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jueves, 14 de noviembre de 2019

Shoplifters: eligiendo a la familia


Son muchas las películas que intentan vender la santidad o la patología de una familia. No es un tema nuevo. Pero en Shoplifters, una joyita que está disponible en Netflix, el director japonés Hirokazu Kore-Eda hace algo radicalmente diferente, sumergiéndonos en una historia sobre un hogar al borde de lo irregular.





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En honor a su título

Quiero hablar un poquito de esta producción sin comentar spoilers de la trama, que es genial. Ésta era una de las películas que me faltaba completar del 2018. En su momento fue una elección sorprendente, pero digna, para el Palma de Oro (un galardón que esta vuelta se lo llevó la excelente Parasite, gran candidata a lo mejor del año).

Haciendo buen uso de su título, Shoplifters (que fue traducida en Latinoamérica como “Un asunto de familia”) se robó el premio principal del Festival de Cine de Cannes cuando todos miraban para otro lado.


La coreana Burning, basada en un relato de Haruki Murakami, BlacKkKlansman y la enigmática Under the Silver Lake de David Robert Mitchell (que analicé por acá) eran más preferidas por la crítica en general.

La historia se centra en un obrero llamado Osamu y su familia compuesta por su mujer Nobuyo (quien trabaja para un servicio de lavandería industrial), su hija Aki (que dice trabajar en un club de azafatas), el niño Shota, y Hatsue, una anciana que es dueña de la casa y ayuda con la pensión de su esposo fallecido.

Todos tienen secretos oscuros… tanto individuales como compartidos. La familia sobrevive a duras penas con escasos ingresos y hacen la diferencia con hurtos de poca monta en diferentes locales de la ciudad (de ahí el título).

La llegada de un extraño

El statu quo se ve afectado por la llegada de Yuri, una niña en mitad de un frío glacial. Ella es víctima de una familia abusiva, motivo por el cual Osamu decide llevarla con él a su precario hogar.

Todos en la familia saben que se trata de algo moralmente cuestionable. No sólo la han secuestrado, sino que además comienzan a entrenarla en el arte de robar en tiendas. Aunque también es cierto que cuidan a la niña de una manera que ninguno de sus padres ni la sociedad lo ha hecho nunca. Para citar a Noboyu: “Alguien la tiró y nosotros la encontramos”.

«If someone hits you and tells you they are doing it because they love you, they are liars. [Hugging Yuri] This is what someone does when they love you.» (Nobuyo Shibata)

Shoplifters es un estudio discreto, muy observador y devastador de la vida contemporánea, no exclusivamente la japonesa. La película te tira sorpresa tras sorpresa con mucha sutileza. Tanta sutileza que, de hecho, si uno no está prestando atención, puede perderse fácilmente. Y eso es algo bueno.

Es fácil imaginar cómo se representaría a la familia en una noticia del diario: una tribu de malvivientes y estafadores formada por adultos explotadores y niños vulnerables. Pero el director te mete en la vida de esta familia con escenas cariñosas y cómicas que te ponen también del otro lado. Ayuda bastante la buena calidad de los actores elegidos.

Al final del día, Shoplifters permite llegar a entender y respetar las polémicas decisiones de este grupo de forajidos. Expulsados ​​por el sistema, crearon su propio “País del Nunca Jamás” con niños y niños perdidos.  El resultado es fascinante.

Familia fabricada

La película va avanzando a su ritmo, que es más bien íntimo y reflexivo. Dos horas pueden resultar mucho tiempo para lo que sucede, pero es de esas historias donde pocas escenas están puestas porque sí. La riqueza de los detalles que pueblan este drama suman constantemente.

Progresivamente, los protagonistas de Shoplifters van fabricando una familia basada en relaciones que no tienen que ver con la sangre y que escandalizaría al religioso más ortodoxo. Ellos crean su propia familia, malviviendo al margen de todos, en una pobreza material visible pero con una unión afectiva basada en el cariño.


Todo lleva a un final que es emocionalmente poderoso. La última media hora es tremenda por la cantidad de cosas impensadas que ocurren. Esta es una gran recomendación que pueden encontrar en el gigante del streaming. 

Si la ven, suman puntos de karma con Martin Scorsese. O_o

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1 comentario:

  1. Ja, buena frase final.
    Hay tanto cine de allá que no conozco...

    abrazos cráneo!

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