Son muchas las películas que intentan vender la
santidad o la patología de una familia. No es un tema nuevo. Pero en Shoplifters, una joyita que está
disponible en Netflix,
el director japonés Hirokazu Kore-Eda
hace algo radicalmente diferente, sumergiéndonos en una historia sobre un hogar
al borde de lo irregular.
En honor a
su título
Quiero hablar un poquito de esta producción sin
comentar spoilers de la trama, que es genial. Ésta era una de las películas que
me
faltaba completar del 2018. En su momento fue una elección sorprendente,
pero digna, para el Palma de Oro (un galardón que esta vuelta se lo llevó la
excelente Parasite, gran candidata a lo mejor
del año).
Haciendo buen uso de su título, Shoplifters (que fue traducida en
Latinoamérica como “Un asunto de familia”) se robó el premio principal del
Festival de Cine de Cannes cuando todos miraban para otro lado.
La coreana Burning,
basada
en un relato de Haruki Murakami, BlacKkKlansman
y la enigmática Under the Silver Lake
de David Robert Mitchell (que
analicé por acá) eran más preferidas por la crítica en general.
La historia se centra en un obrero llamado Osamu y su familia compuesta por su
mujer Nobuyo (quien trabaja para un
servicio de lavandería industrial), su hija Aki (que dice trabajar en un club de azafatas), el niño Shota, y Hatsue, una anciana que es dueña de la casa y ayuda con la pensión
de su esposo fallecido.
Todos tienen secretos oscuros… tanto individuales
como compartidos. La familia sobrevive a duras penas con escasos ingresos y hacen
la diferencia con hurtos de poca monta en diferentes locales de la ciudad (de
ahí el título).
La llegada
de un extraño
El statu quo
se ve afectado por la llegada de Yuri,
una niña en mitad de un frío glacial. Ella es víctima de una familia abusiva,
motivo por el cual Osamu decide llevarla con él a su precario hogar.
Todos en la familia saben que se trata de algo
moralmente cuestionable. No sólo la han secuestrado, sino que además comienzan
a entrenarla en el arte de robar en tiendas. Aunque también es cierto que
cuidan a la niña de una manera que ninguno de sus padres ni la sociedad lo ha
hecho nunca. Para citar a Noboyu: “Alguien
la tiró y nosotros la encontramos”.
«If someone hits you and tells you they are doing it because they love you, they are liars. [Hugging Yuri] This is what someone does when they love you.» (Nobuyo Shibata)
Shoplifters
es un estudio discreto, muy observador y devastador de la vida contemporánea,
no exclusivamente la japonesa. La película te tira sorpresa tras sorpresa con
mucha sutileza. Tanta sutileza que, de hecho, si uno no está prestando
atención, puede perderse fácilmente. Y eso es algo bueno.
Es fácil imaginar cómo se representaría a la
familia en una noticia del diario: una tribu de malvivientes y estafadores
formada por adultos explotadores y niños vulnerables. Pero el director te mete
en la vida de esta familia con escenas cariñosas y cómicas que te ponen también
del otro lado. Ayuda bastante la buena calidad de los actores elegidos.
Al final del día, Shoplifters permite llegar a entender y respetar las polémicas
decisiones de este grupo de forajidos. Expulsados por el sistema, crearon su
propio “País del Nunca Jamás” con niños y niños perdidos. El resultado es fascinante.
Familia
fabricada
La película va avanzando a su ritmo, que es más
bien íntimo y reflexivo. Dos horas pueden resultar mucho tiempo para lo que
sucede, pero es de esas historias donde pocas escenas están puestas porque sí. La
riqueza de los detalles que pueblan este drama suman constantemente.
Progresivamente, los protagonistas de Shoplifters van fabricando una familia
basada en relaciones que no tienen que ver con la sangre y que escandalizaría
al religioso más ortodoxo. Ellos crean su propia familia, malviviendo al margen
de todos, en una pobreza material visible pero con una unión afectiva basada en
el cariño.
Todo lleva a un final que es emocionalmente
poderoso. La última media hora es tremenda por la cantidad de cosas impensadas
que ocurren. Esta es una gran recomendación que pueden encontrar en el gigante
del streaming.
Si la ven, suman puntos de karma con Martin Scorsese. O_o
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y el pasado de opción múltiple”; “¿Quién
es el asesino en Memories of Murder?”; “In
the Mood for Love y los secretos inconfesables”; “La
raíz del mal en The White Ribbon”; “Eighth
Grade y las películas de A24”; “La
otra historia: el final de Searching explicado”.
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Ja, buena frase final.
ResponderEliminarHay tanto cine de allá que no conozco...
abrazos cráneo!