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martes, 23 de mayo de 2023

Cierre a lo grande: 3 animés que terminan con una película


Estas series japonesas son muy buenas en sí mismas, pero si no mirás sus respectivos largometrajes, te quedás sin el verdadero final. Hoy: 3 animés que terminan con una película.

 



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Animé en formato cine o series

En el pasado, las películas de animé basadas en novelas ligeras o mangas de larga duración no eran canon. Por si acaso aclaro: el término “canon” se refiere a la información proporcionada directamente por los creadores de las ficciones. En películas, series o cualquier medio en general, esto toma la forma de eventos, diálogos y representaciones particulares.

Pensemos en un ejemplo concreto. Las muchísimas películas de Dragon Ball Z parecían ocurrir en alguna especie de universo paralelo al original, porque muchas veces eran difíciles o imposibles de situar temporalmente en los eventos principales de la historia o, directamente, contradecían cosas que ya conocíamos.

Funcionaban como pequeñas ficciones stand-alone y fuera de la narrativa central, relatando un conflicto que cerraba en su mismo sin afectar los eventos de la serie principal. Lo mismo ocurrió, históricamente, con las películas de Naruto, de One Piece, etc.

Todavía existen, por supuesto, pero en los últimos años han surgido varias películas canónicas. Más específicamente, dos tipos:

1.- Películas originales que se integran directamente en el canon central. Son historias nuevas que están destinadas a encajar en el trabajo principal del autor. Ejemplos: las de My Hero Academia, SAO: Ordinal Scale o las últimas de Dragon Ball Super.

2.- Películas que adaptan material canónico. Están destinadas a ser vistas entre temporadas de la serie. Ves la temporada del animé en la comodidad de tu hogar, te pasás por el cine para un entrecot y luego volvés a tu sillón. Ya lo hemos visto con Demon Slayer: Mugen Train (que logró un reconocimiento increíble, convirtiéndose en la película de anime #2 de todos los tiempos) o Made in Abyss: Dawn of the Deep Soul. Obras que, por cierto, son dos de las mejores películas de animé de los últimos años.

Cabe preguntarse si esta tendencia a hacer películas canónicas dentro del animé será una moda pasajera o llegó para quedarse. En realidad esto ya había ocurrido un par de veces en el pasado, aunque tal vez son un poco más comunes hoy en día desde que Dragon Ball Super: Broly rompió taquilla allá por 2018, ¿no?



A lo que quiero llegar es que hay varios ejemplos antiguos de películas canónicas de animé. Por ejemplo, todo el final de Sakura Card Captor se cuenta en una película. Tenemos Madoka Magica: Rebellion en 2013 y se comenta que Attack on Titan finalizará con un largometraje en cines.

 

La tendencia a películas canónicas

En series de televisión tenemos muchos otros casos también. Prison Break, Sense8, Firefly, Veronica Mars, Deadwood y hasta Breaking Bad (con la infame “El Camino”) tuvieron su true ending con películas canon.

Parecería que el concepto de “película canónica” se ha vuelto, decididamente, más popular en la última década. En la industria japonesa, creo que parte de esto tiene que ver con una forma de “hacer tiempo” mientras el manga emite nuevo contenido. Además, más estudios están dispuestos a arriesgarse con una película de 100-120 minutos que con toda una segunda temporada; especialmente porque, si funcionan, son un ingreso de efectivo mucho más rápido.

Por otro lado, las películas de animé canónicas pueden ser la manera perfecta de encapsular un arco argumental pequeño. Sus impresionantes presupuestos les dan a los estudios tiempo para trabajar su magia al máximo. Dicho esto, el manga más extenso no terminaría de encajar en la pantalla grande. Con un límite de tiempo tan corto para contar una historia, puede no ser fácil cortar contenido.



A mí me parece que las películas de animé canon son una forma nueva y fresca de acercar el medio a las masas. Sólo debemos ser cautelosos como espectadores, ya que es nuestro fervor por estas películas lo que las mantiene en funcionamiento. Si permitimos el trabajo perezoso, eventualmente puede significar el final de una era.

En fin, dejemos de delirar. La intención de este post es recomendar tres películas canónicas específicas que dan cierre a sus animés correspondientes. Están entre mis favoritas, así que tienen mi más elevada recomendación.

 

La desaparición de Haruhi Suzumiya (2010)

La melancolía de Haruhi Suzumiya fue un animé extremadamente popular en 2009. La historia se destacaba por no tener un género definido, saltando entre la comedia, la ciencia ficción, la fantasía, el misterio, el romance y el slice-of-life escolar.

Todo ocurre en uno de los entornos de animé más típicos: una escuela secundaria común y corriente. Cinco miembros de un club representan un espectro de personajes de anime clásicos, si bien cada uno esconde algún secreto.



De todos ellos, la más particular es Haruhi Suzumiya, una chica empecinada en cazar a los seres fantásticos y sobrenaturales. ¿El problema? Ella misma es un Dios Todopodoreso capaz de modificar varios aspectos de la realidad y, básicamente, romper todo… pero no tiene la más remota idea.

El animé tuvo 28 capítulos divididos en dos temporadas, siendo la segunda particularmente polémica porque se atrevió a jugar con sus fans presentando un mismo episodio que se repetía ocho veces (a lo largo de dos meses de emisión). Este infame arco, conocido más tarde como “Endless Eight”, se convertiría en una experimentación sin precedentes en la historia de la televisión. Lo analicé en detalle en esta nota.

La cuestión es que The Disappearance of Haruhi Suzumiya, el cuarto arco argumental del manga, concluye los eventos de la serie en un interesante paquete de 162 minutos (sí, leyeron bien. ¡Es larguísima!).

La historia toma lugar entre el 17 y el 24 de diciembre, un mes después del festival cultural. El día 17, todo se encuentra normal. La Brigada SOS, liderada por Haruhi Suzumiya, planea hacer una fiesta de Navidad. 

Sin embargo, el 18 de diciembre, Kyon llega al instituto para descubrir que todo ha cambiado. Haruhi y Itsuki Koizumi han desaparecido, Yuki Nagato es una estudiante normal con sentimientos y Mikuru Asahina no le reconoce.



La única pista que tiene es un marcapáginas que le dejó Yuki, que lleva a Kyon en un viaje a través del tiempo relacionado con la historia de un episodio anterior. Kyon debe resolver el misterio para restaurar su línea temporal.

 

The End of Evangelion (1997)

He hablado sobre Evangelion en este blog en más de una ocasión. Por ejemplo, acá cuento cómo iniciarse en este hermoso quilombo y por acá analizo las cuatro películas Rebuild of Evangelion.

Creo que es uno de los pilares del animé japonés y una obra –absolutamente emblemática– que mezcla exitosamente la ciencia ficción distópica con psicología, el mecha-animé y la filosofía detrás de la religión judeo-cristiana.



End of Evangelion es la película que cerraría definitivamente la serie de 26 episodios, para algunos reemplazando los episodios 25 y 26 y, para otros, complementándolos. A pesar de haber ganado varios premios, las críticas respecto a esta producción de 1997 siguen hoy manteniéndose polarizadas. En mi opinión, SÍ cierra la historia y SÍ vale la pena si viste la serie completa. Pero tiene momentos que te hacen decir: “Ah, listo. ¡Esto se fue al recontra carajo!”.

Evangelion es más conocida por su profunda psicología y surrealismo, que por las batallas con robots gigantes. End of Evangelion logra una amalgama equilibrada entre ambos, siendo la primera parte más action-packed y la segunda un delirio total, pero ya volveremos sobre eso.

No es una película sencilla. La primera parte responde varios interrogantes de lo que sucedió luego del episodio 24 en la serie. Allí entendemos también algunos detalles del episodio 25 (las muertes de Misato y Ritsuko, Asuka bajo el agua en su EVA, etc.) La batalla de Asuka (definitivamente mi personaje preferido de la serie) es una coreografía de acción que se lleva todos los premios. ¡Verla golpear a otro EVA con un buque no tiene precio!

Evangelion siempre fue un trabajo que funcionaba más como una alegoría en dos niveles: un nivel narrativo, que puede delinearse con cierta facilidad, y uno simbólico. En cuanto a lo narrativo, este largometraje puede entenderse como un gran proceso de desconexión: de los padres, de las relaciones, de lo mundano… moverse hacia un proceso de independencia física y emocional, por así decirlo.

El supuesto “próximo estado” (el “Proyecto de Instrumentalidad”) es justamente unificar al mundo entero en una misma conciencia (el LCL), eliminando las fronteras, el miedo, el amor, el odio… De esa manera, End of Evangelion nos habla del fin del mundo como lo conocemos –el apocalipsis– pero con el objetivo de alcanzar un renacimiento, un nuevo estado de conciencia humana.

La segunda parte es, sin duda, la que más controversia ha generado. Acá cualquier tipo de lógica narrativa se pierde en un mindfuck universal. En serio, hay momentos en qué no entendí qué estaba viendo, o por qué, o cómo.



Luego de que Shinji activa el Tercer Impacto, tenemos un carrusel de imágenes delirantes yuxtapuestas, muchísimo simbolismo religioso y más innuendo sexual que nunca. ¡Solo traten de contar las veces que una penetración (o algo parecido a una vagina) aparece en la pantalla!

Técnicamente hablando, la fusión de la música, lo visual y el desarrollo de personajes está muy bien lograda. El pasaje hacia la Instrumentalidad, a medida que el mundo colapsa, es ciertamente una experiencia memorable. La música juega un rol muy especial. La secuencia de “Come Sweet Death”, por ejemplo, es particularmente emotiva.

¿Es este un final apropiado para la mítica serie Evangelion? Es muy difícil decirlo. Hay cosas que cierran y otras que quedan (muy) abiertas. Tenemos grandes momentos (el quiebre emocional de Gendo Ikari, por ejemplo, que me encantó) y buenas escenas de acción, pero por momentos me parece un delirio exagerado.

Sin embargo, quien haya visto la serie tiene que ver End of Evangelion para darle una suerte de conclusión a la historia. Una experiencia altamente surrealista solamente comparable con los trabajos de David Lynch.

 

Fullmetal Alchemist: Conquistador de Shamballa (2005)

Y hablando de animés esenciales, Full Metal Alchemist: Brotherhood (2009) no sólo es considerado el mejor de la historia, sino que además es mi favorito. Pero antes tuvimos Full Metal Alchemist (2003), la serie que primero intentó adaptar el manga y lo hizo hasta su episodio 25 (aunque desde el principio se notan algunas diferencias).

Brotherhood es muy superior a FMA en más de un sentido, pero eso no significa que FMA sea un mal animé. De hecho, es todo lo contrario. La animación de Studio BONES es excelente y técnicamente no se le puede objetar nada. Es sólo que el argumento se fue para otro lado completamente distinto porque los creadores tuvieron que empezar a mandar fruta luego de quedarse sin el manga para adaptar.



FMA inventa a un antagonista diferente (Dante), la flashea con la creación de los homúnculos (el resultado de transmutaciones humanas fallidas) y Edward termina en una dimensión paralela. El argumento es muy oscuro y está copado a su manera, si bien es muy distinto a lo que el mangaka Hiromu Arakawa había pensado para los hermanos Edward y Alphonse Elric.

La cuestión es que el primer animé (la versión de 2003) realmente cierra con la película Fullmetal Alchemist: Conquistador de Shamballa (2005) que tuvo como objetivo de darle un final definitivo a la historia.

Conquistador de Shamballa nos sitúa en el año 1923, en Munich. Han pasado dos años desde el episodio final de la serie Fullmetal Alchemist. Ed ha estado intentando volver a su mundo, estudiando sobre cohetes y el viaje al espacio, creyendo que así va a poder regresar. Mientras tanto, Al viaja por su propio mundo buscando la manera de poder recuperar a su hermano. 

Lo que ellos no saben es que una organización oculta (¡los Nazis!) prepara un plan que podría poner en peligro ambos mundos.



Por cierto, Brotherhood también tuvo una película secuela (Full Metal Alchemist: The Sacred Star of Milos, de 2011) aunque no es una conclusión a la serie, sino más una película de relleno que, igualmente, funciona como una gran adición a la franquicia de FMA.

Mejor olvidémosnos de que Full Metal Alchemist tiene no una, ni dos, sino tres películas live-action en Netflix de las cuales preferimos ni hablar. O_x

 

¿Vieron estas películas? ¿Qué otras películas canónicas conocen y recomiendan? Los leo en los comentarios.

 

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=>> Otros POSTS SOBRE GAMING en el blog: “Animé 102: ¿Cómo continuar viendo animé?”; “El dilema del erizo en Evangelion”; “Fooly Cooly: el delirio absoluto”; “Análisis de las Rebuild of Evangelion”; “Guía de iniciación: ¿cómo arranco a ver Evangelion?”; “Endless Eight: la experimentación del animé”; “Las 10 mejores películas de Dragon Ball Z”.

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