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viernes, 16 de noviembre de 2018

Touch of Evil y el memo de Orson Welles


El aclamado director de Citizen Kane (1941) se hizo su fama como una de las grandes promesas de su época, pero 15 años después su carrera estaba estancada. Touch of Evil fue promocionada como “el gran regreso”, pero terminó estrenándose como un policial clase B modificado íntegramente por los estudios Universal. Ésta es la historia del memo de Orson Welles al estudio.




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El fin del cine negro

Soy un ferviente admirador del policial negro y amo el cine de los años ´50 y ´60, décadas donde este género floreció y encontró sus mejores momentos. Para muchos, Touch of Evil, de 1958, representa la última gran película de este periodo clásico de cine negro hollywoodense.

Hoy es una buena oportunidad de revivir este relato ya que está disponible en Netflix, el gigante del streaming.

Sin embargo, quienes hayan visto la película (llamada Sed de mal en Argentina), probablemente vieron aquel corte original, que sufrió cambios drásticos del estudio Universal y está muy alejado de la versión que Welles quería mostrar a su público.


Recién en 1998 (15 años después de la muerte Welles) fue posible ver en cines un “corte del director”, gracias a una edición restaurada de Touch of Evil que se basó en el extenso y minucioso documento de 58 páginas que él dirigió a la Universal, compañía productora de la película.

Este documento se convertiría en el mítico memo de Orson Welles.

Pero vayamos de a poco.

Una cuestión ética

Touch of Evil relata las experiencias de un detective de narcóticos (Charlton Heston) que llega a la frontera mexicana con su esposa (Janet Leigh, la actriz de Psicosis) justo en el momento en el que explota una bomba.

Este honesto detective, Mike Vargas, inmediatamente se hace cargo de la investigación y es contactado por Quinlan (Welles), el jefe de la policía local que es conocido por sus métodos poco ortodoxos. Acá Welles interpreta a un desagradable y obeso inspector que tiene técnicas de dudosa calidad ética para resolver sus casos.

La película inicia con un largo y hermoso plano secuencia de 3 minutos que se transformó en una escena muy querida dentro de la historia del cine. Luego se desarrolla como un thriller policial con toques de drama shakespeariano donde cada parte comienza a buscar pruebas para inculpar al otro.



El memo de Orson Welles

Era el año 1975 y Welles había pasado tres meses enteros en la sala de edición revisando su propio trabajo. Como el director, famoso por su atención al detalle, tardaba mucho y nunca estaba contento con el resultado, Universal decidió sacarle el proyecto de sus manos.

El trabajo de edición quedó a cargo de un tal Aaron Stell. Un tiempo más tarde, cuando el resultado final se le mostró al director, este respondió con una carta de 58 páginas que iba dirigida al cabecilla de Universal, Edward Muhl. Pueden leerla completa acá.

En la carta explicaba, en sumo detalle, los cambios sugeridos a la edición. Cambios que fueron tenidos en cuenta pero que solo se aplicaron en una pequeña fracción. Por ejemplo, el director describió errores de continuidad en la edición que si se corrigieron antes del estreno.

¿Qué decía exactamente el memo de Orson Welles? El minucioso análisis iba desde ajustes en la luz hasta retoques de sonido. Atentaba contra los cortes abruptos y sugería que la narrativa fuera más compleja (Universal habría hecho recortes en la cronología de los eventos para que “el público no se confundiera con lo que estaba sucediendo en pantalla”).


En otras palabras, mientras que Welles buscaba elevar la obra y no insultar a la inteligencia del espectador, Universal se conformaba con presentar una historia de suspenso lo más rápido posible. El corte del director tenía un aire más onírico y surrealista, mientras que la versión de estudio era más un policial convencional.

Cuando Touch of Evil estrenó en 1958, fue un fracaso comercial y de crítica. No fue hasta los años ´90 que comenzó a ser considera una película “de significado histórico y estético”, ingresando oficialmente al National Film Registry.

La gente de RocketJump Film School (¡gran canal!) hizo un tremendo trabajo comparando la versión original de 1958 con la restaurada (el “corte del director”) de 1998. Es una investigación fascinante para aquellos que quieran comprender cómo pequeños cambios de edición tienen grandes consecuencias a nivel narrativo.

Acá está el video completo:


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