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miércoles, 3 de julio de 2019

Exploración y comercio en “Moonlighter” (2018)


Moonlighter es dos juegos en uno. El primero es el típico “dungeon-crawler”, donde vas explorando mazmorras para recuperar ítems y matando a enemigos cada vez más duro hasta un enorme jefe final.

El segundo es donde la cosa se pone interesante: de día laburás con un negocio en el centro del pueblo. Durante la jornada vienen aldeanos, héroes y caballeros en busca de lo que tenés para ofrecer. Para progresar hay que coordinarlo todo, vendiendo los ítems que obtuviste al mejor precio posible, evitando que te roben, mejorando el servicio y adornando cada vez más el local.


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Un proyecto de Kickstarter

Este videojuego independiente, creado por el primerizo estudio español Digital Sun, fue financiado en una campaña de Kickstarter por más de 5000 colaboradores que aportaron $134.276 USD, más de tres veces el objetivo del proyecto.

El primer día en Steam, Moonlighter estaba siendo jugado por 1800 personas en forma simultánea, lo cual no es poca cosa para un producto indie. Yo no lo tenía en mi registro hasta que un amigo me vendió la premisa durante una cena. Me enganché en seguida con la simpática idea de comercializar de día y vencer a monstruos en dungeons de noche.


Jugamos como Will, nieto de unos de los grandes exploradores de Rynoka, el sitio en donde ocurre la acción. Desde lo estético, el videojuego parece muy inspirado en títulos como The Legend of Zelda: The Minish Cap.

La mano invisible de Adam Smith

Cuando arrancás realmente estás súper perdido. Las explicaciones son bastante vagas y cuesta entender cómo empezar a hacer plata. Por ejemplo, en la primera mazmorra encontrás una amplísima variedad de ítems que no sabés a qué precio vender.

Es una cuestión de prueba y error. Si ponés un precio demasiado bajo, los compradores van a ponerse felices por la ganga que consiguieron (y vos triste por el potencial margen de ganancia que perdiste). En cambio, si el ítem es demasiado caro, se enojan y se rehúsan a comprarlo.

Nuestro personaje tiene un anotador donde va registrando todos los precios y reacciones de los compradores, con lo cual es posible encontrar el punto de equilibrio que da el mejor precio de venta para cada uno de nuestros artículos.


Pero los problemas no terminan ahí: la demanda y la oferta afectan a los precios (si un artículo está en abundancia, por ejemplo, los compradores no están dispuestos a pagar un precio elevado). Además, algunos clientes te van a intentar robar mientras que otros –los más adinerados– van a querer comprar a un precio mayor del habitual. Otros quieren objetos específicos que te van a mandar a buscar.

Con el dinero de las ventas es posible ir construyendo nuevos negocios en el pueblo, como el herrero que te permite mejorar tu equipamiento o un muchacho que te vende adornos para mejorar la eficiencia de tu negocio (mejores propinas, más tiempo de espera en la fila, etc).

El objetivo del juego es superar los cuatro dungeons mientras vamos reavivando el pueblo con nuestras inversiones.


Noches entre mazmorras

El ciclo es bastante repetitivo, aunque eso no lo vuelve para nada aburrido. Durante el día tenemos que manejar el local, a la noche hay que ingresar ilegalmente a las mazmorras del pueblo, que están prohibidas porque los exploradores perdían la vida todo el tiempo.

El significado del título Moonlighter juega pícaramente con este concepto. El shop de Will se llama Moonlight, pero en inglés slang “moonligther” es alguien que realiza actividades criminales durante la noche.


Otra de las mecánicas originales que incorpora este videojuego es un progreso basado en equipamiento en lugar de la experiencia. Nuestro personaje no tiene un “nivel”, sino que se va volviendo más fuerte a medida que mejora sus armas y armaduras con Andrei (el herrero) y Eris (la hechicera).

Hay también un componente roguelike en las mazmorras. Todas tienen tres pisos con un boss, cuartos secretos y una fuente de la vida, pero el lay-out es completamente aleatorio y cambia cada vez que uno ingresa.

Si pasamos demasiado tiempo en un dungeon, un monstruo baboso nos comienza a perseguir (y es capaz de matarnos de un solo golpe). La mochila tiene capacidad limitada y algunos objetos pueden tener maldiciones.

Además, adentro es posible encontrar unos huevos que, al criarlos, salen criaturas que podemos llevar con nosotros para ayudarnos en la aventura, al mejor estilo Pikachu en Pokemon Yellow.

Realmente Moonlighter tiene un montón de mecánicas y cuestiones para aprender, lo cual hace que agarrarle la mano cueste un poquito al principio. Pero cada aspecto del juego se explica de forma sencilla a partir de tutoriales, imágenes, emoticones y la agenda de Will.


Este muchacho no tiene buenas intenciones...

Otras cosas las aprendés a la fuerza, muriendo y probando nuevamente (al perder se pierde parte del botín que fuimos acumulando).

Las limitaciones de Moonligther

Si bien disfruté muchísimo de este juego, que tiene una campaña de unas 16-18 horas máximo (y luego habilita un New Game +), tiene algunos problemillas importantes. La historia, por ejemplo, no es su fuerte. Es demasiado lineal, infantil y básica. Sobre el final hay un giro narrativo que no llega a interesar.

Otro limitante para mí es que se vuelve bastante evidente que algunas armas son mucho mejores por sobres las demás. En concreto me refiero a la lanza y al arco. El arco y flecha es, sin lugar a dudas, el mejor arma para colocar como secundaria. La lanza tiene la mejor combinación de alcance, velocidad y potencia.

Con esas dos, no tenés necesidad de mejorar ninguna otra, lo cual le quita bastante encanto y rejugabilidad al juego. Este tipo de cosas no pasaban en Bastion, que es un videojuego mucho más balanceado.


Bastion (2011), una gran recomendación gamer...

Lo mismo sucede con los monstruitos que podés criar para que te sigan en las mazmorras. Los probé a casi todos y resultó que el “flying golem” (uno que obtenés bastante rápido) es el mejor de todos… y por lejos.

No es mi intención criticarlo tanto porque verdaderamente es una joyita. El estilo artístico que presenta es hermoso, la mecánica de esquivar está muy piola, los escenarios son coloridos y el soundtrack la rompe.

Por sobre todo, Moonlighter es genuinamente entretenido. Mantener el negocio es desafiante, cada vez que ingresás a una nueva mazmorra se habilitan inventivas mecánicas adicionales y la curva de aprendizaje está muy lograda.


Es uno de esos videojuegos que podés agarrar 10 minutos para juntar algo de botín y venderlo… o meterle horas enteras para avanzar hacia territorios desconocidos. Seguramente me vuelva a encontrar con esta historia en un par de meses, cuando me decida a iniciar el modo New Game + que incorpora nuevas armas y una dificultad superior.

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