien el origen de los libros y todo el infierno que vivió el padre. Domhnall Gleeson la rompe en un papel protagónico complicado. Su personaje no solo está acomplejado por los traumas de la guerra, sino también porque no sabe cómo conectar con su familia y tiene sentimientos encontrados por explotar a su propio hijo.

Es fascinante también el trabajo del pequeño Will Tilston. Las escenas de Tilston con Gleeson son realmente hermosas y llenas de mensajes. Capturan situaciones muy emotivas y complejas en las relaciones entre padres e hijos.

Todos ubicamos a Winnieh Pooh, al menos en imágenes, pero la curiosa historia detrás de su libros no es tan conocida. Esta biopic recrea muchas situaciones de este caso con precisión, incluso los momentos más incómodos y vergonzosos.

Me encantó esta película y la recomiendo especialmente como complemento de la reinterpretación que sacó Disney con Ewan McGregor. Ambas películas forman una sola: ficción y realidad, las dos caras de una misma moneda. Son una excelente forma de conocer a Christopher Robin.



……………………………………………………………


……………………………………………………………

 Podés seguir las nuevas notas y novedades (además de humor y críticas de cine) en mi fan-page: http://www.facebook.com/sivoriluciano. Si te gustó, ¡compartilo o dejá un comentario!

No hay comentarios:

Publicar un comentario